Cultura de Tiahuanaco

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Cultura de Tiahuanaco
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Concepto:La cultura tiahuanaco fue una civilización preincaica que durante su período de mayor expansión se distribuía en parte de lo que ahora son Bolivia, Chile y Perú.

La cultura de Tiahuanaco, cultura tiahuanaca o cultura tiahuanaquense comprendía casi todo el altiplano denominado meseta del Collao (Perú) hasta la costa del océano Pacífico por el oeste y el Chapare (Bolivia) por el este. Su capital y principal centro religioso fué la ciudad de Tiwanaku, ubicado en las riberas del río Tiwanaku en el departamento de La Paz (en la actual Bolivia).

La cultura tiahuanaco es denominada por los historiadores bolivianos como la cultura madre de Bolivia.

El primer estudioso en llegar a las ruinas de la ciudad de Tiahuanaco y hacer una descripción detallada fue el cronista Pedro Cieza de León en el siglo XVI. El primer arqueólogo en hacer análisis científicos en Tiahuanaco fue el alemán Federico Max Uhle, a comienzos del siglo XX. Estudiosos posteriores y renombrados de esta cultura han sido el boliviano Carlos Ponce Sanjines y el estadounidense Wendell Bennett.

Ubicación geográfica

Ubicación geográfica de la cultura tiahuanaco.

La cultura tiahuanaco, máxima expresión del antiguo pueblo aimara, surgió a orillas del lago Titicaca alrededor del año 200 a. n. e., y se prolongó hasta el año 1000 de nuestra era. A pesar de haber dejado unos impresionantes restos arqueólogos, son pocas las investigaciones que se han llevado a cabo de manera sistemática en ellas.

Esta cultura estuvo ubicada a una altura de más de 3000 msnm (metros sobre el nivel del mar). Por su carácter expansivo, Tiahuanaco abarcó territorios de Perú, Chile y Bolivia, pero principalmente se desarrolló en el antiplano peruano-boliviano.

Los tiahuanacos se destacaron especialmente en la arquitectura y escultura, el monumento mas conocido de la cultura tiahuanaca]] es la Portada del Sol en el conjunto monumental de Kalasasaya, los tiahuanacos alcanzaron también gran perfección en la arquitectura en piedra, lo que puede comprobarse especialmente en el templo de Pumapunku, así mismo en la litoescultura, cuyo máximo exponente es el monolito de Ponce que representa a un jefe divinizado con sus atributos típicos: tocado cuadrangular, collar, un kero (un vaso en forma de timbal que servía para beber chicha) en las manos y una figura extraña, quizá un pututu o caracola utilizada como instrumento musical, lleva cinturón, tiene las piernas separadas, de la cabeza descienden trenzas y en su espalda hay tres rostros.

Cronología

Tiahuanaco fue la cultura más longeva del área andina, por tanto la periodización evolutiva tuvo distintas teorías y postulados que han ido variando a lo largo de la historia. En un principio Wendell Bennett dividió a Tiahuanaco en tres períodos denominado: temprano, clásico y decadente. Esta división cronológica fue replanteada con estudios posteriores. Basándose en la división de Bennett, Wallace definió al período tiahuanacota temprano como cultura Keya o Qeya.

Posteriormente Ponce Sanginés propuso una cronología en cinco fases, las dos primeras anteceden al período temprano que había planteado Bennett y corresponden al período formativo tardío de América, posteriormente denominado período aldeano.

La ciudad de Tiahuanaco se fundó aproximadamente en el 1500 a. n. e. como una pequeña aldea, y creció a proporciones urbanas entre el 300 y el 500 n. e., consiguiendo un importante poder regional en el sur de la cordillera de los Andes. En su máxima extensión, la ciudad cubría aproximadamente 6 km2, y tuvo un máximo de 40 000 habitantes. Colapsó repentinamente aproximadamente en el año 1200. La ciudad fue abandonada y su estilo artístico se desvaneció.

Períodos

Aldeano: Épocas I y II 1500 a. n. e.

En este período el sitio de Tiwanako estaba ocupado por una pequeña aldea con casas rectangulares techadas a dos aguas a las que se adosaba un recinto circular, posiblemente destinado a la cocina. Los cimientos eran de piedra y los muros de adobe; pequeñas calzadas unían las viviendas. No se han encontrado vestigios de arquitectura religiosa o monumental, ni tampoco hay indicios de que existieran clases sociales. Los enterramientos se realizaban directamente en cestas de piedra. Los cuerpos hallados indican que se practicaba la deformación craneana. Su economía se basaba en el cultivo de papa, que para su almacenaje era deshidratada en la forma que hoy se conoce como "chuño"; así mismo se cultivaba la oca. Uno de los elementos decisivos fue la domesticación de la llama lo que permitió el pastoreo; formaban caravanas que sirvieron para el intercambio de productos. La lana fue necesaria para la textilería y su carne servía de alimento.

Mantenían un comercio suplementario a través del intercambio de flechas de obsidiana tan características de la cultura Wankarani. Se traía la sodalita para la manufactura de cuentas que utilizaban como ornamento; también se traía helio basalto de las canteras de Querimita. Se conocía el cinabrio, cuyo color rojo se utilizaba en los entrenamientos. Se trabajaba el cobre incluyendo el vaciado. Así mismo se trabajaba el oro y la plata. En el período aldeano hay dos tipos de cerámica, uno de ellos -que tiene similitud con la Pucara- es incisa y pintada de color marrón, rojo y blanco sobre fondo castaño claro. Son notables las vasijas globulares decoradas con esta técnica, algunas presentan un felino con el cuerpo de perfil y el rostro humanoide de frente. Otras vasijas tienen forma de aves. El segundo tipo carece de pintura y algunas de sus piezas están modeladas en forma antropomórfica.

Urbano: épocas III y IV (45-700 n. e.)

En el siglo II, Tiwanako dejo de ser la aldea concentrada de los primeros tiempos para convertirse en una gran urbe ceremonial que tiene dos centros dominantes: el conjunto de Akapana con los edificios que la rodean y el Puma-Punko situado al suroeste de Akapana. Ambos muestran la estructura doble de Tiwanako, que evidencian la visión propia de la sociedad andina, división que pervive hasta la llegada de los españoles y aun después. Todas las ciudades andinas, incluyendo el Cuzco, se dividen en dos; Anan (los de arriba) y Urin (los de abajo).

Expansivo: Época V (700-1200)

Alfarería con el estilo Tiawanaku. En poder del Museo de La Plata, en La Plata (Argentina).

En el siglo VIII, Tiwanako se expande sobre la base de de los enclaves preexistentes, tanto en la costa como en los valles interandinos; así mismo extiende su poderío sobre el altiplano y la sierra. Esta expansión fue posible gracias al dominio del bronce que le permitió una gran superioridad militar. La expansión se evidencia por la difusión de los símbolos y elementos Tiwanakotas, que aparece en la cerámica y los textiles de todo el ámbito conquistado.

Esta expansión llega hasta el norte de Chile (San Pedro de Atacama) y muestra relaciones con la cultura de la Aguada (en la actual Argentina), deja su huella en el valle de Cochabamba y avanza por el norte hasta cerro Baúl, en la moderna Moquegua (Perú), donde contactan con la cultura huari, con la que comerciaron intensamente. Ante la caída de Huari en el siglo X, Tiahuanaco también entra en crisis. En el siglo XII el colapso es inevitable y en la región donde floreció Tiwanako aparecen invasiones aimaras, denominados reinos collas.

Cerámica, metalurgia y textilería

Cerámica.

Cerámica: La forma típica de la cerámica tiahuanaca es el kero, que es un vaso en forma de timbal, de cerámica o de metal, que servía para beber chicha y se usaba en ceremonias rituales. La palabra "kero" significa ‘madera’; este nombre se aplica a este recipiente de arcilla por su parecido con los keros ceremoniales incaicos, que sí son de madera.

El kero de Tiahuanaco es de cerámica y copio el aspecto de vasos de madera. Utilizaron colores blanco, negro y naranja sobre rojo. Los colores se su cerámica eran siempre opacos, también en ellas representaban personajes y hechos cotidianos de la vida.

Cultura tiahuanaco.

Metalurgia: Entre los años 500 a 700 de nuestra era, florecieron los metalurgistas de Tiahuanaco. Aleaban el cobre con estaño para fabricar bronces duros y resistentes, así como piezas fundidas con finos detalles. Fundieron barras especiales de cobre que utilizaron para asegurar piedras gigantescas de edificios especialmente imponentes, también trabajaron la plata y el oro, donde sobresalen sus keros repujados en oro.

Textilería.

Textilería: Debido a la abundancia de camelidos, los tiahuanaquenses aprovecharon la fina lana de llamas y alpacas para confeccionar su vestimenta y demás textiles, algunos de los cuales eran utilizados como adornos en las paredes de sus templos.

Sus diseños fueron principalmente geométricos y representaban animales considerados deidades, como felinos, serpientes, halcones y cóndores, plasmados casi siempre con la iconografía del dios Viracocha.

Bibliografía

  • De Mesa, José; Gisbert, Teresa; y Mesa Gisbert, Carlos Diego: Historia de Bolivia. La Paz: Gisbert, quinta edición.

Véase también

Fuentes