Diferencia entre revisiones de «Rafael Fortún»

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Nació en la ciudad de Camagüey el [[5 de agosto]] de [[1919]], y por su extracción humilde desde muy joven debió estudiar y trabajar a la vez, en su caso laboraba en una imprenta y adquiría conocimientos en el Instituto de Segunda Enseñanza de su ciudad natal. <br>Se inició en competencias deportivas en los primeros años de la década de [[1930]], cuando jugaba béisbol y exhibió dotes de buen fildeador, y por supuesto, también corría las bases como un rayo, pero en alguna ocasión confesó que su verdadero amor era el salto alto.<br>Sus condiciones para practicar carreras de velocidad y el salto de longitud le permitieron ser captado para perfeccionar sus virtudes naturales, y eso le hizo un poco más llevadera la vida, aunque no podemos olvidar que tras coronarse en Buenos Aires fue despedido por ausentarse del trabajo durante esos días. Contrastes de entonces.<br>Contrariado por el suceso tomó la decisión de irse a vivir a [[San Juan]], [[Puerto R]]ico, pero en [[Camagüey]] se hizo una gran colecta pública para comprarle una casa a sus padres y fue tan grande la connotación que las autoridades no solo le restituyeron en Obras Públicas, sino que decidieron nombrarlo inspector, con aumento salarial incluido.<br>Rafael Fortún Chacón cumpliría hoy 90 años. Nació en la tierra de los tinajones y le tocó vivir cuando en [[Cuba]] había deportistas, pero no deportes. Supo empinarse sobre la discriminación, el hambre y otros demonios hasta convertirse en el primer velocista cubano en vencer a los de [[Estados Unidos]].<br>Durante los [[I Juegos Panamericanos]], en [[Buenos Aires]] [[1951]], lideró en 100 y 200 metros. Al regreso fue despedido en Obras Públicas, donde trabajada.<br>Tuvo que afrontar enormes desafíos y quizá por ello llegó tarde a la cima. A los 27 años fue dueño del hectómetro en los [[Juegos]] Centroamericanos y del Caribe]], en [[Barranquilla]] [[1946]]. Luego repitió las victorias en [[Guatemala]] [[1950]] y [[México]] [[1954]].<br>Asistió a las contiendas olímpicas de [[Londres]] [[1948]] y [[Helsinki]] [[1952]]. En esta última llegó a la final de los 100 metros y se convirtió en el primer cubano en conseguirlo.<br>Por sus extraordinarios méritos, fue escogido para encender el pebetero durante la apertura de los [[XIV Juegos Centroamericanos y del Caribe]], que organizó [[La Habana]] en [[1982]]. Sin embargo, antes del suceso la muerte lo derrotó en una desigual carrera contra el cáncer.<br>Fortún cumplió con la obra de su vida. Ojalá, más temprano que tarde, otros velocistas cubanos tomen el cielo por asalto. La convocatoria sigue en pie.<br>'''Campeón de siempre (II y final) '''<br>Allí fui seleccionaron para ir por primera vez a La Habana y en el [[Memorial Barrientos]] alcancé la medalla dorada (11,1) superando a [[Raúl Mazorra]] y [[Jesús Farrés]]. Entre los constantes viajes a Camagüey, los estudios de bachillerato y los entrenamientos pasaron unos tres años. A mediados de [[1944]] salté seis pies (1,83 metros) y viajé a San Juan, Puerto Rico. Al regresar sucedió algo muy interesante y decisivo en mi carrera, pues el entrenador [[Julio Navarro]] coincidió con la sugerencia del profesor Tomeu y me dedicó largas horas para convertirme en velocista.<br>'''En plena faena como listero en Obras Públicas antes de la cesantía'''<br>Ante la proximidad de los Juegos en Barranquilla recibí la promesa de traslado permanente a La Habana con un trabajo asegurado en Obras Pública; bajo el compromiso de hacerlo como listero en el horario de la mañana y practicar por la tarde. Me hospedaron en una casa de huéspedes y desde allí iba todos los día a pie hasta La Tropical con Angelito García y Víctor Hernández.<br>Interrogado acerca de cómo había quedado sin empleo y su posterior reacción, el bólido cubano comentó: <br>"En realidad, lo único que me comunicaron mis superiores era la disminución de la plantilla. Aquella noticia fue un golpe violento, sobre todo porque me quedé sin el medio de subsistencia, a contadas semanas de representar a Cuba en tan importante compromiso.<br>Entonces la primera solución a mano era intentar revivir una propuesta hecha por el [[Julio Enrique Monagas]], presidente de la Comisión de Parques y Recreos, la segunda vez que visité [[Puerto Rico]], en [[1949]]. Monagas conocía mi incierta situación económica, y, de manera muy amable, me propuso cursar estudios universitarios, bien como ingeniero industrial o profesor de Educación Física en su país, ratificándome la decisión de no utilizarme en eventos internacionales e incluso estaba en libertad de representar a Cuba si lo deseaba. Esa beca abarcaba alojamiento, ropa y toda clase de ayuda económica".<br>Las dificultades de Fortún constituyeron una real historia melodramática, algo similar a esas películas en las que el héroe afronta múltiples situaciones difíciles y sale airoso al final. A propósito, cabe recordar por qué no aceptó la aparente ventajosa circunstancia en territorio boricua:<br>"Casi tenía decidido fijar mi residencia en San Juan, después de los triunfos en [[Buenos Aires]]. De regreso a Cuba para despedirme de mi familia encontré un panorama que me conmovió en lo más profundo. Mis compatriotas habían iniciado una gran colecta con el objetivo de comprarle una casa a mis padres y fue tan grande la connotación que las autoridades no solo me restituyeron en Obras Públicas, sino que decidieron nombrarme inspector con un haber diario de $6,56. Además recibí la oportunidad de matricular en la [[Universidad de La Habana]] la carrera de Administración.<br>'''El único velocista triple campeón centroamericano <br>'''Cuando se dice el nombre de Rafael Fortún a la mente de todos llega su momento cumbre, aquel de [[Marzo]] de [[1951]], cuando se celebraban los Juegos Panamericanos de Buenos Aires y él conquistó las medallas de oro en las pruebas de 100 y 200 metros planos.<br>Entonces, el velocista camagüeyano se convertía en el primer doble titular continental de Cuba, condición que mantuvo en exclusiva hasta bien entrada la década de los 70.<br>Pero en esta ocasión aprovecharemos para refrescar otro hecho interesante, y que sí lo hace totalmente exclusivo, pues se mantiene como el único velocista capaz de ganar la prueba de los 100 metros planos en tres Juegos Centroamericanos y del Caribe, al imponerse en las justas de [[Barranquilla]] [[1946]], [[Guatemala]] [[1950]] y [[México]] [[1954]]. Casualmente la hazaña también fue concretada en marzo, sin dudas el mes de la suerte para el agramontino.<br>En 1946 obtuvo las preseas doradas en los 100 (10 segundos y cuatro décimas) y 200 metros lisos (21.6) y la de plata en el relevo 4x100 (43.1). En la primera prueba superó al jamaicano [[Herbert McKinley]] (10.7), en la segunda al panameño [[Lloyd La Beach]] (21.7) y al propio McKinley (21.7), y en la posta -junto a Jesús Farrés, [[Pedro Castillo]] y [[Eligio Barbería]]- sólo entraron detrás de los panameños.<br>En la lid regional celebrada en la ciudad de [[Guatemala]] en [[1950]], igualmente repite su actuación en el hectómetro (10.3), aunque en esta ocasión es segundo en 200 (21.2) y primero en la posta (41.5). Detrás de él en la primera competencia entraron McKinley (10.4) y La Beach (10.5), y el de Jamaica, ganador también de los 400, lo superó en el medio óvalo con registro de 20.9. En tanto, la cuarteta completada por Farrés, Raúl Mazorra y [[Dioscórides Wilson]] adelantó tanto a la jamaicana como a la panameña.<br>El 4 de marzo de 1954, hizo 10 segundos y cinco décimas a los 34 años, edad a la que muchos especialistas de la velocidad dicen adiós a las lides del músculo. Además, entró segundo como integrante de la cuarteta cubana. Para esta ocasión su escolta en la modalidad más rápida fue el jamaicano Leslie Lang (10.6), ganador también de los 200 y líder de la posta triunfante, por delante de Fortún, [[Israel Mestre]], Mazorra y [[Manuel Peñalver]].<br>Que conste que el nivel de sus contrarios era elevado, pues entre sus víctimas más renombradas se encontraba el jamaicano McKinley, subcampeón olímpico en la vuelta al óvalo de [[Londres]] [[1948]] y en el hectómetro en [[Helsinki]] [[1952]], y el panameño La Beach, medallista de bronce en la prueba reina de la cita londinense.<br>'''Premio para el héroe''' =  
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Nació en la ciudad de Camagüey el [[5 de agosto]] de [[1919]], y por su extracción humilde desde muy joven debió estudiar y trabajar a la vez, en su caso laboraba en una imprenta y adquiría conocimientos en el Instituto de Segunda Enseñanza de su ciudad natal. <br>Se inició en competencias deportivas en los primeros años de la década de [[1930]], cuando jugaba béisbol y exhibió dotes de buen fildeador, y por supuesto, también corría las bases como un rayo, pero en alguna ocasión confesó que su verdadero amor era el salto alto.<br>Sus condiciones para practicar carreras de velocidad y el salto de longitud le permitieron ser captado para perfeccionar sus virtudes naturales, y eso le hizo un poco más llevadera la vida, aunque no podemos olvidar que tras coronarse en Buenos Aires fue despedido por ausentarse del trabajo durante esos días. Contrastes de entonces.<br>Contrariado por el suceso tomó la decisión de irse a vivir a [[San Juan]], [[Puerto R]]ico, pero en [[Camagüey]] se hizo una gran colecta pública para comprarle una casa a sus padres y fue tan grande la connotación que las autoridades no solo le restituyeron en Obras Públicas, sino que decidieron nombrarlo inspector, con aumento salarial incluido.<br>Rafael Fortún Chacón cumpliría hoy 90 años. Nació en la tierra de los tinajones y le tocó vivir cuando en [[Cuba]] había deportistas, pero no deportes. Supo empinarse sobre la discriminación, el hambre y otros demonios hasta convertirse en el primer velocista cubano en vencer a los de [[Estados Unidos]].<br>Durante los [[I Juegos Panamericanos]], en [[Buenos Aires]] [[1951]], lideró en 100 y 200 metros. Al regreso fue despedido en Obras Públicas, donde trabajada.<br>Tuvo que afrontar enormes desafíos y quizá por ello llegó tarde a la cima. A los 27 años fue dueño del hectómetro en los [[Juegos]] Centroamericanos y del Caribe]], en [[Barranquilla]] [[1946]]. Luego repitió las victorias en [[Guatemala]] [[1950]] y [[México]] [[1954]].<br>Asistió a las contiendas olímpicas de [[Londres]] [[1948]] y [[Helsinki]] [[1952]]. En esta última llegó a la final de los 100 metros y se convirtió en el primer cubano en conseguirlo.<br>Por sus extraordinarios méritos, fue escogido para encender el pebetero durante la apertura de los [[XIV Juegos Centroamericanos y del Caribe]], que organizó [[La Habana]] en [[1982]]. Sin embargo, antes del suceso la muerte lo derrotó en una desigual carrera contra el cáncer.<br>Fortún cumplió con la obra de su vida. Ojalá, más temprano que tarde, otros velocistas cubanos tomen el cielo por asalto. La convocatoria sigue en pie. ==
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== <br>'''Campeón de siempre (II y final)''' ==
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<br>Allí fui seleccionaron para ir por primera vez a La Habana y en el [[Memorial Barrientos]] alcancé la medalla dorada (11,1) superando a [[Raúl Mazorra]] y [[Jesús Farrés]]. Entre los constantes viajes a Camagüey, los estudios de bachillerato y los entrenamientos pasaron unos tres años. A mediados de [[1944]] salté seis pies (1,83 metros) y viajé a San Juan, Puerto Rico. Al regresar sucedió algo muy interesante y decisivo en mi carrera, pues el entrenador [[Julio Navarro]] coincidió con la sugerencia del profesor Tomeu y me dedicó largas horas para convertirme en velocista.  
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== <br>'''En plena faena como listero en Obras Públicas antes de la cesantía''' ==
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<br>Ante la proximidad de los Juegos en Barranquilla recibí la promesa de traslado permanente a La Habana con un trabajo asegurado en Obras Pública; bajo el compromiso de hacerlo como listero en el horario de la mañana y practicar por la tarde. Me hospedaron en una casa de huéspedes y desde allí iba todos los día a pie hasta La Tropical con Angelito García y Víctor Hernández.<br>Interrogado acerca de cómo había quedado sin empleo y su posterior reacción, el bólido cubano comentó: <br>"En realidad, lo único que me comunicaron mis superiores era la disminución de la plantilla. Aquella noticia fue un golpe violento, sobre todo porque me quedé sin el medio de subsistencia, a contadas semanas de representar a Cuba en tan importante compromiso.<br>Entonces la primera solución a mano era intentar revivir una propuesta hecha por el [[Julio Enrique Monagas]], presidente de la Comisión de Parques y Recreos, la segunda vez que visité [[Puerto Rico]], en [[1949]]. Monagas conocía mi incierta situación económica, y, de manera muy amable, me propuso cursar estudios universitarios, bien como ingeniero industrial o profesor de Educación Física en su país, ratificándome la decisión de no utilizarme en eventos internacionales e incluso estaba en libertad de representar a Cuba si lo deseaba. Esa beca abarcaba alojamiento, ropa y toda clase de ayuda económica".<br>Las dificultades de Fortún constituyeron una real historia melodramática, algo similar a esas películas en las que el héroe afronta múltiples situaciones difíciles y sale airoso al final. A propósito, cabe recordar por qué no aceptó la aparente ventajosa circunstancia en territorio boricua:<br>"Casi tenía decidido fijar mi residencia en San Juan, después de los triunfos en [[Buenos Aires]]. De regreso a Cuba para despedirme de mi familia encontré un panorama que me conmovió en lo más profundo. Mis compatriotas habían iniciado una gran colecta con el objetivo de comprarle una casa a mis padres y fue tan grande la connotación que las autoridades no solo me restituyeron en Obras Públicas, sino que decidieron nombrarme inspector con un haber diario de $6,56. Además recibí la oportunidad de matricular en la [[Universidad de La Habana]] la carrera de Administración.  
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== <br>'''El único velocista triple campeón centroamericano'''  ==
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'''<br>'''Cuando se dice el nombre de Rafael Fortún a la mente de todos llega su momento cumbre, aquel de [[Marzo]] de [[1951]], cuando se celebraban los Juegos Panamericanos de Buenos Aires y él conquistó las medallas de oro en las pruebas de 100 y 200 metros planos.<br>Entonces, el velocista camagüeyano se convertía en el primer doble titular continental de Cuba, condición que mantuvo en exclusiva hasta bien entrada la década de los 70.<br>Pero en esta ocasión aprovecharemos para refrescar otro hecho interesante, y que sí lo hace totalmente exclusivo, pues se mantiene como el único velocista capaz de ganar la prueba de los 100 metros planos en tres Juegos Centroamericanos y del Caribe, al imponerse en las justas de [[Barranquilla]] [[1946]], [[Guatemala]] [[1950]] y [[México]] [[1954]]. Casualmente la hazaña también fue concretada en marzo, sin dudas el mes de la suerte para el agramontino.<br>En 1946 obtuvo las preseas doradas en los 100 (10 segundos y cuatro décimas) y 200 metros lisos (21.6) y la de plata en el relevo 4x100 (43.1). En la primera prueba superó al jamaicano [[Herbert McKinley]] (10.7), en la segunda al panameño [[Lloyd La Beach]] (21.7) y al propio McKinley (21.7), y en la posta -junto a Jesús Farrés, [[Pedro Castillo]] y [[Eligio Barbería]]- sólo entraron detrás de los panameños.<br>En la lid regional celebrada en la ciudad de [[Guatemala]] en [[1950]], igualmente repite su actuación en el hectómetro (10.3), aunque en esta ocasión es segundo en 200 (21.2) y primero en la posta (41.5). Detrás de él en la primera competencia entraron McKinley (10.4) y La Beach (10.5), y el de Jamaica, ganador también de los 400, lo superó en el medio óvalo con registro de 20.9. En tanto, la cuarteta completada por Farrés, Raúl Mazorra y [[Dioscórides Wilson]] adelantó tanto a la jamaicana como a la panameña.<br>El 4 de marzo de 1954, hizo 10 segundos y cinco décimas a los 34 años, edad a la que muchos especialistas de la velocidad dicen adiós a las lides del músculo. Además, entró segundo como integrante de la cuarteta cubana. Para esta ocasión su escolta en la modalidad más rápida fue el jamaicano Leslie Lang (10.6), ganador también de los 200 y líder de la posta triunfante, por delante de Fortún, [[Israel Mestre]], Mazorra y [[Manuel Peñalver]].<br>Que conste que el nivel de sus contrarios era elevado, pues entre sus víctimas más renombradas se encontraba el jamaicano McKinley, subcampeón olímpico en la vuelta al óvalo de [[Londres]] [[1948]] y en el hectómetro en [[Helsinki]] [[1952]], y el panameño La Beach, medallista de bronce en la prueba reina de la cita londinense.  
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== <br>'''Premio para el héroe''' ==
  
 
Héroe de su delegación, uno de los grandes de la cita, ganador de dos preseas de oro y una de plata ante poderosos contrincantes mejor preparados. Fortún fue el más destacado atleta de la justa. Sólo él, los peloteros y varios gimnastas, en algunas especialidades, cosecharon peldaños cimeros para su delegación.  
 
Héroe de su delegación, uno de los grandes de la cita, ganador de dos preseas de oro y una de plata ante poderosos contrincantes mejor preparados. Fortún fue el más destacado atleta de la justa. Sólo él, los peloteros y varios gimnastas, en algunas especialidades, cosecharon peldaños cimeros para su delegación.  
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La prensa rodea de bellas frases al veterano corredor de treinta y un años de edad. En la patria fue recibido... ¡con la cesantía! El Ministerio de Obras Públicas no le perdonó esos días sin laborar, y lo deja sin empleo.  
 
La prensa rodea de bellas frases al veterano corredor de treinta y un años de edad. En la patria fue recibido... ¡con la cesantía! El Ministerio de Obras Públicas no le perdonó esos días sin laborar, y lo deja sin empleo.  
  
Durante su vida sufrió la pobreza en carne propia, pues sólo gracias a la realización de rifas y colectas públicas pudo competir en [[Juegos Olímpicos]], aunque sus resultados en Londres 1948 y Helsinki 1952 quedaron lejos de su real calidad en esa época. <br>Tratando de ser absolutamente certeros, no entró a la final de la prueba reina porque entonces existían pocas carrileras y él ocupó la séptima posición, pero comenzó a despejar el camino que seguirían más tarde [[Enrique Figuerola]], [[Pablo Montes]] y [[Silvio Leonard]], hasta que la especialidad cayó en una total anemia en los últimos 20 años.<br>Al triunfo revolucionario cesaron sus penurias, y por años se dedicó a la captación de talentos en su provincia natal.<br>El 22 de [[Junio]] de [[1982]] dejó de existir en Camagüey, cuando había sido seleccionado para encender la antorcha de los [[Juegos Centrocaribes de La Habana]], pero dos décadas después no se olvidan sus hazañas, por las cuales resultó elegido entre los 100 mejores deportistas cubanos del Siglo XX. Además, fue exaltad<br>'''Resultados''': se convierte en el primer y único velocista que se adjudica tres medallas de oro consecutivamente en Juegos Centroamericanos y del Caribe o al Salón de la Fama La Confederación Centroamericana y del Caribe de Atletismo.
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Durante su vida sufrió la pobreza en carne propia, pues sólo gracias a la realización de rifas y colectas públicas pudo competir en [[Juegos Olímpicos]], aunque sus resultados en Londres 1948 y Helsinki 1952 quedaron lejos de su real calidad en esa época. <br>Tratando de ser absolutamente certeros, no entró a la final de la prueba reina porque entonces existían pocas carrileras y él ocupó la séptima posición, pero comenzó a despejar el camino que seguirían más tarde [[Enrique Figuerola]], [[Pablo Montes]] y [[Silvio Leonard]], hasta que la especialidad cayó en una total anemia en los últimos 20 años.<br>Al triunfo revolucionario cesaron sus penurias, y por años se dedicó a la captación de talentos en su provincia natal.<br>El 22 de [[Junio]] de [[1982]] dejó de existir en Camagüey, cuando había sido seleccionado para encender la antorcha de los [[Juegos Centrocaribes de La Habana]], pero dos décadas después no se olvidan sus hazañas, por las cuales resultó elegido entre los 100 mejores deportistas cubanos del Siglo XX. Además, fue exaltad<br>'''Resultados''': se convierte en el primer y único velocista que se adjudica tres medallas de oro consecutivamente en Juegos Centroamericanos y del Caribe o al Salón de la Fama La Confederación Centroamericana y del Caribe de Atletismo.  
  
 
<br>'''Fuentes''': digital@juventudrebelde.cu  
 
<br>'''Fuentes''': digital@juventudrebelde.cu  

Revisión del 05:26 29 sep 2009

 Plantilla:Personaje deportivo 


Nació en la ciudad de Camagüey el 5 de agosto de 1919, y por su extracción humilde desde muy joven debió estudiar y trabajar a la vez, en su caso laboraba en una imprenta y adquiría conocimientos en el Instituto de Segunda Enseñanza de su ciudad natal.
Se inició en competencias deportivas en los primeros años de la década de 1930, cuando jugaba béisbol y exhibió dotes de buen fildeador, y por supuesto, también corría las bases como un rayo, pero en alguna ocasión confesó que su verdadero amor era el salto alto.
Sus condiciones para practicar carreras de velocidad y el salto de longitud le permitieron ser captado para perfeccionar sus virtudes naturales, y eso le hizo un poco más llevadera la vida, aunque no podemos olvidar que tras coronarse en Buenos Aires fue despedido por ausentarse del trabajo durante esos días. Contrastes de entonces.
Contrariado por el suceso tomó la decisión de irse a vivir a San Juan, Puerto Rico, pero en Camagüey se hizo una gran colecta pública para comprarle una casa a sus padres y fue tan grande la connotación que las autoridades no solo le restituyeron en Obras Públicas, sino que decidieron nombrarlo inspector, con aumento salarial incluido.
Rafael Fortún Chacón cumpliría hoy 90 años. Nació en la tierra de los tinajones y le tocó vivir cuando en Cuba había deportistas, pero no deportes. Supo empinarse sobre la discriminación, el hambre y otros demonios hasta convertirse en el primer velocista cubano en vencer a los de Estados Unidos.
Durante los I Juegos Panamericanos, en Buenos Aires 1951, lideró en 100 y 200 metros. Al regreso fue despedido en Obras Públicas, donde trabajada.
Tuvo que afrontar enormes desafíos y quizá por ello llegó tarde a la cima. A los 27 años fue dueño del hectómetro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe]], en Barranquilla 1946. Luego repitió las victorias en Guatemala 1950 y México 1954.
Asistió a las contiendas olímpicas de Londres 1948 y Helsinki 1952. En esta última llegó a la final de los 100 metros y se convirtió en el primer cubano en conseguirlo.
Por sus extraordinarios méritos, fue escogido para encender el pebetero durante la apertura de los XIV Juegos Centroamericanos y del Caribe, que organizó La Habana en 1982. Sin embargo, antes del suceso la muerte lo derrotó en una desigual carrera contra el cáncer.
Fortún cumplió con la obra de su vida. Ojalá, más temprano que tarde, otros velocistas cubanos tomen el cielo por asalto. La convocatoria sigue en pie. ==


Campeón de siempre (II y final)


Allí fui seleccionaron para ir por primera vez a La Habana y en el Memorial Barrientos alcancé la medalla dorada (11,1) superando a Raúl Mazorra y Jesús Farrés. Entre los constantes viajes a Camagüey, los estudios de bachillerato y los entrenamientos pasaron unos tres años. A mediados de 1944 salté seis pies (1,83 metros) y viajé a San Juan, Puerto Rico. Al regresar sucedió algo muy interesante y decisivo en mi carrera, pues el entrenador Julio Navarro coincidió con la sugerencia del profesor Tomeu y me dedicó largas horas para convertirme en velocista.


En plena faena como listero en Obras Públicas antes de la cesantía


Ante la proximidad de los Juegos en Barranquilla recibí la promesa de traslado permanente a La Habana con un trabajo asegurado en Obras Pública; bajo el compromiso de hacerlo como listero en el horario de la mañana y practicar por la tarde. Me hospedaron en una casa de huéspedes y desde allí iba todos los día a pie hasta La Tropical con Angelito García y Víctor Hernández.
Interrogado acerca de cómo había quedado sin empleo y su posterior reacción, el bólido cubano comentó:
"En realidad, lo único que me comunicaron mis superiores era la disminución de la plantilla. Aquella noticia fue un golpe violento, sobre todo porque me quedé sin el medio de subsistencia, a contadas semanas de representar a Cuba en tan importante compromiso.
Entonces la primera solución a mano era intentar revivir una propuesta hecha por el Julio Enrique Monagas, presidente de la Comisión de Parques y Recreos, la segunda vez que visité Puerto Rico, en 1949. Monagas conocía mi incierta situación económica, y, de manera muy amable, me propuso cursar estudios universitarios, bien como ingeniero industrial o profesor de Educación Física en su país, ratificándome la decisión de no utilizarme en eventos internacionales e incluso estaba en libertad de representar a Cuba si lo deseaba. Esa beca abarcaba alojamiento, ropa y toda clase de ayuda económica".
Las dificultades de Fortún constituyeron una real historia melodramática, algo similar a esas películas en las que el héroe afronta múltiples situaciones difíciles y sale airoso al final. A propósito, cabe recordar por qué no aceptó la aparente ventajosa circunstancia en territorio boricua:
"Casi tenía decidido fijar mi residencia en San Juan, después de los triunfos en Buenos Aires. De regreso a Cuba para despedirme de mi familia encontré un panorama que me conmovió en lo más profundo. Mis compatriotas habían iniciado una gran colecta con el objetivo de comprarle una casa a mis padres y fue tan grande la connotación que las autoridades no solo me restituyeron en Obras Públicas, sino que decidieron nombrarme inspector con un haber diario de $6,56. Además recibí la oportunidad de matricular en la Universidad de La Habana la carrera de Administración.


El único velocista triple campeón centroamericano


Cuando se dice el nombre de Rafael Fortún a la mente de todos llega su momento cumbre, aquel de Marzo de 1951, cuando se celebraban los Juegos Panamericanos de Buenos Aires y él conquistó las medallas de oro en las pruebas de 100 y 200 metros planos.
Entonces, el velocista camagüeyano se convertía en el primer doble titular continental de Cuba, condición que mantuvo en exclusiva hasta bien entrada la década de los 70.
Pero en esta ocasión aprovecharemos para refrescar otro hecho interesante, y que sí lo hace totalmente exclusivo, pues se mantiene como el único velocista capaz de ganar la prueba de los 100 metros planos en tres Juegos Centroamericanos y del Caribe, al imponerse en las justas de Barranquilla 1946, Guatemala 1950 y México 1954. Casualmente la hazaña también fue concretada en marzo, sin dudas el mes de la suerte para el agramontino.
En 1946 obtuvo las preseas doradas en los 100 (10 segundos y cuatro décimas) y 200 metros lisos (21.6) y la de plata en el relevo 4x100 (43.1). En la primera prueba superó al jamaicano Herbert McKinley (10.7), en la segunda al panameño Lloyd La Beach (21.7) y al propio McKinley (21.7), y en la posta -junto a Jesús Farrés, Pedro Castillo y Eligio Barbería- sólo entraron detrás de los panameños.
En la lid regional celebrada en la ciudad de Guatemala en 1950, igualmente repite su actuación en el hectómetro (10.3), aunque en esta ocasión es segundo en 200 (21.2) y primero en la posta (41.5). Detrás de él en la primera competencia entraron McKinley (10.4) y La Beach (10.5), y el de Jamaica, ganador también de los 400, lo superó en el medio óvalo con registro de 20.9. En tanto, la cuarteta completada por Farrés, Raúl Mazorra y Dioscórides Wilson adelantó tanto a la jamaicana como a la panameña.
El 4 de marzo de 1954, hizo 10 segundos y cinco décimas a los 34 años, edad a la que muchos especialistas de la velocidad dicen adiós a las lides del músculo. Además, entró segundo como integrante de la cuarteta cubana. Para esta ocasión su escolta en la modalidad más rápida fue el jamaicano Leslie Lang (10.6), ganador también de los 200 y líder de la posta triunfante, por delante de Fortún, Israel Mestre, Mazorra y Manuel Peñalver.
Que conste que el nivel de sus contrarios era elevado, pues entre sus víctimas más renombradas se encontraba el jamaicano McKinley, subcampeón olímpico en la vuelta al óvalo de Londres 1948 y en el hectómetro en Helsinki 1952, y el panameño La Beach, medallista de bronce en la prueba reina de la cita londinense.


Premio para el héroe

Héroe de su delegación, uno de los grandes de la cita, ganador de dos preseas de oro y una de plata ante poderosos contrincantes mejor preparados. Fortún fue el más destacado atleta de la justa. Sólo él, los peloteros y varios gimnastas, en algunas especialidades, cosecharon peldaños cimeros para su delegación.

La prensa rodea de bellas frases al veterano corredor de treinta y un años de edad. En la patria fue recibido... ¡con la cesantía! El Ministerio de Obras Públicas no le perdonó esos días sin laborar, y lo deja sin empleo.

Durante su vida sufrió la pobreza en carne propia, pues sólo gracias a la realización de rifas y colectas públicas pudo competir en Juegos Olímpicos, aunque sus resultados en Londres 1948 y Helsinki 1952 quedaron lejos de su real calidad en esa época.
Tratando de ser absolutamente certeros, no entró a la final de la prueba reina porque entonces existían pocas carrileras y él ocupó la séptima posición, pero comenzó a despejar el camino que seguirían más tarde Enrique Figuerola, Pablo Montes y Silvio Leonard, hasta que la especialidad cayó en una total anemia en los últimos 20 años.
Al triunfo revolucionario cesaron sus penurias, y por años se dedicó a la captación de talentos en su provincia natal.
El 22 de Junio de 1982 dejó de existir en Camagüey, cuando había sido seleccionado para encender la antorcha de los Juegos Centrocaribes de La Habana, pero dos décadas después no se olvidan sus hazañas, por las cuales resultó elegido entre los 100 mejores deportistas cubanos del Siglo XX. Además, fue exaltad
Resultados: se convierte en el primer y único velocista que se adjudica tres medallas de oro consecutivamente en Juegos Centroamericanos y del Caribe o al Salón de la Fama La Confederación Centroamericana y del Caribe de Atletismo.


Fuentes: digital@juventudrebelde.cu

               www.cubahora.cu