Edelmira de Zayas

Edelmira de Zayas
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Soprano cubana, una de las cantantes de música sacra preferida de Ernesto Lecuona.
NombreEdelmira de Zayas
Nacimiento15 de febrero de 1897
Santiago de Cuba, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento18 de septiembre de 1973
La Habana, Bandera de Cuba Cuba
NacionalidadCubana

Edelmira de Zayas (Santiago de Cuba, 15 de febrero de 1897 - La Habana, 18 de septiembre de 1973). Soprano cubana, una de las más extraordinarias voces que registra en su historia el arte lírico cubano.

Síntesis biográfica

Edelmira de Zayas nace en Santiago de Cuba el 15 de febrero de 1897, creció en un estimulador ambiente artístico, el cual reafirmó, desde los años infantiles, su amor a la música, primero en la ciudad de que era oriunda y luego en Holguín, donde, junto con sus progenitores y hermanos, pasó a residir a los tres años de edad.

Su padre, Armando de Zayas, fue magistrado de la Audiencia de Santiago de Cuba, descansaba de sus actividades jurídicas dirigiendo la temprana educación musical de sus hijos, tocaba la flauta admirablemente, organizaba recitales de carácter benéfico entre las amistades y la Sociedad Artística de Holguín, que también fue obra suya.

Primeros pasos en el canto

Mientras residieron en Holguín hizo sus primeras presentaciones en conjuntos de aficionados, bajo la dirección de su padre, con fines benéficos, allí tuvieron una orquesta familiar, cada uno de los hermanos tocaba un instrumento bajo su estricta batuta. En 1914 con sus padres y hermanos, Edelmira de Zayas se radicó en La Habana y empezó a estudiar canto con el bajo español Pablo Meroles, quien llegara a actuar en el Teatro Scala de Milán al lado de la diva Adelina Patti.

Posteriormente en 1915, Edelmira ingresó en la Academia Filarmónica de Canto en La Habana, la academia que dirigían los profesores Arturo Bovi y Tina Farelli y mantuvo largos años una especie de ejercitación vocal.

Labor de soprano

Muy pronto la joven soprano santiaguera fue considerada allí una relevación del arte lírico. Así lo demostró el 27 de mayo de 1917, cuando sus maestros determinaron presentarla en la Sala Espadero, del Conservatorio Nacional de Música Hubert de Blanck, en el concierto anual de esa institución académica correspondiente al citado año.

Entre las obras que interpretó estuvo como principal protagonista femenina en el estreno en Cuba de la ópera Zilia, del cubano Gaspar Villate y Montes, presentada el 4 de diciembre de 1928, en la que compartió la escena con el barítono Alberto Márquez, dirigidos por el maestro Arturo Bovi, además con motivo de la semana de actos por la inauguración del Auditórium (actual Teatro Amadeo Roldán), de la Sociedad Pro Arte Musical, así como sus exitosas actuaciones, entre 1926 y 1932 en distintos teatros y salas habaneras en títulos capitales del género operístico: Norma (Bellini), Caballería rusticana (Mascagni), Los payasos (Leoncavallo), La Traviata (Verdi)) y, sobre todo, en La Boheme (Puccini).

Otras labores

Fue miembro fundador, en 1931, y subdirectora de la Sociedad Coral de La Habana. Cantó en varios conciertos de la Orquesta Sinfónica Nacional, dirigida por Gonzalo Roig, en los años 1928, 1931 y 1936 respectivamente y la Orquesta Filarmónica de La Habana, con la que dio a conocer en Cuba la Misa solemne a Santa Cecilia, de Gounod, junto a Marta Pérez, dirigidas por Paul Csonka, en 1943. Estrenó numerosas canciones cubanas dedicadas a ella por sus autores, especialmente de Eduardo Sánchez de Fuentes y fue una de las intérpretes predilectas de Ernesto Lecuona en sus conciertos de música cubana; para uno de ellos, celebrado en 1933, Lecuona le dedicó la canción Ave lira, la cual tuvo que repetir tres veces.

A pesar de figurar entre las voces más admiradas del arte lírico cubano y ser considerada una de nuestras mejores intérpretes de música sacra entre 1915 y 1940, Edelmira de Zayas prácticamente se retiró del canto en el último año mencionado.

Muerte

Edelmira de Zayas murió en La Habana, el 18 de septiembre de 1973.


Fuentes