Historia del municipio San Cristóbal (provincia Artemisa)


Historia del municipio San Cristóbal (provincia Artemisa)
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Escudo municipio San Cristóbal, Artemisa
Cronología
Comunidades primitivas
Época colonial
Guerra de los Diez Años (1868 - 1878)
Guerra de 1895
Época de la República neocolonial
Desarrollo económico durante la neocolonia
Desarrollo social y cultural durante la neocolonia
Luchas sociales y nacional-liberadoras en el período de 1925 a 1952. Desarrollo organizativo e ideológico del movimiento obrero.
Lucha insurreccional 1952-1958
Revolución en el poder
La lucha de clase en la localidad
Transformaciones económicas
Transformaciones sociales y culturales

Historia del Municipio San Cristóbal (Artemisa). El municipio San Cristóbal, de la nueva provincia de Artemisa, perteneció a la provincia de Pinar del Río, desde 1868 hasta enero del 2011, dada la nueva división político administrativa. Posee una rica historia que comienza en la etapa precolombina, con los asentamientos aborígenes del territorio, la ocupación española y evolución del mismo durante la colonia, las manifestaciones de las luchas independentistas en 1868 y 1895, la etapa neocolonial y a partir de 1959, la Revolución en el poder.

Ubicación geográfica

Ubicación del municipio San Cristóbal, Artemisa

San Cristóbal, nombre proveniente de la religión Católica, perteneció a la provincia de Pinar del Río desde 1878, hasta enero del 2011, en que se produjo cambios en la división político administrativa, que lo convirtieron en el municipio más oriental de la nueva provincia de Artemisa. Está situado en el extremo sur occidental de ésta, y abarca parte de la llanura del sur y la Sierra del Rosario. Limita al Norte con Bahía Honda, al sur con el mar Caribe, al este con Candelaria y al oeste con los municipios de Los Palacios y La Palma. Tiene una extensión territorial de 936.20 km2, de los cuales el 33% corresponde a la zona montañosa donde se desarrolla el Plan Turquino. Su población, según el análisis estadístico ajustado al cierre del 2019 era de 71726 habitantes.

Comunidades primitivas

Antes de la conquista, el territorio que hoy ocupa San Cristóbal tenía su suelo cubierto de bosques, tanto en las montañas, como en valles y llanuras. Estas tierras, regadas por ríos y arroyos, eran prolíferas en frutos y animales pequeños.

Los aborígenes que la poblaron, han sido ubicados en la Región Arqueológica de Guaniguanico, que comprende la provincia pinareña, sin incluir la península de Guanahacabibes. La de San Cristóbal, se incluye en la subregión Sierra del Rosario. Los diferentes hallazgos encontrados revelan, que habitaban en cuevas, cerca de los ríos y costas y por su ajuar, se incluyen en la fase de desarrollo Mesolítico medio-tardío, se enmarcaban dentro de la economía apropiadora y pertenecían desde el punto de vista social, a las comunidades pre-tribales. Hasta 1990 se conocían 16 sitios de habitación, (todos de la montaña, con excepción del Pelón, ubicado en la costa sur, entre López Peña y Los Palacios) y fueron estudiados por el grupo espeleológico provincial (Pinar del Río).

Sierra del Rosario

El sistema de asentamiento de estos grupos aborígenes se caracterizaba por la permanencia de cada comunidad reunida en campamentos base en la llanura costera (de 100 a 200 miembros), sólo durante la estación seca (de noviembre a abril). Se producía la dispersión y división en grupos económicos menores, (20 a 25 individuos) durante la estación lluviosa y temporada ciclónica (mayo a octubre). En esta etapa del año acampaban en distintas cuevas y abrigos rocosos de la Sierra del Rosario

El grupo aborigen que pobló más intensamente el territorio, tenía una economía de apropiación en la fase de cazadores, pescadores, recolectores (protoagricultores), pertenecían al nivel Mesolítico en un período aproximado de 3500 años, antes del presente. No usaron vestimenta. Estaban agrupados en comunidades gentilicias en las que existían la división natural del trabajo y distribución igualitaria. Sus instrumentos de trabajo eran variados, predominando los confeccionados de conchas marinas, la gubia fragmentos de estas mismas conchas fueron convertidos en otros útiles tales como picos, raspadores, perforadores y martillos.

Las herramientas de piedras de sílex eran resistentes para trabajar las carnes, pieles, el hueso, la madera, eran lascas de piedra talladas que les servían para cortar, punzar, perforar, raspar y rajar, acciones que realizaban según el material que estuviesen tratando de utilizar, Las actividades económicas que realizaban para subsistir eran la recolección de frutos, raíces, moluscos terrestres, caza o captura de pequeños mamíferos como la jutía, reptiles, crustáceos, insectos y la pesca con anzuelos sencillos.

El grupo espeleológico Sierra del Rosario, ha añadido a las pesquisas, 10 nuevos lugares de asentamientos, (de 1996 al 2008), 9 en las montañas de Niceto Pérez y uno en la llanura al sur de San Cristóbal: en Dos Ríos, Mayarí, lo que ubica al territorio en el tercer lugar provincial. Se han descubierto pictografías y petroglifos en las cuevas, microcuentas de conchas y adornos corporales: colgantes de piedras y de conchas. Sus creencias eran totémicas, animistas, rituales mágico-religiosos.

En los 26 asentamientos, descubiertos han sido encontrados restos de alimentos, caracoles perforados, muelas de cangrejos y jaibas, fracciones de mamíferos pequeños y aves, cobos, percutores, majaderos, cuchillos de sílex y otros instrumentos de piedras.

Época colonial

Entre 1568 y 1578 se aceleró este proceso de repartición de tierras, teniendo entre sus causas: el fortalecimiento del puerto de La Habana como centro del comercio de la metrópoli y sus nacientes colonias y la regularización del sistema de flotas. Precisamente, para el dominio de estas zonas se fue definiendo las estrategias de las principales familias hateras, en especial las dos más poderosas que se disputaron la zona occidental: los Rojas y los Recios. Tuvo negocios con los Rojas, Ambrosio Hernández, quien además de comerciante, poseía las mercedes de Sabanalamar y Dayaniguas desde el año 1569, o sea desde el actual territorio al sur de San Cristóbal hasta Los Palacios.

Dayaniguas

El señor Juan Guillén desde el 5 de marzo de 1566 poseía la merced del hato Mayarí, el cual pasó en 1571 al alcalde de la Habana Melchor Rojas, hatero y miembro del clan Rojas que dominó la región de “Vuelta Abajo” en la ocupación del espacio.

El extenso hato Mayarí se fue parcelando en corrales más pequeños durante los siglos XVII y XVIII. También tenemos la presencia de otros corrales en estos siglos.

Una de las actividades económicas iniciales en el territorio fue la ganadería, en los principales hatos y corrales que se fundaron. Desde inicios del siglo XVIII hubo vegas abiertas destinadas al cultivo del tabaco a la orilla de los ríos cuyo número fue aumentando al paso de los años; en los terrenos que hoy ocupa el municipio, desde Santa Cruz, hasta Río Hondo.

Según Jacobo de la Pezuela, en el partido de Santa Cruz de los Pinos existían, hacia finales del siglo XVIII existían numerosos barrios, fincas y esclavos. A partir de 1815 llegaron a las montañas de la zona, inmigrantes franceses, canarios, dominicanos, que iniciaron el cultivo del café, con trabajo esclavo. A ellos se unieron también criollos y la Sierra del Rosario comenzó a ser una de las zonas cafetaleras más florecientes de Cuba.

En la segunda mitad del siglo XVIII, fue creado por el gobierno español el partido judicial de Santa Cruz de los Pinos el cual abarcaba un dilatado territorio donde se encontraban los incipientes caseríos de Los Palacios, San Diego, Candelaria y San Cristóbal. Aunque era partido el Capitán Pedáneo radicaba en Candelaria, por la cercanía a La Habana y tener un núcleo poblacional mayor.

La historia del corral San Cristóbal, asiento posterior del pueblo de San Cristóbal se inició el 6 de agosto de 1664 con la mercedación otorgada a Don José Antonio Herrera (de origen español) el cual se llamó indistintamente Sitio Herrera o corral San Cristóbal. Este corral fue registrado como propiedad de Don Miguel Herrera y Gabriel, descendiente del primer dueño, en pleno siglo XVIII quien cedió por arriendo en 1743, parte de sus terrenos a cuatro familias, una de las cuales fabricó su vivienda cerca del cruce del Camino Real a Vuelta Abajo y el río San Cristóbal; su propietario Manuel García Guzmán, llamó a su vega “El Paso”. A esta casa, con el transcurrir de los años, se le fueron sumando otras, hasta un total de 24 siempre en la margen occidental del río, a orillas del camino y buscando zonas más altas para huir de las posibles inundaciones.

En 1813 había 39 vegas de tabaco, casi todas cercanas al río.

Para llegar a la fundación de San Cristóbal el asentamiento tuvo que pasar por todo un proceso histórico evolutivo que incluyó tres momentos importantes: origen, fomento y fundación, según las regulaciones del poder colonial español recogidas en las Leyes de Indias. Entre 1828 y 1830 había concluido este proceso y esta última fue aceptada por los historiadores como fecha fundacional ya que el poblado reunía los siguientes requisitos: Título sufragáneo porque el pueblo pertenecía al partido de Santa Cruz de los Pinos. Nombre apropiado pues San Cristóbal es santo de la religión católica. También se oficializó este nombre al río, conocido hasta entonces como Cauto. El poblado contaba con el rango social necesario: hacendados, colonos, comerciantes, campesinos, gobierno pedáneo y cura. Una iglesia desde 1818 y el cementerio al fondo de ésta. Presentaba un trazado urbanístico correcto con la plaza al centro, previéndose la ubicación de todas las instituciones oficiales. La capitanía pedánea había sido trasladada desde Candelaria (1828) e instalada en terrenos cedidos por Bonifacio Capetillo, al sur del poblado; su primer Capitán Pedáneo que recoge la historia fue Don José Lipúzcoa.

Fue descrito por Cirilo Villaverde en 1839 obra Excursión a Vuelta Abajo de la siguiente manera:

“San Cristóbal es el mayor de los que visitamos en Vuelta Abajo, posee cerca de 60 casas de embarrado con espaciosos portales, a ambas orillas del camino, entre ellas, cuatro almacenes de víveres, una botica, una iglesia y vegas de excelente tabaco… animación y tráfico de gente”

Guerra de los Diez Años (1868 – 1878)

Con respecto a las primeras manifestaciones de rebeldía, se constató que: en las conspiraciones independentistas de inicios del siglo XIX (de 1820 a 1830), de Soles y Rayos de Bolívar y el Águila Negra, hubo implicados dos habitantes de este territorio: Don Manuel Abreu y Domingo Vigoa. Se señala a Santa Cruz de Los Pinos por las autoridades colonialistas como un foco insurreccional. Durante la Guerra de los Diez Años, hubo llamas de rebeldía e intentos de subversión, no manteniéndose esta región al margen de los hechos que se sucedían en la región oriental de Cuba. Se conoce que 27 personas fueron hechas prisioneras, incluyendo al cura de la parroquia Ramón Bengoa, por ser auxiliares o simpatizantes de la causa emancipadora en el año 1869, al ser descubierta una conspiración fraguada en La Habana (Marianao) y con ramificaciones en Pinar del Río. En el territorio operaron partidas insurrectas al mando de Manuel Prieto y Armas sobre todo en las montañas y en la zona sur. En esa década (1868-1878) el gobierno español en la isla fortaleció su guarnición en San Cristóbal con cuadrillas volantes que daban batidas por la zona, al mando del entonces capitán Remigio Humara.

Entre el 22 de mayo de 1879 y el 17 de septiembre del mismo año visitó José Martí, en gestiones conspirativas para la Guerra Chiquita, la finca Balestena, Aspiro, propiedad del revolucionario Carlos Sauvalle y Blaín, gran amigo de Martí y activo conspirador en la Habana, durante la Guerra de 1868, según investigaciones realizadas por el destacado historiador cubano César García del Pino.

José Martí Pérez

Guerra de 1895

La lucha que se reinició en 1895, tuvo la participación de un amplio grupo de vecinos con arraigado espíritu patrio. Estos conspiradores se reunían en la botica ubicada en la en la esquina del parque (actual calle Maceo frente a la TRD), se incorporaron a las fuerzas de Antonio Maceo, a su paso por San Cristóbal, los días 4 y 5 de febrero de 1896, se mantuvieron en la contienda libertadora hasta su final y alcanzaron grados militares de importancia.

De la Guerra del 95 en el territorio son importantes los hechos que a continuación se analizan: la presencia de Antonio Maceo y sus fuerzas invasoras, en Santa Cruz de los Pinos del 2 al 3 de febrero de 1896 y en San Cristóbal los días 4 y 5. Venían de Vuelta Abajo, después de concluir la heroica gesta invasora e iniciada la Campaña de Occidente, el Ejército Libertador, tuvo un combate crucial, el primero de ese mes en Paso Real de San Diego. Durante esos días, convivió con sus habitantes, realizó visitas y asistió a actividades públicas, además de ultimar los detalles del plan del ataque a Candelaria, población fortificada y refugio de las tropas españolas, que abandonaron San Cristóbal. Después del combate y asedio a la guarnición de Candelaria, (5 y 6 de febrero), ante la imposibilidad de tomar el poblado, Maceo y sus fuerzas se trasladaron al cafetal de Frías y de ahí, el día 7, se produjo el histórico Combate de Río Hondo. Durante la Campaña de Occidente en San Cristóbal, este territorio fue escenario de las acciones, campamentos y rutas utilizadas por Antonio Maceo y sus fuerzas mambisas.

Combate Río Hondo

Después de la salida y muerte de Antonio Maceo (7 de diciembre de 1896), la lucha armada se mantuvo en las montañas de San Cristóbal. Se registraron numerosos combates en las cabezadas del río Río Hondo entre enero y febrero de 1897, así como en el mes de marzo, donde fue hecho prisionero el General Juan Rius Rivera; en abril, en las lomas del Toro y Sabanamaíz y en el mes de mayo en Sabanilla y nuevamente Loma del Toro. En difíciles condiciones, hostigadas por las columnas españolas, que establecieron sus fuertes militares dentro de la propia montaña, se mantuvo la lucha de los mambises en toda la Sierra del Rosario y en los primeros meses de 1898, cuando era inminente el desenlace, hubo acciones militares sobre la línea férrea en San Cristóbal, sobre este poblado y el de Candelaria.

En la Sierra del Rosario, durante tres años, las fuerzas mambisas desarrollaron la guerra de montaña usando métodos irregulares de lucha que le permitieron crear un eficaz sistema defensivo alrededor de las posiciones que ocupaban. El enemigo lanzó sistemáticas operaciones ofensivas, contando con el grueso de sus fuerzas acantonadas en Pinar del Río. En estas serranías se libraron importantes acciones combativas entre un reducido número de mambises y una poderosa fuerza atacante, pero fueron claves para el éxito de los cubanos, el aprovechamiento al máximo de las condiciones topográficas y el conocimiento del terreno.

Al finalizar la Guerra del 95 se destacó el patriota insigne José Reyes Trujillo.

José Reyes Trujillo

La Reconcentración

El bando oficial de la Reconcentración fue emitido el 21 de octubre de 1896. Esta medida perseguía, desde el punto de vista militar: privar al Ejército Libertador del valioso apoyo del campesinado y de fuentes seguras de suministros, pues además de requisar el ganado, fue acompañado de la destrucción de sembrados y caseríos. Es significativo que, investigaciones recientes (1998) han evidenciado la aplicación de la misma, antes de la fecha de la salida del bando oficial; en numerosas localidades; incluyendo nuestro municipio, prueba fehaciente, es el aumento considerable de muertes en el año 1896, provocadas por epidemias, que se propagaron en condiciones propicias. La Reconcentración se extendió primeramente en la provincia de Pinar del Río, donde Antonio Maceo se batía con éxito casi diariamente con numerosas fuerzas españolas.

Durante la reconcentración en San Cristóbal, (más de 3500) fueron ubicados en bohíos vara en tierra, sin ventilación ni luz, rodeados de alambradas al oeste del poblado. Dentro del grupo de enfermedades microbianas que afectó a la población de San Cristóbal en este nefasto período, se ubica en primer lugar por la alta incidencia, la Enteritis y la Disentería, el Paludismo y el Tifus malárico seguidas por la Fiebre tifoidea y la Caquexia palúdica. Los datos recopilados, expresan las consecuencias de la Reconcentración disminución de nacimientos y el aumento de las muertes entre 1895 y 1898.

Época de la República neocolonial

El 20 de mayo de 1902 en toda Cuba se celebró la toma de posesión de Don Tomás Estada Palma, primer presidente cubano, sometido al amo yanqui. En San Cristóbal se realizó un acto público en el parque con la presencia de funcionarios del gobierno local, los escolares y el pueblo; los niños hicieron distintas actividades destacándose Zenaida Lavastida (fue posteriormente maestra) la que declamó una poesía, ayudando además a plantar una palma real en el centro del parque. En el acto se cantó el Himno Nacional y se izó la bandera cubana; el pueblo desconocía que la república naciente era una Neocolonia de los EE-UU de Norteamérica. Presente estaba el nuevo alcalde Francisco Fleitas Fuentes.

Desarrollo económico durante la neocolonia

Evolución económica: 1902-1952

La agricultura durante estos primeros años, no tuvo cambios significativos, manteniéndose unas 158 caballerías cultivables de café, tabaco, viandas, frutos menores, unido a la cría extensiva de algunos millares de cabezas de ganado. De 1909 a 1913, sigue siendo la agricultura, el renglón principal. Lo más notable, fue el aumento de la producción de café pues se produjo de 6 mil a 7 mil quintales en zona montañosa del Rosario, El Brujito, Rangel, Soledad, Los Tumbos, entre otras. Otros cultivos de cierta importancia fueron: arroz, maíz, malanga, yuca, boniato, plátanos etc.

En el período de la Primera Guerra Mundial hubo afectaciones en el tabaco al interrumpirse el comercio marítimo, lo que afectó a cosecheros y comerciantes.

En esta etapa se hizo sentir la crisis económica en el tabaco por las medidas arancelarias, anormalidad bancaria, escasez de comercio, falta de créditos, decadencia de las ventas y otras afectaciones propias de la crisis.

En 1917 un grupo de capitalistas norteamericanos compraron tierras al sur de San Cristóbal (Hacienda Puercos Gordos) y fundaron en New York, la “San Cristóbal Sugar Company” procediendo al fomento de un central azucarero, el Central San Cristóbal. La construcción del mismo provocó el desalojo de numerosas familias campesinas, a las que les invalidaron los documentos que los definían como arrendatarios u otra categoría y pasaron a engrosar las filas del proletariado agrícola del central. Realizó su primera zafra en enero de 1920. Produjo ese año 60 000 sacos de azúcar de 325 libras cada uno.

Antiguo Central San Cristóbal

La industria presentaba un cuadro lamentable, pues con la excepción del central, las existentes eran de carácter artesanal, tales como tejares, herrerías talabarterías, aserríos y una fábrica de ladrillos. Con la crisis económica de 1920-1921, que afectó al mercado norteamericano y por ende al cubano, se agravaron más las condiciones existentes. La producción tabacalera continuó en decadencia, hasta 1924, pues además de las afectaciones de las medidas arancelarias, una intensa sequía redujo la producción entre los años 1921 y 1924. El azúcar no escapó a la misma pues al igual que en todo el país no se vendía el producto. El recién fundado central sufrió los efectos de la crisis de 1920-1921. En una economía donde ha ido dominando el monocultivo de la caña, con las enormes extensiones absorbidas por el latifundio del central, fue perjudicial la política de restricción de las zafras azucareras y de la producción, aplicada durante el gobierno de Gerardo Machado, la que provocó una disminución en la producción del azúcar crudo y en los días de zafra. La crisis económica de 1929 -33 afectó, no solo la producción azucarera, en Cuba y en el municipio, sino también a la agricultura no cañera, al tabaco, al café, la piña, el tomate, las viandas y la crianza de ganado, en la llanura sur.

Durante este gobierno se crearon tres nuevas fábricas semiartesanales: la fábrica de conservas y vegetales, ¨La Estrella Azul¨, situada en la carretera central en el km. 93, la fábrica de tabacos “Juancito” situada en la calle Maceo y la fábrica de dulces “Bugallo” en la calle capitán Reyes No. 154. Sufrieron los efectos de la crisis, pero se mantuvieron a lo largo de este período neocolonial. El comercio interior era detallista, formado por 7 carnicerías, 5 kioscos, 6 tiendas mixtas, 10 bares, 31 bodegas, 2 ferreterías, 7 boticas, 1 garaje, 2 panaderías y varias fondas. Este comercio tuvo cierto auge durante la primera etapa del gobierno de Machado, cuando se construyó la carretera central que atravesaba el municipio, sin embargo, en la medida en que se arreciaba la lucha contra el dictador y la crisis económica se redoblaba, comenzó a quebrar el mismo.

De 1939 a 1945 se produjo la Segunda Guerra Mundial. El gobierno de Los Estados Unidos aprovechó la coyuntura creada en Europa, para convertirse en proveedor de ambos bandos contendientes. Cuba que sufría los efectos de la restricción de las zafras azucareras, desde la crisis económica del 29 al 33, oficializada en el Tratado de Relaciones de 1934, entre ambos países, tuvo un respiro en la economía y en su principal rubro exportable.

En San Cristóbal hay un alza en la producción azucarera, reflejo de lo que sucedía en todo el país. En 1940 se produjeron 89 437 sacos de azúcar de 325 libras, el ascenso continuó, llegando en 1944 a la cifra de 129 235 sacos de 325 libras. Es de resaltar la construcción en 1943 de la refinería azucarera en el central San Cristóbal.

El resto de las industrias mantuvieron el mismo nivel de etapas anteriores se creó solamente una pequeña fábrica de hielo. Los bienes de compañía eran: 1300 caballerías de tierras sembradas de caña, el central, tenía una capacidad demolida de 28 000 tn, contaba con 47 km de vías férreas, 5 locomotoras y 150 carros de caña. Poco tiempo después los dueños de esta industria adquirieron el vecino ingenio (La Francia) que tenía 1 200 caballerías, formando un gran latifundio cañero.

Entre 1945 y 1948 se mantuvo el crecimiento de la producción de azúcar crudo (26 081tn) y de azúcar refino (13 148tn). Los días de zafra se elevaron de 83 a 110 en el último año de referencia. Este aumento en la producción de azúcar, se debió a la demanda del producto en el mercado mundial, al quedar destruida la economía europea con la conflagración bélica. En el período, el único incremento en la rama industrial fue la creación de una planta de productos lácteos cerca de Santa Cruz de los Pinos, denominada San Bernardo, en el año 1945.

En la agricultura no cañera se inició a partir de 1944 la baja constante en la exportación del tabaco torcido, lo que motivó una drástica reducción de la cosecha tabacalera, a pesar de las protestas de los cosecheros, los precios de descendieron al punto de no costear la producción. En otros renglones, no hubo aumentos significativos en el período, manteniéndose las producciones de viandas hortalizas, tabaco, cultivadas por los arrendatarios, aparceros y precaristas, también la zona de la costa, arroz y café en la montaña.

Fueron años de aparente bonanza económica, pero los mayores beneficios eran para los miembros de la compañía, dueña del central, no para los trabajadores, que con la ofensiva reaccionaria habían perdido la conquista del pago del diferencial azucarero.

La industria: no tuvo avances significativos entre 1948 y 1952, como elemento novedoso se introdujo en 1949 la técnica de la pasteurización de la leche en la planta San Bernardo: Productos Lácteos S.A., la que ofreció un producto con todas las garantías que la ciencia brindaba; era la primera en Cuba, con este moderno procedimiento.

Desarrollo social y cultural durante la neocolonia

El núcleo poblacional del centro urbano, presentó una imagen muy similar a la de la colonia, durante las dos décadas del nuevo siglo; se construyó a lo largo de la calle real y el estilo siguió siendo colonial con casas de una sola planta, de puntal alto, grandes patios interiores y portal al frente, de maderas, de ladrillos, con tejas criollas, planas y acanaladas, en techos de dos y cuatro aguas.

La diferenciación social, a medida que avanzaba el siglo, se reflejó en algunas edificaciones biplantas, símbolos de un mayor poder adquisitivo de sus moradores. El panorama urbanístico fue variando, a medida que se incrementaban los barrios marginales, donde abundaban construcciones de maderas y techos de tejas y de guano. Las viviendas del campo eran de yagua y guano, de una sola pieza.

El teléfono comenzó a funcionar en los primeros años de la década del 20 del pasado siglo, instalado por la compañía norteamericana: Cuban Teléfonos Company, con dos operadoras, las que debían ser solteras y una jefa de centro. Se encontraba ubicado en la calle Maceo # 35. Devengaban un salario de $15.00 mensuales y tenían que trabajar dos turnos de 8 horas, existió una caseta para el público y 28 teléfonos particulares. La pizarra era de 80 chapas; contaba con una línea para comunicar con La Habana, Artemisa, Pinar del Río, Santa Cruz de los Pinos, Candelaria y Los Palacios, así como una línea privada del Central San Cristóbal.

El servicio de correos se instaló en San Cristóbal desde 1902. El servicio eléctrico se inició en 1919, cuando fue montada una pequeña planta por particulares: Basilio Portugal y Horacio de Destofanil. El primero aportó el dinero y el segundo la tecnología. Se hicieron las instalaciones de los tendidos y bajantes a las viviendas. No existían los metros contadores por lo que se cobraba a los clientes según el voltaje de los bombillos instalados. Valorando estos indicadores sociales: teléfonos y electricidad, resultados de la expansión de los inversionistas norteamericanos hacia estos sectores lucrativos, hay que analizar que benefició a un mínimo de sancristobalenses del casco urbano, porque durante la República Neocolonial su extensión no fue masiva. La mayoría de los núcleos familiares se alumbraban con velas y luz brillante, con las llamadas ¨chismosas¨. Hay que tener en cuenta que son el reflejo del dominio del capitalismo sobre la economía, con un carácter dependiente, en los inicios del siglo XX.

La fundación de las sociedades de instrucción y recreo jugaron un papel importante en la vida cultural de la localidad, pues ofrecían a sus miembros actividades bailables, celebraban conmemoraciones en días determinados, fueron impulsoras del teatro, la literatura, organizaban fiestas, tertulias, patrocinaban certámenes y recogían fondos con fines culturales.

Existieron cuatro instituciones de Instrucción y Recreo:

  • “La Tertulia”: Sociedad para blancos fundada en 1904
  • “Luz de Occidente”: sociedad para negros fundada en1922
  • “La sociedad del Central San Cristóbal”
  • “El Liceo de Santa Cruz de los Pinos”

En 1898 existió en San Cristóbal el periódico “El Aire” dirigido y publicado por Elena Sabina Santa Cruz (destacada escritora), el mismo tenía un marcado corte anti-anexionista. En 1903 circularon dos periódicos políticos: “La Revancha” y “La Sorpresa” y en 1910 con el mismo corte aparece “El Látigo” dirigido por César Madrid Vega. En abril de 1922 se fundó la revista ilustrada “Proteo” con circulación quincenal, su director era Octavio Samuel Martínez. Fueron todos intentos particulares de divulgación desde la propia localidad, aunque efímeros, tienen ese mérito.

La afición por el teatro constituye una tradición en San Cristóbal, que se inició con el siglo XX. Desde 1910 llegaban a San Cristóbal compañías de variedades de teatro, procedentes de la capital, las que presentaban sus obras en el escenario del Hotel “El Globo”. Paralelo a estas actividades las maestras y hermanas María de Jesús y Pilar Hernández Alfonso, ensayaban por las noches en sus casas diferentes obras dramáticas y se presentaban en la sociedad “La Tertulia”. Eloísa Sánchez, Octavio Samuel Martínez y Pedro Labarta organizaron en 1920 el primer grupo de Teatro Aficionado, su obra inicial fue “Abdala” de José Martí.

Otras manifestaciones culturales muy arraigadas dentro de la cultura popular eran los guateques campesinos, las veladas de santos, las serenatas, en las que trovadores y repentistas asaltaban la casa del festejado, dándole un carácter sorpresivo a la actividad y se ejecutaban piezas musicales y bailes. Como ritmos que más se bailaban y tocaban, sobresalen: la rumba, el guaguancó, el son, el danzón, la conga, la comparsa, el vals tropical, la polca, el zapateo, pieza de cuadros entre otros. En este período tuvo gran fuerza la música repentista la que se mantuvo a lo largo de toda la República Neocolonial. En las primeras décadas del siglo XX se desarrollaron las charangas musicales con pocos instrumentos, destacándose entre otras las de Lilo Monroy, Tomás López y Los Hermanos Reyes. Como manifestaciones de la cultura, continúan la fundación de publicaciones periódicas: En 1927 se fundó el periódico “El Ideal”, dirigido por Antonio Fonte. Con características de semanario, surgió en1930 “La Simiente”, bajo la dirección Feliciano La Madrid Vega, Matías Crespo y Faustino Fuentes, duró alrededor de un año. En 1940 se publicó el periódico independiente “Cumbre” por Manuel Redondo Fernández y otros. En 1942 se publicó “Lea” administrado por Ramón Fernández y como jefe de redacción Juan Páez Barbería.

En 1945, se publicó, “El Imparcial” dirigido por Juan Páez Barbería. Estas publicaciones periódicas fueron de corta duración, pero de alguna manera reflejaron la vida cultural y política de la localidad.

En la década del 40 surgió un grupo integrado por jóvenes que habían estado dentro de esta actividad en la sociedad “La Tertulia”. En su mayoría eran desocupados y se autodenominaron “Club de los desamparados de la Suerte”. Funcionaron en un improvisado local anexo al Ten-cents de la familia Llera, entre los años 1932 – 1938. Entre los títulos de las obras más presentadas por estos jóvenes artistas podemos mencionar: “Un atraco familiar”, “Los milagros de San Pedro”, “Médico a la fuerza”,” Atrapando a un Gallego”, ”Los milagros de Antoñica”, entre otras. Generalmente eran comedias y juguetes cómicos y fueron escritos por Eloisa Sánchez, Julio Rivero, Emilio García: otras obras presentan elaboración colectiva. En 1940, con el nombre de Grupo de Teatro de la Sociedad La Tertulia, comenzó una nueva etapa de inquietudes y búsqueda en la creación teatral en San Cristóbal. Múltiples montajes se realizaron durante casi toda la década. Casi todas las obras fueron dramáticas entre las que sobresalen: “El Deber”,” El Tirano”, adaptación de una poesía de Ismael de la Serna por Justo Ramón Mederos Far, su estreno se produjo entre los años 1943-1944. Otros estrenos: “El Herrero” (versión teatral de una película española de la época, adaptada por Bernardo Martínez y presentada entre 1947-1948, entre otros).

En diciembre de 1948 se presentó en esta sociedad la primera puesta en escena del cuadro de comedias de la Juventud Católica, patrocinado por la Iglesia del municipio. A esta presentación le siguieron otras, en el escenario del teatro Costa. Este colectivo, donde sobresalió Pablo Cáceres Paredes, alcanzó gran madurez en la actuación y ha mantenido la tradición del grupo renovado hasta la actualidad.

En 1943, por iniciativa de Guillermo García Ovies se instaló una emisora radial cuya captación primaria era de 79 km. Las primeras pruebas se realizaron el 30 de noviembre y el 1 de diciembre de 1943, ese mismo mes quedó inaugurada, en el local de la propia casa de Ovies. Sus programas eran variados, e incluía anuncios comerciales. En ella se iniciaron destacados artistas: el popular bolerista Roberto Sánchez, Esther González, conocida como la Calandria, Además pasaron por sus micrófonos grandes figuras del arte como Celeste del Mar, Carmen Montejo, El Indio Naborí, Chanito Isidrón, Cheo Páez, Claudino Santos Santos, Andrés Leal entre otros. En el año 1950 se amplió su capacidad y la programación incluyó espacios más variados destacándose la música campesina. En 1925 se fundó la Banda musical de San Cristóbal con 60 miembros, los uniformes y los instrumentos fueron comprados con los fondos de una recaudación pública. La carencia de créditos del municipio impidió la graduación de los músicos. En 1947 fue creada por Manuel Trinidad Olivera (Kamel) la Banda municipal de música, junto con algunos de sus hijos. Esta banda se presentaba en desfiles, fechas patrióticas ceremonias públicas de los valores artísticos locales. En la década del 40 tomó auge la trova tradicional de la que fueron sus más fieles representantes; Mario Lemus, Andrés Leal, Armando Páez, Pepín Medal, Pedro Rodríguez entre otros. Otra agrupación fue Los Ases del 40 dirigida por José Cheo Páez, quien fuera baluarte de la música tradicional en San Cristóbal. El municipio ha sido pródigo en figuras que han sobresalido por su quehacer intelectual, defensa de la cubanía y la identidad, alcanzando el rango de figuras destacadas no solo por los méritos alcanzados, sino porque así son recordados por el pueblo sancristobalense.

La pelota se practicó en San Cristóbal desde los finales del siglo XIX. En los inicios del siglo XX, hubo varios equipos de pelota: los japoneses, Los Chigagos, que jugaban en el terreno del ferrocarril. Este deporte tuvo en la década del 30 una etapa de florecimiento, hubo un estadium en el reparto Castro Quintana. En él jugaba la novena la Elegante, que competía con equipos de otros municipios y provincias. En 1940 la pelota tuvo como promotor privado a Juan Crespo, quien construyó un estadium con gradas y cobraba la entrada. En él jugaban clubes de la Habana y novenas locales que competían entre sí por el campeonato municipal. Este deporte también se practicó en Santa Cruz de los Pinos. Se destacaron: Guido Hernández y Cayetano Páez.

El boxeo, promovido a partir de 1917 por César La Madrid, quien lo organizó a título privado, en 1926, instalando el cuadrilátero en el Hotel el Globo. Allí peleaban jóvenes del pueblo y otros que venían de Candelaria y de la Habana. A partir de 1943 nuevo tomó auge el boxeo en San Cristóbal destacándose figuras como Florentino González, Miguel Díaz conocido como la Diabla, Félix Garay, Ursulino Peralta y Leopoldo Reyes: (El niño). El entrenador fue Julio Belauzarán.

Luchas sociales y nacional liberadora en el período 1925 a 1952. Ascenso organizativo e ideológico del movimiento obrero.

La reelección de Don Tomas Estrada Palma dio lugar al alzamiento liberal de 1906 y a la Segunda Intervención Norteamericana. Este hecho tuvo consecuencias en San Cristóbal pues se desarrolló en agosto de ese año una insurrección dirigida por el General Faustino Pino Guerra. Muchos hombres del territorio se le unieron, alzándose en la zona montañosa de Cedros Gordos, cerca del pico Peña Blanca, entre ellos Severo Díaz, de Santa Cruz de los Pinos, Ramón Ulloa de San Cristóbal, Paulino Ruiz que era alcalde de Candelaria y Manuel Macho, también de Candelaria. Algunos miembros del Ejército Nacional se pasaron a los rebeldes. En la finca ¨El Oriente¨, del barrio Bermejales, se produjo un encuentro entre los alzados y el ejército.

El sargento Echevarria, ex jefe de la Guardia Rural de Santa Cruz formaba parte de los alzados y fue herido en el combate, a consecuencia de la misma, murió ese día; y enterrado por los vecinos de la finca.

En agosto de 1931 se produjo la insurrección burgués-latifundista de Río Verde, promovida por las figuras tradicionales de la politiquería cubana: por el Partido Conservador, Mario García Menocal y por el Partido Acción Nacionalista, Carlos Mendieta. En este movimiento se alistaron prestigiosos mambises como el General Francisco Peraza. Estudiantes, campesinos e intelectuales, dispuestos a luchar contra la tiranía machadista, se le unieron. La acción se inició con un encuentro entre los rebeldes y la Guardia Rural, en los límites entre Los Palacios y San Cristóbal. El General Peraza, con una veintena de hombres, sostuvo un tiroteo en el lugar conocido como “Hoyos de Majagual”, cerca de la loma del Toro, allí fue asesinado junto con la mayoría de sus seguidores.

El movimiento obrero en el municipio fue débil en los inicios del siglo XX: la clase obrera era pobre numéricamente por el escaso desarrollo industrial, no obstante: los primeros gremios de tabaqueros y azucareros se fundaron en 1918 y 1924, respectivamente. El de los obreros en el central se constituyó con 300 afiliados, convirtiéndose en sindicato en 1933 conduciendo a partir de este momento las luchas por las reivindicaciones. La huelga general de marzo de 1935 fue secundada ampliamente por el pueblo de San Cristóbal. El jefe del cuartel de la Guardia Rural, Manuel Castillo, reprimió a los huelguistas a plan de machete y durante días hubo detenciones y otras manifestaciones de represión, en otros lugares, como Santa Cruz, Chirigota y Taco Taco. Fueron cesanteados algunos obreros por sumarse a la huelga. Un ejemplo de ello lo constituyen los trabajadores del correo de San Cristóbal: al producirse la huelga general de marzo de 1935 se sumaron y fueron despedidos.

Se manifestó un fuerte movimiento revolucionario que tuvo como marco el movimiento antifascista que oficialmente se desarrolló en el país a partir de 1936. Los ciudadanos de San Cristóbal apoyaron las luchas del pueblo español contra el fascismo, recaudando fondos, con mítines, manifestaciones, así como la organización de un frente antifascista integrado por Manolito García, Ramón Mederos y Víctor de Armas Mirabal, el frente dirigía las acciones de protesta. La más alta contribución a las brigadas internacionales, la realizó el joven Alberto Sánchez Méndez (vecino de Santa Cruz de los Pinos por varios años) quien combatió en la Guerra Civil española, convirtiéndose en el cubano que más alto grado militar alcanzó en la contienda. Murió a los 22 años el 25 de julio de 1937 en Brunete, España.

Aunque el Partido Comunista de Cuba se había fundado en La Habana en 1925, con la participación de viejo luchador Carlos Baliño y el joven estudiante, Julio Antonio Mella, no es hasta el 13 de septiembre de 1938 que se fundó en San Cristóbal, con el nombre de Partido Unión Revolucionaria Comunista (PURC), según la estrategia trazada a nivel nacional. Había sido designado para la creación del mismo José María Reyes. El hecho se produjo en la casa de Florentino González en la calle Maceo esquina Capitán Reyes. En la actividad constitutiva hubo 70 afiliados y el ejecutivo estuvo integrado por 9 compañeros y los principales frentes estuvieron ocupados por: Armando Páez García (Sec. General) Víctor de Armas Mirabal (organizador), Lolín Pérez (finanzas), Manuel García de la Vega (propaganda). El Partido contó con nuevas incorporaciones ese mismo año (10) y envió representantes al pleno nacional realizado en La Habana, presidido por Juan Marinello, en el local de la Artística Gallega. También el partido estuvo representado en el primer pleno provincial celebrado en Pinar del Río en 1939.

Jesús Menéndez Larrondo

Jesús Menéndez, líder de la Federación Nacional de Trabajadores Azucareros visitó el central San Cristóbal en tres ocasiones. La primera en 1945, la segunda, en agosto 1947 y la tercera el 8 de enero de 1948; durante las mismas efectuó mítines, habló con los obreros y discutió con los patronos y la administración, los problemas de los trabajadores, los salarios, el pago del diferencial azucarero, El movimiento agrícola azucarero bajo la dirección sindical del central y la representación del Partido Comunista, obtuvo logros en el período tales como: el pago del diferencial azucarero y la reparación de viviendas. En octubre de 1950 más de 300 trabajadores azucareros, entre los que figuraban: Pedro Sánchez, José Jiménez Marínez, y otros dirigentes, ocuparon el Ayuntamiento Municipal reclamando el cumplimiento de una demanda salarial. Durante el tiempo que permanecieron en la sede del gobierno, recibieron el apoyo de otros obreros del municipio hasta que lograron las demandas. Otro sector, que se destacó por su lucha en período, fue el magisterial. El Colegio de Maestros tenía su local en la calle Martí no. 25 y a pesar de represión, la dirección continuó en manos de dirigentes unitarios que rechazaron la politiquería, las inmoralidades y la corrupción de los organismos educacionales, defendieron consecuentemente los intereses de la escuela, el niño y el magisterio.

El 19 de mayo de 1947 se constituyó el Partido del pueblo cubano Ortodoxo, en reunión efectuada en la casa de la calle Progreso No 4, (hoy Eduardo R Chibás) propiedad de Delfín Ruenes, el que fue elegido presidente. Su ejecutivo estuvo integrado por Francisco Rivera, Sergio Flores, Cirilo Hernández Naranjo, Evelio de Armas Rodríguez y Manuel Ortega Blanco.

Lucha insurreccional (1952-1958)

La difícil situación económica social agravada por el cuartelazo del 10 de Marzo de 1952 llevó a un grupo de miembros de la Juventud Ortodoxa a nuclearse en el movimiento revolucionario que fundado por el joven abogado Fidel Castro se desarrolló en todo el país y que más tarde se conociera como Generación del Centenario. Por orientación de José Suárez Blanco se vertebró el movimiento compuesto por una célula central de 10 miembros y 6 células más, las que se prepararon desde el punto de vista político ideológico y militar para emprender la lucha revolucionaria; ello se dio entre diciembre de 1952 y los primeros meses de 1953.

En febrero de 1953 se reunió Fidel con un grupo de estos jóvenes, en su mayoría de la célula central, en el envasadero escogida propiedad de Cirilo González Soler. Allí explicó las características del movimiento que se gestaba y los objetivos de lucha. Después de los hechos del 26 de Julio la dirección del movimiento visitó en el presidio del Príncipe a José Suárez y a otros moncadistas de Artemisa a los que les celebraban juicios pendientes. Allí hicieron contacto con Pepe Suárez y Melba Hernández (1954).

En 1954 posteriormente Melba Hernández visitó la casa de Felipe González y realizó reunión clandestina en casa de Emilio Espinosa con el objetivo de reorganizar el movimiento el cual de inmediato continuó trabajando.

A fines de 1954 la dirección del movimiento recibió un ejemplar de La Historia me Absolverá la que fue analizada por sus miembros. En 1955, el 15 de mayo la dirección del movimiento participó en el recibimiento de Fidel y los moncadistas en la estación de ferrocarril de la Habana.

A mediados de 1956 reciben órdenes a través de Orlando Nodarse de prepararse para el alzamiento y localizar fincas en las lomas. Recibieron material para bombas caseras y armas que se guardaron en casa de Cirilo Hernández.1956 últimos meses: El movimiento quema una casa de tabaco en la finca Carrillo. A fines de noviembre: El movimiento se prepara para el alzamiento en la finca de los Ortega (50 compañeros), el 30 de noviembre reciben la orden de suspender la acción pues por detenciones en Pinar del Río las armas no llegaron. En los primeros meses del año 1957 en la finca los Ortega, 7 compañeros de la dirección del movimiento se establecieron allí debido a la persecución, con ellos estuvo 15 días Orlando Nodarse. Los enlazaban con el llano los hermanos Ortega y Cirilo Hernández. En el llano al frente del movimiento clandestino quedaron Manolo Ortega y Guillermo Castillo Peguero .

El 5 de agosto de 1957, después de la muerte de Frank País el movimiento realiza acciones de apoyo a la huelga que debía efectuarse: incendiaron una guagua y cortaron el fluido eléctrico y se situaron banderas del 26 de Julio. La policía obligó a los comerciantes a abrir las tiendas. A fines de agosto 1957 el campamento de los Ortega es sorprendido por un operativo de 300 soldados. Hicieron prisioneros a Cirilo Hernández, Mario Ferro, los Hermanos Ortega, Félix Lara y Pedro Rodríguez. Fueron juzgados por el tribunal provincial y puestos en libertad.

Se hicieron los preparativos para apoyar la huelga del 9 de abril, pero por una delación fueron apresados más de 30 revolucionarios entre ellos Guillermo Castillo y Manolo Ortega (hijo). La verdadera represión en el cuartel de San Cristóbal se llevó a cabo a partir de la Huelga del 9 de abril en que se hizo cargo del mismo José Jacinto Menocal, hubo las mayores torturas y asesinatos no solo en el cuartel sino en la zona de Taco-Taco, Arroyo Seco en San Diego de Tapia y aquí en San Cristóbal con el asesinato de dos inocentes: los hermanos Ascensión.

Desde 1957 fue organizado el grupo de Resistencia Cívica la cual tenía como centro de acción el colegio de San Cristóbal con la participación entre ellos José Cantón Navarro. La misma desarrolló su labor en la distribución de propagandas, venta de bonos y acopio de alimentos y medicinas.

Muchos campesinos colaboraron ampliamente con el movimiento al prestar sus fincas, servir de enlaces y trasegar hacia los focos guerrilleros alimentos medicinas y armas.

En octubre de 1958 se instaló en la finca Collazo un grupo de guerrilleros de 15 compañeros entre ellos Luís Valdivia y Humberto Núñez. La acción de más trascendencia fue la quema de los cañaverales. Cuando se traslada el grupo hacía Bahía Honda, Cirilo Hernández los localizó el día 1ero de Enero dándoles la noticia de la huída de Batista. Se trasladan a San Cristóbal y en coordinación con la dirección del movimiento el 2 de enero de 1959, proceden a la toma del cuartel; fueron apoyados por el pueblo. El 2 al llamado de Fidel a la huelga general todo el pueblo quedó paralizado.

Ese día, en los Palacios un grupo de soldados del Ejército Rebelde con la colaboración del grupo guerrillero del municipio encabezado por Oscar Rodríguez realizaron el operativo donde fue muerto el chacal Jacinto Menocal.

Revolución en el poder

Con el triunfo del Primero de enero de 1959, un futuro luminoso se abrió para los sancristobalenses; los cuarteles de San Cristóbal y Santa Cruz, fueron convertidos en escuelas y se abrieron 16 nuevas aulas primarias en lugares intrincados. Con el triunfo del Primero de enero de 1959, un futuro luminoso se abrió para los sancristobalenses; los cuarteles de San Cristóbal y Santa Cruz, fueron convertidos en escuelas y se abrieron 16 nuevas aulas primarias en lugares intrincados

La lucha de clase en la localidad

La región montañosa de Pinar del Río fue escenario de una fuerte contrarrevolución representada en bandas de alzados, que aprovecharon las condiciones geográficas del terreno, convirtiéndolo en escenario del mismo. Hubo además Organizaciones de carácter nacional que operaron en el municipio en el municipio.

La organización Movimiento Nacional Revolucionario llegó a tener 356 miembros y apoyo en las montañas a la banda de Pedro Sánchez.

Hubo otros (4) en total de vida efímera que no desarrollaban una gran actividad (organizaciones contrarrevolucionarias).

Alrededor de 6 bandas contrarrevolucionarias operaron entre 1960 y 1962, cometieron numerosos asesinatos y acciones de sabotaje. Fueron operadas con éxito por las milicias y el G-2. La más activa fue la de Pedro Sánchez natural de Güira quien operó en Cinco Pesos, Rangel, el Brujo y el Roble. Asesinaron el 4 de agosto de 1961 al revolucionario Modesto Serrano y el 1erode Septiembre de 1961 la banda asalta el pequeño cuartel de Cinco Pesos y asesinan a los milicianos Manuel González Díaz, Florencio Morejón González y Francisco Delgado. Mediante la Operación Comando la banda fue diezmada y más adelante neutralizada. En 1962 había sido instalada en las fincas Balestena y de los López en la zona de Aspiro, una de las bases coheteriles soviéticas de alcance medio existentes en el país, de manera secreta, como parte de la operación “Anadir”. Un avión espía norteamericano sobrevoló las unidades referidas y llevó el secreto a la Casa Blanca. Durante esta dura prueba de la Crisis de Octubre, en San Cristóbal, estudiantes mujeres, trabajadores de educación, federadas y jubilados ocuparon numerosos lugares de trabajo de los milicianos movilizados, cumpliendo la orientación del Comandante en Jefe. El 21 de octubre el Comandante Ernesto “Che” Guevara se dirigía al Campamento “El Seboruco” y al pasar frente al garaje “El Águila” se detuvo; conversó con dirigentes de la FMC municipal, el Che les orientó utilizar como hospital el local que empleaba la ANAP. En el lugar (Balestena, Aspiro) quedan los restos de los silos que fueron volados después del acuerdo soviético- nortamericano, así como una de las rampas para el lanzamiento de los cohetes.

Transformaciones económicas

Una de las primeras transformaciones fue la recuperación de bienes malversados, siendo ellos, las fincas: La Coronela, Los Pinos, Chirigota, Carrillo, La Tranquilidad, propiedades de senadores y politiqueros de la tiranía batistiana. en total ocupaban cientos de caballerías. Se liquidaron con la primera 1era Ley de Reforma Agraria (17 de mayo de 1959) los latifundios de Sabanalamar, Rancho Mundito, finca de la Compañía del Central, Finca Collazo, Mameyal, Pañolón entre otros. Se crearon las primeras cooperativas cañeras en las áreas de las tierras confiscadas así como se organizó el primer plan pecuario. En Los Pinos se inició la siembra de tomate para la exportación, también se impulsó la siembra de tabaco y arroz. Se integraron los desempleados a las nuevas tareas productivas, así como a la reparación de la carretera al central y la construcción de la carretera a La Muralla; se inició la construcción de la comunidad Los Pinos con 502 casas, se construyeron vaquerías en La Coronela, Los Pinos y Fierro. Se reconstruyó la fábrica de frutas en conservas ¨Siboney¨, (que funcionó hasta 1991) y se inició la construcción de un canal al río San Cristóbal.

Otra consecuencia de la primera Ley de Reforma Agraria fue: entrega de tierras a los campesinos que la trabajaban como aparceros, precaristas y arrendatarios (871 caballerías). El 9 de diciembre de 1959 se entregó por el máximo líder de la Revolución, Fidel Castro Ruz los primeros títulos de propiedad de la tierra en Niceto Pérez; lo recibió de manera simbólica Mingo Vázquez Vargas y su esposa Bellita Dovales.

Se fundaron las primeras granjas del pueblo, siendo la primera la cooperativa Orlando Nodarse, su presidente fue Jerónimo Reyes Pérez. Se inició el desarrollo científico técnico del municipio en las ramas pecuaria, avícola y porcina, con centros nacionales de experimentación. La zona PR-2 creada en 1959 fue el primer plan de desarrollo agropecuario organizado en el país y abarcaba los municipios de San Cristóbal y Los Palacios. Este plan permitió el desarrollo económico del territorio, el cual contó con la colaboración técnica del campo socialista a partir de 1961. En 1960, con la aplicación de la Ley 890, se nacionalizaron las siguientes entidades: fábrica de Productos Lácteos, el Molino arrocero, la fábrica Bugallo la fábrica de conservas Have Pine, la central telefónica, el banco, la compañía de electricidad y el central San Cristóbal. A las empresas nacionalizadas se les asignó un interventor y se fortalecieron o crearon las secciones sindicales. Nuevas fuentes de empleo se creaban y se eliminaban las bases de la explotación del hombre por el hombre. En abril de 1980 se concluyó la construcción del coloso azucarero “30 de Noviembre”, con una capacidad de molida de 600 000 arrobas de caña. Otros logros económicos ha tenido el municipio, con el desarrollo de la agricultura, la rama pecuaria, crecimiento de la producción del café, desarrollo del Plan Turquino y de la industrialización, entre otros.

Transformaciones sociales y culturales

Se desarrolló con éxito la campaña de alfabetización durante 1961, participando 855 jóvenes alfabetizadores que llevaron la luz de la enseñanza a 3 150 personas. Con el avance de la Revolución fueron surgiendo nuevos centros económicos y comunidades, destacándose “Los Pinos”, El Mambí”, “Ramón López Peña”, “Modesto Serrano” y las comunidades de las montañas. El 1982 se construyó el Hospital General, territorial Comandante Pinares, con una capacidad de 440 camas brindando 36 servicios especializados. Los embates del período especial no impidieron que los indicadores de salud, educación, seguridad social y otros tuvieran un crecimiento a pesar de las dificultades. Existen más de 76 escuelas primarias, 6 secundarias básicas, 5 centros de enseñanza de adultos, 3 politécnicos, 2 preuniversitarios y dos universitarios como parte del programa de la universalización. La atención a la cultura ha sido objetivo priorizado: se construyeron, cines, sala teatro, la casa de cultura, el museo municipal, bibliotecas públicas, la librería y otras instalaciones tanto en San Cristóbal y Santa Cruz como en las comunidades fundadas (López Peña, el Mambí, Modesto Serrano, Los Pinos, Florencio Morejón). Hoy florece la cultura con el aporte de las instituciones y de la brigada José Martí del programa de formación de los instructores de arte.

La Batalla de Ideas emprendida en el país a partir del año 2000 ha dado un gran impulso a los programas que materializan el alcance de una cultura general integral para todo nuestro pueblo. Cuatro sedes universitarias : Ciencias Médicas, Cultura Física, la Sede Pedagógica y la SUM “ Hermanos Saíz”, han permitido la universalización de la enseñanza con más de 3000 estudiantes universitarios en el territorio, a los que se une los 97 Centros de Enseñanza General Politécnica y Laboral con que cuenta el municipio. La masificación de la cultura se garantiza además con el Programa de los Instructores de Arte de la Brigada José Martí, los que realizan su labor en centros educacionales y comunidades.

Como máximos exponentes del quehacer cultural en el territorio sobresalen a partir de los frutos del taller literario Homagno fundado en 1982, un grupo importante de escritores sancristobalenses: En la décima tradicional Ponciano Santos, Crispín Martínez (fallecido), Carlos Delgado y José Luís Roque Zamora. En la poesía Esperanza Iglesias, José Luís Roque Zamora, Arturo Márquez y Pedro Fonte. En la narrativa sobresalen Danilo F. Díaz, Pedro Fonte, Manuel de la Cruz y Víctor de Armas. Estos compañeros han logrado publicar sus obras y algunos han obtenido reconocimientos a nivel local, provincial y nacional. En las Artes Plásticas se destacan Frank Hernández, Orlando Fernández , Pedro Blanco Aroche, Eumelio Calzada, Juan Santos, Maribel Castillo entre otros, los que mantienen exposiciones en la Galería de Arte Murciélago de San Cristóbal principalmente. Manuel de la Cruz en la escultura y Alberto Borrego en la fotografía son dos de los más altos exponentes de la etapa.

En la música el grupo Los Textos ha mantenido viva las canciones de la década prodigiosa y ha incorporado otras tendencias de la contemporaneidad. Es de destacar al cantante Rodolfo Ulloa como compositor, arreglista y vocalista a Leonardo Padilla (compositor e intérprete) y un nutrido grupo de aficionados donde sobresalen Juan Carlos Arencibia, Heriberto Povea, Julia Galá, Rosaura Páez entre otros. El Concurso de Música Popular “José Cheo Páez” ha perdurado anualmente promoviendo nuevos valores en composición e interpretación, siendo espacio para la joven generación. En el teatro sobresale el grupo de la brigada artística José Martí que ha montado variadas obras desde humorísticas hasta escenificaciones de clásicos. Se mantiene con éxito el grupo de teatro “San Cristóbal”, afiliado a la iglesia Católica pero con vínculos al sistema institucional de Cultura, participando en galas, jornadas teatrales y de la cultura etc. El grupo de teatro “Silencio sin Barrera” perteneciente a la ANSOC con la asesoría del instructor Antonio Calvo ha obtenido sobresalientes resultados en eventos provinciales y nacionales. En el 2007 fue otorgado el premio “Memoria Viva” a Pablo Cáceres Paredes por sus sistemáticos aportes a la promoción del teatro en San Cristóbal. En la danza el desarrollo se ha centrado en las unidades de aficionados infantiles aportándose talentos a las Escuelas Nacionales de Arte. Anualmente se ha efectuado el evento municipal: “Danzarte” que propicia el desarrollo de la danza, su promoción y apreciación. En la investigación y divulgación de la Historia Local desempeñan un papel protagónico el Museo Municipal (reinaugurado en mayo del 2008) y la Unión de Historiadores (fundada en el año 2000) con la sistemática realización de coloquios, eventos y actividades científicas, donde sobresale el XIX Congreso Municipal y Provincial de Historia así como las tertulias y otras actividades culturales que se desarrollan en la Biblioteca Pública. Estas instituciones unidas a la “Sociedad cultural José Martí” (más de 500 miembros) constituyen baluartes de la cultura en San Cristóbal.

Himno de San Cristóbal

Autor: Víctor de Armas Rodríguez


Mis manos se formaron con el Cayo Redondo,

Con el Guayabo Blanco vibrando entre las ramas,

El Siboney me sabe, Guamá tiene mi canto,

Traigo siglos de Historia, en la sangre cubana

San Cristóbal, mi nombre.

San Cristóbal, de triunfos

San Cristóbal de sueños

San Cristóbal, futuro.


Un pueblo se levanta y el enemigo tiembla,

lo mismo en Rio Hondo, que en el cañaveral.

No le daremos tregua, al que quiera quitarnos

La gloria de ser libres y de vivir en paz.


Se Repite 1 y 2


San Cristóbal, mi nombre,

San Cristóbal, de triunfos

San Cristóbal, de sueños

San Cristóbal, San Cristóbal, futuro.

Fuentes

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