Antonio Santiago García

Tony Santiago García
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Combatiente revolucionario cubano
NombreSantiago García, Antonio
Nacimiento19 de septiembre de 1923
ciudad de Placetas,
provincia de Las Villas,
Cuba Bandera de Cuba
Fallecimiento9 de enero de 1961 (37 años) 
aguas internacionales del mar Caribe,
cerca del estado de Florida,
Estados Unidos Bandera de los Estados Unidos de América
Causa de la muerteametrallado por embarcación pirata
Nacionalidadcubana
Otros nombresTony,
agente Oliverio
Ocupaciónmilitar
CónyugeAleida Silvia Bello Miranda
HijosAntonio y Ricardo

Antonio Tony Santiago-García (Placetas, 19 de septiembre de 1923 - mar Caribe, 9 de enero de 1961) fue un líder y mártir revolucionario que se infiltró en las filas enemigas para combatir el terrorismo. Participó en la lucha insurreccional contra la dictadura de Fulgencio Batista. Se vinculó al Directorio Revolucionario 13 de Marzo y fue uno de los fundadores del Frente de las Villas en 1958, donde alcanzó el grado de comandante del Ejército Rebelde.

Síntesis biográfica

Nacimiento

Nació en el seno de una familia de clase media que formaron Mardonio Santiago Valdés y Leocadia García Conde.

Estudios

Los primeros años de su vida transcurrieron en su ciudad natal, donde realizó sus primeros estudios en reconocidos colegios placeteños. La enseñanza primaria la cursó en la Academia de José Martín. El bachillerato lo inició en el Colegio Luz y Caballero y continuó después en Cienfuegos como alumno interno del Colegio Champañat, donde no los concluyó con la finalidad de trabajar.

Trayectoria laboral

Su vida laboral la inició en su pueblo natal como mensajero de farmacia y después como estibador de tercios de tabaco en un almacén de la compañía que dirigía su hermano.

  • En 1941 se trasladó a Estados Unidos, donde comenzó a trabajar y estudiar. Se alistó voluntariamente como soldado de la Marina de Guerra estadounidense, en la cual participa en numerosos combates del Pacífico.
  • En 1946, concluida la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) se dio baja de la Marina, regresó a Cuba y se estableció en Placetas, donde se desempeñó en diferentes oficios.
  • En 1948 se casó con Aleida Silvia Bello Miranda, de cuya unión nacieron sus dos hijos, Antonio y Ricardo.
  • En 1950 comenzó a trabajar como chofer de un camión primero y después chofer de alquiler con un automóvil de su propiedad, con lo cual entró en contradicción con sus familiares y con la clase opulenta de la sociedad placeteña, quienes se indignaban con Tony, y este sin un solo rasgo de vergüenza solía pregonar frente a ellos en voz alta su viaje: “Arriba, Santa Clara”.

Trayectoria política

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En ese mismo año (1950) comenzaron a surgir discrepancias entre los choferes de alquiler, llamados boteros, y la administración de la línea de ómnibus de Santa Clara a Sancti Spíritus, ya que esta última se oponía a permitir que los choferes de alquiler continuaran efectuando viajes desde Placetas hasta Santa Clara. Estas pugnas se acrecentaron tanto que la policía comenzó a impedirles el trabajo.

Inconforme con esta situación, Tony, que ya despuntaba como agitador político, organizó a sus compañeros por la justa demanda de sus derechos. Al frente de un grupo de choferes se declaró en huelga, y tomó el Ayuntamiento Municipal de Placetas durante siete días, en demanda de su derecho a transportar pasajeros y por la rebaja del precio de la gasolina. La actitud de los choferes de alquiler obligó al entonces alcalde municipal a buscar un entendimiento entre ellos y la empresa transportista. La huelga culminó con éxito, fueron concedidas las demandas que exigían los manifestantes, y quedó solucionado el conflicto.

El incidente agravó la situación económica y política de Tony Santiago. Reconocido por todos como un líder del movimiento obrero, no conseguía empleo en Placetas, por lo que tuvo que trasladarse hacia La Habana.

En la capital siendo empleado de la fábrica de fósforos, la Consolidada Industrial S. A., ante las injusticias que cometía el dueño sobre los trabajadores, se dio a la tarea de organizar un sindicato obrero que representara y defendiera los intereses de los mismos. Cuando se produjo el golpe de estado de Fulgencio Batista el 10 de marzo de 1952, la administración de la fábrica despidió a Tony y lo acusó de comunista.

La situación imperante en el país y su repercusión en el ámbito personal, obligó a Tony a viajar nuevamente a Estados Unidos a mediados de 1952.

Trayectoria revolucionaria

Después de producirse el Asalto al Palacio Presidencial el 13 de marzo de 1957, Tony entró en contacto con los primeros exiliados revolucionarios que llegaron a Estados Unidos. La casa de Tony ―situada en 708 South West 19 Ave. (de la ciudad de Miami)― se convirtió en un verdadero refugio para todos los exiliados que llegaban a la ciudad.

Tony participó en la recaudación de fondos para la lucha, trató de conseguir armas y trazó planes para lograrlo, asistió a las reuniones que tuvieron lugar con un máximo de seriedad y cautela, estuvo presente en los actos de repudio que se realizaron en Estados Unidos contra el régimen tiránico de Fulgencio Batista y colaboró eficientemente en los preparativos que se efectuaban para organizar la expedición que arribaría a Cuba por Nuevitas (provincia de Camagüey), con destino al Escambray.

A pesar de que la decisión era que Tony Santiago se quedara en Estados Unidos brindando ayuda a otros luchadores, ante el reclamo de este se le dio la oportunidad de regresar a Cuba para incorporarse a la lucha armada.

El 2 de febrero de 1958 regresó por vía aérea a La Habana. Inmediatamente se trasladó a la ciudad de Sancti Spíritus e hizo contacto con los miembros del Directorio Revolucionario 13 de Marzo que lo ayudarían.

Se incorporó a la tropa del Directorio Revolucionario 13 de Marzo en el Escambray, bajo el mando de Faure Chomón. Después de la expulsión de Eloy Gutiérrez Menoyo de estas fuerzas, Tony Santiago asumió la jefatura del Comando 13 de Marzo. Participó en los combates de La Diana, Charco Azul, Río Negro, La Felicidad, Banao, Michelena, La Papelera, Pico Tuerto, Dos Bocas, Veguitas, Manantiales, Güinía de Miranda, Placetas, etc.

La jefatura del Directorio Revolucionario 13 de Marzo, designó al comandante Tony Santiago como uno de los oficiales que recibiría a la Columna Invasora 8 Ciro Redondo bajo el mando del comandante Ernesto Che Guevara.

El 1 de diciembre de 1958 se firmó el Pacto del Pedrero, fruto de la ingente labor realizada por el Che en función de la unidad desde su arribo a la Sierra del Escambray. Fue firmado entre el Movimiento 26 de Julio y el Directorio Revolucionario 13 de Marzo, el cual se hizo extensivo al resto de las organizaciones revolucionarias que desearan firmarlo, incluido el Partido Socialista Popular (PSP) que manifestó inmediatamente su disposición a favor de la unidad. El comandante Tony Santiago estuvo presente durante la firma del Pacto, al ser designado por sus cualidades revolucionarias para participar oficialmente en tan importante hecho.

Después de firmado el Pacto del Pedrero, una nueva misión le fue encomendada al comandante Tony Santiago: debía regresar a Estados Unidos para agilizar un envío de armas que al movimiento clandestino le había sido imposible hacer llegar a Cuba. Cumpliendo la tarea encargada le sorprendió el triunfo de la Revolución, el 1 de enero de 1959.

A su regreso a Cuba le fueron asignadas nuevas tareas a las que se dedicó con entusiasmo.

La avaricia y las confabulaciones de sus antiguos compañeros sembraron intriga alrededor de la personalidad del comandante Tony Santiago, quien el 23 de octubre de 1958 pidió su dimisión de comandante.

Labor secreta

Ocupando el cargo de superintendente de Transporte por Carretera, elementos contrarrevolucionarios le hicieron proposiciones para traicionar a la Revolución cubana. El cabecilla de estos individuos era el conocido por El Doctorcito; su nombre era Vladimir Rodríguez Fajardo, quien le propuso integrarse a la organización contrarrevolucionaria MACU (Movimiento Anticomunista Católico Unido) que tenía relaciones con la embajada de Estados Unidos en Cuba y con la CIA. Tony le informó a su jefe inmediato superior, el entonces ministro de Transporte, comandante Julio Camacho Aguilera. La información trascendió a la más alta dirección del país hasta llegar al comandante Ramiro Valdés, jefe del DIER. Inmediatamente la Seguridad del Estado contactó con Tony Santiago.

Los órganos de la Seguridad del Estado cubano determinaron que Tony se infiltrara en las filas de la contrarrevolución e informara sobre sus acciones con el nombre de “agente Oliverio”.

En 1960 era la tercera vez que un jefe de la CIA viajaba a La Habana para establecer contacto con organizaciones contrarrevolucionarias. El asunto que le traía a la isla era la organización del Bandidismo en Cuba. El jefe del área centroamericana, Luis C. Herbert, se reunió por mediación de un agente de la CIA, Míster Davis, cuyo verdadero nombre era Marcos Behar, con los cabecillas contrarrevolucionarios José Ramón Ruiz Sánchez (autotitulado comandante Augusto), y Vladimir Rodríguez (El Doctorcito). También participó en el encuentro Tony Sileo, jefe de estación de la CIA en La Habana.

En esta reunión el comandante Augusto propuso incluir en los planes de la organización a un ex- comandante del Ejército Rebelde descontento con la Revolución, buen conocedor de la zona del Escambray y con experiencia en la guerra. Su nombre: Tony Santiago.

El 9 de septiembre de 1960, en su primer informe, el agente Oliverio informaba sobre la conspiración de la organización contrarrevolucionaria MACU y la propuesta de que le hicieran de asumir la jefatura de acción de esta organización.

Con el trabajo encubierto del agente Oliverio se frustraron varios planes de acciones terroristas, incluido un atentado contra la vida del comandante en jefe Fidel Castro. También con sus informes contribuiría a neutralizar la Operación Silencio de la CIA.

Muerte

El 8 de enero de 1961, partió hacia los Estados Unidos a cumplir una misión que se convirtió en un viaje sin regreso. Ese día, Tony comunicó al Departamento de Seguridad del Estado que partiría con dos enemigos para Caibarién, donde abordaría un barco pesquero llamado El Pensativo rumbo a Estados Unidos.

El 9 de enero de 1961, el agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) Antonio Pérez Quesada (Antoñico), elemento contrarrevolucionario, natural de Caibarién, tripulando una lancha pirata, interceptó en alta mar a la embarcación cubana El Pensativo que transportaba a los agentes de la Seguridad del Estado, comandante Antonio (Tony) Santiago García, Lisandro Sánchez Nieto, Juan Bautista Hernández Roig y Francisco Pequeño Sáez, quienes en cumplimiento de una misión operativa de la Seguridad del Estado se dirigían, a bordo de dicha embarcación, hacia Estados Unidos. Los atacantes dispararon varias ráfagas sobre los revolucionarios, que dividieron en dos el casco de la pequeña embarcación. Tony y sus compañeros, flotando en el mar, gritaron “¡Patria o muerte!”. Entonces, con más odio fueron ametrallados.

Durante un tiempo no se supo más de él, se desconocía lo que podía haber ocurrido, todo permaneció en silencio durante tres largos años. En 1964 se despejó la incógnita pues un agente de la Seguridad de Estado cubana infiltrado en Miami sostuvo una conversación en una taberna con Antoñico, quien reveló orgulloso cómo habían asesinado a Tony y todos los tripulantes.

El comandante Tony Santiago había logrado penetrar importantes niveles de organización de la CIA en Cuba, incluyendo sus conexiones con el bandidismo en el Escambray, llegando a sostener contacto, en las montañas, con el cabecilla de bandidos Evelio Duque. Los informes de Tony Santiago frustraron planes de la contrarrevolución y permitieron que, tres meses después, la invasión a Playa Girón no encontrara a su patria desprevenida.

El secreto no pudo ser revelado inmediatamente porque otros compañeros de la Seguridad del Estado infiltrados en organizaciones contrarrevolucionarias continuaban trabajando activa y eficazmente por la causa revolucionaria. Años más tarde, en 1970, se reveló la impresionante verdad: el comandante Tony Santiago murió mientras cumplía en las filas del enemigo, una misión encomendada por los órganos de la Seguridad del Estado. Con su muerte la Revolución había perdido a un hijo digno, fiel a su pueblo y a su patria.

Fuentes