Citomegalia

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Citomegalia. (Infección citomegalovírica), enfermedad infecciosa de transmisión preferentemente transplacentaria y con lesiones intrauterinas del feto. Se caracteriza por sintomátología clínica polimorfa que surge como resultado de la afección por el citomegalovirus de distintos órganos y tejidos.

Reseña histórica de la citomegalia

La enfermedad citomegálica con inclusiones, era conocida desde hace medio siglo por los patólogos, pero su reconocimiento como entidad nosológica, así como su etiología viral, ha sido reconocida solo recientemente.

En 1904, Jesionek y Kiolemenoglou describieron por primera vez las lesiones características de la citomegalia con inclusiones en las vísceras de un mortinato con una aparente heredo-lues. Interpretaron las inclusiones como protozoos (Protozoenartige Gebilden).

Análoga observación hace Ribbert el mismo año, al encontrar inclusiones en las vísceras y parótidas de otro recién nacido muerto, también aparentemente de heredo- lues. Otros observadores consideraron la presencia de las inclusiones citomegálicas, como una citomorfosis originada en el recién nacido como respuesta a las diversas causas infecciosas y tóxicas.

En 1921, Goodpasture y Talbot citados por Guyton, interpretaron las lesiones citomegálicas, por analogía con otras enfermedades que presentan cuerpos de inclusión, especialmente en epidemias en roedores, inoculables en serie, como una virosis.

En 1932, Farber y Wplbach, demuestran alteraciones citomegálicas en las parótidas del 12% de los niños fallecidos por cualquier causa en las primeras semanas o meses. Soewadj encuentra inclusiones parotídeas en 32 de los niños fallecidos en Indonesia. Lelong y Le Tan Vinh, encuentran un 12%.

Han sido descritas las lesiones parotídeas además en China y Canadá.

Mientras el hallazgo de lesiones localizadas a las parótidas es frecuente, la generalización de las mismas a las vísceras, es mucho menor. Wyatt ha encontrado en revisiones sistemáticas, del 1 al 2%. Solo Le Tan Vinh, ha encontrado un mayor porcentaje, de 8% en 50 autopsias.

La forma sintomática grave de la citomegalia aparece en uno de cada 10.000-20.000 recién nacidos(generalmente pretérminos o de bajo peso) que presentan la triada de ictericia, púrpura y esplenomegalia. Otros signos son distrés respiratorio, exantema maculopapuloso, vómitos, diarrea, convulsiones y ascitis.

Los Betaherpesvirinae son una Subfamilia de virus ADN de vertebrados de la familia Herpesviridae, de crecimiento lento, con genoma de ADN grande, causan citomegalia con la peculiaridad de vivir en latencia den las glándulas salivales, riñones, macrófagos y linfocitos del hospedador, el cual por lo general son especies específicos.1 Entre las especies de betaherpesvirinae se encuentran patógenos animales:

Cricetid Herpesvirus 1

Herpesvirus Humano (beta) 5 (Citomegalovirus)

Herpesvirus Humano 6 (Roseolovirus ó roseola)

Herpesvirus Humano 7

Herpesvirus Murino 1

Herpesvirus Porcino 2

Etiología

El virus de la citomegalia morfológicamente es semejante al virus del herpes. Se cultiva bien en la cultura de los fibroblastos del embrión humano. El virus, al multiplicarse en la célula, da defecto citopático con la formación de inclusiones características en el núcleo. Con la ayuda de la microscopía electrónica en el núcleo y en el citoplasma de las células modificadas se revelan partículas víricas.

En los enfermos de citomegalia se pueden revelar células que contienen el virus en la saliva , en el sedimento de la orina y en el líquido cefalorraquídeo como también en los distintos órganos afectados.

Epidemiología

De manera cierta está demostrada la transmisión de la infección por vía transplacentaria. El contagio del feto procede de la madre que es portadora del virus. La infección está muy difundida y sobre todo en los lactantes. Entre los recién nacidos muertos por distintas causas, las células citomegálicas en las glándulas salivales se revelan, todos los infectados por vía intrauterina nacen con síntomas manifiestos de la enfermedad. Con mayor frecuencia, también en los recién nacidos la infección transcurre en forma latente, con metamorfosis de células gigantes en las glándulas salivales.

Con la edad la frecuencia de la revelación de las células citomegálicas disminuye, aumentando el número de personas que tienen en la sangre anticuerpos contra el citomegalovirus. En los adultos se describen solamente casos aislados de enfermedad citomegálica.

Patogenia y anatomía patológica

Cuando el contagio es intrauterino el citomegalovirus puede ser la causa de que el niño o niña nazcan prematuramente, de feto muerto, de malformaciones congénitas y de anomalías.

El virus provoca modificaciones alterativas y proliferativas en los distintos órganos del feto y del recién nacido. Las distintas variantes de la enfermedad en el período neonatal se forman en función de la localización preferente de las lesiones.

El signo morfológico principal de la citomegalia es la formación de células gigantes con inclusiones intranucleares. Estas células tienen una estructura característica y no se encuentran en otras enfermedades. Sus núcleos están colocados excéntricamente y en el centro se revelan inclusiones acidófilas rodeadas de una zona clara.

Manifestaciones clínicas

Se distinguen dos formas de citomegalia:

  • La localizada
  • La generalizada.

A la citomegalia de forma localizada pertenecen los casos con lesiones aisladas de las glándulas salivales. Clínicamente la enfermedad transcurre en forma asintomática. Se diagnostica casualmente, por lo común, durante el examen patologoanatómico.

La forma generalizada de la citomegalia surge por contacto intrauterino. En este caso el niño o niña desde el nacimiento presentan temperatura subfebril, depresión del sistema nervioso, hipotonía muscular, hiporreflexia, hipotrofia, a menudo síndrome edematoso y dilatación de las venas de la pared anterior abdominal.

Entre las formas generalizadas se distinguen:

  • La pulmonar.
  • Epática.
  • Renal.
  • Gastrointestinal.
  • Hematológica.
  • Cerebral.
  • Suprarrenal.
  • Cutánea.

Con frecuencia la afección de diferentes órganos se combina en un mismo enfermo. En el trabajo práctico más a menudo se encuentran las formas hematológica y hepática.

Para la forma hematológica son características la icteria (con aumento preferente de la fracción libre de la bilirrubina), la anemia y la eritroblastosis.

La forma hepática se manifiesta con ictericia, tumefacción del hígado y del bazo, coloración oscura de la orina y las heces acólicas. La enfermedad transcurre igual que la hepatitis colestática congénita, con elevado contenido en el suero sanguíneo de bilirrubina fija, colesterina, lipoproteidos β y fosfatasa alcalina con una actividad relativamente baja de los fermentos hepatocelulares.

La forma cerebral de la citomegalia se caracteriza por los síntomas de meningoencefalitis y encefalitis o se manifiesta con anomalías del encéfalo en forma de microcefalia, hidrocefalia y microgiria con retraso mental. En el encéfalo pueden revelarse calcinatos.

Las formas renal y pulmonar, transcurren con los síntomas correspondientes a la nefritis y neumonía.

El curso de la enfermedad es duradero, con frecuencia lleva a la muerte debido a la asociación de la infección bacteriana o se observa “convalecencia defectuosa”, es decir, los niños están retrasados en el desarrollo físico y mental.

Diagnóstico

Sobre la base de los datos clínicos es complicado llegar a diagnosticar la patología hay que aplicar al paciente métodos de laboratorio, y de mayor importancia es el de revelación de las células citomegálicas en el sedimento de la orina, en la saliva, en el líquido cefalorraquídeo o en los distintos tejidos recibidos con ayuda de la biopsia por punción. El pronóstico para esta patología por lo general es desfavorable.

Tratamiento

Para el tratamiento a la citomegalia se le aplica al paciente sindromoterapia, se emplean además un conjunto de medicamentos en función del órgano afectado (neumonía, hepatitis, etc.).

Fuentes

  • N. Nisievich, V. Uchaikin. Enfermedades infecciosas en los niños. Editorial Mir, Moscú.
  • Cornide, Rosa; Ruiz, A.; Ortiz, D. (1985): Leptospirosis en caninos de la provincia Guantánamo (municipios Maisí y Baracoa). Revista Cubana de Ciencias Veterinarias. Vol 16 N-2.
  • Atrofias musculares. En: Roca Goderich R, Smith Smith VV, Paz Presilla E, y otros. Temas de Medicina Interna. 4ta Edición. Tomo 2. Editorial Ciencias Médicas. La Habana; 2002
  • http:es.wikipedia.org/wiki/Betaherpesvirinae

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