Esteban Domenech Fernández
Esteban Domenech Fernández | |
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Datos personales | |
Nombre completo | Esteban Domenech Fernández |
Nacimiento | 3 de septiembre de 1886 Santa Clara, Villa Clara Cuba |
Fallecimiento | 17 de junio de 1960 La Habana, Cuba |
Nacionalidad | Cubano |
Esteban Domenech Fernández. Fue un pintor cubano, cultivador por excelencia del paisaje urbano, de las plazuelas coloniales y de los rincones típicos, autor de obras como “Interior de San Juan de la Penitencia”, “Patio toledano”, “Joven toledano” y otras.
Trayectoria profesional
Nace en Santa Clara, (actual provincia de Villa Clara) el 3 de septiembre de 1886, sus padres tuvieron que emigrar hacia la capital del país en plena guerra de independencia de 1895 al ser acusados por el gobierno español de colaborar con los mambises. Años después, logra matricular en la Escuela de San Alejandro con notables calificaciones en la especialidad de pintura. Luego de obtener el primer premio en un salón de pintura celebrado en la Quinta de los Molinos de La Habana en 1911, embarca hacia Europa y fija residencia en Madrid. Ingresa en el Círculo de Bellas Artes de esa ciudad, donde asiste a las clases de pintura española contemporánea.
A partir de 1912 alterna los estudios en el Museo del Prado copiando a los grandes maestros, entre ellos al Greco; tiempo después se le consideraría el mejor copista del pintor cretense radicado en Toledo. En 1913 ingresa en la Academia de San Fernando de Madrid, graduándose con altas calificaciones y premios que le permiten viajar a Italia, Alemania y Francia. Posteriormente participa como pintor profesional en exposiciones personales por Europa.
Obtuvo numerosos reconocimientos por la calidad de su obra. Participó y fue premiado en exposiciones nacionales e internacionales, figurando sus obras en los museos más importantes de Europa y América, distinguiéndose universalmente como continuador, más que el copista, de la obra del Greco. Fue uno de los pintores americanos que con más entusiasmo se dedicó a los temas españoles apartándose con decisión de los motivos de gusto francés, que se habían enseñoreado del arte hispanoamericano. Cuando regresa de España a Cuba, fue acusado por su postura antifalangista e ignorado por los forjadores del arte moderno, en su gran mayoría seguidores de las vanguardias artísticas europeas, fundamentalmente las dimanadas de París. Volvió a su patria en una época de rebelión antiacademicista de quienes forjaron un arte nuevo cubano. A ello habría que añadir la desatención económica de los gobiernos de turno ante quien fue cónsul honorario de Cuba en la ciudad de Toledo durante catorce años.
En carta abierta escrita por Domenech e incluida en el catálogo de su muestra personal Esteban Domenech. Motivos coloniales de la ciudad de Sancti Spíritus,fechada el 22 de noviembre de 1941, expresa su dolor ante la indiferencia del Estado sobre su persona:
La guerra me destrozó el hogar. Perdí mi casa hecha con mis ahorros y privaciones, y al salir de Toledo para Madrid pasé vicisitudes y calamidades, compartiéndolas con mi compañera y mi hijita. Más tarde tuve que abandonar a España, llegando a París, donde tuve días de hambre, miseria y frío. Desde Toledo y Madrid me dirigí a la Secretaría de Estado, suplicándole que, en mi situación de dolor y de angustias, me enviaran los pasajes para poder regresar a Cuba, mi Patria. Y en la respuesta que tengo en mi poder, no se me hacía referencia a lo que solicitaba, siendo, por consiguiente, en sentido negativo a mis ruegos.
“Todo cuanto hago de exposiciones y labor de cultura por el interior de la República, lo realizo con mis medios económicos, tratando patrióticamente de formar la conciencia artística de mi pueblo. La realidad es que Cuba para un artista no tiene ambiente para poder vivir a no ser que el Estado le ofrezca los medios para ello”.Domenech llegó en un momento en que se desarrollaba en Cuba el ascenso de las fuerzas más reaccionarias, encabezadas por los grupos profascistas, tal como lo expresa el historiador Julio Le Riverend en su obra La república. Su activismo político a favor de los movimientos revolucionarios y la intelectualidad de izquierda en defensa de la República Española, según afirma el escritor Ángel Augier, podría haber sido otro componente de rechazo ideológico dentro de la sociedad burguesa, que —amén de no ser generalmente culta— buscaba adquirir obras originales europeas para decorar sus viviendas.
Formó parte de la directiva de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UEAC), fundada en 1939 y presidida por Juan Marinello con un Consejo Directivo Central integrado por Nicolás Guillén, Carlos Montenegro, Emilio Ballagas, Enrique Labrador Ruiz y Elías Entralgo. Se incluía en la directiva a Rita Longa, Eduardo Abela, Jorge Arche, Amelia Peláez y René Portocarrero. Tal composición demostraba los primeros intentos de aglutinar lo más representativo de la intelectualidad cubana de la época, aunque quizás no lograse tener una vida orgánica práctica.
A su activismo político y social se sumaba la voluntad permanente de mantenerse como pintor del paisajismo urbano, como se demuestra en las exposiciones personales que hiciera sobre temas relacionados con La Habana, Trinidad y Sancti Spíritus. En esta última recibió el título de Presidente de Honor del Círculo de Bellas Artes fundado en 1941 y la de Hijo Ilustre de la Ciudad, con gran despliegue periodístico.
De su obra
Por desventura no se saben las familias que pudieran poseer obras del artista. Tantos elogios recibidos se debieron al perfeccionamiento técnico y dominio de los rasgos que definen la pintura academicista, tales como la ponderación equilibrada de la línea y el color, el balance compositivo, el buen uso del claroscuro y la perspectiva en esfumato, haciendo recurrentes los temas del retrato y el paisaje, dos vertientes que tanto cultivaron los academicistas en detrimento de la mayor libertad de creación. A esos rasgos se une el conocimiento técnico adquirido en sus estudios sobre el estilo de El Greco, quien fusionó en su obra el diseño manierista y el color veneciano. Guy Pérez Cisneros, al referirse a Domenech en su libro de ensayo Pintura y escultura de 1943, lo ubica dentro del grupo de creadores cubanos influido por el impresionismo cuando dice:
Fallece en La Habana, el 17 de junio de 1960 a los 73 años.
Palabras de intelectuales
En palabras escritas por Nicolás Guillén con motivo de una de sus exposiciones personales,afirma:
Numerosas fueron las opiniones laudatorias vertidas por especialistas, críticos y galeristas de la época.
Con motivo de su exposición en el Aula Magna de la Universidad de La Habana en la década de 1940, la doctora Rosario Novoa, profesora de Historia del Arte, comentó:
El Museo Nacional de Bellas Artes conserva la única copia valiosa que le hiciera a la obra original del Greco, “El entierro del conde de Orgaz”, pintada entre 1586 y 1588 con las dimensiones de 480×360 centímetros.