Babesiosis de los óvidos

Babesiosis de los óvidos.
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Babesiosis de los óvidos, se caracteriza por ictericia, hemoglobinuria y anemia, y es causada por el Babesia ovis o Babesia motasi.

Historia

En la enfermedad ovina conocida en Rumania con el nombre de carceag, Babes halló, antes que nadie, piroplasmas (1892), y con pulpa esplénica transmitió el padecimiento a ganado lanar sano. Es verdad que conceptuó dichos parásitos como bacterias. Los parásitos de Babes eran, indudablemente, Babesia ovis. Ciertas diferencias morfológicas observadas en las babesias ovinas de diversas comarcas, indicaron ya, en otro tiempo, que las babesias causantes de la babesiosis ovina eran varias, pero sólo Lestoquard (1925) ha descrito una babesia distinta de la Babesia ovis. En fin, en óvidos y caprinos también se han hallado theilerias como agentes patógenos.

Ubicación

La babesiosis ovina se presenta , desde luego, en Rumania, pero, además, en los países de las costas del Mediterráneo, en Hungría, Alemania, Bulgaria y Rusia, en el este y sur de África y en la India, China y Norte y Sudamérica. En los más de los países infectados, causa las infecciones la Babesia ovis, pero en algunos, como Rumania, Dalmacia, Argelia, Alemania y sur de Rusia, también las causa la Babesia motasi. La babesiosis ovina se observa casi sólo durante la estación calurosa en particular en prados bajos y pantanosos y, mucho más rara vez, en los de montaña. Son mucho más residentes a la enfermedad los óvidos indígenas que los importados de comarca libres de la plaga.

Etiología

La Babesia ovis es un protozoo parecido a la Babesia bovis, de sólo 1-1,8 µ, que se halla en los hematíes, ya solo y redondo, ya en parejas en forma de doble pera. La Babesia motasi es bastante mayor; aproximadamente, tiene la forma y el tamaño de la Babesia bigemina.
Ambas especies difieren una de otra, no sólo en el tamaño, sino en que la infección por una de ellas, una vez curada, no deja inmunidad alguna contra la otra y en que el tripán azul solamente obra contra la Babesia motasi. En Rusia, Yakimoff (1937) todavía distingue una tercera especie; pero tal distinción todavía no parece bastante fundada.

Síntomas

En los casos agudos, tras una incubación de unos 8 a 10 días, la enfermedad comienza por una elevación de la temperatura a 40-420, lasitud, inapetencia y temblores musculares. Pronto sobrevienen trastornos respiratorios, anemia, ictericia y debilidad de la grupa, más tarde diarrea con evacuaciones, a veces, sanguinolentas. En algunos casos la orina es roja, por hemoglobinuria, pero a menudo también por hematuria. La sangre ofrece coloración rojocereza, y el suero es rosado. El número de glóbulos rojos desciende hasta 1,5 millones por milímetro cúbico, y en algunos hematíes el microscopio descubre los parásitos pequeños, las más veces esféricos u ovales.

Diagnóstico

La babesiosis ovina puede confundirse con el carbunco, pero en éste faltan la coloración roja de la sangre, la ictericia y la anemia. La forma crónica no se distingue casi de los estados caquécticos debidos a otras causas. Únicamente permite un diagnóstico seguro el examen microscópico de la sangre.

Tratamiento

En casos no harto avanzados, ambas babesias ovinas pueden tratarse con tripaflavina.
(Velu y colobarodes (1933), Cernaianu y Schuldner (1953), la acaprina (Cernaianu y Schuldner, Endrejat) o la hexametilenotetramina y otros o Beremil, Enigk (1955)).

Fuente

  • Dr. Sánchez-Garnica Montes, Clemente. Patología y terapeútica especiales de los animales domésticos. Editorial Labor, S.A. Calabria, 235-239. Barcelona-15 (1973).