Displasia cortical


Displasia cortical focal
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Dcf0.jpg
Clasificación:neurología
Región más común:cerebro
Forma de propagación:malformación genética

La displasia cortical focal (DCF) ocurre cuando las células cerebrales (o neuronas) en desarrollo de un embrión o feto no logran alcanzar las partes de la materia gris del cerebro para las que están destinadas genéticamente. Como resultado, aquellas áreas de la corteza carecen de las conexiones neuronales apropiadas para funcionar correctamente. Las áreas corticales afectadas pueden ser pequeñas y definidas o pueden incluir a todo un hemisferio del cerebro.

La displasia cortical forma parte de las conocidas «malformaciones del desarrollo cortical» (MDC), un grupo variado de patologías que destaca principalmente por un desarrollo alterado de la estructura de la corteza cerebral.

Antecedente

La primera descripción de «displasias focales» fue realizada por Taylor en pacientes con epilepsia fármacorresistente, para describir anormalidades focales de la estructura de la corteza cerebral caracterizadas por alteración de laminación, neuronas dismórficas y células en balón.[1]

Los mecanismos fisiopatológicos por cuales las DCF generan epilepsias no son claros.[2] Sin embargo, el tejido displásico tendría una epileptogenicidad intrínseca.[3]

Desarrollo embriológico de la corteza cerebral

Figura 1. Corteza cerebral. Nótese el engrosamiento de la sustancia gris cortical y la mala definición entre la sustancia gris y la sustancia blanca.

El cerebro se comienza a desarrollar antes del nacimiento, en el período intrauterino y pasa por diversas fases que pueden solaparse entre sí.

La corteza cerebral tiene una estructura altamente organizada y se encuentra ampliamente conectada con el resto de las estructuras encefálicas y la médula espinal. Su formación es compleja y ocurre en etapas temporal y espacialmente ordenadas, incluso con la formación de estructuras transitorias que finalmente desaparecen.

Se han identificado tres principales etapas consecutivas del desarrollo de la corteza cerebral, cada una parcialmente sobrepuesta con la siguiente, conocidas como: «etapa de proliferación y diferenciación celular», «etapa de migración neuronal» y «etapa de organización cortical».[4][5][6]

  • La «etapa de proliferación y diferenciación celular» ocurre a nivel periventricular en el interior de la matriz germinal, entre la 5.ta y 20.ma semana de gestación. Las células germinales se multiplican y se diferencian tanto en neuronas como en células guales.
  • La «etapa de migración» ocurre entre la 6.ta y 22.da semanas de gestación. En esta etapa, las neuronas se adhieren a una fibra glial radial y cambian de posición desde la región periventricular hasta su posición final en la corteza cerebral.
  • La corteza cerebral normal contiene numerosas células, localizadas en sitios específicos que le otorgan una arquitectura característica; se organiza en 6 capas que se enumeran desde la capa I, o molecular, hasta la capa VI o capa multiforme, sin embargo el proceso de migración se produce desde las capas más profundas hasta las capas más superficiales.
  • La «etapa de organización cortical», que depende en parte del proceso de migración, ocurre entre las 22.da semana de gestación hasta los 2 años de vida. Las neuronas se diferencian en distintos subtipos celulares como células piramidales, células estrelladas, células multipolares y otras, que se organizan en láminas horizontales, conformando un patrón citoarquitectónico cortical normal.

Las etapas principales del desarrollo de la corteza cerebral son la proliferación y diferenciación celular, migración y organización de las células en sus áreas correspondientes y mielinización.

Evidentemente, si hay cualquier tipo de alteración en estos procesos el desarrollo cortical va a verse perjudicado y se reflejará en diversos déficits cognitivos y conductuales.

Histológicamente se definen las siguientes capas:

  • La capa I (molecular) no tiene neuronas.
  • La células piramidales se localizan en las capas III (piramidal externa).
  • La capa V (piramidal interna); se caracterizan por su tamaño y orientación perpendicular a la superficie cortical. Las células piramidales normales de mayor tamaño se localizan en la capa V.

Abnormalidad

Figura 2. Corteza cerebral. DCF. La capa molecular aparece a la derecha de la imagen. La microfotografía muestra grupos de neuronas grandes y pequeñas, irregularmente dispersos en el espesor de las capas corticales. Corte teñido con método inmunohistoquímico para NeuN.

Las tres etapas del desarrollo cortical normal no se encuentran temporalmente separadas, la proliferación continúa luego que la migración comienza y la migración continúa después que se ha realizado. Hay que destacar que la célula que resulta de una proliferación anormal, frecuentemente no migra ni se organiza adecuadamente.

a) Alteraciones de la proliferación:

Las alteraciones de la proliferación se manifiestan por una disminución de la proliferación (micro-lisencefalia), por un aumento de la proliferación celular (hemimegalencefalia) o por una proliferación anormal (displasia cortical focal tipo II).

b) Alteraciones de migración:

Las alteraciones de la migración pueden producir una disminución de la migración (lisencefalia), una detención precoz de la migración con neuronas mal posicionadas a nivel periventricular o en la sustancia blanca (heterotopía periventricular o en banda), o en una sobremigración (distrofia muscular congénita).

c) Alteraciones de la organización:

Las alteraciones de la organización producen trastornos de la estructura de la corteza como la polimicrogiria, esquizencefalia o displasias corticales focales tipo I.

Desde el punto de vista de la imaginología, las alteraciones producidas durante la fase de proliferación se pueden extender desde los ventrículos hasta la superficie pial, mientras que las alteraciones de la fase de migración se localizan en la sustancia blanca y/o corteza. En general, las alteraciones de la organización se encuentran limitadas a la corteza cerebral.[7]

Epidemiología

Se estima que un 76 % de los pacientes con DCF sufren de epilepsia refractaria,[8] mientras que en un 25 % de los pacientes con crisis epilépticas parciales se ha identificado una DCF como la causa subyacente.[9]

Síntomas

Figura 3. Corteza cerebral. DCF. Se aprecia dislaminación y desorganización neuronal. Nótese las neuronas gigantes, dismórficas en el espesor cortical. Asimismo, hay abundantes neuronas ectópicas en la capa molecular. Tinción con hematoxilina y eosina.

Las «convulsiones recurrentes» en un infante o en un niño muy pequeño son el síntoma más común de displasia cortical. La actividad cerebral epiléptica que procede de la displasia cortical aparece de modo muy temprano en la vida de un niño afectado porque las anomalías de la corteza ocurren desde el útero y ya están presentes al nacer. Otros síntomas neurológicos variarán dependiendo de cuáles partes del cerebro están afectadas.

  • Déficits neurológicos focales: suponen problemas en alguna parte concreta de nuestro funcionamiento debidos a causas cerebrales.
    • Pueden ser muy variados como: la sensibilidad de un lado de la cara, el movimiento de una extremidad, la visión de un ojo, dificultades para expresar el habla, problemas de control emocional, etc.
  • Problemas intelectuales: incluso algunas veces puede asociarse con un nivel de inteligencia por debajo de la media, problemas para concentrarse y dificultades para aprender cosas nuevas.
  • Retraso en el desarrollo cognitivo y psicomotor: la mejor manera de saber cómo se está desarrollando un niño pequeño es observar su capacidad motora.

Características macroscópicas de la DCF

En la mayoría de los casos la DCF, como su nombre lo indica, se halla restringida a una o dos circunvoluciones que aparecen ensanchadas y de aspecto anormal (disgiria) en cualquiera de los lóbulos cerebrales, más frecuentemente en el lóbulo temporal.

Al corte, la sustancia gris puede estar engrosada; la zona de unión con la sustancia blanca muestra límite impreciso, borroso, difícil de establecer con exactitud, a veces puede haber islotes ectópicos de sustancia gris en la blanca.

Características histológicas

Corteza cerebral. DCF. Células globoides («balonadas») en la sustancia blanca subcortical. Tinción con hematoxilina y eosina.

La DCFT se caracteriza por desorganización laminar de variable intensidad, con la consiguiente pérdida de la organización columnar y, en los casos graves, presencia en el espesor cortical de neuronas gigantes, dismórficas, ectópicas, mal orientadas, con citoesqueleto relevante desorganizado, caóticamente dispersas en todas las capas corticales excepto en la primera capa; asimismo hay proliferación glial astrocitaria, con ausencia (DCF tipo II A) o presencia de bizarras células globoides (balonadas) (DCF tipo II B).

Otras alteraciones corticales

Se caracterizan por excrecencias de tejido glioneuronal en las leptomeninges, persistencia de abundantes neuronas en la capa cortical I (molecular) y en la sustancia blanca subcortical abundantes neuronas ectópicas y células globoides (balonadas) que semejan astrocitos gemistocíticos, ya que tienen citoplasma abundante, ovoide, de contenido semitransparente, eosinófilo. Límites imprecisos entre sustancia gris y sustancia blanca. Hamartomatosis glioneuronal: focos de elementos gliales y neuronales maduros, a veces mezclados con células oligodendroglioides (en 15 % de cerebros con epilepsia).

Recientemente se describe que algunas de las neuronas citomegálicas, comúnmente presentes en la DCF son en realidad interneuronas,[10] lo cual ―además de constituir una reidentificación de esa estructura― tiene significado fisiológico como participante importante en la génesis de las convulsiones, ya que forman parte de circuitos neuronales anormales en la zona afectada.[11][12]

El signo más relevante es el aumento de la frecuencia de descarga en comparación con las interneuronas normales.

Clasificación de la DCF

Existen varias clasificaciones, que se aplican indistintamente en la literatura correspondiente. La mayoría de esas clasificaciones se basan en la estructura histológica de las malformaciones corticales, en los hallazgos en los estudios de neuroimagen, sobre todo los de resonancia magnética y en la correlación con las manifestaciones clínicas y los aspectos electroencefalográficos.[9][13][14][15][16][17][18] Más recientemente han aparecido clasificaciones que incluyen los aspectos genéticos de cada una de las malformaciones (tabla 1).[19]

Tabla 1. Clasificación de malformaciones corticales en epilepsia*
Mecanismo Defectuoso Tipo de malformación GENES Proteínas Funcion normal de la proteína
Migración Neuronal Hipertrofia nodular periventricular FLN 1 Filamna 1 Esencial para la migracion
Lisencefalia Lis 1 Factor activador de plaquetas Liga con NusEL y tubulina
Migración interrumpida Lisencefalia (XLIS) heterotropia laminar DCX (XLIS). Doblecortin Liga y estabiliza tubulina en neuronas en migración
Lisencefalia e hipoplasia cerebelosa RLN Reelina Señal que detiene neuronas en migración
Falla de laminación cortical Displasia cortical focal TSC polimorfismo de TSC (y cdk 5). Hamartina (Cdk 5). Interactúa con la ERM, contribuye a la adhesion y tamaño celular
Microdisgénesis Presenilina 1
Desconocido Esquizencefalia EMX 2 Emx 2 Gene homeobox que conforma el cerebro
Polimicrogiria focal y generalizada PAX 6 mutación identificada en parientes PAX 6 factor de transcripción Participa en diferenciación y migración neuronal

Clasificación propuesta por Tassi

Figura 4. Corteza cerebral. DCF. Abundantes neuronas displásicas con neuritas irregulares, y prominente citoplasma, dispersas desordenadamente en las capas corticales. Tinción para neurofilamentos.

La clasificación propuesta por Tassi se basa en la neuropatología, más datos de neuroimagen y genética.[19] Esta clasificación reconoce tres subtipos histológicos: displasia arquitectónica, displasia citoarquitectónica y displasia cortical focal de Taylor, en dos variedades: la DCF sin células globoides pero con neuronas dismórficas; la DCFT con células globoides, que constituyen su característica principal.

Clasificación propuesta por Palmini

La clasificación propuesta por Palmini resulta práctica para exponer las características histológicas:[16]

  1. Malformación leve de desarrollo cortical:
  • Tipo I: Neuronas ectópicas en la capa I, capa molecular de la neocorteza
  • Tipo II: Heterotopia neuronal microscópica en capas neocorticales pero no en la capa I, grupos de neuronas mal colocadas.
  1. DCF:
  • Tipo I A: Laminación irregular
  • Tipo I B: Neuronas gigantes o inmaduras
  • Tipo II A: Neuronas dismórficas pero no células globoides.
  • Tipo II B: Neuronas dismórficas y células globoides

Clasificación que propone Barkovich

La clasificación que propone Barkovich considera tres grupos:

  1. Malformaciones debidas a proliferación/apoptosis anormal.
  2. Malformaciones debidas a migración anormal.
  3. Malformaciones debidas a migración neuronal anormal tardía.

Diagnóstico

Figura 5. Corteza cerebral. DCF. Células globoides (balonadas) en la sustancia blanca subcortical, positivas para proteína acídica glial fibrilar.

La displasia cortical puede ser difícil de diagnosticar porque las partes afectadas del cerebro varían en cada individuo, pero realizan a través de:

Tratamiento

Está centrado en el tratamiento y el control de las convulsiones que resultan de la condición, y los métodos utilizados varían con cada paciente. Los medicamentos anti-convulsiones son exitosos en algunos individuos, mientras que otros pueden tener convulsiones tan severas y difíciles de manejar, que la opción más efectiva puede ser la cirugía para extraer la porción anormal del cerebro.

Fuentes