Vómito

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Vómito
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Concepto:El vómito, también llamado emesis, es la expulsión violenta y espasmódica del contenido del estómago a través de la boca.

Vómito. Los vómitos (emesis) son, por definición, la expulsión violenta del contenido del estómago a través de la boca. El vómito, suele estar acompañado de náuseas y sensación de malestar general.

Origen

En el cerebro, más concretamente en la formación reticular del bulbo raquídeo, se encuentra el centro del vómito. El bulbo raquídeo no forma parte del cerebro, sino que ambos son partes distintas del encéfalo.

Causas

Las causas de este estado son muy variadas, desde simples repulsiones, pasando por desórdenes digestivos, intoxicaciones alcohólicas hasta enfermedades oculares y del oído, que estimulan el bulbo raquídeo y producen las náuseas que provocan el vómito.

Según las características y la composición del vómito estaremos ante diferentes tipos que nos pueden aportar datos sobre las causas. El vómito puede contener sangre (hematemesis), heces fecales (vómito fecaloide, cólico miserere o copremesis) o ser un vómito biliar.

Las causas de los vómitos pueden ser múltiples. Existen diversos factores que excitan el centro del vómito en el cerebro provocando náuseas y vómitos. Entre ellos se encuentran los siguientes:

Vómitos infantiles

La causa más común de los vómitos en los niños es la infección gastrointestinal (gastroenteritis). En los primeros cinco años de vida, los responsables de estos síntomas son, en un 40% de los casos, los rotavirus. Además, este virus es el agente responsable del 30 al 60% de los casos de diarrea severa en niños. Los vómitos suelen ir acompañados de diarrea y fiebre. En el caso de los niños, la emesis puede tener otras muchas causas, como, por ejemplo, las infecciones bacterianas, los parásitos o los trastornos psíquicos.

Diagnóstico

Es importante hacer un buen diagnóstico de los vómitos. Cuando los vómitos son muy fuertes, persistentes y son vómitos de sangre, hay que acudir de inmediato al médico para que realice un diagnóstico de la enfermedad.

Con el fin de averiguar la causa, el médico comenzará realizando algunas preguntas importantes: desde cuándo y con qué frecuencia se produce el vómito, y sobre todo, qué se expulsa con él (líquido claro, restos de comida o sangre).

El paciente deberá informar si, además de las náuseas, sufre otros síntomas acompañantes, como diarrea. El facultativo querrá saber qué ha comido el paciente los días pasados y qué es lo último que ha ingerido hoy. También es importante saber si está tomando medicamentos, si existe algún cuadro de enfermedad previa y en el caso de que se trate de una mujer, cuándo tuvo su última menstruación. Estas y otras informaciones permitirán que el médico obtenga importantes pistas sobre la causa de las náuseas y los vómitos que aquejan al paciente.

Para realizar un diagnóstico certero sobre los vómitos se necesita hacer una exploración física y en algunos caso un análisis de sangre. Si la causa de la emesis es una infección gastrointestinal, con este diagnóstico ya es suficiente y no es necesario realizar más pruebas. En el caso de que las causas del vómito sean otras, puede resultar necesario realizar más exámenes, tales como radiografías, ecografías, una endoscopía del esófago y del estómago (gastroendoscopia) o del colon (colonoscopia), así como pruebas especiales encaminadas a descubrir una posible intolerancia alimentaria.

Tratamiento

El tratamiento para los vómitos tiene que atender a las causas que han provocado este síntoma. En caso de que los vómitos lleven produciéndose durante largo tiempo, es importante volver a equilibrar la pérdida acusada de líquidos y minerales con un tratamiento adecuado. Si el paciente vomita lo que acaba de beber, necesitará una infusión intravenosa de líquidos y electrolitos.

En el caso de vómitos ligeros, por ejemplo como consecuencia de una infección gastrointestinal, suele bastar con cuidar el estómago durante algunos días. Tomar infusiones de hinojo y manzanilla, agua sin gas, ingerir comida fácilmente digestible y mucho descanso suele ser el tratamiento más efectivo contra las náuseas y los vómitos en estos casos.

Los medicamentos contra los vómitos y las náuseas se denominan antieméticos. Si el remedio se vomita, puede aplicarse en forma de supositorios e incluso como infusión intravenosa. En caso de mareos, puede auto medicarse con antihistamínicos H1 (dimenhidrinato, difenidramina), sin embargo, no olvide que algunos preparados contra las náuseas y los vómitos necesitan receta médica. Aquí entrarían los psicofármacos con efectos antieméticos (neurolépticos) los procinéticos o los antagonistas de la serotonina (5HT3). También los antagonistas del receptor de la neurocinina 1 pueden ser de ayuda, combinados con antagonistas de la serotonina y esteroides (dexametasona, por ejemplo).

Además, existen remedios fitonaturales que también ayudan contra los vómitos, como la manzanilla, el hinojo, el comino o la menta.

El tratamiento de los vómitos y las náuseas depende y se ajusta específicamente a la causa. Sobre todo, en el caso de que la emesis lleve largo tiempo produciéndose de forma persistente y venga acompañada de hematemesis (vómitos con sangre), debe consultarse inmediatamente con el médico.

Fuentes