Arcilloterapia


La arcilloterapia
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Género
Cosmética


La arcilloterapia. Desde la antigüedad, muchos médicos como Dioscórides, Avicena y Galeno, elogiaban los poderes curativos de la arcilla. Sin embargo, no fue hasta cuando el abate Sebastián Kneipp difundió ampliamente sus propiedades terapéuticas y, por ello, es considerado el verdadero fundador de la arcilloterapia. La arcilla se deriva de la descomposición de ciertos elementos de la tierra y de las rocas. Existen diferentes tipos de arcilla como la arcilla de yacimiento, caolín o tierra de porcelana y la arcilla de sedimentación entre otras. Resulta famosa, además, la arcilla que proviene de las orillas del Mar Muerto, en Israel, por su alto contenido en minerales y principios activos especialmente cobre y manganeso; dos oligoelementos muy importantes para la salud de la piel. Sin embargo, todas las arcillas presentan propiedades que les son comunes como la de desprender un olor peculiar, característico de tierra mojada cuando se les echa un par de gotas de agua y la de reblandecerse cuando están húmedas formando una masa tenaz y con capacidad de adaptarse a los contornos donde se aplica.

Cualidades curativas

Desde el punto de vista de la medicina natural, la arcilla posee características muy importantes como los siguientes: Filtrar y absorber todo tipo de sustancias tóxicas en los tejidos orgánicos. Regenerar y cicatrizar Impedir la proliferación de microbios o bacterias patógenas. Neutralizar los desechos nitrogenados y eliminar los ácidos. Eliminar del agua los malos olores químicos. Actuar como desodorante. Depurar la sangre de todos los órganos estimulando y reactivando sus funciones, ya que mantiene el pH sanguíneo ligeramente alcalino. Curar y/o desinfectar algunas afecciones de la piel como llagas purulentas hasta eczemas. Es importante observar que la arcilla también se utiliza para adsorber (que no es lo mismo que absorber). Esto significa que sus grandes moléculas actúan a modo de barcas sobre las que se depositan las sustancias tóxicas para ser eliminadas.

Sus usos internos y externos

La arcilla puede consumirse para casos de envenenamiento, eliminar gases intestinales, liberar parásitos, etc. Sin embargo, no todo el mundo tolera adecuadamente su ingesta. Por ello, es más empleada de forma externa (sobre la piel) mediante cataplasmas.

Remedios populares

Remedio con arcilla para absceso, panadizo y forúnculo: Aplicar cataplasmas de arcilla fría, muy espesas (de dos centímetros) sobre la parte afectada, dos o tres veces al día, debiendo retirarse al cabo de una hora.

Remedio con arcilla para el acné: Aplicar una mascarilla de arcilla, de un centímetro, sobre la área afectada por el acné, dos o tres veces al día. Retirar después de media hora.

Remedio con arcilla para la celulitis: Mojar, con agua templada, las zonas afectadas por celulitis y masajear con el guante de crin, haciendo círculos. Luego, secar el área y aplicar la arcilla, diluida en agua tibia. Después se debe envolver la pierna en un trozo de papel transparente de cocina y dejar actuar por 15 minutos. Seguidamente, retirar la arcilla y realizar un suave masaje estimulante.

Remedio con arcilla para eczemas: Extender sobre la zona afectada un emplaste poco espeso de arcilla y retirarlo cuando se haya secado, el área se higienizará con agua salada (sal marina) o con agua a la que se habrán añadido 4 ó 5 gotas de zumo de limón. Remedio con arcilla para el dolor de garganta: Aplicar varias cataplasmas de arcilla fría (de dos centímetros de espesor) alrededor del cuello al día las cuales deben ser renovadas cada vez que se calienten.

Remedio con arcilla para la gota o aumento del ácido úrico: Realizar, durante unos 10 minutos, baños de pies de agua arcillosa con sal marina a la cual se le añadirán 5 gotas de aceite esencial de enebro si el dolor y las áreas inflamadas por la gota que usualmente se encuentran localizados en el pie.

Remedio con arcilla contra las hemorroides: Aplicar pequeñas cataplasmas de arcilla fría sobre las hemorroides dos veces al día. Retirar cuando se calientan con abundante agua. Remedio con arcilla contra el cólico menstrual (dolor): Aplicar dos o tres días, antes de la presencia de la regla, una cataplasma de arcilla fría sobre el bajo vientre, durante una hora y media, a diario. Retirar la arcilla con agua.

Remedio con arcilla para aliviar la psoriasis: Extender un emplaste de arcilla sobre las zonas afectadas por la psoriasis, dos veces al día, el cual, una vez seco, debe retirarse con agua salada (sal marina) o con agua y zumo de limón.

Remedio con arcilla para el reumatismo: Tomar un baño cada dos o tres veces por semana de agua caliente arcillosa, de 15 a 20 minutos combinado con infusión de enebro, lavanda, el ciprés o romero.

Remedio con arcilla para la acidez: Verter 2 cucharaditas en un vaso de agua, dejar reposar unos minutos y beber. Tomar dos veces al día, una hora después de comer y de cenar. También se puede tomar disuelta en una infusión.

Remedio con arcilla para las váriceso venas varicosas (Ensanchamientos o dilataciones de las venas de las piernas) No se emplearán cataplasmas ni vendajes sobre la pierna (para evitar la compresión) sino emplastes y baños de pies de agua arcillosa. Poner la arcilla fría en pasta con la mano extendiendo una capa bastante diluida, sin que sea muy espesa, sobre toda la pierna (partes anterior y posterior) a unos diez centímetros por encima de la rodilla, conservando este fino emplaste durante media hora (si se seca o calienta antes, cambiarlo, hasta completar el periodo de tiempo indicado). Aplicar a diario, en época de crisis, complementado con baños de pies y piernas de agua arcillosa fría, por un espacio de cinco minutos, antes de acostarse, en fases normales y en general, como prevención y mantenimiento, será suficiente efectuar este mismo tratamiento (emplastes y baños) dos veces semanales.

Recomendaciones

Con el objetivo de verificar si existe alguna reacción alérgica (aunque mínima siempre existe la posibilidad) resulta positiva, antes de iniciar su aplicación externa, colocarla en una pequeña zona de la piel. Si aparece algún brote o erupción, no se debe aplicar. Debido a que el Sol la activa, es necesario, para su conservación y almacenaje, mantenerla en un recipiente oscuro. Además, no debe manipularse nunca con instrumentos de metal. Una vez que la arcilla haya sido utilizada debe ser desechada, ya que ha perdido su poder revitalizador No conviene tomar la arcilla durante más de dos meses seguidos, pues puede producir estreñimiento o diarrea, según la persona.

Fuentes