Santa Cruz del Islote

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(Santa Cruz del Islote)
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Localización geográfica / administrativa
ArchipiélagoSan Bernardo
País(es)Bandera de Colombia Colombia
Datos geográficos
Superficie0,01 km² km²
Demografía
Población1.230 habitantes.


Características

Santa Cruz del Islote es una de las 10 islas del Rosario, la única artificial, y se encuentra frente a la costa de Colombia y muy cerca de Cartagena de Indias. Es famoso por atribuírsele ser la isla más densamente poblada de la Tierra. Posee 1.247 habitantes, y el 65% de la población es menor de edad. En la isla hay algunos equipamientos como comercios, puesto de salud, un centro educativo donde se cursa hasta Octavo grado y una planta eléctrica que funciona solo durante la noche.

En la actualidad en el islote de santa cruz se instalan celdas solares donadas por el Gobierno Japonés, las cuales abastecerán de energía al islote las 24 horas al día. La isla tiene aproximadamente 1 Hectárea de extensión o lo que es lo mismo 10.000 m² de extensión. La densidad media de la isla es de 1,25 habitantes por cada 10 m², es decir, la densidad es de 125.000 habitantes por km².Todo en Santa Cruz del Islote es sui géneris. Las casas no tienen patio y la mayoría no tiene baños, todo por la falta de espacio. Por eso no hay siquiera una cancha de microfútbol.

En Santa Cruz del Islote no hay vegetación, ni siquiera un sembrado de yuca o maíz, porque no hay dónde hacerlo. La isla crece cada vez que los pescadores traen piedras coralinas que colocan alrededor para protegerla de la furia del mar

Desde 1988 el archipiélago es parque nacional y está protegido por el gobierno colombiano.

Historia

La vida en el islote depende del mar y la pesca. Según las leyendas locales , la historia de este asentamiento humano comenzó hace más de 200 años, cuando unos pescadores descubrieron un territorio muy cercano a una rica zona de pesca, que además gozaba de la ausencia de mosquitos y jejenes , que impidieran el merecido descanso después de duras faenas del mar. Esta observación los hizo venir con sus familias a poblar el pequeño paraje. Lo que algunos consideran vivir en estrechez, no es un problema para los nativos que creen vivir en una comunidad solidaria, en que la no hay policías y todo se resuelve amigablemente o por mediación de figuras que gozan del absoluto respeto popular.

Actividad principal

La actividad principal es la pesca, el que maneja la tienda, o el entrenador de los gallos de pelea, vive de la pesquería. Unos usan redes en las orillas de las islas, otros, anzuelos, y otros bucean para atrapar langostas. No tiene horario fijo para levantarse. El que va a pescar en la mañana se para a las cinco. El que no, se queda hasta las diez u once en la cama o el chinchorro.

Los buzos, por lo general, trabajan en la mañana. Salen en sus ‘cayucos’ –canoas pequeñas de madera– y se alejan, remando, unas dos horas, hasta encontrar el sitio adecuado para detener la canoa y empezar la búsqueda de langostas, caracoles, cangrejos, jaibas y pulpos. Se hunden en el agua, 10, 30 metros, a pulmón limpio; sólo usan aletas y guantes. Hay que hacerlo rápido. Temen un ataque de tiburón: “tratan de comérselo a uno”, dicen. Pocos utilizan rifle de arpón. No es un oficio fácil: produce calambres y algunos salen del agua botando sangre por la nariz.

Todos conocen la distancia de los fondos de una isla a otra. Les sirven de guía, sobre todo a los que tienen lanchas pequeñas y se aventuran sin brújula. La práctica les ayuda a calcular, a ojo, las distancias. Pero 15 millas mar adentro, la tierra se pierde, sólo se ve agua por todas partes. Necesitan brújula. Desde hace poco, además tienen un GPS –un aparatico del tamaño de un celular que indica dónde está uno con ayuda de los satélites–. El dueño de esta sofisticación va en su canoa adelante, guiando a otras canoas. Así, sin necesidad de usar boyas–un pedazo de icopor amarrado a una vara que se tira al agua– pueden volver, día tras día, al sitio donde encontraron buen mero, buen sábalo, buena sierra.

No acostumbran a cargar comida para la jornada de pesca. Prefieren salir después de un desayuno doble: pescado, plátano, yuca sancochada, aguepanela, “sirve de desayuno y almuerzo a la vez”. Pan, agua, gaseosa, avena, galletas o bocadillo, es lo único que llevan. En las lanchas grandes van tres o cuatro pescadores. Tres tienden los anzuelos; el otro se encarga del motor. Matan el tiempo charlando del oficio: “que no le pica, que le va a picar” o escuchando en la radio música, noticias. La calma se rompe cuando un pez muerde el anzuelo. “Uno lo levanta y él se va llenando de aire. Ahí es la pelea del pescador y su presa”. Los que pescan en la mañana regresan pasado el mediodía. Los que lo hacen en la tarde, vuelven a las ocho de la noche.

De cuando en cuando se arriesgan hasta la una de la mañana y a veces amanecen en medio del mar. Pero si el viento viene fuerte, regresan rápido a tierra.Para navegar, usan velas de plástico porque son más livianas, “se envuelven rápido”. Cuando uno se ubica bien, baja la vela y busca el sitio para fondear. Una piedra amarrada a un lazo puede hacer las veces de ancla.

La Calle del Adiós

En ‘La calle del adiós’ están las construcciones más importantes: el colegio, el puesto de salud levantado sobre un tanque inmenso, donde se almacena el agua traída de Cartagena. Llega en barcazas, cada vez que hay verano y se acaban las reservas de agua lluvia que cada familia guarda en albercas y canecas.

‘La calle del adiós’, de apenas 15 metros de larga, es el lugar de recreo de los 100 niños del colegio.Aparte de ‘La calle del adiós’, el resto son estrechos callejones que forman una especie de laberinto, donde se pierden los que van por primera vez. En estos espacios estrechos muchas mujeres arman los fogones de leña para economizar el gas en las estufas de sus casas.Todos los días, a las cuatro de la tarde, pasa el encargado de la luz cobrando para comprar el ACPM necesario para prender la planta. Solo la prenden de 6 a 12 de la noche. En una caja de madera pegada a uno de los palos del kiosko de los Perros, permanece día y noche un celular. Tiene dueño, pero se reciben llamadas para todos los habitantes de la isla. A la entrada de la isla hay una canoa montada sobre estacas. Ahí siembran hortalizas y hace poco sembraron una patilla. Es una trojita para sembrar: La yuca, el plátano, los traen del ‘otro lado’. “Los agricultores son de allá, de tierra firme”.

Religión

Sus habitantes son devotos a la Virgen del Carmen. “Es ella —dicen algunas mujeres— la que nos hace los milagros, por ejemplo, cuando no llueve se le reza para que nos mande un aguacerito y casi siempre nos concede el milagrito”.

Típicos de la isla

Los platos típicos de la isla son:

  • Pescado sudado: se abre, se desviscera, se le echa limón criollo, sal y se cierra. Se deja un ratico así cerrado y después se abre y se cuelga en una cuerda o en un palo, donde le pegue un poquito de resplandor, para que medio se seque. Después se cierra y se pone a hervir con yuca, o con plátano amarillo, como una ‘viuda’. Muchas veces adentro del pescado van rebanadas de tomate y de cebolla.
  • El baile más popular es la champeta, ritmo afro colombiano nacido en el Palenque de San Basilio, cerca de Cartagena.

Tintipán, la isla vecina

Como el cementerio queda en la isla del frente —Tintipán—, el desfile mortuorio se hace por el mar. En la lancha de adelante va el cadáver; el ataúd lo aseguran con sogas. Detrás va la lancha con los deudos: el resto de familiares más cercanos y los acompañantes lo rodean con lanchas medianas y pequeñas, a los lados y hacia atrás. “Es hermoso que una persona, después de muerta, también sea paseada en el mar”

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Fuentes