Micromineral

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Microminerales
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Concepto:Se consideran microminerales a todos aquellos que se encuentran en los organismos en cantidades inferiores a los 70 mg/kg de peso vivo.
Microminerales , A pesar del nombre que tienen o se les ha puesto, microminerales, no significa ni mucho menos, que no sean importantes para nuestra salud. Muy al contrario, los microminerales tenemos que tenerlos muy presentes. Las ingestas diarias, a través de los alimentos, en la mayoría de los microminerales no superan los 100 mg, a diferencia de los macrominerales, que si se puede aumentar dicha cantidad con cierta facilidad.

A los microminerales también se les conoce como oligominerales y minerales esenciales, porque lo que ha constatado la historia de la ciencia y la experiencia, tanto en la ciencia como en la vida diaria, es que la ingesta de estos minerales no solamente nos ayudarán a disponer de mejor salud, sino que también, a una mejor calidad de vida tanto si estamos enfermos y con patologías como si estamos completamente sanos.

Los microminerales en la nutrición animal

Los microminerales son nutrientes que, al igual que sucede con las vitaminas, no aportan energía pero realizan otras funciones importantes. Tradicionalmente, los minerales fueron considerados como los nutrientes pobres de la nutrición animal, limitándose las prácticas de alimentación animal a entregar el contenido total de estos minerales en la dieta.
En la nutrición mineral, hay 15 elementos considerados esenciales, 7 macrominerales : calcio (Ca), Fósforo (P), Potasio (K), Sodio (Na), Cloro (Cl), Magnesio (Mg) y Azufre (S), y 8 microminerales : Cobalto (Co), Cobre (Cu), Yodo (I),Hierro (Fe), Manganeso (Mn), Molibdeno (Mo), Selenio (Se) y Zinc (Zn).

De este modo, los microminerales, también llamados oligoelementos o minerales traza, son elementos esenciales en cantidades muy pequeñas (menos de 100 mg/kg MS) y son necesarios para el normal funcionamiento de casi todos los procesos bioquímicos en el cuerpo. Forman parte de numerosas enzimas y coordinan un gran número de procesos biológicos, y en consecuencia son necesarios para mantener la salud animal y asegurar la productividad.

Los microminerales deben ser proporcionados en óptimas concentraciones y según los requerimientos que cambian durante el rápido crecimiento y desarrollo de los animales y su ciclo de producción. Es bastante difícil definir el término “requisitos” para los microminerales de la misma forma que se hace para energía, proteínas, o aminoácidos porque estos son difíciles de establecer y la mayoría de las estimaciones se basan en el nivel mínimo requerido para superar la deficiencia de un síntoma y no necesariamente para promover la productividad.

En este punto, son muchas las autoridades –INRA (Francia), ACR (Reino Unido) o FEDNA (España), como ejemplos – que han recomendado necesidades de microminerales para asegurar que la producción de especies de ganado nativo no se vea afectada por los desequilibrios de minerales en la dieta; sin embargo, el acuerdo, entre ellos, es poco frecuente.
A pesar del hecho de que el papel de los microminerales en animales está bien establecido, han sido siempre los nutrientes olvidados en la dieta animal. Su papel fisiológico a menudo se subestima y su presencia en la alimentación en cantidades adecuadas se da por sentado. Y, aunque son necesarios para mantener la función del cuerpo, para optimizar el crecimiento y la reproducción, y para estimular la respuesta inmune, es difícil darse cuenta del impacto de la falta de estos minerales, como de los síntomas de su deficiencia o de los desequilibrios minerales que no siempre son evidentes. Sin embargo, sí que es posible que una ligera deficiencia de microminerales pueda causar una reducción considerable en el rendimiento y la producción.

Papel fisiológico de los minerales

Desde 1950, los piensos han sido suplementados con microminerales como cobre, hierro, magnesio, selenio y zinc, siendo las fuentes principales de estos elementos inorgánicas. En la década de los 60, la producción animal tuvo que mejorar enormemente en respuesta a la mayor demanda de alimentos de origen animal y por una parte, gracias a grandes avances en genética que mejoraban el rendimiento reproductivo e incrementaban la rentabilidad, las operaciones productivas fueron capaces de cubrir con la demanda generada y alcanzar los retos de producción, pero por otra parte esta situación dio paso a el gran dilema del uso de las fuentes inorgánicas porque se requieren altos niveles para optimizar el rendimiento del animal , es decir, para alcanzar los requerimientos minerales de estas genéticas, cada vez, más exigentes. Además su mayor concentración en la dieta conlleva consigo problemas como posibles intoxicaciones accidentales, reducido acceso a los enterocitos, además de baja absorción que comporta tasas altas de excreción mineral con su consecuente efecto negativo sobre el medio ambiente.

De este modo, la búsqueda constante de la rentabilidad y competitividad en la producción animal con el desafío de garantizar siempre la calidad de manera sostenible, ha comportado la necesidad de evitar la excreción de altos niveles de minerales y, por tanto, a que algunos países hayan establecido legislaciones acerca de los niveles de suplementación mineral. Esta presión afecta a numerosos países, pero es especialmente intensa en la Unión Europea. Gran parte de los microminerales ingeridos por las diversas especies domésticas (hasta el 99 %) no es retenida y aparece en heces y orina.

Los ingredientes naturales utilizados en piensos y raciones para animales domésticos son a menudo deficientes en microminerales, por lo que su suplementación extra mediante el corrector es una práctica generalizada. Los microminerales aportados en el corrector son el cobre (Cu), zinc (Zn), hierro (Fe), manganeso (Mn), yodo (I) y selenio (Se). Y cada vez más, el uso de microminerales quelatados , en sustitución de las fuentes inorgánicas está aumentando. De forma general, los microminerales orgánicos tienen una disponibilidad mayor que los sulfatos, estos que los carbonatos y estos que los óxidos, pero esta clasificación no siempre es real porque, además debemos añadir que, en respuesta a esta situación, existen en el mercado ya microminerales encapsulados y hidroximinerales de fuentes inorgánicas de minerales que revalorizan el uso de éstas. Los hidroximinerales han sido desarrollados, en un principio para rumiantes, pero también para monogástricos, tal y como nos detalla el artículo “Los hidroxioligoelementos protegen los nutrientes del alimento y mejoran el aporte de microminerales en monogástricos“.

Microminerales

Hierro

El contenido en hierro del organismo oscila entre los 60-70 mg/kg de peso vivo. En el hombre se contabiliza un total de 3 a 5 gramos de hierro. Las raciones que se suministran normalmente al ganado contienen hierro en cantidades suficientes.

  • Distribución y funciones en el organismo.

Su distribución y funciones principales son los siguientes:

• 70% en la hemoglobina. Formando parte de la hemoglobina transporta el oxígeno de los glóbulos rojos desde los pulmones a los tejidos • 3% en mioglobina que actúa como reserva de oxígeno en el músculo. • 1% en compuestos transportadores. Forma parte de enzimas flavoproteicas y hemoproteicas útiles para aprovechar el oxígeno a nivel celular. En el suero aparece como transferrina. • 26% de reserva en forma de ferritina y hemosiderina presentes en el hígado, bazo y riñón.

  • Metabolismo.

La absorción del hierro es mala, se absorben mejor los compuestos de origen animal, en todo caso la absorción que se realiza a nivel duodenal es sólo del 5-10%, se ve muy favorecida por la presencia de Cu. La absorción se ve favorecida por la formación de algunos quelatos como el ácido ascórbico y la cisteína en cambio otros quelatos la frenan como asimismo la frenan los iones bivalentes: Co, Mn, Zn, o la formación de compuestos insolubles: fosfatos, fitatos.

La escasa absorción de este elemento se ve compensada por la alta reutilización que es además muy eficaz sobre todo del hierro integrante de los eritrocitos. La resíntesis de hemoglobina tiene lugar en la médula ósea y está regulada por la hormona renal eritropoyetina.

Las necesidades en hierro debido a esta eficaz reutilización son bajas en los animales adultos y en la práctica es aportado por la dieta. Los concentrados y forrajes contienen Fe, siendo en este aspecto más ricas las leguminosas que las gramíneas. Los alimentos de origen animal suelen ser ricos en Fe excepto la leche.

Las mayores necesidades las presentan por este hecho los animales lactantes. Es muy habitual en los cerditos recién nacidos la anemia ferropénica a los que es frecuente administrar hierro por vía oral o intramuscular. La administración de Fe a las madres mejora su estado general pero no influye en las crías porque no mejora los contenidos de hierro de la leche. Las gallinas de puesta también presentan grandes exigencias pero las dietas normales se lo proporcionan.

Cobre

El Cu es esencial para el crecimiento y para la prevención de diversos trastornos en toda clase de animales. Las deficiencias se producen por ingestión de cantidades demasiado bajas o bien por la interferencia de otros minerales

  • Funciones.

La principal función del cobre en el organismo es como integrante de diversas enzimas:

Ferroxidasa: enzima que participa en la síntesis de hemoglobina. Facilita la absorción del hierro y su penetración en la molécula de hemoglobina y en este sentido sirve para la prevención tanto de anemias ferropénicas como cupropénicas.

Monoaminooxidasa que contribuye al mantenimiento de la estructura del hueso y por tanto previene de trastornos óseos, que se manifiestan por fracturas espontáneas y deformaciones.

Citocromooxidasa cuya ausencia limita la formación de vainas de mielina y provocaría trastornos nerviosos que en corderos se caracterizan por falta de coordinación de movimientos, parálisis y muerte.

Tirosinasa: interviene en la producción de melanina cuya ausencia se manifiesta por despigmentación de la piel y mal aspecto del pelo

Su carencia también puede producir atrofia de la mucosa intestinal y dar lugar a diarreas.

  • Distribución.

El 90% está ubicado en músculos, huesos e hígado; la mitad del mismo es muscular, también está presente en cerebro, riñones, corazón y pelo. El hígado es el órgano de reserva.

  • Metabolismo.

Su absorción es mala solo se absorbe el 5-10% del Cu ingerido. El resto sale por las heces. En su absorción interfieren Mo, sulfatos y carbonato cálcico, el aumento de estas sustancias en la ración puede ser el origen de muchos de los síntomas de deficiencia. La excreción del Cu endógeno se realiza con la bilis por las heces.

  • El Cu en los alimentos.

El Cu es absorbido por las plantas cuyo contenido es variable dependiendo de suelo, cultivo, abonado, terreno… En líneas generales las leguminosas y las harinas de semillas de oleaginosas (10-30 p.p.m.) tienen mayor contenido que los granos de cereales (4-10 p.p.m.).

  • Necesidades del ganado.

Las necesidades en el ganado vacuno son de 10 p.p.m., la mitad en ganado ovino. Estos requerimientos aumentan con la presencia de Mo y sulfatos. La deficiencia de los animales que pastorean es frecuente. Para contrarrestarlo se recurre a:

Abonado con fertilización cúprica, administración de bloques para lamer, suplementación con piensos que contengan sales de cobre, inyección de complejos orgánicos de cobre.

  • Envenenamiento.

Cuando se producen excesos de ingestión de Cu este se acumula en el hígado de ahí se libera a sangre provocando hemólisis.

Cobalto

La única función fisiológica comprobada del cobalto es como integrante de la Vitamina B12. Parece ser que las deficiencias encontradas en animales con carencia de cobalto eran en realidad deficiencias en la vitamina. En los rumiantes es necesario para que la flora de su aparato digestivo sintetice la vitamina B12.

El cobalto de la ración se usa mal puesto que el 80% aparece en las heces. Se necesita en muy pequeña cantidad 0,07 p.p.m. Interviene en el metabolismo de los glúcidos concretamente en la degradación del ácido propiónico. Su deficiencia se presenta en animales en pastoreo, con manifestaciones clínicas semejantes a una malnutrición. La solución estriba en un aporte de vitamina B12 sobre todo en monogástricos puesto que las bacterias con capacidad para sintetizarla están en el intestino grueso y su absorción es más difícil.

Manganeso

Se encuentra por todo el organismo en cantidades pequeñísimas. Se absorbe muy mal sólo un 5-10%. El Ca y P interfieren esta absorción. La excreción se realiza con la bilis por lasa heces.

Es un componente de enzimas que intervienen en la formación de hueso. También es integrante de enzimas que participan en el metabolismo de carbohidratos y grasas.

Las aves parecen ser más exigentes que el resto del ganado. El salvado de trigo y de arroz contienen manganeso. Los forrajes contienen cantidades suficientes para los rumiantes. En casos de deficiencia en aves se les aportan sales que contengan este elemento.

Las deficiencias se traducen por deformaciones en el esqueleto. En las aves se produce Perosis con articulaciones engrosadas y malformadas. En los cerdos aparecen síntomas parecidos que dan lugar a cojeras. También se suele producir sintomatología general en el área reproductiva con retraso en los celos y deficiencias en la concepción.

Cinc

La distribución del cinc en el organismo es bastante homogénea. Se encuentra en huesos, músculos, hígado, riñón, ojos, piel, pelo, órganos sexuales, próstata.

Su papel principal en el organismo es como integrante de enzimas. Por lo general las raciones usuales del ganado contienen cantidades suficientes por lo que sus necesidades quedan satisfechas. La absorción tiene lugar en el intestino delgado en proporciones discretas (15-30%). Presenta interferencias con el calcio, cobre y con fitatos.

Los síntomas de deficiencia se caracterizan por retraso en el crecimiento, mala transformación del alimento, anomalías en el área reproductiva y en piel, pelo y plumas en el caso de las aves. En cerdos se produce Paraqueratosis un trastorno que tiene como síntomas más importantes el engrosamiento e hiperqueratinización de la piel alrededor de los ojos de la boca y extremidades. El cinc también se concentra en el tejido cicatricial, por lo que la cicatrización de las heridas se retrasa en los animales con deficiencia de cinc.

Yodo

El yodo está relacionado la síntesis de hormonas tiroideas, siendo indispensable para la elaboración de tetraiodotironina o tiroxina (T4) y triiodotironina (T3), hasta el punto de que el 80% del yodo del organismo se localiza en el tiroides. La deficiencia de yodo conduce a la enfermedad que se ha llamado genéricamente Bocio. Sin embargo, se aconseja denominar Trastornos por deficiencia de Yodo (TDI) a toda la serie de secuelas originadas por dicha deficiencia. Los TDI han sido y son endémicos en zonas montañosas donde los alimentos contienen baja cantidad de este mineral.

  • Metabolismo.

Pasa fácil a la leche y huevos.

Las hormonas tiroideas incrementan todas las reacciones celulares y son esenciales para el desarrollo normal y su deficiencia es causa de retardo del crecimiento y alteraciones permanentes del sistema nervioso central, sordomudez, cretinismo y disminución del cociente intelectual. La enfermedad del bocio es consecuencia de un intento compensador de la glándula, que aumenta de tamaño, ante la falta de yodo.

El hipotiroidismo se caracteriza por la detención del crecimiento, trastornos reproductivos, cambios en la piel y pelo, menos lana en las ovejas.

Existen sustancias bociógenas que contienen radicales –SH que impiden la oxidación del yodo.

Las sales iodadas IK o IO4K constituyen el método más efectivo para la erradicación de los trastornos por deficiencia de Yodo.

Selenio

La importancia del selenio se ha reconocido muy recientemente. Se ha revelado como un agente antioxidante que guarda una relación funcional con la vitamina E. También juega un papel importante en el metabolismo de las grasas.

Sus dos funciones principales son:

Formar parte de la enzima Glutatión-peroxidasa que cataliza la reducción de los peróxidos formados a partir de los ácidos grasos para que estos no sean perjudiciales atacando a las membranas celulares. En sentido la vitamina E actuaría impidiendo la formación de esos peróxidos.

Ser necesario para la integridad y funcionamiento normal del páncreas. Si el páncreas degenera deja de producir lipasa pancreática por lo que se ve perjudicado el metabolismo de las grasas.

Las necesidades de selenio para la mayoría de especies están en torno a las 0,1 p.p.m. El contenido en selenio en concentrados y forrajes depende esencialmente del suelo en que se cultivan. Aparecen como seleniatos y selenitos que se absorben poco o como selenometionina y selenocisteína (selonoaminoácidos sustituyen el Se al azufre) y que sufren un metabolismo similar al de los aminoácidos.

  • Enfermedades por deficiencia.

Distrofia muscular nutricional (DMN) o enfermedad del músculo blanco se presenta en muchas especies animales. Los animales presentan estriaciones blancas y degeneración muscular, en caso de verse afectado el músculo cardíaco puede producirse la muerte súbita. Es bastante frecuente en terneros y corderos criados en zonas con deficiencia de selenio. La causa está en la presencia de muchas enzimas intracelulares que han salido al exterior por el deterioro de las membranas.

Diatesis exudativa de los pollos en los que se generan edemas en el pecho por una razón similar al caso anterior: pérdida de permeabilidad y deterioro de las membranas por carencia de sus protectores (Vitamina E y Se).

Atrofia de páncreas, fibrosis pancreática, se produce por deficiencia grave de selenio aun cuando exista suficiente cantidad de vitamina E.

Síntomas generales de crecimiento más lento, menor rendimiento en la reproducción, infertilidad, etc., se dan cuando los animales se encuentran en pastos con deficiencia de selenio.

  • Intoxicación por selenio.

Se produce en áreas localizadas por consumo de plantas forrajeras con cantidades altas de selenio. La intoxicación puede presentar dos modalidades:

Enfermedad del alcali que es la forma crónica y se caracteriza por somnolencia, falta de vitalidad, emaciación, desprendimiento del casco, y Vértigo ciego que es la forma aguda caracterizada por los síntomas anteriores a los que se le añade ceguera, dolores abdominales, cierto grado de parálisis y muerte por fallo respiratorio.

Molibdeno

Esencial en trazas y tóxico a mayor nivel. Su papel en el organismo está asociado a su integración en compuestos enzimáticos, en este sentido es importante su papel en la enzima xantinaoxidasa especial en aves para la formación de ácido úrico. Sus síntomas de deficiencia se caracterizan por diarreas, mal pelo, pérdida de peso.

Fluor

Nutriente esencial para el hombre y animales de laboratorio. Está presente en los dientes y huesos.

Previene la caries dental. Los suelos, plantas y animales terrestres lo contiene en proporciones variables; por ello la principal fuente es el agua de bebida y para los animales no es problema porque lo suele aportar el agua de bebida. Su importancia radica en sus efectos tóxicos en huesos y dientes con desgastes excesivos, erosiones que dejan la pulpa al aire. El déficit se suele observar en lugares donde el agua contiene menos de una parte por millón, manifestándose su carencia por caries más frecuentes.

Silicio

Escasa importancia. Componente que completa a la lignina como elemento estructural.

Cromo

Participa en el metabolismo de carbohidratos y lípidos. La deficiencia de cromo en la dieta puede provocar intolerancia a la glucosa.

Otros minerales

Existen otros minerales que han sido reconocidos recientemente como nutrientes esenciales pero la función de ellos se desconoce. Es el caso del vanadio, estaño o níquel. Otros como el Plomo, Bario, Litio, Cadmio, Estroncio, Berilio, Mercurio, Boro, Rubidio, Arsénico, Aluminio, se citan como presentes en el organismo aunque algunos su presencia da lugar a toxicidad.

Fuentes