El jardín de las estatuas (Cuento)

El jardín de las estatuas
Información sobre la plantilla
El jardín de las estaturas3.jpeg
Cuento infantil del escritor español Pedro Pablo Sacristán, que nos enseña los valores de la bondad, la honestidad, la iniciativa
Título originalEl jardín de las estatuas
Autor(a)(es)(as)Pedro Pablo Sacristán
GéneroCuento
Edición2008
Primera edición2008
PaísBandera de España España

El jardín de las estatuas. Cuento infantil del escritor español Pedro Pablo Sacristán, realizado en el 2008. Enseña a los niños acerca de los valores que deben ir adquiriendo y conociendo para ser buenas personas en el futuro. Con un lenguaje adaptado a sus conocimientos e ilustraciones especialmente diseñadas para las historias, los niños disfrutarán de los cuentos clásicos como nunca los han visto antes.

Sinopsis

Es un cuento para comprender que ser una buena persona no se limita a no hacer mal a nadie. Los cuentos infantiles cortos, para niños de primaria son perfectos para leer antes de dormir y ayudan al niño/a a desarrollar su imaginación y mejorar sus competencias lecto escritoras. Con un lenguaje adaptado a sus conocimientos e ilustraciones especialmente diseñadas para las historias, los niños disfrutarán de los cuentos clásicos como nunca los han visto antes.

Argumento

Cuentos para dormir ha superado todas las expectativas, llevando sus cuentos a los lugares más inverosímiles, generalmente con excelentes resultados que muchos padres y maestros comentan cada día. Hasta el día de hoy, sus cuentos se han publicado en decenas de revistas, suplementos de prensa, libros de texto... se han narrado en estaciones de radio de todo el mundo, tanto nacionales como locales, y son incontables las páginas webs que se han hecho eco de sus valores.

Narración del cuento

El jardín de las estatua, cuento de Pedro Pablo Sacristán

Hace mucho tiempo, existía un lugar mágico que guardaba grandes maravillas y tesoros del mundo. No era un lugar oculto, ni escondido, y cualquiera podía tratar de acceder y disfrutar sus delicias. Bastaba cumplir un requisito: ser una buena persona. Ni siquiera heroica o extraordinaria: sólo buena persona. Allá fueron a buscar fortuna Alí y Benaisa, dos jóvenes amigos.

Alí fue el primero en probar suerte, pues cada persona debía afrontar sus pruebas en solitario. Pronto se encontró en medio de un bello jardín, adornado por cientos de estatuas tan reales, que daba la sensación de que en cualquier momento podrían echar a andar. O a llorar, pues su gesto era más bien triste y melancólico. Pero Alí no quiso distraerse de su objetivo, y conteniendo sus ganas de seguir junto a las estatuas, siguió caminando hasta llegar a la entrada de un gran bosque. Esta estaba custodiada por dos estatuas de piedra gris muy distintas de las demás: una tenía el gesto enfadado, y la otra claramente alegre. Junto a la entrada se podía leer una inscripción: “la bondad de tu carácter deberás a las piedras contar”.

Así que Alí se estiró, aclaró la garganta y dijo en alta voz: - Soy Alí. Una buena persona. A nadie he hecho ningún mal y nadie tiene queja de mí. Tras un silencio eterno, la estatua de gesto alegre comenzó a cobrar vida, y bajándose de su pedestal, dijo amablemente:

- Excelente, tu bondad es perfecta para este sitio. Está lleno de estatuas como tú: ¡a nadie hacen mal, y nadie tiene queja de ellas!

Y en el mismo instante, Alí sintió cómo todo su cuerpo se paralizaba completamente. Ni siquiera los ojos podía mover. Pero seguía viendo, oyendo y sintiendo. Lo justo para comprender que se había convertido en una más de las estatuas que adornaban el jardín. Poco después era Benaisa quien disfrutaba de las maravillas del jardín. Pero al contrario que a su amigo, la visión de aquellas estatuas, y sus ojos tristes e inmóviles, le conmovieron hasta el punto de acercarse a tocarlas una por una, acariciándolas, con la secreta esperanza de que estuvieran vivas. Al tocarlas, sintió el calor de la vida, y ya no pudo apartar de su cabeza la idea de que todas seguían vivas, presas de alguna horrible maldición. Se preguntaba por sus vidas, y por cómo habrían acabado allí, y corrió varias veces a la fuente para llevar un poco de agua con la que mojar sus labios. Y entonces vio a Alí, tan inmóvil y triste como los demás. Benaisa, olvidando para qué había ido allí, hizo cuanto pudo por liberar a su amigo, y a muchos otros, sin ningún éxito. Finalmente, vencido por el desánimo, se acercó a las estatuas que custodiaban la entrada al gran bosque. Leyó la inscripción, pero sin hacer caso de la misma, habló en voz alta:

- Otro día defenderé mis buenas obras. Pero hoy tengo un amigo atrapado por una maldición, y muchas otras personas junto a él, y quisiera pedir su ayuda para salvarlos...

Cuando terminó, la estatua de gesto enfadado cobró vida entre gruñidos y quejas. Y sin perder su aire enojado, dijo:

- ¡Qué mala suerte!. Aquí tenemos alguien que no es una estatua. Habrá que dejarle pasar...¡y encima se llevará una de nuestras estatuas!. ¿Cuál eliges?. Benaisa dirigió entonces la vista hacia su amigo, que al momento recuperó el movimiento y corrió a abrazarse con él. Mientras, los árboles del bosque se abrían para dejar ver un mundo de maravillas y felicidad.

Cuando Benaisa, feliz se disponía a cruzar la puerta, el propio Alí la detuvo. Y echando la vista atrás, hacia todas las demás estatuas, Alí dijo decidido:

-Espera, Benaisa. No volveré a comportarme como una estatua nunca más. Hagamos algo por estas personas.

Y así, los dos amigos terminaron encontrando la forma de liberar de su encierro en vida a todas las estatuas del jardín, de las que surgieron cientos de personas ilusionadas por tener una segunda oportunidad para demostrar que nunca más serían como estatuas, y que en adelante dejarían de hacer mal y tener enemigos, para hacer mucho bien y saber rodearse de amigos.

Símbolos

Valores

  • Amabilidad.
  • Comprensión.
  • Consideración.
  • Bondad.
  • Iniciativa.
Pedro Pablo Sacristán con su hijo, autor del libro

Datos del autor

Pedro Pablo Sacristán. Nació en Madrid, en 1973. Estudió en el colegio privado en el que su padre trabajaba como profesor de Educación Física, Abandonó cualquier ambición profesional previa a esta etapa para dedicarse más a su familia, estudiando mucho sobre pedagogía y educación realizando también un master en Asesoría familiar. El mejor y más claro resultado de esta vorágine es Cuentos para dormir, un proyecto en el que se aúnan su gran afición a escribir historias, su encubierta vocación educativa y conocimientos en el mundo de las tecnologías. Cuando comenzó a escribir los cuentos que contaba a sus hijos cada noche, nunca pensó que podría dar lugar a algo tan apasionante, ni que creciera tan rápido y con tanto éxito.

Fuente