Testosterona

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Concepto:La Testosterona es una hormona androgénica. En realidad es una prohormona, ya que para realizar su acción fisiológica o farmacológica debe reducirse en posición 5-alfa-dihidrotestosterona, que es la hormona activa.

Testosterona. Es una hormona androgénica, en realidad es una prohormona, ya que para realizar su acción fisiológica o farmacológica debe reducirse en posición 5-alfa-dihidrotestosterona, que es la hormona activa. Es una hormona propia del género masculino, que permite desarrollar los músculos del hombre con muy poco esfuerzo.

Las mujeres producen una cantidad mucho menor, que cumple también importantes funciones en la regulación de aspectos como su humor, apetito sexual y sensación de bienestar.

Estructura química

La testosterona es un andrógeno, esteroide derivado del ciclopentanoperhidrofenantreno, que tiene 19 átomos de carbono, un doble enlace entre C4 y C5, un átomo de oxígeno en C3 y un radical hidroxilo (OH) en C17. Esta estructura es necesaria para el mantenimiento de la actividad androgénica.

La testosterona puede ser aromatizada en varios tejidos para formar estradiol, de tal manera que en el hombre es normal una producción diaria de 50 microgramos. El papel del estradiol en el hombre aún no está aclarado, pero su exceso absoluto o relativo puede provocar feminización. Los estrógenos del testículo son probablemente producidos por las células de Leydig, pero también son sintetizados en otros tejidos a partir de los andrógenos circulantes.

Síntesis de la testosterona

La testosterona se sintetiza (se fabrica) principalmente (en un 95%) en los testículos y el resto en las glándulas suprarrenales. En la mujer la testosterona también se sintetiza en las células tecales del ovario y en la placenta. Concretamente, son las células de Leydig del testículo las principales responsables de sintetizar la testosterona a partir del colesterol.

La síntesis de testosterona está regulada por la hipófisis y el hipotálamo, que según los niveles detectados de testosterona en sangre liberan hormonas que estimulan o inhiben la producción de testosterona. La gonadotropina hipofisaria LH, hormona luteinizante, es la hormona reguladora específica de la producción de la testosterona. Otras hormonas que influyen en menor grado en la síntesis de la testosterona, son la prolactina, el cortisol, la insulina, factor de crecimiento insulínico, el estradiol, y la inhibina.

El AMPc activa la captación de acetato procedente de la glucosa o del metabolismo lipídico y la síntesis del colesterol en el retículo endoplásmico liso. El colesterol es transformado por enzimas mitocondriales en pregnenolona, que es el precursor de la testosterona, vía 17-alfa-pregnenolona, dihidroepiandrosterona, androstendiona y finalmente testosterona.

Las células testiculares de Sertoli, tienen como función principal el control de la espermatogénesis y su función biológica es regulada por la gonadotropina FSH u hormona folículoestimulante.

Las células de Sertoli también producen una proteína transportadora de andrógenos, ABP, que sirve para fijar la testosterona en el testículo y es la proteína específica en el transporte de testosterona por la circulación sanguínea.

Las células de Sértoli también producen testosterona en cantidades limitadas. Estas células están localizadas en los túbulos seminíferos y la testosterona producida parece tener una acción local de especial importancia en la espermatogénesis.

Acciones fisiofarmacológicas

Acciones sexuales

La testosterona es necesaria para el normal desarrollo de los genitales externos. Ello incluso durante el primer trimestre de la vida fetal. Si la síntesis fetal de andrógenos es insuficiente, por un error enzimático congénito o por defectos del receptor, el fenotipo genital puede ser femenino o ambiguo. Son los llamados pseudohermafroditas (síndrome de Morrison), los verdaderos hermafroditas tienen ovario y testículo.

En la época prepuberal hay una secreción mínima de testosterona. A través de mecanismos no bien conocidos, las secreciones de LH y FSH aumentan progresivamente en la pubertad. El tamaño testicular crece también por acción de la hormona de crecimiento, el número de células de Leydig aumenta y la concentración plasmática de testosterona también se incrementa progresivamente dando lugar a la maduración sexual. Resumiendo la testosterona produce los siguientes efectos sobre los órganos sexuales primarios:

  • Promueve el crecimiento del escroto, pene y glándulas secretorias sexuales.
  • Aumenta el peso y crecimiento testicular.
  • Estimula la espermatogénesis en los túbulos seminíferos.
  • Estimula la maduración de la espermátida en espermatozoide.
  • La testosterona completa las características del semen y estimula la constitución definitiva en su paso por el epidídimo y los conductos deferentes.
  • La testosterona aumenta la libido o deseo sexual.

Además la testosterona produce los siguientes efectos sobre las características sexuales secundarias:

  • Incremento de la masa muscular (acción anabólica).
  • Proliferación de las glándulas sebáceas. La aparición de acné puede relacionarse con este efecto.
  • Engrosamiento de la piel.
  • Hipertrofia de la laringe y producción de una voz grave permanente.
  • Distribución del vello masculino en: pubis, tronco, extremidades y barba.

La testosterona tiene una relación determinada genéticamente con la aparición de calvicie en el hombre, aumento del ritmo de crecimiento de los huesos largos en la pubertad, y aumento de estatura. Cierre de las placas epifisarias y cartílago de conjunción. Comportamiento más agresivo y mayor vigor físico y muscular en el hombre que en la mujer. Las acciones anabólicas son también evidentes en otros órganos y sistemas: hígado, riñón, corazón, médula ósea, etc.

Acciones sobre la hipófisi

Por retroalimentación negativa la testosterona inhibe la secreción de las gonadotropinas hipofisarias. La testosterona o la DHT inhiben en el hipotálamo la producción de los factores de liberación de gonadotropinas hacia el sistema portal hipotálamohipofisario. Los factores de liberación (GnRH) son los que estimulan finalmente la secreción de LH y FSH en la hipófisis anterior.

El envejecimiento se asocia con una disminución de la función testicular, con una bajada de la concentración de testosterona plasmática y una disminución del número de células de Leydig intersticiales después de los 60 años. Paralelamente se observa un incremento en la concentración plasmática de LH y FSH indicando la presencia de factores testiculares que afectan la producción de testosterona.

Acciones metabólicas

Los andrógenos y la testosterona producen en general efectos anabólicos y de tipo mineralcorticoide:

  • Aumento de la síntesis de proteínas.
  • Incremento de la retención de nitrógeno y balance de N positivo.
  • Acción miotrófica: Aumento de la masa muscular.
  • Aumento de la estatura corporal: Efecto sobre huesos largos.
  • Aumento del peso corporal.
  • Retención de sodio, cloro y agua: acción mineralcorticoide.
  • Retención de fósforo y potasio.

Las acciones anabólicas de los andrógenos pueden ser útiles ocasionalmente en terapéutica. Las drogas más usadas por su actividad anabólica son derivados de la 19-nor-testosterona, la nandrolona, oximetolona, metenolona y estanozolol. Su utilización sin embargo debe ser sumamente prudente.

La acción miotrófica es buscada frecuentemente por atletas provocando normalmente un abuso peligroso para la salud. El uso indiscriminado de los andrógenos puede ocasionar varias consecuencias nefastas, entre ellas el cierre prematuro de las epífisis y detención del crecimiento en adolescentes.

Debido a la inhibición de la secreción de las gonadotropinas FSH y LH pueden producir disminución de la espermatogénesis, hipotrofia y atrofia testicular, ginecomastia y feminización en el hombre. Estos últimos efectos se producen por una elevación en la producción de estrógenos a nivel periférico.

Estímulo de la eritropoyesis

Los efectos eritropoyéticos de los andrógenos son bien conocidos. La concentración de hemoglobina es habitualmente de 1 a 2g/dl superior en el hombre adulto que en la mujer o en los niños. Además es frecuente observar una anemia moderada en hombres hipogonadotrópicos. Los andrógenos estimulan la eritropoyesis a través de un incremento en la producción renal de eritropoyetina.

El efecto eritropoyético de la testosterona no se observa en ratas nefrectomizadas bilateralmente, ni en ratas normales que previamente recibieron anticuerpos contra la eritropoyetina. Debido a estos efectos los andrógenos han sido utilizados para el tratamiento de anemias aplásicas de distintas etiologías con respuestas variadas.

También fue observado un efecto eritropoyético en pacientes con anemia asociada a insuficiencia renal crónica (IRC) tratados con andrógenos. Los efectos de la testosterona en la anemia de la IRC son sin embargo controvertidos. Actualmente se han observado efectos directos estimulantes de la eritropoyesis en cultivos celulares de médula ósea por la testosterona. Así se ha demostrado un aumento del desarrollo del número de colonias eritroides BFU-E y CFU-E en placas de cultivo que contenían testosterona.

Acciones antineoplásicas

La testosterona posee acciones antineoplásicas en el carcinoma de mama avanzado y metastásico inoperable y donde la radioterapia no tiene indicación. El mecanismo de la acción antineoplásica no es bien conocido pero existe un porcentaje de efectos positivos en aproximadamente el 30% de los casos.

Como este porcentaje de resultados favorables es menor que otros tratamientos hormonales del carcinoma de mama, el uso de andrógenos debe ser reservado como una alternativa de segunda línea. La mayor parte de los carcinomas sensibles a la andrógenoterapia poseen células con receptores específicos para los andrógenos que pueden detectarse con técnicas de unión de ligandos (binding) marcados radiactivamente en pacientes o en muestras de biopsia.

Los carcinomas de mama o sus metástasis que poseen receptores responden en general a la terapia androgénica. En cambio los tumores que carecen de receptores no responden generalmente al tratamiento endocrino. Se ha especulado que en los casos de reactivación de las metástasis de un cáncer mamario que había respondido previamente al tratamiento con andrógenos, se asocie con la pérdida de la producción de la proteína receptora por parte de las células neoplásicas.

Los andrógenos de mayor potencia son inaceptables en la mujer debido a la virilización y andrógenos menos potentes como el danazol producen efectos poco evidentes. El danazol es un derivado androgénico, también utilizado para el tratamiento de la endometriosis, en la enfermedad fibroquística de la mama y en el síndrome de tensión premenstrual. Los efectos posiblemente se relacionen con las acciones antiestrogénicas. El danazol es también utilizado para el tratamiento del edema angioneurótico hereditario.

Niveles de testosterona

La testosterona a pesar de ser una hormona propia del varón, está presente también en la mujer, pero en menor proporción. El hombre tiene una secreción de testosterona unas 12-16 veces mayor que la mujer. Los niveles de testosterona, también varían de una persona a otra y dependiendo de los momentos de la vida (infancia, adolescencia y pubertad, madurez, senectud). La testosterona producida por las células de Leydig, es la que pasa a la circulación sanguínea. Concentración plasmática de testosterona:

  • En el adulto de 300 a 1000 nanogramos/dl.
  • Antes de la pubertad la concentración es menor a 20 ng/dl.
  • El contenido de testosterona en el testículo humano es de aproximadamente 300 ng/g de tejido.

Producción diaria de testosterona:

  • En el hombre adulto el testículo produce entre 2,5 y 11 mg/día de testosterona.
  • En la mujer los ovarios y las suprarrenales producen aproximadamente 0.25 mg/día de testosterona.

Causa la deficiencia de testosterona

La testosterona baja puede ser producida por una lesión (por ejemplo, trauma, castración, radiación o quimioterapia), desórdenes hormonales (por ejemplo, tumores o enfermedades en la glándula pituitaria, niveles elevados de prolactina), u otras enfermedades (por ejemplo, las paperas). Algunos medicamentos, el VIH/SIDA y otras condiciones genéticas (por ejemplo, el síndrome de Klinefelter, hemocromatosis, el síndrome de Kallmann, el síndrome de Prader-Willi, y distrofia miotónica) también pueden resultar en una deficiencia de testosterona. Sin embargo, en muchos casos no puede descubrirse la causa.

Diagnostico de la deficiencia de testosterona

Durante un examen físico, su médico le examinará la cantidad y distribución del vello del cuerpo, el tamaño de las glándulas mamarias y el pene, el tamaño y consistencia de los testículos y el escroto, y le hará un análisis del campo visual.

Su médico también le hará exámenes de sangre para comprobar si su nivel de testosterona está dentro de los valores normales, los cuales son de 300 a 1,000 ng/dL (nanogramos por decilitro), aunque esta medida puede variar según el laboratorio. Para diagnosticar la deficiencia de testosterona, es posible que sea necesario hacerle más de un análisis de sangre a primera hora de la mañana (entre las 7 y 10 de la mañana) y, a veces, otros análisis de la pituitaria.

Tratamiento a la deficiencia de testosterona

La terapia para restituir la testosterona puede estimular el interés sexual, la función eréctil y el nivel de energía, puede mejorar el carácter, estimular el crecimiento del vello corporal, y aumentar la densidad de los huesos y masa muscular. Hay diversos métodos para restituir la testosterona: inyecciones, parches, gelatinas y una tableta que se adhiere a la encía. El mejor método depende de la causa del problema, la preferencia y tolerancia del paciente, y el costo. Hay riesgos con el uso prolongado de la testosterona para hombres mayores de 50 años.

Riesgos asociados con el uso de la testosterona

Los riesgos asociados con el uso de la testosterona son:

  • Elevación de los glóbulos rojos.
  • Interrupción de la respiración durante el sueño.
  • Crecimiento de la próstata o de cánceres en la próstata.
  • Acumulación de fluido (ocurre raramente).

Durante el tratamiento con testosterona, los hombres afroamericanos y los mayores de 40 años que tienen parientes que han sufrido cáncer de la próstata, y todos los hombres de más de 50 años de edad, deben mantenerse bajo estrecha observación. Los hombres que sufren cáncer de las glándulas mamarias o que tienen, o se sospecha que tienen, cáncer de la próstata, no deben recibir terapia para restitución de la testosterona.

Fuentes

  • Gill B., Kogan S. Crypstorchidism. Current concepts. Pdiatr Clin North Am 44(5): 1211-1227 (1997).
  • Enciclopedia medica digital.