Alexander Vasílievich Suvorov

Alexander Vasílievich Suvorov
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Militar de Rusia
Nacimiento24 de noviembre de 1729
Moscú, Bandera de Rusia Rusia
Fallecimiento18 de mayo de 1800
San Petersburgo, Bandera de Rusia Rusia
OcupaciónMilitar
TítuloConde de Rimñik y príncipe de Italia

Alexander Vasílievich Suvorov. Conde de Rimñik y príncipe de Italia, fue uno de los pocos grandes generales de la historia que nunca perdió una batalla. Se hizo famoso por su manual La Ciencia de la Victoria y notorio por su dicho "Entrenar duro, luchar calmado" .

Síntesis biográfica

Nació el 24 de noviembre de 1729 en Moscú, en el seno de una familia noble.

Trayectoria militar

Entró en el ejército de niño, sirviendo contra los suecos en Finlandia y contra los prusianos durante la Guerra de los Siete Años. Tras distinguirse repetidas ocasiones en combate, fue nombrado coronel en 1762.

A continuación sirvió en Polonia dispersando a las fuerzas polacas. Atacó Cracovia en 1768, y alcanzó el rango de mayor-general. La guerra ruso-turca de 1768-1774 vio sus primeras campañas contra los turcos entre 1773 y 1774, y particularmente en la Batalla de Kozludji, en el último año, asentó su reputación.

De 1777 a 1783, Suvorov sirvió en Crimea y en el Cáucaso, convirtiéndose en teniente-general en 1780, y en general de infantería en 1883. De 1887 a 1791 luchó de nuevo contra los turcos durante la guerra ruso-turca de 1787-1792 y consiguió numerosas victorias; fue herido dos veces en Kinburn en 1787 y en 1788 consiguió dos grandes victorias en Focsani y en el río Rimñik. Por la última victoria, Catalina II, la Grande, hizo a Suvorov conde del Sacro Imperio Romano.

El 22 de diciembre de 1790, Suvorov atacó la impenetrable Fortaleza de Ismail, en Besarabia. Las fuerzas turcas tenían órdenes de mantener la posición hasta el final y declinaron de forma arrogante el ultimátum ruso. La derrota significó una catástrofe de gran magnitud para el Imperio Otomano, mientras que en Rusia la victoria fue glorificada en su primer himno nacional, "Suenan los Truenos de la Victoria".

Inmediatamente tras la firma de la paz con los turcos, Suvorov fue transferido de nuevo a Polonia. El 4 de noviembre de 1794, las fuerzas de Suvorov atacaron Varsovia y en lo que se conoció como "la masacre de Praga", capturaron una de sus ciudades. La acción quebró el espíritu de los defensores, y rápidamente se puso fin a la sublevación.

Se dice que el comandante ruso envió un informe a su soberana que consistía en tres palabras:

"Hurra desde Varsovia"
Suvorov

La emperatriz rusa respondió de una forma igualmente breve:

"Felicidades, Mariscal de Campo"
Catalina

El recién nombrado Mariscal de Campo permaneció en Polonia hasta 1795, cuando volvió a San Petersburgo. A la muerte de Catalina en 1796, su sucesor lo despidió.

Retiro de la vida militar

Suvorov vivió algunos años retirado en su finca de Konchanskoe, cerca de Novgorod. Criticaba las nuevas tácticas militares y los uniformes introducidos por el emperador y algunas de sus frases más cáusticas llegaron a los oídos de este. Su conducta comenzó a ser vigilada, así como su correspondencia. Los domingos tocaba la campana de la iglesia y cantaba con los paisanos de la aldea. Los días entre semana trabajaba con ellos como uno más.

Reincorporación a la vida militar

En febrero de 1799, el Emperador Pablo I de Rusia le convocó de nuevo para ir al campo de batalla, esta vez contra los ejércitos revolucionarios franceses en Italia.

La campaña comenzó con una serie de victorias de Suvorov (Cassano d'Adda, Trebbia, Novi), las cuales redujeron el gobierno francés a una estrechez desesperada y expulsaron a los soldados franceses de Italia. Suvorov obtuvo el rango de Príncipe de la Casa de Saboya del rey de Cerdeña.

Pero en los últimos días de ese año las fuerzas rusas fueron vencidas por André Masséna en Zürich. Traicionado por los austriacos, el mariscal de campo, tratando de cruzar los Alpes hasta el alto Rin, tuvo que retirarse a Voralberg, donde el ejército, prácticamente deshecho, sin caballos ni artillería, tenía sus cuarteles de invierno.

Cuando Suvorov se abrió camino a través de las cumbres nevadas de los Alpes, su ejército se vio sometido a una dura prueba, pero no fue derrotado. Por tan extraordinaria retirada estratégica, Suvorov fue ascendido al grado sin precedentes de Generalísimo. Se le prometió oficialmente que se le harían honores militares en Rusia por su triunfo, pero las intrigas de la corte lo impidieron.

Muerte

A principios de 1800, Suvorov volvió a San Petersburgo. El zar rehusó recibirle en audiencia y, herido y enfermo, Suvorov murió días después, el 18 de mayo de 1800 en San Petersburgo.

Suvorov está enterrado en la iglesia de la Anunciación, en el monasterio Alexander Nevski. Una simple inscripción en su sepulcro reza, conforme a sus propios deseos: "Aquí yace Suvorov".

Reconocimientos en su honor

Un año después de su muerte, el zar Alejandro I erigió una estatua a su memoria en el Campo de Marte de San Petersburgo.

Hombre muy sencillo, mientras estaba en campaña vivía como un soldado raso, durmiendo sobre la paja y contentándose con la paga más humilde, aunque pasó por todos los rangos del servicio militar.

En 1904 se abrió el Museo de Historia Militar Suvorov. Otras doce ciudades rusas erigieron monumentos a Suvorov.

El 29 de julio de 1942 el Presidium del Soviet Supremo de la ex URSS estableció la Orden Suvorov, que se otorgaba por las acciones ofensivas exitosas contra fuerzas enemigas superiores.

Fuente