Partido Revolucionario Institucional (México)

Partido Revolucionario Institucional
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Presidente/aCésar Camacho Quiroz
Secretario/a generalIvonne Ortega Pacheco
LíderEnrique Peña Nieto
Fundación4 de marzo de 1929[1]
30 de marzo de 1938 [2]
18 de enero de 1946 [3]
Ideología políticaCentrismo, Socialdemocracia, Liberalismo, Nacionalismo democrático
Posición en el espectroCentro
CoaliciónCoalición PRI-PVEM
SedeAv. Insurgentes Norte #59 Col. Buenavista, Distrito Federal
PaísBandera de los Estados Unidos Mexicanos México
Afiliación internacionalInternacional Socialista
Diputados
212 / 500
Senado
52 / 128
Sitio webpri.org.mx
PublicaciónDiario La República

Partido Revolucionario Institucional (en siglas PRI). Poderoso partido político mexicano considerado como una de las agrupaciones políticas más importantes de América Latina, no solo por su influencia político-económica, sino por ser el que más tiempo ha estado en el poder de manera sucesiva ya que durante 71 años todos los presidentes mexicanos pertenecieron a dicha formación. Tras una serie de errores y malos manejos de la economía y la situación social mexicana, el partido fue perdiendo apoyo popular el cual fue a parar a manos de los opositores Acción Nacional (PAN) y Revolución Democrática (PRD) quienes propinaron una victoria histórica en 1997 al arrebatarle la mayoría en el Congreso. Luego el PAN, en alianza con el Partido Verde, le arrebató la presidencia de la nación azteca en 2000 con el ascenso de Vicente Fox.

A raíz de la elección federal de 5 de julio de 2009, el PRI ganó la mayoría en la Cámara de Diputados, y se colocó como la primera fuerza política. En los últimos años ha recuperado numerosos e importantes municipios asi como estados clavez en el mapa político mexicano. En la actualidad, el partido ha vuelto al poder de la mano del exgobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto quien fue proclamado vencedor en las elecciones de julio de 2012, con las que culminó con doce años de mandato de la Acción Nacional.

Historia

Los origenes del partido se remontan a los años posteriores a la Revolución Mexicana, en el año 1928 el entonces presidente Plutarco Elias Calles fundó el Partido Nacional Revolucionario (PNR) como una organización que con la participación de veteranos de la revolución y con respaldo de organizaciones campesinas respaldara la continuidad de sus políticas en el gobierno. La concreción del PNR se debió al trabajo de figuras como Luis L. León, Emilio Portes Gil y Gonzalo Natividad Santos. Con Calles como presidente y León como secretario, el partido fue estructurado de manera oficial el 4 de marzo de 1929 durante una convención en la ciudad de Quéretaro, en la misma se formalizaron los estatutos y se eligió al candidato presidencial con vistas a las elecciones de 1929.

Durante el mandato de Lázaro Cárdenas, el partido se establecería como líder del movimiento en pro de los derechos para los trabajadores y campesinos, convirtiéndose en una fuerza popular con gran apoyo de las masas. Con el auspicio del PNR nacen en 1936 la Confederación de Trabajadores de México (CTM), luego en 1938 la Confederación Campesina. Más adelante, en 1943, se constituiría la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), con lo que el partido configuraría una estructura representativa de los sectores obrero, campesino y popular.

Concebido como un partido de masas y cabeza de la lucha en pro de los derechos de los trabajadores, ante el creciente ascenso de las movilizaciones populares que reclamaban una mayor participación en los asuntos del Estado y una más equitativa distribución de la riqueza, se crea en 1936 la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y, dos años después, la Confederación Nacional Campesina (CNC). Más adelante, en 1943, se constituiría la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), con lo que el partido configuraría una estructura representativa de los sectores obrero, campesino y popular.

En 1938 el entonces presidente mexicano y líder del partido, Lázaro Cárdenas, gracias al respaldo que recibió de manos de las centrales obreras del país, cambió el nombre del partido por Partido de la Revolución Mexicana (PRM). En su manifiesto sobre la necesidad de transformar el PNR en el PRM, Cárdenas expresó:

"Es preciso rectificar(...) para tranquilidad de nuestras masas y para fortalecimiento de nuestra vida política, haciendo que el PNR se transforme en un partido de trabajadores en que el derecho y la opinión de las mayorías sean la forma fundamental de su propósito, y que la liga que los una al poder público conduzca al bienestar general y el engrandecimiento de la patria, haciendo de éste una prolongación de las determinaciones de la colectividad organizada"
Lázaro Cárdenas, 18 de noviembre de 1937

Con un gobierno cohesionado y fuerte, el progreso que se alcanzó durante los años de la Segunda Guerra Mundial permitió contar con servicios cada vez más extendidos en materia sanitaria y de asistencia social; se pasó del latifundio, a la comunidad ejidal y a la pequeña propiedad agrícola y se construyó una amplia red de carreteras; se creó la organización sindical y se garantizó el reconocimiento de los derechos obreros, un estatus jurídico para los empleados y la institución de pensiones civiles de retiro; se pasó de la empresa capitalista de transportes, a la cooperativa de trabajadores; del desvalimiento de las clases trabajadoras, al seguro social; de la explotación de las riquezas por intereses extranjeros, a la incorporación de esas riquezas al patrimonio nacional; del crédito usurero e insuficiente a los bancos agrícolas y ejidal; del ejército reclutado a la fuerza, pasando por el soldado revolucionario, al servicio militar por conscripción; y a la creación de centros escolares cada vez más numerosos y mejor equipados.

Con el paso de los años, la vieja generación de dirigentes influenciados por el ideal de la revolución de 1910 fue sustituida por una nueva masa de políticos vinculados a la intelectualidad y alejados de los sectores militares que hasta 1948 controlaron los destinos de México y del partido. Es por ello que en 1946 el Partido de la Revolución Mexicana fue renombrado a propuesta del entonces presidente mexicano y líder del partido, Manuel Ávila Camacho quien argumentó la iniciativa como una vía de consolidar el poder sobre los sectores públicos y en la progresiva reestructuración del Estado. Es durante esa etapa que México consolida la democracia y fortalece el vínculo social del Estado. Ejemplo de dicha estrategia constituyen los progresos en cuanto a igualdad entre hombres y mujeres consolidados en 1947 cuando por primera vez en la historia mexicana las mujeres votaban en elecciones y luego en 1953 cuando pudieron ser elegidas para cargos públicos. Bajo el mandato del PRI, México se mantuvo neutral en varios temas de la política internacional, y ejemplo de ello es su neutralidad durante la llamada Guerra Fría en especial al tratamiento que dio a Cuba luego del triunfo de su revolución en 1959, cuando la nación azteca se convirtió en la única nación de todo el continente americano que mantuvo relaciones con el gobierno de La Habana[4].

Debacle del PRI

Desde la fundación del partido y hasta la segunda mitad de la década de los ochenta, el PRI se mantuvo con el control absoluto de la política de la nación, siendo la principal fuerza dentro del Congreso (Cámara y Senado) asi como en las entidades estatales principales. A pesar de esto, sucesos como la Matanza de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968, la formación del Partido Revolución Democrática (integrado por exmiembros del PRI) asi como victoria de Ernesto Ruffo Appel del Partido Acción Nacional en Baja California propinaron fuertes golpes a la maquinaria del PRI. Su reputación como partido dominante sufrió a consecuencia de las crisis económicas que padeció México a partir del gobierno de Luis Echeverría Álvarez, seguido por los gobiernos de José López Portillo, Miguel de la Madrid Hurtado y Carlos Salinas de Gortari, que generaron fuertes devaluaciones, desempleo y ampliación de la pobreza en general.

El 2 de julio del año 2000, el PRI representado por Francisco Labastida Ochoa perdería su primera elección para presidente desde 1929, siendo ganada por la Alianza por el Cambio (PAN-PVEM) accediendo a la presidencia de la república Vicente Fox. El reconocimiento inmediato y posterior entrega del poder por parte del gobierno encabezado por Ernesto Zedillo hacia el candidato de la oposición, es un hito en la historia política de México, pues por primera vez la presidencia del país es transferida a un candidato opositor, legalmente y sin violencia.

En 2006, el PRI perfiló su maquinaria política con vistas a regresar al poder intentando vencer al entonces candidato oficialista Felipe Calderón en las elecciones presidenciales de julio del mismo año. Para dicha batalla designaron al exgobernador de Tabasco, Roberto Madrazo Pintado, un experimentado abogado y expresidente del PRI de 1999 a 2000. A pesar de los esfuerzos de la maquinaria, Madrazo no pudo lograr el apoyo de las organizaciones base del PRI como por ejemplo el Sindicato de Trabajadores de la Educación y por el apoyo de varios pesos fuerte del partido como el senadores Enrique Jackson y los gobernadores Arturo Montiel, Tómas Yarrington, José Natividad González y Enrique Martínez. Como consecuencia de esto, en la elección del 2 de julio de 2006 el PRI sufrió su más grave crisis política al perder por segunda ocasión consecutiva la Presidencia de la República quedando en un tercer lugar en la preferencia electoral con 9.3 millones de votos por detrás de los candidatos Andrés Manuel López Obrador del PRD y Felipe Calderón del PAN.

Recuperación electoral

Tras las grandes derrotas que sufrió el PRI en las elecciones del 2006, el partido fue capaz de recuperarse electoralmente en el 2007 mediante las elecciones de algunos Estados de la República, tales como Tabasco (donde mantuvo la Gubernatura), Yucatán (donde recuperó el gobierno), Chihuahua, Oaxaca, Durango, Aguscalientes y Veracruz. Al ganar estas gubernaturas logró un 48% de las preferencias electorales a nivel nacional por encima del PAN y del PRD. Posteriormente en el año 2009, el PRI cuenta con 19 gobiernos estatales, con casi el 60 por ciento de la población del país, y es mayoría en 19 de los 32 congresos locales.

El 5 de julio de 2009 el PRI dio una muestra de su recuperación electoral frente a su anterior derrota del 2006. El PRI logró obtener en estas elecciones federales la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados al ganar 241 diputaciones, y tener victorias totales en estados como el Estado de México, Jalisco, Coahuila, Oaxaca, Tamaulipas, Campeche, Quintana Roo y Yucatán. Además en las elecciones para gobernador (que esa noche se dieron en 6 estados) el PRI mantuvo las de Colima, Campeche y Nuevo León; ganó las de Queretaro y San Luis Potosí hasta entonces panistas, pero perdió la de Sonora.

Regreso al poder

Enrique Peña Nieto, ex presidente de México y figura líder del PRI

A raíz de las elecciones federales de 2012, con un total de 164 diputados electos y 49 plurinominales, el PRI ganó la mayoría en la Cámara de Diputados y se colocó como el primer grupo político en el Senado, con 41 senadores electos y 11 plurinominales, lo que lo hace la primera fuerza política nacional en el Congreso de la Unión.

En la noche del 1 de julio de 2012, horas después del cierre de los comicios electorales, el Instituto Federal Electoral declaró vencedor al candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, tras un conteo preliminar que le adjudicó entre el 37 y 38% de los votos[5][6], cerca de seis puntos por encima del candidato de la izquierda Andrés Manuel López Obrador. Aunque su elección como el futuro presidente mexicano fue cuestionada por el candidato López Obrador, su victoria fue reconocida por varios organismos nacionales así como por gobiernos de otros países[7][8]. El 1 de diciembre de 2012 asumió la presidencia de México.

Referencias

Fuentes