Amazona (mitología)

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Amazona (mitología)
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Concepto:Son en las mitologías clásica y griega una antigua nación formada por mujeres guerreras, posiblemente con base histórica. (Imagen:Pintura La batalla de las amazona de Anselm Feuerbach)

Amazona. Las amazonas (en griego antiguo) son en las mitologías clásica y griega una antigua nación formada por mujeres guerreras, posiblemente con base histórica. Heródoto las situó en una región fronteriza con Escitia en Sarmacia. Fueron reinas amazonas notables Pentesilea, que participó en la Guerra de Troya, y su hermana Hipólita, cuyo cinturón mágico fue objeto de uno de los doce trabajos de Hércules. Las amazonas solían representarse en el arte clásico batallando con guerreros griegos en amazonomaquias.

Etimología

El término deriva probablemente de un etónimo iraní, *ha-mazan-, 'guerreros'. Una palabra relacionada probablemente sea la glosa de Hesiquio. (hamazakaran, 'hacer la guerra [persa]', que incluye la raíz indo-iraní kar-, 'hacer', presente también en kar-ma). Una explicación alternativa es que procede del protoindoeuropeo es "sin hombres, sin maridos", pero esta explicación es considerada improbable por Hjalmar Frisk. Los eruditos del siglo XIX vincularon también este término con el etnónimo Amazigh.

Entre los griegos clásicos, la palabra recibía una etimología popular según la cual procedía del a-privativo + mazos ("sin pecho"), relacionado con la tradición etimológica que decía que las amazonas se cortaban o quemaban el pecho derecho, para poder ser capaces de usar el arco con más libertad y arrojar lanzas sin la limitación y obstrucción física. No hay indicios de esta práctica en obras de arte, en las que las amazonas siempre son representadas con ambos pechos, aunque con el derecho frecuentemente cubierto.

En la mitología griega

La litografía del siglo XV representa la guerra de los griegos contra las amazonas. Se decía que las amazonas habían vivido en Ponto (actual Turquía) cerca de la costa del mar Euxino (mar Negro), donde formaron un reino independiente bajo el gobierno de una reina llamada Hipólita ('la que deja sueltos sus caballos'). Se suponía que habían fundado muchas ciudades, entre ellas Esmirna, Éfeso, Sinope y Pafos.

Según el dramaturgo Esquilo, en un pasado lejano, habían vivido en Escitia, en el Palus Maeotis Lago Mareotis, el mar de Azov, pero luego se trasladaron a Temiscira, al Termodonte el río Terme, al norte de Turquía. Heródoto las llamó Andróctonas asesinas de varones y afirmaba que en lengua escita eran llamadas Oiorpata, que habría tenido este significado. Mientras que, en la Ilíada, se nombra a las amazonas como Antianiras las que luchan como varones.

Versiones del mito

En algunas versiones del mito, ningún varón tenía permiso para mantener relaciones sexuales o residir en el país de las amazonas; pero, una vez al año, para evitar la extinción de su raza, estas visitaban a los gargarios, una tribu vecina. Los niños varones que resultaban de estas visitas era sacrificados, enviados de vuelta con sus padres o abandonados a su suerte; las niñas se quedaban con ellas, eran criadas por sus madres y adiestradas en las labores del campo, la caza y el arte de la guerra.

Invadieron Licia, pero fueron derrotadas por Belerofonte, quien había sido enviado a luchar contra ellas por Yóbates, el rey de este país, con la esperanza de que encontrase la muerte a manos de las amazonas. La tumba de Mirina se menciona en la Ilíada, e interpretaciones posteriores la hicieron una amazona: según Diodoro, la reina Mirina las llevó a la victoria contra los atlantes y los gorgones.

Atacaron a los frigios, que fueron ayudados por Príamo, por entonces joven. A pesar de esto, en su vejez, hacia el final de la Guerra de Troya, sus antiguas oponentes se pusieron de su lado contra los griegos bajo el mando de su reina Pentesilea "tracia de nacimiento", quien fue muerta por Aquiles. Todos estos hechos se relatan en la Etiópida.

Uno de los trabajos impuestos a Heracles por Euristeo fue conseguir el cinturón de la reina amazona Hipólita. Para dicha tarea, le acompañó su amigo Teseo, quien raptó a la princesa Antíope, hermana de Hipólita, un incidente que llevó a la invasión del Ática en represalia, donde Antíope pereció luchando junto a Teseo. En algunas versiones, sin embargo, Teseo se casaba con Hipólita y en otras lo hacía con Antíope, quien no moría.

La batalla entre los atenienses y las amazonas se conmemora con frecuencia en un género artístico completo, la amazonomaquia, en bajorrelieves de mármol como el del Partenón o las esculturas como las del mausoleo de Halicarnaso.

Culto heroico

De acuerdo con fuentes antiguas (el Teseo de Plutarco y Pausanias), las tumbas de amazonas podían encontrarse frecuentemente por todo lo que entonces se conocía como mundo griego. Algunas se hallan en Megara, Atenas, Queronea, Calcis, Escotusa en Tesalia y Cinoscéfalos, habiendo también estatuas de las amazonas por toda Grecia.

Tanto en Calcis como en Atenas Plutarco cuenta que había un amazoneum o altar de las amazonas, lo que implicaba la presencia tanto de tumbas como de un culto. El día anterior a las Teseas se ofrecían en Atenas sacrificios anuales a las amazonas. En época histórica las doncellas griegas de Éfeso ejecutaban una danza circular anual con armas y escudos, que había sido establecida por Hipólita y sus amazonas. Inicialmente había erigido estatuas de madera de Artemisa, un bretas.

En el arte

Las amazonas aparecen en el arte griego del período arcaico, relacionadas con varias leyendas griegas. En las obras de arte, los combates entre amazonas y griegos se sitúan al mismo nivel y suelen ser asociados con los combates de griegos y centauros. La creencia en su existencia, si bien en un tiempo aceptada e introducida en la poesía y el arte nacionales, hizo necesario rodearlas tanto como fuera posible con la apariencia de seres no sobrenaturales.

Sus ocupaciones eran la caza y la guerra; sus armas, el arco, la lanza, el hacha, un escudo partido con la forma aproximada de una medialuna llamado pelta, y en el arte más antiguo un casco, cuyo modelo anterior a la cultura griega fue aparentemente la diosa Atenea. En el arte posterior se acercaron al modelo de Artemisa, que llevaba un vestido fino, sujeto por arriba para mayor rapidez; mientras que en vasijas pintadas posteriores su vestido es con frecuencia peculiarmente persa, es decir, pantalones ajustados y un sombrero alto llamado cidaris. Solían montar a caballo, aunque a veces iban a pie.

La batalla entre Teseo y las Amazonas es un tema favorito en los frisos de los templos (por ejemplo, los relieves del friso del Templo de Apolo en Basas, actualmente en el Museo Británico) y en relieves de vasijas y sarcófagos. En Atenas se representaba en el escudo de la estatua de Atenea Partenos y en murales en el Teseion y en el Stoa Poikile. También había tres tipos de estatuas de amazonas estándar.

En la historiografía

Heródoto contaba que los sármatas eran descendientes de las amazonas y los escitas, y que sus mujeres observaban sus antiguas costumbres maternales, "cazando frecuentemente a caballo con sus esposas, acudiendo al campo de batalla y llevando la misma ropa que los hombres". Más aún, decía, "ninguna mujer se casaba hasta haber matado a un hombre en batalla".

En la historia relatada por Heródoto, un grupo de amazonas cruzaron el lago Meótida (mar de Azov) hasta Escitia cerca de la región de los acantilados (actual sureste de Crimea). Tras aprender la lengua escita, accedieron a casarse con los hombres escitas, con la condición de que no les exigirían seguir las costumbres de sus mujeres. Según Heródoto, esta banda se trasladó hacia el noreste, asentándose más allá del Tanais (río Don), y se convirtieron en los ancestros de los sármatas, que lucharon luego con los escitas contra Darío el Grande en el siglo V.

Las amazonas desempeñaron un papel en la historiografía romana. César recordó al Senado la conquista de grandes partes de Asia por parte de Semíramis y las amazonas. Asaltos amazonas con éxito contra Licia y Cilicia contrarrestaron la eficaz resistencia de la caballería lidia contra los invasores. Pompeyo Trogo prestó una atención especialmente detallada a las amazonas. La historia de éstas como procedentes de una colonia capadocia de dos princesa escitas, Ylinos y Scolopetos, se debe a él.

Diodoro relata la historia de Hércules derrotando a las amazonas en Temiscira. Filóstrato las ubica en los montes Tauro, Amiano al este del Tanais, como vecinas de los alanos, y Procopio en el Cáucaso.

Aunque Estrabón se muestra escéptico sobre su historicidad, en general las amazonas siguieron considerándose históricas durante la antigüedad tardía. Varios Padres de la Iglesia hablan de ellas como personas reales. Solino abraza la versión de Plinio el Viejo. Bajo Aureliano, las mujeres godas capturadas eran identificadas como amazonas.

La versión de Justino fue influyente, y fue usado como fuente por Orosio, que fue leído durante la Edad Media europea. Los autores medievales continuaron así la tradición de ubicar a las amazonas en el norte, situándolas Adán de Bremen en el mar Báltico y Pablo el Diácono en el corazón de Germania.

Literatura renacentista

Las amazonas siguieron siendo discutidas por los autores del Renacimiento europeo, y en era de los descubrimientos fueron ubicadas en regiones más remotas aún. El explorador español Francisco de Orellana afirmó que había luchado en el río Marañón en Sudamérica con mujeres guerreras que desde la orilla le disparaba dardos de cerbatanas y flechas. La tradición dice que a partir de entonces el río fue llamado Amazonas o río de las Amazonas. Las amazonas también figuran en los relatos de Cristóbal Colón y Walter Raleigh.

Los autores medievales y renacentistas acreditaban a las amazonas la invención del hacha de guerra. Esto está probablemente relacionado con el sagaris, un arma parecida a un hacha asociada tanto con las amazonas como con las tribus escitas por los autores griegos (ver también kurgan de Aleksandrovo). Paulus Héctor Mair expresa su sorpresa acerca de que tales "armas hombrunas" hubieran sido inventadas por una "tribu de mujeres", pero acepta la atribución por respeto a la autoridad de Juan Aventino.

En el Orlando furioso de Ariosto figura un país de mujeres guerreras, gobernado por la reina Orontea. La épica describe un origen muy parecido al del mito griego, en el que las mujeres, abandonadas por un banda de guerreros y amantes infieles, se congregaron para formar un país en el que los hombres fueron severamente reducidos para evitar que retomaran el poder.

Base histórica

El clasicista Peter Walcot hablaba por la mayoría de los mitógrafos cuando escribió: "Dondequiera que los griegos ubicasen a las amazonas, ya fuera en algún lugar del mar Negro en el lejano norte, o en la Libia del distante sur, siempre era allende los confines del mundo civilizado.

Las amazonas existen fuera del ámbito de la experiencia humana normal." A pesar de todo, hay varias propuestas para un núcleo histórico de las amazonas de la historiografía griega, siendo los candidatos más obvios la Escitia y Sarmacia históricas, en línea con el relato de Heródoto, si bien algunos autores prefieren una comparación con las culturas de Asia Menor o incluso la Creta minoica.

La especulación de que la idea de las amazonas contiene una base real se basa más recientemente en hallazgos arqueológicos de enterramientos, indicativos de la posibilidad de que algunas mujeres sármatas pudieron haber participado en batallas. Estos hallazgos llevaron a los investigadores a sugerir que la leyenda de las amazonas en la mitología griega podría haber sido "inspiradas por guerreras reales", aunque esta opinión sigue siendo minoritaria entre los historiadores clásicos.

Escitia

Las evidencias arqueológicas parecen confirmar la existencia de guerreras, dado el papel activo de las mujeres sármatas en las operaciones militares y la vida social. Los enterramientos de mujeres sármatas armadas suponen cerca del 25% de los enterramientos militares del grupo, y solían ser enterradas con arcos.

"La arqueóloga rusa señala que cuando los hombres escitas estaban fuera luchando o cazando, las mujeres nómadas tendrían que haber podido defenderse a sí mismas, a su ganado y a los pastos."
Vera Kovalevskaya

Durante la época en la que los escitas avanzaron en Asia y lograron la casi hegemonía en el noreste, hubo un periodo de veintiocho años en el que los hombres habrían estado fuera en campaña. Durante este tiempo las mujeres no solo habrían tenido que defenderse, sino reproducirse, y esto bien podría ser el origen de que las amazonas se emparejaban una vez al año con sus vecinos, si Heródoto realmente basó esto en un hecho real.

Antes de que la arqueología moderna descubriese algunos de los enterramientos escitas de doncellas guerreras sepultadas bajo kurganos en el macizo de Altai y Sarmacia, dando por fin forma concreta a los relatos griegos de amazonas a caballo, el origen de la historia de las amazonas ha sido objeto de especulación entre investigadores clásicos.

Creta minoica

Cuando la arqueología minoica estaba aún en su infancia, surgió a pesar de todo una teoría, expuesta en un ensayo sobre las amazonas contribuido por Lewis Richard Farnell y John Myres al libro Anthropology and the Classics de Robert R. Marett, que ubicada sus posibles orígenes en la civilización minoica, prestando atención a las similitudes pasadas por alto entre ambas culturas. De acuerdo con Myres, las costumbres interpretadas gracias a las evidencias proporcionadas por supuestos cultos de amazonas parecen haber sido muy parecidas e incluso pueden haberse originado en la cultura minoica.

Representaciones modernas

Se ha advertido que hasta el siglo XX, las amazonas han sido representadas típicamente en la literatura como un adversario extranjero que amenazaba la masculinidad de los héroes. Como tales, una meta clásica de los héroes ha sido derrotarlas y humillarlas como forma de reafirmar la superioridad masculina.

Ya el siglo XX, las amazonas fueron representadas con creciente simpatía. Actualmente, la representación típica de estos personajes es como una comunidad aislada de poderosas y bellas guerreras, teniendo los héroes masculinos el reto de ganarse su respeto para convertirlas en valiosos aliados. El ejemplo moderno más famoso de una amazona es la superheroína Wonder Woman. Las amazonas también aparecen con frecuencia en las series de televisión Xena: la princesa guerrera y Hércules: Los viajes legendarios.

Fuentes

  • Eckard Wolff-Postler. Las Amazonas y la Guerra de Troya
  • Stricker, Wilhelm. Die Amazonen in Sage und Geschichte. Berlín: Lüderitz, 1868
  • Klügmann, Adolf. Die Amazonen in der attischen literatur und kunst. Eine archaeologische abhandlung. Stuttgart: W. Spemann, 1875
  • Krause, Hermann Leopold. Die Amazonensage, kritisch untersucht und gedeutet. Berlín: R. Heinrich, 1893.