Carlos Segrera: Arquitecto Iniciador del progreso arquitectónico y urbanístico de Santiago de Cuba en el siglo XX

Carlos Segrera: Arquitecto Iniciador del progreso arquitectónico y urbanístico de Santiago de Cuba en el siglo XX
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Título originalCarlos Segrera: Arquitecto Iniciador del progreso arquitectónico y urbanístico de Santiago de Cuba en el siglo XX
Autor(a)(es)(as)Marta Lora y Carmen Lemos
Editorial:Ediciones Alqueza de la Oficina del Conservador de la ciudad de Santiago de Cuba

Carlos Segrera: Arquitecto Iniciador del progreso arquitectónico y urbanístico de Santiago de Cuba en el siglo XX. Es un libro, con el sello de las Ediciones Alqueza de la Oficina del Conservador de la ciudad de Santiago de Cuba, dedicado a la vida y obra del arquitecto Carlos Segrera Fernández (1880-1922), amplio y profusamente ilustrado que da a conocer la ejecutoria de un profesional hasta ahora no demasiado reconocido dentro de la historia de las construcciones y el urbanismo en Cuba que durante más de una década se dedicara a transformar la imagen colonial y un tanto rústica de la ciudad caribeña con la construcción de edificios eclécticos y monumentales, significando un esfuerzo coherente por ofrecer otorgar a Santiago de Cuba una presencia urbanística digna de su importancia histórica y económica en las primeras décadas de la vida republicana. En el texto, publicado como parte del programa de celebración del medio milenio de la villa, en 2015, las autoras Marta Lora y Carmen Lemos recorren la trayectoria del primer arquitecto llegado a la urbe, en los comienzos de la centuria anterior.

Del libro

Gracias a la pasión de las arquitectas Marta Elena Lora Álvarez y Carmen Lemos Frómeta, se descubre el legado del artista Carlos Segrera .

En el libro se abarca una época muy interesante para la ciudad de Santiago de Cuba: los primeros 25 años del siglo XX, cuando importantes cambios políticos y sociales se reflejaron en la arquitectura y el diseño.

Se recoge, por ejemplo, que a su genio se deben 47 obras en la capital del Caribe, y se le atribuyen otras 17. Todas poseen, como lenguaje común, la calidad en la ejecución, proyectos de grandes dimensiones que sobrepasaron el mero objeto arquitectónico para convertirse en arte.

El Parque Céspedes lleva la marca de Segrera, autor de la imagen que hoy se conocemos de la Catedral de Santiago de Cuba igualmente el Hotel Casa Granda, del Club San Carlos, y del desaparecido Hotel Venus.

Otros importantes proyectos en la calle Aguilera también los distingue su firma, entre ellos el antiguo edificio Salcedo, que se encuentra en la intersección con la calle San Félix; el Museo Emilio Bacardí y el Palacio Provincial de Gobierno (Santiago de Cuba), dos de los inmuebles más significativos y emblemáticos, y que conservan gran parte de los atributos estéticos que caracterizaron el estilo ecléctico de Segrera.

En la populosa Calle Enramadas se le atribuyen otras edificaciones icónicas del urbanismo de esta región: el antiguo Hotel América, la tienda La California y la primera Cámara de Comercio de Santiago de Cuba, que es el actual Centro de Negocios.

Destaque especial para el Hotel Imperial, joya que fue el asombro en los años iniciales del pasado siglo por ser uno de los primeros edificios altos, además de la elegancia y atractivos de su decorado, único en cada uno de sus tres pisos superiores. Desde el punto de vista urbanístico también tuvo incidencia en la renovación de espacios fundamentales como son el parque de Vista Alegre o la Plaza de Marte.

Uno de los méritos más sobresalientes del artista, al que se le adjudican obras en el barrio Vista Alegre, así como en Las Tunas y Manzanillo, es que pudo lograr todo esto siendo un profesional graduado en un centro de altos estudios y con un plan de formación cubanos.

Palabras de Omar López, Conservador de la Ciudad, en el prólogo del libro:

“Si Santiago de Cuba es la ciudad de Heredia, de Maceo y de Matamoros, es también la ciudad de Segrera. Su obra imperecedera y singular está en sus plazas y esquinas invitándonos a soñar y a querer esta urbe, que se nutre desde siempre de esa herencia material y espiritual que nos identifica y agiganta en el sendero del tránsito hacia el futuro”.

El libro nació del sueño en los años mozos de Marta, cuando junto a su colega Omar López —hoy Conservador de la Ciudad de Santiago de Cuba—, caminaban las empinadas calles de su ciudad y se interrogaban sobre la autoría de las muchas edificaciones que son motivo de presunción para sus habitantes, y desde entonces decidieron dedicar gran parte de su tiempo, talento y energías, a rescatar esa otra historia que corre el riesgo de perderse en la era de los grandes avances tecnológicos.

Sin embargo, la muerte sorprendió a Marta Lora en septiembre de 2009, en su plenitud creativa, con la amenaza de dejar inconclusa una obra que es imprescindible.

Pero se impuso nuevamente la dialéctica del alumno que sigue la obra del maestro, y fue así como Carmen Lemos, también especialista de la Oficina del Conservador de la Ciudad (OCC) de Santiago de Cuba, continuó el trabajo que su profesora y amiga inició en la década de los 80 y principios de los 90 del pasado siglo.

«Compartimos esa admiración por Segrera y sus creaciones. Desde que conocí a Marta sucumbí ante la pasión de investigarlo» Carmen Lemos.

Un libro singular

El libro Carlos Segrera. Arquitecto iniciador… fue impreso en España, gracias a la colaboración de la Red de Oficinas del Historiador y Conservador de las Ciudades Patrimoniales de Cuba, y constituye uno de los regalos de la OCC de Santiago de Cuba a la ciudad, que en el año 2015 cumplió medio milenio de fundada.

El fotógrafo René Silveira es el autor de casi todas las fotografías que en él aparecen. La impronta de Marta Mosquera, premio nacional de Diseño del Libro 2012, se evidencia en este libro donde la imagen predomina antes que el texto.

El volumen se encarga, a través de fotos históricas de ambientes citadinos y edificios, de darle rigor a los textos y a cada historia que se narra.

Una de las luces más importantes que aporta es la certeza de que Segrera hizo todo esto siendo un profesional graduado en un centro de altos estudios y con un plan de formación cubanos, sin embargo, la corta vida del arquitecto santiaguero aún reserva muchos enigmas por develar, sobre todo relacionados con la supuesta autoría de muchas edificaciones en el reparto Vista Alegre y otras zonas de la ciudad, al tiempo que se le adjudican inmuebles en Las Tunas, Manzanillo y La Habana, aunque hasta el momento no han aparecido la documentación o las fuentes que confirmen o nieguen tales suposiciones.

Bibliotecas, centros culturales y de investigación, universidades y otros espacios donde se fomenta el conocimiento y el arte, resguardarán este tesoro para que sea consultado por todos aquellos que con un motivo académico, o por el placer de contemplar desde otro ámbito su ciudad, hojeen las páginas de este texto.

Este volumen que es una indudable contribución a la historia del arte en Cuba y una alerta sobre ciertos inmuebles de valor patrimonial que deben ser preservados.

Al fallecer, en 1922, Segrera había legado a la ciudad su proyección artística y el debut en concepciones eclécticas y modernas, con inmuebles emblemáticos como el actual Palacio provincial de Pioneros y el Museo Bacardí.

Fuentes