Memorial José Martí

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Memorial José Martí
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Institución con sede en Bandera de Cuba Cuba
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Centro Histórico Cultural
Fundación:27 de enero de 1996
Tipo de unidad:Museo - Memorial
País:Bandera de Cuba Cuba
Dirección:Plaza de la Revolución, La Habana

Memorial José Martí. Es el Monumento más grande construido a la memoria del Héroe Nacional de Cuba, José Martí. En el interior de su base, fue creado un museo que contiene, de manera singular, la historia de dicha figura. Ubicado en Plaza de la Revolución José Martí, su mirador es considerado como el punto geográfico más alto de La Habana.

El 12 de diciembre de 1959, mediante el decreto número 17 del entonces Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias Raúl Castro, se fundó, en este lugar, el Museo de la Revolución. Posteriormente fue utilizado, entre otras funciones oficiales, para algunas honras fúnebres de personalidades destacadas en la historia y cultura cubana. En 1995, con motivo del centenario de la caída en combate de José Martí, ocurrida el 19 de mayo de 1895, se impulsa la idea de la creación de un Memorial, el cual se inaugura el 27 de enero de 1996 por el propio Fidel Castro.

Con una estructura en forma de estrella de 5 puntas, es un centro histórico-cultural con 4 salas expositivas, las dos primeras dedicadas a divulgar la vida y obra de José Martí. La tercera, expone una breve historia de la construcción del proyecto de la Plaza de la Revolución José Martí; la cuarta punta de la estrella es una sala teatro y la quinta la constituye una galería de arte dedicada a exposiciones transitorias de diferentes manifestaciones artísticas.

Historia

Desde que La Habana comenzó a extenderse a extramuros fue una preocupación del entonces Real Cuerpo de Ingenieros establecer las pautas para el ordenamiento territorial de la ciudad. No obstante a estos esfuerzos, el crecimiento no fue ordenado, pues no existía un planeamiento que definiera los principios urbanísticos. Varias generaciones de arquitectos e ingenieros insistieron en la necesidad de realizar un estudio que permitiera marcar las pautas para el desarrollo de la ciudad. Entre las propuestas realizadas se pueden destacar las desarrolladas por Montoulieu, Martínez Inclán y Vasconcelos, que sirvieron de antecedente al planeamiento del urbanista francés Jean Claude Nicolas Forestier.

En 1926, Forestier diseña un complejo de avenidas y parques denominado “Proyecto del Plano Regulador de La Habana y sus alrededores”, estableciendo pautas para la ciudad del futuro. En definitiva, tan ambicioso proyecto tuvo que ser desechado por el alto costo que implicaba su realización. No obstante, entre las ideas del famoso urbanista francés había una que por su finalidad no podía ser ni siquiera discutida: esta consistía en trasladar el centro geográfico de La Habana hacia la Loma de los Catalanes, lugar donde convergerían las principales arterias viales de la ciudad, reservando el sitio más privilegiado para la construcción de un centro cívico y erigir un monumento al más grande de todos los cubanos.

Desde el punto de vista geográfico el lugar escogido era excelente, pues con una altura de 42 m sobre el nivel del mar se garantizaba que el monumento fuera visible prácticamente desde todos los puntos prominentes de la ciudad.

Antecedentes

El 9 de diciembre de 1933, el Gobierno Provisional, presidido por el Dr. Carlos Mendieta, dictó el decreto ley Nro 448 por el que se acordaba ¨erigir en la ciudad de La Habana un monumento escultórico y arquitectónico dedicado a la memoria de José Martí, en su doble carácter de Apóstol de la Independencia y de prócer insigne.¨ Para su ejecución se destinaba la cantidad de $ 500 000 y se creó una comisión destinada a escoger el lugar de emplazamiento, organizar el concurso y llevar a cabo la realización del monumento. El 25 de octubre de 1935 la Academia Nacional de Artes y Letras informó sobre las bases del concurso.

El 21 de mayo de 1937, el coronel Fulgencio Batista, jefe del Ejército Constitucional, expresó, en un discurso de despedida a los niños campesinos de las Escuelas Rurales Cívico Militares que habían visitado La Habana, su inconformidad con la insignificancia de la estatua que se erigía en el Parque Central en memoria de José Martí. El gobierno del presidente de la República, Federico Laredo Brú, inició entonces una propaganda nacional para erigir un monumento a Martí, y para que todos los empleados públicos y los miembros de las fuerzas armadas ofrecieran un día de sus haberes para la consecución de ese proyecto.

El 2 de junio de 1937 se creó, por decreto presidencial nro. 1631, se crea la Comisión Pro-Monumento a Martí, que estuvo presidida por el general Rafael Montalvo, secretario de Defensa y y se convoca al primer concurso panamericano. La convocatoria tuvo una repercusión excelente, presentándose 47 propuestas de profesionales de unos 6 países. El jurado consideró que ninguna propuesta cumplía a cabalidad las exigencias del concurso, por lo que se dejó desierto el primer premio.

En 1937 comenzaron a surgir discrepancias sobre el lugar donde debía erigirse el monumento a José Martí. El coronel Fulgencio Batista había planteado que se realizara en la plazoleta existente en la intersección de las calles G y Malecón, en el Vedado. El decreto nro. 1631 indicaba levantar en el Parque Central de La Habana, donde se encontraba desde 1905 el primer monumento erigido en Cuba a la figura de José Martí, o ¨en otro lugar céntrico apropiado¨, el gran monumento nacional. El arquitecto Pedro Martínez Inclán propugnaba que se hicise el monumento en la Plaza de la Fraternidad, al costado derecho del Capitolio. Emilio Roig defendería con insistencia el emplazamiento en la Meseta de los Catalanes, en el Ensanche de La Habana, lugar que el arquitecto francés Jean Claude Nicolas Forestier había señalado en 1926, durante su visita a La Habana invitado por el entonces ministro de Obras Públicas Dr. Carlos Miguel de Céspedes, como el ideal para convertirse en el centro cívico de La Habana. El Historiador de la Ciudad de La Habana insistiría también en que se erigiera un monumento de tipo memorial.

El 1ro de julio de 1937 la Comisión decidió elegir en principio la Meseta de los Catalanes como lugar de emplazamiento porque ¨es dicho lugar el que mejores condiciones de perspectiva reúne, y el que habrá de constituir, según los proyectos del ingeniero Forestier, aprobados por el gobierno cubano, el punto central de la gran Plaza Cívica, centro a su vez de la ciudad de La Habana.


Proyectos de construcción

Las bases del Concurso Panamericano del Monumento a Martí se publicaron en la prensa diaria y en una memoria que editó la Comisión en varios idiomas.

El primer concurso de proyectos, además de un concurso de biografías de José Martí, se celebró en 1938 con los siguientes resultados: se declaró desierto el primer lugar, se otorgaron tres premios a Enrique L. Varela, Raúl Otero y Juan Labatut; Luis Echevarría, Esteban Betancourt y Manuel Álvarez; Nicholas D. Vassilieve y Alexander Sambugnac, además de otros siete premios, el primero de los cuales le fue entregado al proyecto de Eugenio Batista, Aquiles Maza, Raúl Macías y Juan José Sicre.

Propuesta ganadora en el 1er concurso Arq.Labaut y Otero e Ing. Varela (1938)

Al no poder ser escogida la obra a erigir, el 26 de abril de 1939 se convocó a un nuevo concurso, esta vez de ideas, no de proyectos, en el que se presentaron 76 concursantes, artistas y escritores, pero tampoco fue adjudicado premio alguno.

En un tercer concurso de proyectos arquitectónicos y escultóricos acordes con los proyectos de ideas formuladas en el anterior, se seleccionaron, como idea de biblioteca, el de Govantes y Cabarrocas; como idea de templo, el de Maza y Sicre; como idea de monumento vertical, el de Varela, Otero, Tapia, Morales, Labatut y Sambugnac, y el de la señorita Guillén; como trabajo escultórico, el de Betancourt.

En el cuarto y definitivo concurso solo podían participar los proyectos anteriormente seleccionados. El 7 de octubre de 1943, la Comisión emitió el siguiente veredicto:

El diseño del arquitecto Aquiles Maza y el escultor Juan José Sicre titulado Templo Martiano o Templo de las Américas obtuvo 11 votos, tres de los cuales con cambio de la escultura, y dos con la escultura de Betancourt. Contemplaba crear en el interior del obelisco una biblioteca museo donde conservar el ideario del héroe nacional cubano.

Templo martiano. Propuesta ganadora en el IV Concurso (1943)

El segundo premio fue adjudicado a los arquitectos Govantes y Cabarrocas, con cinco votos, quienes presentaron el proyecto de una biblioteca monumental como homenaje a Martí que fue edificada primero y hoy se alza en uno de los costados de la Plaza de la Revolución José Martí con el nombre de Biblioteca Nacional José Martí.

El tercer premio, con tres votos, lo obtuvo Enrique Luis Varela al frente de un equipo de arquitectos (Labatut, Otero, Sambugnac, Morales y Tapia) y contemplaba un obelisco con planta en forma de estrella de cinco vértices como símbolo de libertad e independencia.

La escultura de Betancourt cuatro votos.

A propuesta del Dr. Sosa de Quesada y de Emilio Roig se acordó seleccionar el proyecto de Maza y Sicre y que cualquier modificación propuesta por la Comisión se hablara con dichos artistas.

Recaudación por cuestación pública

Según el Historiador de la Ciudad de La Habana Emilio Roig de Leuchsenring, quien había permanecido como miembro de la Comisión Pro Monumento a Martí desde que esta fuera reorganizada en 1941, el dinero recaudado de las aportaciones hechas por empleados públicos, instituciones privadas y otras personas, ascendió a la cantidad de $ 132,630.08. Deja constancia, además, de que ¨los señores congresistas no aportaron cantidad alguna, y de los ingenios de la República únicamente contribuyeron cinco…¨

El dinero fue depositado en la Caja Postal de Ahorros, y en 1952 ascendía a 136,795.75. Según el mismo testimonio, la Comisión tenía destinado el dinero recaudado a únicamente los gastos relacionados con lo que fuera ¨intrínsecamente correspondiente al monumento¨, por lo que los gastos adicionales del concurso, edición de libros, premios y propaganda provinieron del aporte hecho por el Gobierno ($ 83,333.32) y de los intereses pagados por la Caja Postal.

Construcción

Durante el primer periodo presidencial de Batista (1940-1944) y el posterior de Grau San Martín (1944-1948), no se ejecutó acción alguna con vistas a la construcción del monumento a José Martí. Incluso, se pretendió construir en los terrenos de la futura plaza cívica, el Hospital Nacional y cambiar lo anteriormente proyectado. Durante el gobierno de Prío Socarrás, se reorganizó, el 26 de mayo de 1949, la Comisión Central Pro Monumento a Martí. Se llegó a proponer nuevos concursos y la proyección de una nueva plaza. Inclusive, el archivo de la Comisión se dio por perdido.

Después de que Fulgencio Batista tomara por la fuerza el poder el 10 de marzo de 1952, se crea, por decreto, la Comisión Nacional Organizadora de los actos por el centenario del Apóstol. La construcción del monumento serviría para limpiar su imagen con la ciudadanía. Para ello firma un decreto que imponía la recaudación de un día de haber por cada trabajador, además de elevar los impuestos y emplear otros métodos de obtener dinero para financiar la construcción.

La corrupción imperante en ese gobierno generó varios escándalos en torno al proyecto constructivo, partiendo de la adjudicación al ganador del tercer premio, el arquitecto Enrique Luis Varela, para favorecerlo por encontrarse en ese momento al frente de la Secretaría de Obras Públicas y como coordinador de la Plaza Cívica José Martí o Plaza de la República. Además, la prensa de la época refleja los abusos cometidos contra los habitantes de los barrios marginales que ocupaban el área escogida para el centro cívico.

Fue precisamente el joven abogado Fidel Castro quien asumió, en 1951, la defensa de los pobladores del barrio marginal "La Pelusa", amenazados de expropiación de sus viviendas para favorecer el robo de los fondos destinados a la obra del complejo monumentario.

Según los textos publicados por Emilio Roig, ante la proximidad de la conmemoración del centenario del nacimiento de José Martí, el Ministerio de Obras Públicas había comenzado a realizar las acciones destinadas a la expropiación de terrenos, ampliación de la plaza y reubicación de las edificaciones que se iban a construir. Cuenta además que el propio ministro arquitecto Enrique Luis Varela, expresó que se había llegado a un acuerdo por el cual los tres proyectos ganadores de la cuarta etapa del concurso internacional del monumento a Martí tendrían su espacio en la Plaza: el de Sicre y Maza, para Martí; el suyo propio junto con Otero, Labatut y Sambugnac, aplicado a Carlos Manuel de Céspedes, y el proyecto tipo Biblioteca Nacional de Govantes y Cabarrocas, cuya construcción había sido encomendada por su Junta de Patronos a los autores.

La maqueta de la Plaza Cívica, con las modificaciones acordada entre los autores y Varela, fue presentada el 15 de agosto de 1952 por Varela al presidente Fulgencio Batista y su gabinete. Según las informaciones publicadas de ese acto por la prensa habanera, el área destinada a la Plaza Cívica aumentaba de 580,000 m2, que habían sido dispuestos por el gobierno anterior, a 1.300,000 m2. Sin embargo, el arquitecto Aquiles Maza y el escultor Juan José Sicre recibieron una comunicación firmada el 15 de octubre por Andrés Rivero Agüero, presidente del Comité Ejecutivo de la Comisión Organizadora de los Actos y Ediciones del Centenario y del Monumento a José Martí, en la que se les informaba que ¨en vista de la notable reducción ordenada por el gobierno anterior en el área de los terrenos donde habrá de levantarse la Plaza de la República y el Monumento a Martí¨, se había decidido favorecer la composición vertical que ocuparía menos volumen y área y sería visible desde cualquier punto de la ciudad y que, además, el autor de ese proyecto vertical, ganador del tercer premio del concurso, Varela, había defendido ¨por la más elemental ética profesional y espíritu de compañerismo¨, el proyecto inicial de Sicre y Maza. ¨El resultado final de este concurso, declaró Emilio Roig de Leuchsenring, no pudo ser más insólito: el monumento ejecutado fue el que obtuvo el último lugar, y el escultor triunfante, Sr. Juan José Sicre, se prestó a realizar una estatua de Martí adaptable a este proyecto.¨

Además, la nueva comisión, de la que formaba parte como coordinador general el Ing. Enrique Luis Varela consideró que habían cambiado las condiciones urbanísticas del área donde se edificaría la plaza y el Monumento. Durante los gobiernos auténticos se habían favorecido los proyectos del Palacio de Justicia del Arq. Pérez Benitoa (actual Palacio de la Revolución), el Tribunal de Cuentas del Arq. Aquiles Capablanca (actual Ministerio del Interior), el Palacio de Comunicaciones del Arq. Gómez Sampera (actual Ministerio de Informática y Comunicaciones), la Biblioteca Nacional de los Arq. Govantes y Cabarrocas, y el Teatro Nacional de Arroyo y Menéndez. Es innegable que estas nuevas intervenciones imponían el criterio de que el monumento debía romper la horizontalidad de su entorno, con un elemento vertical que emergiera sobre la gran fachada del Palacio de Justicia y contribuyera a la grandiosidad de Martí.

Plan General de la Plaza Cívica, por los Arquitectos Varela, Otero y Labatut (1953)

Al fin la construcción se inició en 1953. El resultado final fue la combinación del proyecto de Labatut, Otero y Varela con la escultura en posición sedente de Juan José Sicre. El proyecto en su conjunto abarcaba un área aproximada de 500,000 m2 y comprendía 2 plazas, la superior donde se instaló el Palacio de Justicia y el Monumento al Apóstol y la inferior donde se encuentra el Tribunal de Cuentas y el Palacio de Comunicaciones. La plaza inferior contaría además con grandes áreas de parqueo y un vistoso paseo peatonal que comunicaría la zona aledaña al Castillo del Príncipe con el Memorial, y cuyo eje central lo constituía un espejo de agua en forma de estanque que permitiría, con el reflejo de la torre,exaltar la majestuosidad de la obra.

A finales de 1958 se habían erigido el obelisco y la estatua de Martí pero faltaban las áreas circundantes y la tribuna. No fue hasta 1961 que quedó totalmente construida.

Descripción

Exteriores

El Monumento a José Martí está formado por un basamento en forma de estrella de cinco puntas con un diámetro de 38.80 m y una torre central que se alza hasta los 100.14 m de altura.

Inicialmente el basamento alojaría la biblioteca martiana, cuyas salas ocuparían las cinco puntas; mientras que el Museo se situaría el área central con un radio de 20.00 m cuyo límite lo forma una columnata de 25 columnas circulares enchapadas en oro. Al centro del Museo y por consiguiente de todo el basamento, se encuentra el núcleo central de la torre en forma de prisma regular con base en estrella de 5 puntas y con un radio de 14.30 m. El techo del basamento forma a su vez la terraza inferior del memorial y permite el acceso de los visitantes.

Planta del basamento sobre el que se ubica la terraza inferior según el proyecto de 1944 y en la actualidad

La torre en forma de pirámide truncada se yergue desde la terraza inferior y la forman 22 bloques o escalones similares, cuyas alturas y bases van decreciendo con la altura. El último escalón tiene un radio de 8.30 m y una altura de 94.34 m hasta la parte superior del cimiento. A continuación, sobresaliendo del último escalón de la pirámide, le sigue una estructura de 4.00 m de diámetro y 5.80 m de altura formando una estrella regular de 10 puntas.

El centro de la torre lo constituye un hueco circular de 5.24 m de diámetro en forma de conducto que aloja la caja del elevador y una escalera helicoidal de 525 escalones.

En la parte superior del Monumento se ubican las cinco galerías de observación que constituyen un excelente mirador, a 142 m de altura sobre el nivel del mar, desde donde se aprecian algunas de las mejores vistas de La Habana. A continuación se encuentran las terrazas de observación y rematando toda la estructura se ubica una pequeña azotea donde se colocarían potentes reflectores que en forma de estrella lanzarían sus destellos hacia el firmamento y donde se instalaron 10 lámparas rojas que sirven de orientación a la aviación.

Toda la estructura está revestida con losas de mármol gris siboney, extraídas de las canteras cercanas a El Abra en la Isla de Pinos, actual Isla de la Juventud, lugar donde Martí inició el destierro en su adolescencia.

Farolas ornamentales

La escultura de Martí en posición sedente se ubica al noreste del Memorial y fue esculpida al pie del Monumento por Juan José Sicre, entre el 15 de octubre de 1956 y el 15 de agosto de 1958. Está formada por 52 piezas de mármol y tiene una altura de 18.00 m. La cabeza fue tallada de un bloque de 3.00 x 2.00 x 2.00 m con un peso aproximado de 18 toneladas. Frente a la escultura se ubican 6 pilares representando a cada una de las 6 provincias que existían en aquel entonces, cada una, en su interior, dispone de un reflector que ilumina la imagen del Apóstol de manera apropiada para hacerla resaltar durante la noche.

El conjunto del Memorial cuenta a su vez con 5 farolas ornamentales. Estos elementos fueron construidos en acero por la compañía norteamericana Mayer Machine, INC. Con una altura de 30 m, se yergue mediante un elemento tubular compuesto por 21 rolos y sección transversal que varía desde 660 mm hasta 150 mm. En la parte superior cuenta con una corona que sirve para alojar las luminarias y se remata finalmente con un gorro frigio que representan la libertad, y su color rojo, la sangre derramada por todos los cubanos en la lucha por la libertad.

El acceso a las farolas se realiza por medio de 47 peldaños de sección cuadrada colocados a ambos lados y espaciados a 400 mm.

Datos interesantes de su diseño y construcción

Los autores del proyecto convocaron al Ing. Civil Juan B. Pujol para la realización de los cálculos y el diseño de la estructura del Monumento, quien contó además con la participación del Ing. César Celedonio y los dibujantes Pedro Ramos Laguardia, Eduardo Mojena, José Iturrino, Mario Guart, Miguel Granados, Esmeraldo Serra y la colaboración del célebre dibujante Manolo Álvarez.

Se consideró una presión 100 lb/ft (488 kg/m ) por efecto del viento que se corresponde con una velocidad entre 158 y 176 millas/hora (254 a 283 km/h).

La terraza inferior sobre el techo del basamento se calculó para una carga de uso igual a 100 lb/ft (490 kg/m2 ) y una carga permanente de 150lb/ft2 (730 kg/m2) lo que genera un total de 250lb/ft2 (1220 kg/m2)

Se empleó un hormigón de 3000 lb/in2 (20 MPa) de resistencia a los 28 días y su calidad fue comprobada durante toda la construcción. El acero considerado en el proyecto se correspondía con uno de grado intermedio cuyo límite elástico alcanzaba los 40000 lb/in2 (275 MPa), sin embargo, el acero que se suministró solo alcanzó un límite elástico de 29000 lb/in2 (200 MPa) por lo que fue necesario recalcular la estructura y cambiar las cuantías del acero de refuerzo.

Bajo estas hipótesis la estructura fue concebida para soportar la acción de huracanes de gran intensidad, prueba de ello es que las tensiones que actúan sobre el hormigón oscilan entre 145.5 lb/in2 y 307.5 lb/in2 (1.00 MPa y 2.12MPa) muy inferiores a la calidad del material. Además, el acero se distribuyó de tal manera que es prácticamente imposible que las puntas o aletones puedan separarse del núcleo central.

Todo el Memorial está cimentado sobre una losa de 42.00 m de diámetro y espesor variable desde 1.60 m en los paños perimetrales hasta 4.00 m en los paños centrales. Las tensiones de contacto del cimiento sobre el suelo oscilan entre 4,770 lb/ft2 y 7,530 lb/ft2 (2.33 kg/cm2 y 3.68 kg/cm2).

La construcción comenzó a finales de 1953 y fue dirigida inicialmente por el Ing. Civil Manuel Ray quien recomendó la modificación del acero de refuerzo de la cimentación hasta que el Ing. Civil Guillermo Pagés asumió tal responsabilidad con la colaboración de los también ingenieros Félix O'Farril, Ramón Acosta y Ricardo Corominas. Este último tuvo a su cargo la ejecución de la torre, para lo cual empleó cinco pequeñas grúas muy manuables que permitieron ahorrar tiempo y recursos, sobre todo en andamiaje y encofrados.

La obra en su totalidad consumió 83,600 m3 de hormigón y 33,440 ton de acero, para un índice de aproximadamente 400 kg/m3 .

En julio de 1955 ya se había concluido la construcción de la estructura y en 1956 comenzaron a colocar el enchape de mármol. Al triunfar la Revolución ya se había colocado todo el enchape, pero aún no se habían concluido los trabajos en el área de la tribuna, ni en las áreas exteriores. Los trabajos de construcción se terminaron en 1960 y albergó inicialmente el Museo de la Revolución, hasta que este fue trasladado hacia la sede actual en el antiguo Palacio Presidencial. Desde entonces la instalación estuvo prácticamente en desuso hasta el año 1996, fecha en que se inaugura el Memorial José Martí con el concepto actual.

Interiores

El 27 de enero de 1996 quedó inaugurado, por nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, el Memorial José Martí. Al finalizar el recorrido expresó: ¨Uno siente satisfacción de que un hombre como él haya recibido este homenaje tan bello, tan estético, porque es verdaderamente bello la combinación de todo lo que hay aquí. La concepción ha sido excelente, entonces, ahora sí tenemos un Memorial, que creíamos que lo teníamos, porque había un Monumento y la estrella. Pienso que mucha gente va a venir a verlo, no quedará un ciudadano que no venga a este lugar.¨

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El Memorial consta de cuatro salas de exposiciones, tres de ellas son permanentes y una transitoria.

La sala 1 Ofrece una visión de Martí hombre, en su entorno familiar, social y su peregrinar por el mundo, desde su nacimiento hasta su participación en la Conferencia Monetaria en EE.UU en 1891. Este espacio está presidido por un mural que muestra un grabado de La Habana en el siglo XIX.

La sala 2 Muestra la labor de Martí en la preparación de la Guerra Necesaria, la última gran Guerra por la independencia de Cuba del colonialismo español en 1895, en ella aparecen ejemplares del periódico Patria, las Bases y Estatutos del Partido Revolucionario Cubano, fotos de José Martí con la emigración cubana en EEUU, fundamentalmente de Tampa y Cayo Hueso; foto de una práctica de tiro, mapas que nos muestran toda la actividad de Martí en función de aunar voluntades para la preparación de la guerra y el documento firmado por José Martí y Máximo Gómez conocido como el Manifiesto de Montecristi, programa de la guerra.

La sala 3 está dedicada a la historia de la construcción del Monumento y la Plaza, así como a los hechos más importantes ocurridos en ella. Esta sala la preside una gigantografía de la Loma de los Catalanes, lugar donde se encuentra enclavado este monumento.

La cuarta punta de la estrella la constituye La sala de actos. Este lugar tiene múltiples propósitos, en ella el visitante puede disfrutar de conciertos de pequeño formato, vídeos, actividades infantiles, conferencias sobre temas diversos, presentaciones de libros, así como presentaciones de importantes personalidades de la cultura cubana y universal.

Y la Sala de Exposiciones transitorias, quinta punta de la estrella, cuyo objetivo principal ha contribuido a divulgar lo mejor del arte nacional e internacional mediante la exhibición de diversas obras visuales.

Así mismo, el mirador de la torre, constituye el punto geográfico más alto de la ciudad, con una visión de hasta 50 km, en días claros, de 360º.

En el interior, además, atesora diferentes obras de gran valor patrimonial. Por solo mencionar un ejemplo: el mural de cerámica veneciana del autor Enrique Caravia Montenegro de 861 m² constituye uno de los murales, bajo techo, más grandes que existen. Con 89 pensamientos de nuestro Héroe Nacional laminados en oro de 22 quilates y rodeado de 25 columnas también laminadas en oro, constituye uno de los principales atractivos de la Institución.

Fuentes

  • José Martí
  • MEMORIAL JOSÉ MARTÍ. SURGIMIENTO, DISEÑO Y CONSTRUCCIÓN. Msc. Ing. Serguey Figueredo Sosa. Oficina de Consultoría y Diseño, INVESCONS y Memorial José Martí. 2013.
  • Comisión Central Pro-Monumento. “En memoria de José Martí”. Convocatoria al Concurso Interamericano para la construcción del Monumento a Martí. La Habana. 1938.
  • Gil Castellanos, E. “La Plaza Cívica Martí” Revista Arquitectura. No. 113, Vol. 10, diciembre 1942. p.500-502. La Habana.
  • Labatut, J., Otero, R. y Varela, E.L. “Dosier del IV concurso para la construcción del Monumento a Martí”. La Habana. 1943.
  • Mañach, J. “Voto del Dr. Jorge Mañach en el concurso de proyecto del monumento a Martí”. Revista Arquitectura. No. 127, Vol. 12, febrero 1944. p. 62-64. La Habana.
  • Martínez Inclán, Pedro. “Anverso y Reverso", Arquitectura y Artes Decorativas, No. 6, agosto / septiembre, 1932, p. ll9, La Habana.
  • Montelieu y de la Torre, Enrique. "El crecimiento de La Habana y su regularización”. Discurso de ingreso a la Academia de Ciencias de La Habana, Ingeniería Civil, No. 8, agosto, 1953, p. 567, La Habana.
  • Otero, Raúl. “Obras de embellecimiento que proyectaba l.C.N. Forestier para La Habana", Revista Arquitectura No. 86, septiembre 1940, p. 208, La Habana.
  • Pujol, J.B. “El gran monumento a Martí” Revista Ingeniería Civil. No. 10, Vol. 5, octubre 1954. p. 721-751. La Habana.
  • Varela, E.L. “Fórum del Colegio de Arquitectos sobre la Plaza de la República y el Monumento a Martí”. Revista Arquitectura. No. 240, Vol. 21, julio 1953. p. 271-279. La Habana.
  • Veinte años de actividades del Historiador de la Ciudad de La Habana Emilio Roig de Leuchsenring Vol IV. Municipio de La Habana. Oficina del Historiador de la Ciudad. 1955.