Caravana de la libertad

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Caravana de la Libertad
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Fidel camilo.jpg
Fecha:Del 2 al 8 de enero de 1959
Lugar:Cuba
Descripción:
Recorrido triunfal del Ejército Rebelde desde Santiago de Cuba hasta La Habana
Ejecutores o responsables del hecho:
Ejército Rebelde

Caravana de la libertad. Ruta seguida durante más de mil kilómetros por el Ejército Rebelde después del Triunfo de la Revolución Cubana del 2 al 8 de enero de 1959. A lo largo del trayecto el pueblo de Cuba recibió con júbilo a los victoriosos combatientes de la Sierra Maestra encabezados por Fidel Castro.

De Santiago de Cuba a Camagüey

En la madrugada del 2 de enero parte la Caravana de La Libertad rumbo a La Habana y en el recibimiento, durante más de mil kilómetros. Sale la Caravana de Santiago de Cuba por el camino viejo de El Cobre y toma la Carretera Central, hasta Palma Soriano. Al paso por Jiguaní la población corre hacia la vía. En Santa Rita hay un cordón humano a ambos lados. Se detiene en Cautillo y a las 11 de la noche está en el Ayuntamiento de Bayamo. En horas de la tarde del día 3 llega al Instituto Politécnico de Holguín, donde a Fidel le hacen una entrevista de prensa.

Pasa por Las Tunas y penetra en áreas camagüeyanas al amanecer del 4 de enero. En la mañana entran los rebeldes a la ciudad agramontina. En el Regimiento No. 2 Ignacio Agramonte lo reciben las autoridades de la provincia.

Palabras de Fidel en Camaguey

El jefe de la Revolución dice en la Plaza de la Caridad de Camagüey:
"Cuando hoy atravesaba las calles de esta ciudad (…) parecía que todo era una alegría inmensa en los rostros, y yo pensaba (…) detrás de cada rostro que se alegra, ¿cuántas preocupaciones habrá? ¿Cuántos de aquellos hombres y mujeres que caminan, que rebosan de júbilo, cuántos tendrán trabajo? ¿Cuántos tendrán un centavo en el bolsillo? ¿Cuántos tendrán la seguridad de que si se enferma su hijo o un hermano van a tener con qué comprarle una medicina? (…) Yo estoy seguro de que detrás de aquellos rostros de aquel hombre o mujer humilde, cuando pase el instante y vuelvan a su casa, volverán a su mente el cúmulo inmenso de preocupaciones de cada uno de ellos (…) La libertad no es todo. La libertad es la primera parte, es la libertad para empezar a tener el derecho a luchar."
Fidel Castro

De Camagüey a Cienfuegos

El 3 de enero Fidel se entrevista con Camilo Cienfuegos, que ha ido a informarle cuestiones importantes. El 5 el Che viaja a Camagüey con ese mismo fin. El mismo día 3 arriba la Caravana a Santa Clara. Al mediodía del 5 de enero habla al pueblo frente al Parque Leoncio Vidal. Lo invitan a Cienfuegos y va a hablarles a los cienfuegueros igualmente. Incluso acude a Cayo Loco, donde dialoga con oficiales de la Marina de Batista.

En la madrugada del 7 de enero les dirige emocionadas palabras a los cienfuegueros frente al parque José Martí.
"Por poco me olvido de Cienfuegos al querer llegar rápidamente a La Habana (…) pero aquí hay que venir solo para saludarlos a ustedes e inclinarme reverente en tributo a los héroes del 5 de septiembre."
Fidel Castro
.

Por Manacas, Colón, Matanzas y Cárdenas

El mismo 7 de enero por la mañana, Fidel llega a la cervecería de Manacas. La siguiente parada la hace en la ciudad matancera de Colón, donde conversa con el capitán Julio O. Chaviano Fundora, dejado por el Che al frente del Regimiento No. 4, en espera de Fidel.

En la capital habanera, el pueblo se prepara para recibir la Caravana. La emoción hace que se erija en la esquina donde convergen las avenidas 41 y 31 —casi llegando a Columbia— el primer busto a Fidel, realizado en una sola noche (la del día 7) por el escultor Enzo Gallo Chiapardi, ayudado por un grupo de trabajadores, con la inscripción: «Ha sabido romper las cadenas de la dictadura con la llama de la libertad». Fidel se entera y manda a retirar el monumento. Sigue por predios matanceros y tarde en la noche está en la capital de esa provincia, en la que Fidel pronuncia un discurso desde el balcón del Palacio Municipal. En la madrugada del día 8 de enero llega la Caravana a Cárdenas, y el Comandante a la casa de José Antonio Echeverría, donde abraza a la madre del mártir, a sus familiares y acude al cementerio, deposita flores y le rinde homenaje.

En La Habana. Del Cotorro a Columbia

En el Cotorro, territorio habanero, el jefe del Ejército Rebelde se abraza con su hijo Fidelito, y en la Virgen del Camino se le suma Camilo Cienfuegos. La caravana pasa frente al Castillo de Atarés, los elevados del ferrocarril y la planta eléctrica de Tallapiedra.

Desde el cuartel de San Ambrosio, el contingente guerrillero recibe el saludo de rebeldes y milicianos. Frente a la Sede de la Marina de Guerra, atado al muelle, está el Yate Granma. Fidel se baja del tanque y aborda la embarcación, en unión de una comitiva de oficiales rebeldes. La caravana se desvía por la Avenida de Las Misiones y llega al Palacio Presidencial. Desde su terraza norte, luego de que Manuel Urrutia, el presidente provisional, presentara al máximo líder, este le habla al pueblo.

Palabras de Fidel en el Palacio Presidencial

"Este edificio nunca me gustó (…) Lo más que yo había subido fue ahí, a ese muro, cuando era estudiante"
Fidel Castro
. (Se refiere al fragmento de muralla colonial que utilizó como tribuna durante una protesta estudiantil, el 10 de octubre de 1947). Al concluir sus palabras, pide que le abran paso, sin escolta, por entre el pueblo, y exhorta a que acudan a Columbia.

La Caravana toma por Malecón y sube por la calle 23. En Radiocentro conversa con algunos artistas, y en medio de la alegría popular sigue rumbo a Marianao.

Acto en Columbia junto al pueblo habanero
Acto en Columbia

La honestidad y el compromiso con el pueblo marcan las palabras de Fidel en Columbia: "Se ha andado un trecho, quizás un paso de avance considerable. Aquí estamos en la capital, aquí estamos en Columbia, parecen victoriosas las fuerzas revolucionarias; el gobierno está constituido, reconocido por numerosos países del mundo, al parecer se ha conquistado la paz; y, sin embargo, no debemos estar optimistas.

Mientras el pueblo reía hoy, mientras el pueblo se alegraba, nosotros nos preocupábamos; y mientras más extraordinaria era la multitud que acudía a recibirnos, y mientras más extraordinario era el júbilo del pueblo, más grande era nuestra preocupación, porque más grande era también nuestra responsabilidad ante la historia y ante el pueblo de Cuba”.

Tres palomas se posan en la baranda de la tribuna. Una de estas, insistente, se le sube en el hombro izquierdo a Fidel, y la muchedumbre grita enardecida: «¡Fidel, Fidel!». Algunos lo vieron como una bendición divina pero la mayoría lo percibió como una casualida maravillosa. El acto que cerró el recorrido de la Caravana de la Libertad terminó alrededor de las dos de la madrugada del día 9 de enero de 1959.

Visita a Pinar del Río

El 17 de enero de 1959 Fidel visita Pinar del Río, el recorrido incluyó las cabeceras municipales de Candelaria, San Cristóbal, el parque de San Diego de los Baños (en Los Palacios), Consolación y la ciudad de Pinar del Río. Una multitud compacta, no solo en la intersección de las calles Martí y Rafael Ferro, sino en todas las laterales escuchó al Jefe de la Revolución.

Poema del Indio Naborí

Marcha triunfal del Ejército Rebelde de Jesús Orta Ruiz (El Indio Naborí)

¡Primero de Enero!

Luminosamente surge la mañana.

¡Las sombras se han ido! Fulgura el lucero

de la redimida Bandera cubana.

El aire se llena de alegres clamores,

se cruzan las almas saludos y besos,

y en todas las tumbas de nobles caídos revientan las flores

y cantan los huesos.

Pasa un jubiloso ciclón de banderas

y de brazaletes de azabache y grana,

mueve el entusiasmo balcones y aceras,

grita desde el marco de cada ventana.

A la luz del día se abren las prisiones

y se abren los brazos: se abre la alegría

como roja rosa en los corazones

de madres enfermas de melancolía.

Jóvenes barbudos, rebeldes diamantes,

con trajes de olivo vienen de las lomas,

y por su dulzura, los héroes triunfantes

parecen armadas y bravas palomas.

Vienen vencedores del hambre y el frío

por el ojo alerta del campesinado

y el amparo abierto de cada bohío...

Vienen con un triunfo de fusil y arado.

Vienen con sonrisa de hermano y amigo,

vienen con pureza de vida rural,

vienen con las armas que al ciego enemigo

quitó el Ideal.

Vienen con el ansia del pueblo encendido,

vienen con el aire y el amanecer,

y, sencillamente, como el que ha cumplido

un simple deber.

No importan los días de guerra y desvelo,

no importa la cama

de piedra o de grama,

sin otra techumbre que ramas y cielo.

No importa el insecto, no importa la espina,

la sed consolada con parra del monte,

la lluvia, los vientos, la mano asesina

siempre amenazando en el horizonte.

¡Sólo importa Cuba, sólo importa el sueño

de cambiar la suerte!

¡Oh, nuevo soldado que no arruga el ceño,

ni viene asombrado de tutear la muerte!

Los niños lo miran pasar aguerrido

y piensan, crecidos por la admiración,

que ven un rey mago rejuvenecido

y con cinco días de anticipación.

Pasa fulgurante Camilo Cienfuegos,

alumbran su rostro cien fuegos de gloria.

Pasan capitanes, curtidos labriegos

que vienen de arar en la Historia…

Con los invasores pasa el Che Guevara,

alma de Sarmiento1 que trepó el Turquino,

San Martín quemante sobre Santa Clara,

Maceo del Plata, Gómez argentino...

Pasan lindas reinas sin otras coronas

que su sacrificio: cubanas marciales,

gardenias que un día se hicieron leonas

al beso de doña Mariana Grajales...

Ya entre los mambises del bravío Oriente,

sobre un mar de pueblo, resplandece un astro,

ya vemos la cálida frente;

el brazo pujante, la dulce sonrisa de Castro...

Lo sigue radiante su hermano Raúl,

y aplauden al paso del héroe ciudades quemadas,

ciudades heridas que serán curadas

y tendrán un cielo sereno y azul.

Fidel fidelísimo, retoño martiano,

asombro de América, titán de la hazaña

que desde las cumbres quemó las espinas del llano

y ahora riega orquídeas, ¡flores de montaña!

Y esto que las hieles se volvieran miel,

se llama... ¡Fidel!

Y esta que la ortiga se hiciera clavel,

se llama…¡Fidel!

Y esto que la patria no sea un cuartel,

se llama…¡Fidel!

Y esto que la bestia fuera derrotada por el bien del hombre,

esto que la sombra se volviera luz,

esto tiene un nombre, sólo tiene un nombre:

FIDEL CASTRO RUZ.

Enlaces externos

Fuentes

  • Suárez, Eugenio, Acela Caner. Fidel en el Año de la Liberación. Cuba: Editorial Verde Olivo, 2006.
  • Deutschmann, D., D. Shwokel, Ocean Sur. Fidel Castro: Antología mínima 2003.
  • Revista Bohemia 18-25 enero 1959.
  • Revista Bohemia, 18 de enero de 1959. 2da parte de la Edición de la Libertad, pp. 10-11.