Felipe Ángeles Ramírez

Felipe de Jesús
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Militar mexicano, que alcanzó el grado de Coronel: Felipe de Jesús Ángeles Ramírez.
NombreFelipe de Jesús Ángeles Ramírez
Nacimiento13 de junio de 1869
Hidalgo Bandera de los Estados Unidos Mexicanos México
Fallecimiento26 de noviembre de 1919
Chihuahua , Bandera de los Estados Unidos Mexicanos México
Causa de la muerteFusilamiento
Nacionalidadmexicana
Otros nombresÁngeles
Ciudadaníamexicana
Alma materCoronel
PadresFelipe Ángeles Melo y Juana Ramírez
Resultados deportivos
Títulos obtenidosGeneral.

Felipe Ángeles Ramírez. Militar mexicano.

Síntesis biográfica

Hijo de Felipe Ángeles Melo –un pequeño agricultor que alcanzó el grado de coronel luchando contra las intervenciones extranjeras de 1847 y 1862, después jefe político y juez distrital- y de Juana Ramírez, nació el 13 de junio de 1869 en Molango (otros señalan Zacualtipán y 1868), Hidalgo.

Trayectoria

Hizo sus estudios primarios en Huejutla, de donde pasó a la Escuela de Molango y posteriormente al Instituto Científico y Literario de Pachuca. Gracias a una beca que Porfirio Díaz le concedió por los méritos de su padre durante la lucha contra la intervención francesa, ingresó al Colegio Militar a la edad de 14 años, el 26 de enero de 1883. A la vez tímido e inteligente, Ángeles se distinguió como un alumno sobresaliente, especialmente en matemáticas y ciencias físicas.

También se destacó por su talante humanitario, lo que lo llevó incluso a formular críticas al soldado arbitrario y brutal, pronunciándose como cadete por un hombre de armas apegado a la legalidad y a las obligaciones institucionales, en una ceremonia de premiación con asistencia de Porfirio Díaz: Más tarde, llegó incluso a mostrar su inconformidad ante las injusticias cometidas por el ejército contra los yaquis y ante el favoritismo como eje de las promociones en el ejército.

Ángeles formó parte de comisión que viajó a Francia para comprar piezas de artillería para el ejército mexicano, pero fue regresado a México de inmediato, por oponerse al enriquecido general Manuel Mondragón que exigía 25% de sobreprecio a la casa Krupp en la compra de los cañones. Después de que también rechazó por razones técnicas la compra de un nuevo tipo de pólvora, que en realidad era un negocio más, Ángeles fue excluido de las compras que realizaba el ejército.

En 1905, ya con el grado de teniente coronel, fue enviado a Francia para hacer estudios en la Escuela de Aplicación de Fontainebleau y en la de Tiro de Mailly. En 1908 obtuvo el grado de Coronel Técnico de Artillería.

En diciembre de 1911, fue designado por el presidente Madero, Jefe del 1er Regimiento de Artillería, el 8 de enero del siguiente año, director del Colegio Militar, el 2 de junio del mismo año, ascendió a general brigadier y el 3 de agosto siguiente, sin dejar la dirección del Colegio, fue nombrado Jefe Interino de la 7ª Zona Militar en Morelos, responsable de la campaña contra el zapatismo, al mando de dos generales, 35 jefes, 213 oficiales y 4,000 efectivos de tropa.

Aunque conservó una estrategia similar a sus antecesores, de mantener guarniciones competentes en los puntos de importancia y de perseguir a los zapatistas con columnas “volantes” que hacían continuos recorridos por el territorio morelense, Ángeles se empeñó en usar métodos conciliadores y en evitar los excesos en que habían incurrido quienes le habían precedido, en lo que llamó "la política mía de amor y reconstrucción". Años más tarde, en un escrito titulado “Genovevo de la O” (general zapatista oriundo de Santa María Ahuacatitlán que acompañaría a Obregón en su entrada triunfal a la capital en 1920), reconoció tanto la capacidad de este jefe guerrillero, como la justicia de su causa; denunció la quema de pueblos, la concentración de la población, la leva y los ahorcamientos como medios extremos y crueles empleados por Juvencio Robles y Adolfo Jiménez Castro, y recordó que su actitud humanitaria con los rebeldes le permitiría el trato con Zapata durante el gobierno de la Convención.

Al sobrevenir la Decena Trágica en 1913, Madero fue a Morelos personalmente para buscar la ayuda del general Ángeles, quien acudió en su auxilio. Madero no le dio el mando debido a que respetó la jerarquía de Victoriano Huerta, pero sí operó contra la Ciudadela. Al consumarse la traición de Huerta, Ángeles fue aprehendido al mismo tiempo que Madero y Pino Suárez por órdenes del general Aureliano Blanquet; cesado en los dos cargos que ocupaba, fue nombrado Agregado Militar en Bélgica. Pero después fue encarcelado en Santiago Tlatelolco, acusado de haber ordenado el fusilamiento de un menor durante la “decena trágica” y también del ajusticiamiento de un ciudadano francés. Logró salvar la vida por su ascendencia en el ejército, pero fue desterrado mediante su envío a una comisión militar en Francia, para hacer estudios de materiales de artillería. En Europa se puso en contacto con Miguel Díaz Lombardo, representante del movimiento constitucionalista. Entonces regresó secretamente al país el 16 de octubre de 1913, y se presentó ante Venustiano Carranza en Sonora. El Primer Jefe lo nombró subsecretario de Guerra; no alcanzó el máximo cargo de guerra en ese entonces por la decidida oposición de los generales revolucionarios, que veían con recelo a un miembro del antiguo ejército federal. Debido a que consideraba que Carranza no se apegaba al espíritu legalista y democrático de Madero, Ángeles terminó distanciándose de Carranza y uniéndose a las fuerzas de Francisco Villa, a las que se incorporó como comandante de artillería de la División del Norte. Además de cultivar una muy buena relación con el Centauro del Norte, tuvo una participación muy destacada en batallas como las de Torreón en 1914, San Pedro de las Colonias, Paredón, Zacatecas y Ramos Arizpe. En la de Paredón planeo y dirigió la más espectacular carga de caballería en la que participaron ocho mil jinetes, que en media hora pusieron en fuga a las tropas del usurpador.

Sin duda, el general Ángeles fue un personaje polémico. A lo largo de su actuación, se le acusó de ser un oportunista reaccionario que lo mismo luchaba o se aliaba con Zapata o Maytorena; que combatía al lado de los revolucionarios pero intentaba una reconciliación con el ejército federal; que no apoyó a Carranza en contra de la invasión norteamericana de Veracruzpor simpatizar con Estados Unidos; que abandonó a Villa tras la derrota de 1915, pero después trató de que encabezara una alianza reaccionaria; que en el fondo, lo que verdaderamente ambicionaba era ser presidente de la República y restablecer algún tipo de orden conservador con ayuda de los restos del ejército federal.

Ángeles terminó separándose de Villa por su decisión unilateral de tomar Ciudad Juárez el 15 de junio de 1919, de la que resultó una gran derrota porque al vencer a los carrancistas y ocupar la ciudad, el general norteamericano E. B. Erwing, con el pretexto de que habían caído proyectiles sobre El Paso, Texas, hizo cruzar la frontera a sus soldados para combatir a los villistas y que los cañones del Fuerte Bliss dispararan contra el puesto de mando del propio general Villa, quien tuvo que abandonar su presa y retirarse a Durango. Sintiéndose traicionado, Villa amenazó con matar a todo yanqui que encontrara y destruir sus propiedades. Aunque no lo hizo, Ángeles se convenció que Villa nunca volvería a gozar de las simpatías de los Estados Unidos, por lo que sintió que había fracasado rotundamente en sus intentos. Tampoco logró unificar a los rebeldes anticarrancistas, ni organizar disciplinadamente a los villistas. Corrían ya otros tiempos. Se separó de las fuerzas del Centauro del Norte, quedando al mando de sólo doce hombres, huyó a la sierra.

Captura

Vencido y aislado, merced a la traición de Félix Salas, Ángeles fue aprehendido junto con cuatro de sus seguidores, en una cueva del Cerro de las Moras, Cañón de San Tomé, Valle de los Olivos, en el estado de Chihuahua, el 15 de noviembre de 1919. Sus captores, antiguos villistas convertidos en miembros civiles de las defensas sociales de la entidad, recibieron diez mil pesos de gratificación.

Al ser capturado vivo por el exvillista Gabino Sandoval, Ángeles no podía ser ejecutado sumariamente como lo fue su escolta, sin que el gobierno de Carranza recibiera el repudio de la opinión pública nacional e internacional, ya escandalizada por el reciente asesinato de Zapata. Por eso se ordenó su consignación ante un tribunal militar que ordenara su muerte de manera "legal".

Multitudes de simpatizantes acudieron a recibir a Ángeles a su paso por las estaciones de ferrocarril rumbo al lugar de su "juicio". No se tuvo en cuenta que la humanidad y la relativa pobreza de Ángeles, contrastaba con la fama pública de los generales carrancistas que lo sacrificarían. Fue conducido a la capital de Chihuahua, donde en el Teatro de los Héroes, el 24 de noviembre siguiente, se le formó consejo extraordinario de guerra integrado por los generales Gabriel Gavira, Miguel Acosta, Fernando Peraldi, Silvino M. García y J. Gonzalo Escobar. Durante los dos días que duró el juicio, los cuatro mil asientos del teatro se llenaron y afuera permanecieron miles de personas, que en su mayoría reconocían los mérito del general exvillista.

La defensa legal se basó en que no procedía un juicio militar, sino civil, porque Ángeles había dejado el ejército; en que no había combatido, sólo actuado como consejero de Villa y refrenado sus excesos; y en que se había entregado sin resistir. La defensa política estuvo a cargo del propio Ángeles: regreso a México a tratar de lograr la paz y la conciliación; sirvió a Villa porque había en él un lado bueno, como lo demostró como gobernador y como jefe de la División del Norte, fue Carranza quien le impidió seguir desarrollando ese lado positivo, al separarlo de los intelectuales que le aconsejaban; y su nacionalismo quedó probado porque su vuelta al país fue para unirlo en contra de una posible intervención norteamericana.

A pesar del clamor de la concurrencia que en la sesión pidió su perdón, se le condenó a muerte por el delito de rebelión. Durante la tarde, comisiones de damas y de extranjeros trataron inútilmente de entrevistarse con el general Manuel M. Diéguez para solicitar el indulto. La defensa solicitó amparo a la Suprema Corte de Justicia, la que contestó que se debía dirigir al juez del Distrito de Ciudad Juárez. En la capital de la República, en la Cámara Baja, el diputado Alfonso Toro fracasó en hacer que se tratara el indulto de Ángeles, que se turnó burocráticamente a comisiones. Carranza tampoco se ocupó de las peticiones de indulto.

Fusilamiento

Así se hizo a las seis de la mañana del 26 de noviembre de 1919 en el cuartel del 21 Regimiento de Caballería de Chihuahua.

Fuentes