El Hombre Caimán

El Hombre Caimán
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Leyenda
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Es originaria de:Bandera de Colombia Colombia

El Hombre Caimán. Leyenda colombiana. Los mitos y las leyendas son una de las costumbres más importantes del pueblo colombiano.

Hacen parte de la tradición oral de los pueblos que se encargaron de unir la fantasía con las creencias populares, el resultado fue una serie de cuentos que han ido evolucionando a través de los siglos.

Son fantasías que fueron tomando forma gracias al imaginario colectivo y se han encargado de proporcionar las primeras explicaciones no científicas de fenómenos naturales.

Historia

Había un hombre al que le gustaba espiar a las mujeres mientras se bañaban en el río Magdalena. Para pasar inadvertido y verlas discretamente, decidió ir a ver a un brujo, con el objetivo de que le hiciera una pócima para convertirse en Caimán y de esta manera admirar la belleza de las mujeres, sin ser descubierto.

El brujo decidió hacerle dos pócimas: una roja que lo convertía en caimán, y la blanca que lo convertía nuevamente en hombre.

El hombre salió de donde el brujo junto con un amigo con quien se desplazó hasta el río, allí tomó la pócima roja y se convirtió en Caimán, su amigo, que sostenía en su mano la pócima blanca, se asombró tanto que dejó caer unas gotas sobre él, convirtiéndolo en mitad hombre, mitad Caimán. Desde ese momento las mujeres de la zona dejaron de frecuentar el río por el miedo que les producía “el hombre Caimán”.

Su desolada madre siempre le ayudaba con comida

La única persona que se atrevió a acercársele después fue su madre. Todas las noches lo visitaba en el río para consolarlo y llevarle su comida favorita: queso, yuca y pan mojado en ron.

Tras la muerte de su madre, (que murió de la tristeza por no haber podido encontrar al brujo que había elaborado las pócimas porque había muerto), el Hombre Caimán, solo y sin nadie que lo cuidara, decidió dejarse arrastrar hasta el mar por el río hasta Bocas de Ceniza, como se conoce la desembocadura del río Magdalena en el mar Caribe a la altura de Barranquilla.

Desde entonces, los pescadores del Bajo Magdalena, desde Plato hasta Bocas de Ceniza, permanecen pendientes para pescarlo en el río o cazarlo en los pantanos de las riberas.

Fuente

  • El Hombre Caimán. Disponible en: Colombia Consultado el 23 de mayo del 2019