Hepatitis crónica activa con AgHBs negativo


Hepatitis crónica activa con AgHBs negativo
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Hepatitis crónica activa con AgHBs negativo, esta afección predomina en las mujeres y en las edades comprendidas entre 10 y 20 años; también se describe en la menopausia y con menor frecuencia en cualquier otra edad. Por lo general se asocia al biotipo de mujer joven, alta, de talla superior a lo normal y con aspecto saludable.

Causas

Su causa se desconoce. La teoría de la autoinmunidad es muy sugestiva para explicar las lesiones de hepatitis crónica activa con AgHBs negativo. A pesar de la denominación de hepatitis lupoide, no es el lupus eritematoso sistémico el responsable de la lesión hepática, ya que este cuadro respeta casi siempre al hígado y su invasión resulta excepcional. Además, los anticuerpos contra el músculo liso y las mitocondrias están ausentes en la sangre de los pacientes con lupus.


Cuadro clínico

La sintomatología de la hepatitis crónica activa lipoide, en extremo variable, depende del grado de afectación de la función hepática. El comienzo es a menudo insidioso. El paciente presenta por lo general la piel y las mucosas hipocoloreadas, y después íctero. En una cuarta parte de los enfermos el comienzo se asemeja al de un ataque de hepatitis viral aguda. Anque la cifra de bilirrubina sérica por lo general está aumentada, el 20 % de estos pacientes tiene un padecimiento anintérico. El íctero franco es a menudo episódico; raramente suele ser de tipo colestásico. La persistencia de la ictericia alerta al médico sobre la posibilidad de que se trate de una enfermedad hepática crónica.

La hepatitis crónica activa lupoide puede mantenerse asintomática durante meses o hasta años antes de que el íctero se haga evidente y el diagnóstico se realice.

El examen físico a menudo evidencia arañas vasculares en la cara, el cuello y los brazos, las cuales tienen tendencia a ser pequeñas y a aparecer y desaparecer con los cambios de actividad de la enfermedad. Pueden encontrarse estrías cutáneas en los muslos y veros, en los brazos, el tórax y la espalda. La cara puede aparecer redondeada, aun antes de la administración de corticosteroides. El acné es prominente y puede presentarse hirsutismo.


Diagnóstico

La diferenciación con otras hepatopatías crónicas es también importante. La laparosopia y la biopsia hepática pueden ser indispensables para diferenciar el proceso de la cirrosis. la distinción con la forma de hepatitis crónica activa con AgHBs positivo se efectúa por la identificación de este antígeno. Debe igualmente distinguirse de la enfermedad de Wilson, la ingestión de drogas, la enfermedad alcohólica del hígado y la colangitis esclerosante.


Pronóstico

La evolución varía considerablemente, pero el resultado final de esta afección, con muy pocas excepciones, es la cirrosis, por lo cual en general su pronóstico es infausto.


Tratamiento

Actualmente se ha puesto en duda la utilidad de los corticosteroides en el tratamiento de esta forma de hepatitis crónica activa, al extremo que muchos autores los proscriben. Lo cierto es que sus indicaciones en estos enfermos no están definidas. En todo caso se utilizarán en pacientes sintomáticos en los que exista una causa autoinmune, así como transaminasas y gammaglobulinas elevadas, y una biopsia positiva de hepatitis crónica activa.

Se prefiere la prednisolona a la prednisona y la dosis usual es de 30 mg por día durante una semana, disminuyéndola en la segunda y tercera semana hasta llegar a la dosis de mantenimiento, que será de 10 a 15 mg diarios. La primera fase del tratamiento dura 6 meses, y durante ella, el enfermo debe ser controlado mensualmente con exámenes de laboratorio. Si a los 6 meses el examen clínico, las investigaciones de laboratorio e incluso una nueva biopsia, demuestran que hay una remisión del proceso, se comienza a disminuir lentamente el medicamento durante un período de 2 meses. Si la actividad se mantiene, se continúa con prednisolona, a la cual es aconsejable añadir azatioprina. La combinación diaria de 10 mg de prednisolona y 50 mg de azatioprina, parece que ofrece buenos resultados.

La azatioprina nunca debe administrarse sola, sino asociada a los corticosteroides, se utilizará esta combinación en los casos más graves, que no hayan tenido buena respuesta con los corticosteroides solos. Como otro inmunosupresor puede utilizarse la 6 mercaptopurina a a dosis de 0,5 a 1,5 mg por kilogramo de peso por día.


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