Tos ferina en niños

Tos ferina
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Virus de la Tos ferina
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Infección muy contagiosa causada por la bacteria Bordetella pertussis, que origina ataques de tos que habitualmente terminan en una inspiración prolongada, profunda y que emite un sonido agudo (ferina).

Tos ferina o pertussis. Es una enfermedad bacteriana altamente contagiosa que causa tos. A cualquiera le puede dar la tos ferina, pero es especialmente peligrosa, los bebés con la tos ferina pueden correr riesgo de muerte. Con frequencia, los bebés contraen la tos ferina de los niños mayores, cuyos síntomas son más ligeros.

Introducción

La tos ferina es una infección muy contagiosa causada por la bacteria Bordetella pertussis, que origina ataques de tos que habitualmente terminan en una inspiración prolongada, profunda y que emite un sonido agudo (ferina).

La tos ferina, que en un momento hizo estragos en muchos países y aún es un problema importante en el mundo, se presenta nuevamente con cierta frecuencia en algunos países desarrollados. Cada 2 o 4 años se producen epidemias locales.

Una persona puede desarrollar tos ferina a cualquier edad, pero la mitad de los casos ocurre en niños menores de 4 años. Un ataque de tos ferina no siempre garantiza una inmunidad para toda la vida, pero el segundo ataque, si ocurre, suele ser leve y no siempre se reconoce como tal.

Una persona infectada propaga organismos de tos ferina al aire a través de las gotas de humedad que expulsa al toser. Cualquiera que se encuentre cerca puede inhalarlas e infectarse. Una persona con tos ferina habitualmente no es contagiosa a partir de la tercera semana de la enfermedad.

Signos y Síntomas

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Los síntomas iniciales, similares a los del resfriado común, en general se desarrollan aproximadamente una semana después de la exposición a la bacteria y seguidos de los episodios graves, y son los siguientes:

  • Goteo nasal.
  • Fiebre leve
  • Tos fuerte y repetitiva que puede dificultar la respiración, ocasionar vómito, que provoca un sonido caracteríastico cuando el enfermo toma aire, e incluso puede provocar pérdida momentánea del conocimiento.
  • Diarrea.
  • Episodios de asfixia en bebés.

La tos ferina puede afectar a personas de cualquier edad. Antes de que hubiera una amplia disponibilidad de las vacunas, la enfermedad era más común en bebés y niños pequeños. Ahora, que el calendario de vacunas establece que les sea administrada a los niños antes de entrar en la escuela, el porcentaje más alto de casos se observa entre adolescentes y adultos.

Diagnóstico

El médico que visita a un niño en la primera fase (catarral) tiene que saber diferenciar la tos ferina de la Bronquitis, de la Gripe y de otras infecciones víricas, e incluso hasta de la Tuberculosis, ya que todas ellas tienen síntomas similares.

El médico recoge muestras de mucosidad de la nariz y la garganta con un hisopo pequeño que se envían al laboratorio para su cultivo. Si un niño se encuentra en la fase inicial, el cultivo puede identificar las bacterias de tos ferina entre el 80 y el 90 por ciento de los casos. Desgraciadamente, las bacterias son difíciles de cultivar en las fases más avanzadas de la enfermedad, aunque la tos esté en su peor momento. Pueden obtenerse resultados más rápidamente si se analizan las muestras para detectar bacterias de tos ferina utilizando anticuerpos especiales, pero esta técnica es menos fiable.

Complicaciones

Las complicaciones más frecuentes afectan a los conductos respiratorios. Los bebés corren el riesgo de lesionarse debido a la falta de oxígeno tras las pausas en la respiración (apnea) o los ataques de tos. Los niños pueden contraer Neumonía, que puede ser mortal. Durante los ataques de tos, el aire puede ser expulsado fuera de los pulmones hacia los tejidos circundantes, y también los pulmones pueden sufrir una rotura y colapsarse (neumotórax).

Los ataques de tos violentos pueden causar hemorragia en los ojos, en las membranas mucosas y, ocasionalmente, en la piel o el cerebro. Puede aparecer una llaga en la parte inferior de la lengua si ésta choca contra los dientes inferiores durante los ataques de tos. En algunas ocasiones, la tos puede causar que el recto protruya hacia el exterior (prolapso rectal) o que se produzca una hernia en el ombligo, que puede manifestarse como un bulto.

Los bebés pueden sufrir convulsiones, pero éstas no son frecuentes en los niños de mayor edad. La hemorragia, la hinchazón o la inflamación cerebral pueden causar lesiones en el cerebro y producir retraso mental, parálisis u otros problemas neurológicos. En la tos ferina con frecuencia también se dan infecciones del oído (Otitis media).

Pronóstico y Tratamiento

Vacuna contra la Tos ferina

La inmensa mayoría de los niños con tos ferina se recupera completamente, aunque de forma lenta. Entre el uno y el dos por ciento aproximadamente de los niños menores de un año muere. La enfermedad puede ser grave para cualquier niño menor de dos años y es molesta, pero raramente grave, en los niños más grandes y en los adultos. Sin embargo, son los niños mayores y los adultos con enfermedad leve los que habitualmente transmiten tos ferina a los más pequeños.

Los bebés muy enfermos suelen ser hospitalizados porque necesitan cuidados y Oxígeno y pueden requerir tratamiento en una unidad de cuidados intensivos.

Se les instala en una habitación silenciosa y con poca luz y se intenta perturbarlos lo menos posible. Una perturbación puede provocar un ataque de tos, que a su vez puede causar dificultades respiratorias. Los niños de más edad con enfermedad leve no requieren reposo en la cama.

Durante el tratamiento, puede extraerse mucosidad de la garganta. De ser necesario, en casos graves, se coloca un tubo en la Tráquea para oxigenar directamente los Pulmones. El valor de los medicamentos para la tos es dudoso y, habitualmente, no se utilizan.

Se pueden administrar fluidos intravenosos para reemplazar los líquidos perdidos durante los Vómitos y porque la tos puede impedir la alimentación del bebé. Es importante mantener una buena Nutrición y a los niños de más edad es mejor ofrecerles poca cantidad de comida, pero con frecuencia.

La Eritromicina suele indicarse para erradicar las Bacterias que causan la tos ferina. También se utilizan antibióticos para combatir las infecciones que acompañan a la tos ferina, como la Bronconeumonía y la infección leve del oído medio.

Prevención

Los niños son sistemáticamente inmunizados contra la tos ferina. La vacuna de la tos ferina se combina habitualmente con vacunas contra la Difteria y el Tétanos y recibe el nombre de DTP (difteria- tetanos-Pertussis). Las personas expuestas a la tos ferina reciben eritromicina como medida profiláctica.

Fuentes