Inducción del parto

Inducción del parto
Información sobre la plantilla
Inducción del parto.jpg
Concepto:Se realiza por indicación médica por causa materna o fetal.

Inducción del parto. Es un conjunto de procedimientos dirigido a provocar contracciones uterinas de manera artificial con la intención de desencadenar el parto en el momento más adecuado para la madre y el feto.

Su ejecución debe ser antecedida del consentimiento informado de la embarazada o sus familiares. Este debe incluir las razones para la inducción la selección del método a emplear y los riesgos potenciales y consecuencias de aceptar o declinar este procedimiento.

Indicaciones más frecuentes

Se indica la inducción cuando los beneficios de finalizar la gestación para la madre y feto sobrepasan los beneficios potenciales de continuarla. Hasta hace poco, la práctica más común ha sido el de inducir el trabajo a finales de la 42 semanas de gestación. Esta práctica es aún muy común. Estudios recientes han demostrado un mayor riesgo de mortalidad infantil de los nacimientos en la 41 y en particular 42 semanas de gestación, así como un mayor riesgo de lesiones a la madre y el bebé. La fecha recomendada para la inducción del trabajo de parto se ha trasladado al final de la semana 41 de gestación en muchos países.

Se pueden agrupar según la causa:

Enfermedades asociadas a la gestación

Otras causas

  • Rotura prematura de membranas.
  • Muerte habitual del feto antes del término.
  • Retención intrauterina del feto muerto.
  • Malformaciones fetales incompatibles con la vida.
  • Embarazo en vías de prolongación.

Contraindicaciones

Antes de iniciar una inducción del parto hay que comprobar que no existan circunstancias que la contraindiquen y que indiquen en vez a la realización de una cesárea electiva. Estos casos son:

Absolutas

  • Enfermedad cardíaca materna (clases funcionales III y IV).
  • Hipoxia fetal.
  • Desproporción feto-pélvica.
  • Cesáreas anteriores.
  • Miomectomías con gran debilidad de la pared uterina.
  • Presentación de vértice móvil, situación oblicua y presentaciones anormales (cara, frente y hombro).
  • Tumores previos.


Relativas

  • Presentación pelviana.
  • Gran multiparidad.
  • Operaciones vaginales y cervicales anteriores.
  • Otras cicatrices uterinas.
  • Algunas infecciones cervicovaginales.
  • Inserción baja placentaria.
  • Sobredistensión uterina.

Evaluación y pronóstico de la inducción

Siempre es conveniente realizar una evaluación previa.

Son factores de pronóstico favorable:

  • La proximidad del término de la gestación con feto de tamaño normal (sin desproporción).
  • Los antecedentes de partos fisiológicos anteriores.
  • El descenso de la presentación en la pelvis materna (vértice fijo o encajado).
  • La madurez del cuello: índice de Bishop mayor o igual que 7 puntos (tabla 69.1).

Métodos de inducción

Son diversos: enemas, colocación de sondas, laminarias, despegamiento de las membranas, prostaglandinas, rotura artificial de las membranas, acupuntura y otros.

El método más extendido es el farmacológico, fundado en el efecto oxitócico de diferentes medicamentos.

La oxitocina sintética y las prostaglandinas son las que mejor reproducen la contractilidad uterina del parto normal. Pueden emplearse diferentes vías. La oxitocina, la más empleada en Cuba, se recomienda solo en infusión endovenosa continua.

De ser posible y no existir una urgencia, la inducción debe comenzarse en las primeras horas de la mañana.

Previamente a esta se indica laxante o enema evacuante la noche anterior.

Se realiza antes del comienzo de la venoclisis y es útil para valorar posteriormente el progreso de la inducción.

Riesgos del uso de la oxitocina

  • Su exceso puede provocar polisistolia que lleve a la hipoxia fetal o la rotura uterina.
  • La inducción debe ser controlada por personal calificado y entrenado.
  • Debe disponerse de cardiotocógrafo y bomba de infusión. De no existir estos equipos el control debe ser clínico y muy riguroso.
  • Evitar el decúbito supino y controlar los signos vitales cada 30 min. hasta que se establezca el goteo necesario para lograr la dinámica adecuada.

Técnica de la venoclisis de oxitocina

Su uso para el método de inducción es endovenoso, se debe colocar el medicamento (2,5 U de oxitocina) después de haber canalizado la vena con la solución fisiológica (500 mL).

Comenzar con 0,5 mU/min, si no hay respuesta duplicar la dosis cada 30 o 45 min hasta alcanzar una dinámica uterina efectiva, de 3 a 4 contracciones en 10 min de 40 s de duración, y que el útero se relaje adecuadamente entre las contracciones.

No utilizar dosis de oxitocina superiores a 15 mU/min, excepto en casos que lo requieran, previa evaluación colectiva. Las concentraciones de oxitocina mayores de 2,5 U en 500 mL de dextrosa solo se emplean previa evaluación colectiva, en cuyo caso no se administran dosis altas de líquidos y su control es estricto.

Se realiza control electrónico intermitente de la dinámica uterina y la frecuencia cardiaca fetal, con la periodicidad que la personalización de cada caso lo requiera.

Durante la inducción puede aparecer respuesta uterina excesiva (exagerado número de contracciones en 10 min y tono uterino aumentado).

Si se suspende la infusión, el efecto debe desaparecer en unos minutos, pues la concentración de la oxitocina en la sangre disminuye rápidamente. Si la actividad contráctil espontánea ulterior corresponde a la de un parto normal, puede suspenderse definitivamente o ser reinstalada, en cualquier momento, si esta actividad volviera a decaer.

La venoclisis de oxitocina debe mantenerse durante el alumbramiento y, después de este puede aumentarse el goteo para favorecer la hemostasia.

Debe procurarse que el parto ocurra en el tiempo adecuado atendiendo a las particularidades de la gestante.

Se emplea la dilución de oxitocina necesaria para obtener contracciones uterinas sin aportar exceso de líquido, lo que puede ser contraproducente, incluso para el propio mecanismo del trabajo de parto.

Fuentes