Faringitis no bacteriana

Faringitis no bacteriana
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Proceso inflamatorio que no se debe a bacterias.

Faringitis no bacteriana. Es un proceso inflamatorio de la faringe que no es originado por bacterias. Se trata del signo más importante de un síndrome clínico, que puede ser debido a un proceso local de la faringe o a una enfermedad sistémica.

Etiología

En la faringitis no bacteriana están implicados con frecuencia agentes víricos. Aunque pueden formar parte de un cuadro clínico general, como la mononucleosis infecciosa, la faringitis no bacteriana se debe generalmente a uno de los virus que originan la mayoría de las infecciones respiratorias agudas.

Epidemiología

Los agentes que provocan faringitis se hallan ampliamente distribuidos por todo el mundo. El reservorio principal es el propio hombre. La mayoría de los brotes y epidemias se deben al íntimo contacto entre individuos de poblaciones excesivamente densas, como por ejemplo, acuartelamientos militares y campamentos de verano para niños, sin embargo, la epidemiología de cada uno de estos agentes víricos es distinta.

Patogenia y patología

Al acceder al huésped humano, los virus respiratorios se multiplican en las células de la mucosa que recubre la nasofaringe y la cavidad bucal, donde originan síntomas clínicos de faringitis y de estomatitis.

Los dos virus con DNA del grupo, es decir, el adenovirus y el virus del herpes simple, inician su multiplicación en el núcleo de las células del huésped y producen cuerpos de inclusión intranucleares. Estos virus pueden también persistir en el huésped de forma latente.

En niños aparentemente sanos puede aislarse el adenovirus de las amígdalas y de las adenoides cuando han sido extirpadas quirúrgicamente. Los virus del herpes producen con frecuencia ampollas febriles cuando el equilibrio entre el huésped y el parásito se altera, como resultado de factores ambientales, por ejemplo, radiación ultravioleta, fiebre, menstruación, lesiones nerviosas y problemas emocionales.

El punto primario de multiplicación de los virus Coxsackie es el tracto gastrointestinal. En las heces de las personas infectadas pueden detectarse virus incluso 47 días después de una infección aguda. Si la enfermedad es una herpangina, pueden aislarse virus Coxsackie de la saliva, de las secreciones nasales, de la orofaringe y del líquido de lavado gástrico. Muchos investigadores han señalado la elevada infectividad de la herpangina, especialmente dentro de una familia y en grupos de vecinos.

El virus Coxsackie del grupo A, se encuentra en el 84% de los pacientes afectos de herpangina y en el 40% de sus contactos, también se ha determinado que las cepas del virus Coxsackie que producen herpangina, pueden provocar una enfermedad febril, sin que ésta se acompañe de lesiones ulcerosas de la garganta.

Signos y síntomas

El síndrome de faringitis no bacteriana se caracteriza por fiebre, dolor de garganta y edema de hiperemia de las amígdalas y de las paredes faríngeas, sin embargo, existen ciertas diferencias, según cuál sea el agente causal, que facilitan el diagnóstico clínico.

Diagnóstico

La faringitis no bacteriana debe diferenciarse de la faringitis estreptocócica y de la difteria, enfermedades mucho más graves para las cuales existe un tratamiento específico.

En la faringitis estreptocócica es frecuente la presencia de exudados y hemorragias en las amígdalas y las paredes faríngeas, sin embargo, en la faringitis por adenovirus pueden aparecer exudados de aspecto idéntico. El cultivo de muestras obtenidas de la garganta resulta útil para obtener el diagnóstico. En la difteria es especialmente importante que el médico piense en la enfermedad. Una fiebre moderada en un paciente que presente una seudomembrana grisáceo-amarillenta o de aspecto marrón, que al ser extraída deja puntos hemorrágicos, obliga a practicar una extensión y su cultivo en busca de Corynebacterium diphtheriae.

Las lesiones ulcerosas de la región faríngea son típicas de la herpangina; las lesiones herpéticas son mucho más frecuentes en la mucosa bucal y en las encías. Si existe una faringitis acompañada de conjuntivitis, la infección se debe probablemente al adenovirus de tipo 3. La faringitis acompañada de amigdalitis, constituye con frecuencia una manifestación inicial de mononucleosis infecciosa, y precede a la aparición de linfocitos atípicos en sangre periférica, de linfadenopatía generalizada y de esplenomegalia.

La distinción entre la mononucleosis infecciosa y otros tipos de faringitis no bacteriana, puede resultar útil.

Para el diagnóstico definitivo de la faringitis no bacteriana es necesario aislar al virus, o comprobar la existencia de un notable aumento de anticuerpos específicos durante la convalecencia. Estos métodos son caros y difíciles. Su utilidad se dirige especialmente al diagnóstico retrospectivo de epidemias, pero desde el punto de vista práctico tienen poco valor, especialmente teniendo en cuenta que muchos de los casos de faringitis son esporádicos.

Pronóstico

La faringitis no bacteriana tiene un pronóstico excelente; normalmente, el paciente cura sin complicaciones. En algunos casos, en niños de corta edad puede producirse deshidratación y acidosis al negarse el niño a comer como resultado de las dolorosas lesiones que presenta en la boca y la faringe. Si la faringitis es debida a mononucleosis infecciosa, las complicaciones siguientes son las que comporta dicha enfermedad: rotura del bazo, neuropatía, púrpura trombocitopénica y anemia hemolítica.

Los anticuerpos homólogos que se producen después de una infección por un agente específico, pueden ponerse de manifiesto mediante métodos serológicos, como por ejemplo, fijación del complemento o pruebas de neutralización. En el caso de adenovirus, la infección parece proteger de suficientes contactos.

Las epidemias de faringitis y de infecciones respiratorias agudas, son mucho menos frecuentes en las tropas veteranas que entre los reclutas. El virus del herpe simple se mantiene de forma latente en las células del huésped, incluso aunque existan anticuerpos séricos como resultado de una primoinfección. Las recurrencias parecen ser debidas a alteraciones del equilibrio entre el huésped y el parásito.

La herpangina puede aparecer de nuevo, ya que este síndrome es debido a diversos tipos de virus Coxsackie.

Tratamiento

No existe un tratamiento específico para la faringitis no bacteriana. Los compuestos antimicrobianos no afectan el curso de la infección. El tratamiento sintomático consiste en la administración de aspirina (10 mg/kg de peso en los niños y 600 mg en los adultos) y gargarismos con una solución salina caliente. El paciente debe beber abundante cantidad de líquidos.

En niños de corta edad, si se produce acidosis o deshidratación, al negarse el paciente a comer como resultado de las lesiones bucales, puede ser necesaria la administración parenteral de líquidos.

Prevención

Como sucede en otras infecciones respiratorias, las medidas de control para limitar la extensión del virus aislando al enfermo, mediante la instalación de lámparas germicidas y el empleo de aerosoles desinfectantes casi no tienen utilidad alguna. No existe ninguna vacuna sobre la herpangina, puesto que la enfermedad es vacuna y existen múltiples tipos serológicos del virus Coxsackie del grupo A.

Hasta el momento todos los intentos para el control del virus del herpe han fracasado. Existe una vacuna con virus del herpe muerto que no tiene valor alguno. La inoculación con la vacuna de la viruela para conseguir una inmunidad cruzada con el virus del herpe ha dado resultados erróneos, y reviste peligro, dado que puede provocar una vacuna generalizada.

Fuentes

  • Paul D. Hoeprich, M. D. Tratado de enfermedades infecciosas. Tomo I. Pág. 232. Edición Revolucionaria. La Habana. Cuba. 1982.