Caspar David Friedrich

Caspar David Friedrich
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Pintor alemán
NombreCaspar David Friedrich
Nacimiento5 de septiembre de 1774
Greifswald, Bandera de Alemania Alemania
Fallecimiento7 de mayo de 1840
Dresde, Bandera de Alemania Alemania
NacionalidadAlemana
CiudadaníaAlemana
OcupaciónPintor
PadresAdolph Gottlieb Friedrich y Sophie Dorothea Bechly

Caspar David Friedrich. Pintor alemán, considerado el paisajista más notable del romanticismo alemán. Máximo representante del Romanticismo en Alemania, y uno de los más importantes pintores de la época en Europa, junto a Goya, Delacroix, Turner o Constable.

Síntesis biográfica

Nació el 5 de septiembre de 1774 en la pequeña ciudad portuaria y universitaria de Greifswald, en la Pomerania anterior, región que desde 1648 hasta 1815 permaneció bajo dominio de Suecia.

Este hecho determinaría en buena medida el pensamiento político de Friedrich: la política de autonomía con que el reino sueco gobernaba esta zona, suscitó la simpatía del pintor, quien consideraba a Suecia un país de libertades, un modelo a seguir, aunque, como nacionalista, celebrara el retorno de la Pomerania Anterior al conjunto de estados alemanes como parte de Prusia.

Inicios

En torno a 1790 comenzó a iniciarse en las técnicas del dibujo y el color como pupilo de Johann Gottfried Quistorp, profesor de dibujo en la Universidad de Greifswald.

Su enseñanza fue determinante, así como la posibilidad de acceso a su espléndida colección de libros y grabados en cobre. Fue Quistorp quien acostumbró al joven Friedrich a recorrer a pie los alrededores de la ciudad y le descubrió numerosos lugares, entre ellos Eldena, Gützkow o la isla de Rügen.

Otro factor decisivo en estos años es el conocimiento del poeta y pastor Gotthard Ludwig Theobul Kosegarten, amigo de Quistorp, cuyas doctrinas de pietismo panteísta y romántico habrán de influir de forma decisiva en el pintor.

Estudios

Con veinte años, en 1794, Friedrich se matricula en la Real Academia de Arte de Copenhague (Akademi for de Skøne Kunster), una de las más avanzadas y liberales de Europa. Allí estudió de 1794 a 1796 dibujo; entre este año y 1798, dibujo de modelos en yeso; en 1798 pasó al estudio de dibujo de desnudo.

La pintura al óleo no era materia de la Academia, sino que era enseñada en privado por los profesores. Todos eran artistas de primera fila y ejercieron una influencia irreversible en Friedrich, apreciable en todas sus obras. Entre ellos destacan Jens Juel, pintor de retratos y paisajes, en especial nocturnos; Christian August Lorentzen y Johannes Wiedewelt. Fue Abildgaard quien marcó de manera más decisiva el ánimo de Friedrich.

En la primavera de 1798, tras completar sus estudios, Friedrich retornó a Greifswald. En octubre, pasando por Berlín, se dirigió a Dresde, capital de Sajonia, la "Florencia alemana", en donde se asentó. En esta ciudad, salvo por ciertas visitas a la Alemania central y Bohemia, permaneció hasta el final de su vida.

Exposiciones

En 1799, se expusieron algunos de sus trabajos por primera vez, en la Academia de Bellas Artes de Dresde.

Entre 1801 y 1802 permaneció en Greifswald de nuevo, en donde fue visitado por Runge. Durante la estancia visitó la isla de Rügen, y de los estudios ejecutados realizó varios paisajes a la sepia en línea con la tradición de los maestros de Dresde Johann Christian Klengel y Adrian Zingg.

Estas obras causaron gran admiración en la exposición de la Academia de Dresde de 1803. Animado por Johann Wolfgang von Goethe, envió dos sepias a la exposición del Weimarer Kunstfreunde (Amigos del Arte de Weimar) de 1805.

La fama

La cruz en la montaña. 1808

En 1807 Friedrich comenzó a pintar óleos, y fue uno de los primeros trabajos en esta técnica el que lo catapultó a la fama, aunque de manera harto polémica. Se trata de La cruz en la montaña, realizado para el conde Graf. F. A. Von Thun-Hohenstein para su castillo de Tetschen.

El chambelán de la corte y crítico de arte Basilius von Ramdohr expresó en 1809, en un artículo publicado en el "Zeitschrift für die Elegante Welt", su desagrado ante los conceptos subyacentes a esta obra, a su nueva concepción del paisaje, el arte y la pintura religiosa.

Ante su crítica demoledora se alzaron las voces de numerosos amigos del artista, como Ferdinand Hartmann, Gerhard von Kügelgen, Christian August Semler y Johann Rühle von Liliestern.

En el mismo 1809, Friedrich repite su esquema revolucionario de contenido panteísta en "Monje en la orilla del mar", presentado junto a la Abadía en el encinar a la exposición de la Academia de Berlín de 1810.

Ambos lienzos generaron una crítica vehemente pero también la adhesión entusiasta, por primera vez, de los literatos románticos, dada la capacidad de expresar temores y emociones que Friedrich confiere en ellas al paisaje, capacidad que no se halla en el paisaje en forma natural.

Ambas obras fueron adquiridas por el príncipe Federico Guillermo IV de Prusia y Friedrich fue elegido, por una exigua diferencia en la votación, miembro de la Academia berlinesa.

La enfermedad

En 1824 padeció una seria enfermedad, de la que no sólo no se recuperó sino que, dos años más tarde, se agravó, por lo que necesitó de un periodo de convalecencia en Rügen. Fue su último viaje a su patria. Al año siguiente pudo volver a pintar, aunque, a consecuencia de la enfermedad, se percibe una tendencia a los paisajes de tipo melancólico, en especial invernales.

A la enfermedad corporal se une una creciente obsesión, narrada también por Carus: "En su forma de ser extraña, siempre triste y profunda, se habían venido desarrollando unas ideas fijas, evidente anticipación de la enfermedad cerebral a la cual habría al fin de sucumbir, que comenzaron a minar su vida familiar. Desconfiado como era, se atormentaba a sí mismo y a los suyos figurándose la infidelidad de su mujer, un delirio privado de sentido y, sin embargo, capaz de absorberlo por completo". A estas dificultades en la salud se unió el progresivo hundimiento de su popularidad.

Últimos años

En junio de 1835 padeció un ataque de apoplejía, que le dejó inhábil. Durante seis semanas se retiró al balneario de Teplitz en Bohemia, en donde ya estuvo tras su enfermedad de 1826. La mejora, leve, le permitió comenzar a dibujar, pero el óleo, que le fatigaba en gran medida, hubo de ser abandonado a favor de la acuarela y la sepia, que causaban menores penalidades.

Estas acuarelas, dibujos y sepias continuaron apareciendo en la exposición anual de la Academia de Dresde hasta 1838. Sus motivos se limitan a túmulos, costas rocosas bajo la luna, ataúdes, ruinas y lejanas ciudades inalcanzables, con los que Friedrich, sabedor de su muerte cercana, aislado y pobre, medita sobre la vida pasada y futura.

Muerte

Friedrich falleció el 7 de mayo de 1840 en Dresde. Fue sepultado tres días más tarde en el Cementerio de la Trinidad de dicha ciudad.

Friedrich cayó en el más completo de los olvidos durante el siglo XIX. Su memoria y su obra no fueron recuperadas hasta comienzos de este siglo, cuando la concepción sobre el Arte había sido radicalmente modificada por las Vanguardias.

Su obra

En sus pinturas se encuentra un sentimiento de profundo pánico ante la naturaleza (Dolmen en la nieve, 1807) y el conocimiento atónito y casi doloroso de la insuficiencia del hombre frente a su grandeza (El viajero frente al mar de niebla, 1818).

El significado de sus obras se va enriqueciendo por frecuentes referencias a la mitología alemana; en las pinturas más tardías, el valor simbólico se hace más evidente en la elección del tema y en la simplificación de las formas.

El artista prefirió el paisaje en determinadas horas del día, cuando se presta a correlaciones psicológicas más directas, como en las obras donde aparecen, aisladas y casi perdidas, pequeñas figuras humanas (Dos hombres contemplando la luna).

Su influjo salta, desde el Romanticismo, hasta el Surrealismo, el movimiento que más afirmó su influencia. También el Expresionismo alemán y la Abstracción presentan puntos de contacto con la obra del pintor de Greifswald.

Galería

Fuentes