Dilma Rousseff

Dilma Rousseff
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Dilma rousseff.jpg
Economista y política brasileña

Escudo de la República Federal de Brasil

Presidente de la República Federal de Brasil
1 de enero del 2011 - 31 de agosto de 2016
VicepresidenteMichel Temer
PredecesorLuiz Inácio Lula da Silva
SucesorMichel Temer
Escudo de Armas de Brasil.png
Ministra de Minas y Energía
2003 - 2005
Datos Personales
NombreDilma Vana Rousseff
Nacimiento14 de diciembre de 1947 (77 años aprox.)
Belo Horizonte,Bandera de Brasil Brasil
EducaciónCiencias Económicas
Alma materUniversidad Federal de Minas Gerais
Universidad Federal de Río Grande del Sur
Partido políticoPartido de los Trabajadores (PT)
Creencias religiosasCatólica
CónyugeCláudio Galeno de Magalhães Linhares (1967-1969)
Carlos Franklin Paixão de Araújo (1969-2000)
HijosPaula Araújo Rousseff de Covolo
PadrePedro Rousseff
MadreDilma Jane Coimbra Silva

Dilma Vana Rousseff. Política brasileña que desde 2010 ostentó la presidencia de Brasil, tras una holgada victoria en las elecciones presidenciales en las que contó con el apoyo de su predecesor y compañero de partido, Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010). Es la primera mujer que alcanzó la más alta jefatura de la república y la tercera en Sudamérica en alcanzar la presidencia, solo antecedida por la argentina Cristina Fernández y la chilena Michelle Bachelet.


Desde el año 2015 comienza a gestarse un Golpe de Estado contra la mandataria, bajo la figura de juicio político conocido como impeachment, por haber supuestamente “maquillado” cuentas públicas a través de las llamadas “pedaladas fiscales”. El 31 de agosto de 2016 unos 61 senadores aprobaron la destitución de su cargo de la presidencia y consumaron así el golpe parlamentario contra la mandataria constitucional. No obstante, Rousseff no fue inhabilitada para ejercer cargos públicos.

Síntesis biográfica

Rousseff nació en la ciudad de Belo Horinzonte, al norte de Brasil el 14 de diciembre de 1947. Hija de Dilma Jane Coimbra Silva y del empresario y abogado búlgaro Pedro Rousseff, miembro activo del Movimiento Comunista Búlgaro, que inicialmente tuvó que emigrar a Francia por motivos políticos en 1929 donde vivió hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Posteriormente el matrimonio Rousseff se mudó a Argentina y finalmente a Brasil.

Dilma cursó sus primeros estudios en colegios privados de ideario católico. A finales de 1970 contrajo matrimonio con otro de los integrantes del movimiento guerrillero, Carlos Franklin Paixão de Araújo, con quien tuvo su única hija, estableciéndose en el Estado de Rio Grande do Sul. En 1977, se graduó en la Escuela de Ciencias Económicas de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul.

Amenaza de cáncer

El 26 de abril de 2009 anunció que tres semanas antes le había sido detectado un cáncer linfático y que tendría que someterse a un tratamiento de quimioterapia, aunque afirmó que no disminuiría su ritmo de trabajo. Añadió que ya se le había extirpado un tumor, y que, dado el tamaño y su situación, el tratamiento contaba con una alta probabilidad de curación[1].

Vida política

Con dieciséis años ingresó en una organización de signo trotskista, Política Operária. Tres años más tarde en (1964), cuando Rousseff era estudiante de Ciencias Económicas en la Universidad Federal de Minas Gerais, tuvo lugar el golpe de Estado que instauró en Brasil una dictadura militar en donde pasó a formar parte del movimiento de la resistencia.

Una joven Rousseff comparece ante los tribunales militares

La situación política del país radicalizó su militancia, propiciando su ingreso en el Comando de Liberación Nacional (1967) y, a partir de 1969, en la Vanguardia Armada Revolucionaria Palmares, organizaciones que practicaron la lucha armada contra el régimen castrense.

Dilma Rousseff luchó durante la dictadura militar en varios grupos revolucionarios. Ella siempre ha asegurado que nunca disparó ni mató a nadie. Ha contado que escondía las armas de sus compañeros de lucha debajo de su cama y que lo único que sabía era “armar y desarmar” fusiles y pistolas, que nunca llegó a usar. Tanto predicamento alcanzó en el seno de estas fuerzas que llegó a ser conocida como Papisa de la subversión y Juana de Arco de la guerrilla. Durante sus dos años de cárcel se comunicaba con sus compañeras reclusas a través de mensajes que dejaban en la caja de arena donde hacía sus necesidades un gato, que ellas cuidaban en la cárcel junto con una tortuga[2].

Detenida en 1970, permaneció encarcelada y torturada hasta 1973. Tras su liberación se estableció en Porto Alegre, donde reanudó los estudios de Economía. Allí volvió a la actividad política, en las filas del Partido Democrático Trabalhista 1979), después de ser indultada por el gobierno.

Entre 1991 y 1995, durante el gobierno de Alceu Collares en Río Grande do Sul, fue nombrada secretaria de Energía, cargo que duró hasta 1998. En 1999 Rousseff se ve forzada a abandonar el Partido Democrático Laborista y se integra en el Partido de los Trabajadores, manteniéndose así en el gobierno.

Papel en el gobierno de Lula

Su trabajo fue consagrado durante el gobierno del presidente Lula como ministra de Minas y Energía y,desde 2005, como ministra-jefe de la Casa Civil, puesto donde tuvo bajo su mando las principales acciones del poder ejecutivo. Dirigió el Programa de Aceleración del Crecimiento, así como los proyectos sociales Luz para Todos, Mi Casa, Mi Vida, y definió las reglas para la exploración y explotación de los enormes yacimientos de petróleo y gas hallados en aguas ultraprofundas del mar frente a la costa Atlántica. Rousseff fue también presidenta del consejo de directores de la empresa estatal petrolera brasileña Petrobras.

Campaña electoral

Dilma y el expresidente Lula durante un acto de campaña en 2010, con vistas a las elecciones presidenciales de dicho año

En febrero de 2010, durante el 4º Congreso del Partido de los Trabajadores, Dilma fue electa candidata oficial del PT para las elecciones presidenciales. Durante la campaña electoral defendió una propuesta programática continuista con respecto a las líneas maestras de la política de Lula: lucha frontal contra la pobreza, seguridad jurídica para las inversiones extranjeras y la iniciativa privada nacional, y fortalecimiento de los lazos de cooperación diplomática y económica con las demás naciones latinoamericanas.

A pesar de las encuestas que daban a Rousseff como segura ganadora, durante la primer vuelta electoral, realizada el 3 de octubre, recibió el 46,91 por ciento de los votos válidos, inferior al 50 por ciento más uno requerido para definir la disputa presidencial en esa fecha, aunque con 14 puntos porcentuales por encima de su más cercano seguidor, José Serra[3]. La sorpresa del 3 de octubre fue el 20 por ciento que dejó en lejano tercer lugar a la ex ministra Marina Silva, alejada de las filas del PT y postulada por el Partido Verde. El haberse convertido en la tercera más votada la hizo de pronto figura, y noticia perdurable solo hasta que, a escasos días de esta segunda confrontación, decidió no dar su apoyo a ninguno de los dos candidatos que se mantenían en liza (Dilma y Serra) y dejó a sus votantes «libres» de adoptar su propia elección; algo que sin duda ellos habrían hecho por sí mismos, independientemente de la voluntad de Silva. Su reciente llegada al Partido Verde no hacía pensar que tuviera cautivo un voto que traspasar a uno u otro contendiente. No obstante, la postura de Marina ocupó buena parte de la atención durante el lapso que medió entre la primera ronda y esta, donde lo otro destacado ha sido la campaña de descrédito que desató Serra contra Dilma Rousseff.

Segunda vuelta electoral

Dilma Rousseff durante un acto de campaña en la ciudad de Río de Janeiro

El 29 de octubre una encuesta realizada por Datafolha y publicada por el diario Folha, reflejó que Rousseff poseía el 56 por ciento de los votos válidos y Serra, aspirante por el opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), 44 por ciento. Ese resultado es exactamente el mismo al obtenido por las dos anteriores consultas de Datafolha, los días 26 y 21 de octubre, respectivamente, con la diferencia que los indecisos disminuyeron de ocho a cuatro por ciento.

En la segunda ronda de las elecciones, el 31 de octubre de 2010, fue electa presidenta. Los resultados fueron hechos públicos con el 92,5% de los votos, obteniendo el 55,4%, contra el 44,5% del opositor José Serra, con lo cual la elección está matemáticamente definida[4][5].

Por primera vez una mujer va a presidir Brasil y les digo mi primer compromiso: honrar a las mujeres brasileñas, para que este evento pueda repetirse en las entidades de toda nuestra sociedad. La igualdad entre hombres y mujeres en la sociedad, es un principio esencial de la democracia, y me gustaría que los padres y las madres de las niñas les dijeran hoy que la mujer puede.

(...)En esta larga jornada pude visitar todas nuestras regiones y lo que me dio mayor confianza fue la capacidad inmensa de nuestro pueblo de construir un mundo mejor para ellos mismos y sus familias.

"Dilma Rousseff, pronunciando un discurso el domingo 31 de octubre de 2010, en Brasilia, durante el mitin de celebración de su victoria contra José Serra, del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales

Refuerzo mi compromiso fundamental que mantuve en mi campaña: la erradicación de la miseria y la igualdad de oportunidades para todos y todas las brasileñas. Esta meta no será solo realizada por la voluntad del gobierno. Estoy haciendo un llamado a la nación, a los trabajadores, a los empresarios, a todas las personas de bien de nuestro país. No podemos descansar mientras haya brasileños con hambre y abandonados. La erradicación de la miseria es una meta que asumo, pero para la cual pido el apoyo de todos su cooperación.

Brasil es una tierra generosa y siempre nos va a devolver cada semilla sembrada con mano amorosa y mirada hacia el futuro. El gobierno de Lula, caracterizado por una inmensa movilidad social, se hizo posible un sueño que siempre pareció imposible.

Tendremos un arduo trabajo para mantener esta nueva era de prosperidad económica, en una época en que la economía de las grandes naciones está afectada. Por eso son cada vez más importantes nuestras políticas, nuestro propio mercado y nuestras propias decisiones económica. Estoy lejos de decir que pretendemos cerrar el país al mundo. Seguiremos impulsando las amplias relaciones comerciales con todos los países. Tenemos grandes responsabilidades en un mundo que aún enfrenta los retos de una crisis financiera de grandes proporciones que recurre a mecanismos no siempre equilibrados. Debemos evitar la especulación desmedida y vamos a actuar con firmeza en los foros internacionales, vamos a cuidar nuestra economía con toda responsabilidad, el pueblo brasileño no acepta más la inflación, no acepta que los gobiernos gasten más de lo sostenible.

Vamos a hacer todos los esfuerzos para mejorar la calidad del gasto público y debemos ajustar las necesarias inversiones para el bien del país. Vamos a buscar el desarrollo a largo plazo y las tasas sostenibles, vamos a buscar la excelencia del servicio público, voy a ampliar los límites de los negocios y voy a construir modernos mecanismos de perfeccionamiento económico, como hizo el gobierno de Lula.

Vamos a realizar muchos de nuestros objetivos sociales y dar al pueblo de nuestro país la parte más importante de nuestras riquezas. Me comprometí con la calificación de la educación y de los servicios de salud, con la mejora de la seguridad pública y el combate a las drogas. Reafirmo aquí esos compromisos. No me quiero extender en este primer discurso al país, pero quiero registrar que todos los compromisos los voy a seguir de manera dedicada y cariñosa."
Fragmento del discurso de Dilma Rousseff realizado el 31 de octubre de 2010 tras conocer los resultados electorales

Presidenta de Brasil

Toma de posesión

El compromiso de Dilma Rousseff de trabajar arduamente para erradicar la miseria, y una multitudinaria despedida al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, fueron los momentos más trascendentales de la ceremonia de toma de posesión de la primera mujer en la historia que asume la presidencia de Brasil. Delegaciones de más de 130 países participaron en el acto de asunción; entre ellas la de Cuba, Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia, Perú, España, Estados Unidos, entre otras. Durante su extenso y emotivo discurso, Dilma delineó los principales objetivos de su administración, basada en la continuidad y el avance de lo obtenido en los ocho años de mandato de su antecesor Luiz Inácio Lula da Silva, a quien elogió en varios momentos de su intervención. Después de destacar el avance social de las clases más bajas durante el Gobierno de Lula, del que fue jefa de ministros, puntualizó que su objetivo central será trabajar «obstinadamente para erradicar la pobreza extrema o miseria», y la creación de oportunidades para todos los brasileños.

Dilma y Lula durante la ceremonia de toma de posesión en enero de 2011
"Voy a honrar a las mujeres, proteger a los más frágiles y gobernar para todo (...)No descansaré mientras haya brasileños sin alimentos en la mesa, mientras haya familias en las calles, mientras haya niños abandonados. La familia es el alimento, la paz y la alegría. Este es el sueño que voy a perseguir"
Fragmento del discurso de Dilma Rousseff realizado el 1 de enero de 2011[6][7]

Sobre Lula, Rousseff aseguró:

"(...)es el presidente que cambió la forma de gobernar y llevó al pueblo brasileño a confiar en el futuro"
Fragmento del discurso de Dilma Rousseff realizado el 1 de enero de 2011

Política interna

Cuatro meses después de su ascenso como presidenta, Rousseff tuvo que hacer frente al primer suceso social de su etapa como presidenta, luego de que un antiguo estudiante de una escuela de la ciudad de Río de Janeiro asesinara a 10 compañeros de clase e hiriera a cerca de 18 personas[8].

No era y no es característica de este país vivir este tipo de crimen. Estamos todos unidos en el repudio a este acto de violencia, contra niños indefensos. Por eso quiero rendir homenaje a estos niños inocentes que perdieron la vida y el futuro en este crimen”, dijo la presidenta. (...)pido un minuto de silencio para que mostremos nuestro homenaje a estos brasileritos que fueron retirados tan prematuramente de la vida
Dilma Rousseff, 7 de abril de 2011

La sensibilidad y el apoyo mostrado con las víctimas y sus familiares fue muy bien recibido por la población, quien durante una encuesta en mayo de 2011, destacó la importancia del apoyo de la sensibilidad de la presidenta brasileña.

Otro de sus éxitos y avales positivos a su desempeño como presidenta fue su vinculación en temas como la alfabetización y la salud. En el caso del primer tema, en agosto de 2011, ratificó el compromiso de su gobierno con la alfabetización de jóvenes y adultos en este país, donde 15 millones de personas no saben leer ni escribir, según datos oficiales. Al ser Cuestionada por qué el gobierno federal no está más interesado en la educación de jóvenes y adultos, la mandataria señaló que en los últimos años aumentaron considerablemente los recursos destinados a esa tarea y refirió que desde 2003 se desarrolla en todo el país el Programa Brasil Alfabetizado. Aclaró que la prioridad está en 1 928 municipios brasileños que presentan las tasas más altas de analfabetismo.

Imagen internacional

Al igual que su antecesor y mentor, el expresidente Lula da Silva, Dilma ha trabajado en pos de fortalecer la imagen de Brasil como nación fuerte e implicada en las discusiones políticas de alto nivel. Desde su primera reunión internacional, entonces como presidenta electa, durante su asistencia a la reunión anual del G20 realizada en Corea del Sur, a donde asistió de conjunto con Lula[9]. Tras su ascenso al poder se ha caracterizado por su intento de fortalecer la imagen de Brasil como potencia internacional y autoridad regional, además ha trazado como principales puntos de su agenda internacional el lograr la reforma de la Naciones Unidas, permitiendo el acceso de Brasil como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU.

Relaciones con Cuba

Rousseff a su llegada a La Habana

El primer contacto con Cuba y su gobierno una vez iniciado su gobierno en enero de 2011, se produjo durante las actividades posteriores a su toma de posesión cuando se reunión con el primer vicepresidente cubano, José Ramón Machado Ventura[10]. Un año después, el 17 de enero de 2012, durante una visita a la capital cubana, del canciller brasileño, Antonio Patriota anunció la posibilidad de un viaje de Rousseff en menos de 15 días. Efectivamente, el 30 de enero de 2011, una radiante Rousseff bajaba del avión presidencial y era recibida en la loza del Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana, siendo recibida por el ministro de Asuntos Exteriores cubano, Bruno Rodríguez Parrilla. Un día después, minutos antes de ser recibida por el presidente cubano, Raúl Castro expresó sus perspectivas en cuanto a las relaciones Cuba-Brasil.

Elecciones 2014

Durante la convención celebrada en Brasilia, el gobernante Partido de los Trabajadores (PT) proclamó oficialmente a Rousseff, como candidata a la reelección en los comicios de octubre de 2014, también fue confirmada la alianza con el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), mayor fuerza electoral de Brasil y principal aliado del PT en la coalición oficialista, y la candidatura de Michel Temer a la reelección a vicepresidente[11].

Resultó vencedora en la segunda vuelta electoral, siendo reelecta con 51,64 por ciento de los votos, sobre su contendor, el socialdemócrata Aécio Neves, quien obtuvo 48,36 por ciento de los sufragios[12].

Dilma Rousseff llega a su segundo mandato tras haber obtenido importantes avances en la lucha contra la pobreza, el hambre y la desigualdad en Brasil según reconocen organismos internacionales como la ONU[13].

En esta nueva etapa su gestión de gobierno se enfocará en:

  • Reforma del sistema político y electoral de Brasil para resolver las distorsiones del modelo representativo y ahondar la participación popular.
  • Descentralización de los servicios públicos. Fortalecimiento de los planes sociales Bolsa Familia, Luz para todos, Más médicos y Mi casa, mi vida, en todo el territorio brasileño.
  • Mayor inversión en el área educativa y de salud con recursos provenientes de la redistribución de la renta petrolera con Petrobras como palanca de desarrollo social.

Lucha contra la corrupción y el lavado de activos

  • Rescate de la memoria histórica de los brasileños en su lucha contra la dictadura. Activación de la Comisión de la Verdad.
  • En materia de política exterior su prioridad continuará siendo América Latina, África, Asia y el mundo árabe.
  • Su programa recalca el impulso a la integración regional, a organismos como UNASUR, CELAC, MERCOSUR y los BRICS como eje fundamental en la construcción de un mundo multipolar a tono con las transformaciones económicas, políticas y sociales en el continente.

Golpe parlamentario

El 12 de febrero del 2015, Eduardo Cuhna, en ese entonces presidente de la Cámara de Diputados y miembro del Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), aceptó el pedido de apertura del proceso de destitución contra la presidenta Rousseff. Cunha aceptó la solicitud presentada por los abogados y juristas Hélio Bicudo, fundador del Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff, Miguel Reale Junior, exministro del Gobierno de Fernando Enrique Cardoso y Janaína Paschoal[14][15].

Posteriormente, en mayo del 2016 el Senado votó a favor del juicio político contra la mandataria, esto forzó la separación de su cargo por un periodo de 180 días.

Durante este período se analizaron las pruebas que supuestamente vinculaban a la presidenta apartada con las nombradas “pedaladas fiscales”, lo que supone que el Gobierno atrasó sistemáticamente el envío de recursos a los estatales Banco do Brasil, Caixa Económica Federal y Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), cantidades que supuestamente fueron utilizadas para pagar programas sociales antes de la reelección en el 2014.

Rousseff decidió en julio del 2016 no comparecer ante el Senado brasileño, debido, en parte, a la falta de pruebas sólidas sobre el supuesto crimen de responsabilidad del cual fue acusada.

Para entonces, un informe presentado por técnicos del Senado exculpaba a Rousseff de las acusaciones por maniobras fiscales, las cuales supusieron una de las causas que llevaron a la apertura del juicio político. Según el informe, no existía una acción directa que hubiera contribuido al atraso de 3,5 millones de reales (1 millón 036 mil 390 dólares) en pago a los bancos públicos por parte del Tesoro Nacional Brasileño.

Además de las “pedaladas fiscales”, práctica que permite mejorar de forma engañosa las cuentas del Gobierno Federal, elevando el gasto público para financiar programas sociales, también fue acusada de dictar tres decretos sin aprobación legislativa, ignorando las metas fiscales aprobadas previamente por el Congreso, una estrategia contable que, según la defensa de Rousseff, fue utilizada anteriormente por varios Gobiernos que están en la oposición.

La denuncia original incluía denuncias de corrupción relacionadas con el fraude a Petrobras, que fueron excluidas por el entonces presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, quien se centró en las faltas fiscales.

El abogado general de la República, José Eduardo Cardozo, reiteró que Rousseff no incurrió en delito de responsabilidad, por lo cual, no debería desarrollarse el proceso.

Durante su defensa del 12 de mayo, cuando el Senado aprobó el impeachment, Cardozo resaltó:

"Se está cometiendo una injusticia histórica en la que procedimientos como el derecho de defensa son usados para dar legitimidad a un proceso que viola la Constitución"

Asimismo, el abogado manifestó que Rousseff no debió ser juzgada por el Congreso, dado el sistema presidencialista que hay en Brasil y que solo el Tribunal Supremo puede juzgar al presidente de la República, y añadió que no existe el juicio político “a menos que sea una situación muy grave”, un caso excepcional.

El 31 de agosto de 2016 unos 61 senadores a favor, y 20 en contra, de 81 en total, aprobaron la destitución del cargo de la presidenta Dilma Rousseff y consumaron así el golpe parlamentario contra la mandataria constitucional de ese país[16].

La votación final sobre el juicio político estuvo dividida en dos rondas, una para decidir sobre la destitución de la mandataria, y otra sobre la inhabilitación política por un lapso de ocho años.

Minutos después de votar la destitución, el Senado brasileño votó por separado –de acuerdo a un pedido del Partido de los Trabajadores– la inhabilitación por ocho años para ejercer cargos públicos, lo que resultó en una victoria para Rousseff, ya que la oposición no alcanzó los dos tercios necesarios para dejarla fuera del juego político. La votación resultó con 41 votos a favor de inhabilitar a la expresidente, 36 en contra y 3 abstenciones, sobre el total de 81 senadores. Así, la estrategia planteada por los senadores del PT al inicio de la sesión resultó un acierto.

La defensa de la presidenta apartada calificó el juicio político como una “farsa” porque no se le probaron casos de corrupción vinculados al escándalo de Petrobras y los argumentos de la parte acusatoria eran “débiles”.

Durante el proceso, se filtraron grabaciones secretas que demostraron que el impeachment solo fue un intento de frenar las investigaciones del megaescándalo de corrupción en la estatal Petrobras, que golpeó tanto al partido de Rousseff como al de Temer.

Premios y reconocimientos

Referencias

Fuentes