Acuerdo de Schleitheim
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Acuerdo de Schleitheim. Los núcleos anabautistas de Suiza y el sur de Alemania, bajo el liderazgo de Miguel Sattler, acordaron reunirse en el poblado de Schleitheim, localizado en la frontera suizo-germana, al noroeste de Schaffhausen. Los allí reunidos venían con puntos de vista muy diversos sobre una cantidad de temas. Sattler redactó en una carta de presentación de lo que habían sacado en limpio de la reunión.
Sumario
Descripción
Sobre los anabautistas existía una despiadada persecución por parte de católicos y protestantes, quienes los acusaban de todo tipo de caricaturizaciones y estigmas. Las generalizaciones y esquematismos les habían adjudicado una reciente insurrección de los campesinos que había terminado en un río de sangre, sin embargo, los congregados en Schleitheim eran pacifistas, se oponían a la violencia por considerarla ajena al camino de Cristo. Al dar a conocer los acuerdos alcanzados comunican a quienes les habrá de llegar el documento, mediante copias manuscritas o transmisión verbal y más tarde en ejemplares impresos clandestinamente, que entre los asistentes hubo varones y mujeres. Los desarrollos posteriores éstas demostraron que no fueron meras espectadoras sino que participaron en la reunión y al salir de la misma tuvieron parte importante en la diseminación del anabaptismo.
Definición
Los puntos del Acuerdo de Schleitheim son siete:
- El bautismo. Solo ha de administrarse a los que creen.
- La separación de los que caen en el error o el pecado. Aquí siguen las instrucciones de San Mateo. 18.
- El partimiento del pan. Aquí defienden lo que se conoce como «comunión cerrada», o sea que sólo pueden participar los que son miembros comprometidos de la comunidad y viven en santidad.
- Apartarse de todo tipo de pecado, maldad, idolatría y abominación. Los pecados proscritos incluyen el frecuentar los bares y las iglesias, y el empleo de armas incluso en defensa propia.
- Los pastores . Sobre ellos se dice que deben gozar de buena reputación dentro y fuera de la comunidad. Y que cuando uno es conducido a la muerte como mártir, esa misma hora ha de ordenarse otro, con el fin de impedir la destrucción de la comunidad.
- La espada. La espada ha sido ordenada por Dios para las autoridades civiles, pero fuera de la perfección de Cristo. En la perfección de Cristo sólo se emplea la separación. Así como Cristo no permitió que le hicieran rey, el cristiano evitará servir como magistrado; el magistrado emplea las armas de la carne, pero el cristiano las del Espíritu. Por todos estos motivos el cristiano no puede portar armas en defensa del orden y de la sociedad.
- El juramento. Aquí siguen las instrucciones de Jesucristo en el Sermón del Monte: El cristiano debe decir siempre la verdad y nunca jurar.
Legado
- Estas antiguas confesiones de fe, son un testimonio de las raíces de las comunidades anabautistas y menonitas del presente.
- Aquellas raíces influyen sobre la doctrina y también la vivencia práctica de la fe..
- En esta confesión de fe se comprueba lo mucho que tienen los anabautistas en común con las demás confesiones evangélicas.
- Se observan también aquellos énfasis que, salvo algunas lógicos matices imprimidos por el paso de los siglos, siguen caracterizando a los cristianos anabautistas y menonitas actuales.
