Islas de Frioul (Francia)

Îles du Frioul (francés)
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Îles du Frioul (francés)
Localización geográfica / administrativa
ArchipiélagoArchipiélago de Frioul
País(es)Bandera de Francia Francia
Datos geográficos
Superficie200 hectáreas aprox. km²

Las Islas de Frioul son un archipiélago que está constituido por una recopilación de cuatro islas ubicadas frente a la costa de Marsella, en Francia, por lo que pues este constituye un distrito de pleno derecho. Estás isla son: la Isla de If que es la más conocida, donde se encuentra la fortaleza del Castillo de If. También se encuentran las islas de Pomègues, Ratonneau, y Tiboulen. Este archipiélago de Friuol como también se le conoce, tiene gran fama en el mundo entero, debido a la novela de Alexandre Dumas, El Conde de Montecristo.

Las islas en si no estás construidas del todo, por lo que están poco pobladas, más bien allí viven personas destinadas a cuidar los monumentos históricos y la reserva natural.

Ubicación geográfica

El archipiélago de Frioul se encuentra en el Mar Mediterráneo, a corta distancia frente a Marsella, a tan solo unos kilómetros de su costa, en el sur de Francia, por lo que forma parte integrante de la ciudad, y son visitadas desde el Port Viejo de la ciudad, que cuenta alrededor de 700 puntos de amarre para embarcaciones.

Historia

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Estas islas estuvieron en gran parte hasta el siglo XVI, aunque si eran visitadas por marineros que estaban de paso para descansar de la guerra o del comercio. Para el año 1516, Francois I de Francia visitó Marsella y decidió que este archipiélago de islas eran el lugar perfecto para realizar un fuerte que sirviera en la defensa de Marsella, por lo que la Ile d' If en 1529 construyó la fortaleza Château d’If para controlar la ciudad, recién incorporada a su reino. Posteriormente fue sustituida por las otras dos grandes islas del archipiélago de Frioul, y a las paredes gruesas y húmedas de la fortaleza se le dio la función de prisión estatal a partir del siglo XVII, cuando se encerraron a más de 3500 hugonotes antes de ser mandados a galeras.

En esta zona quedan algunos de los restos de edificaciones levantadas en la isla por su interés estratégico, donde no muy lejos del pueblo se alza el Fuerte de Ratonneau, cuyas primeras piedras fueron colocadas en la época de Enrique IV en el siglo XVI y posteriormente fue modificado hasta la Segunda Guerra Mundial.

A partir de siglo XVII hasta el XIX, las islas fueron utilizadas como lugar de cuarentena para personas sospechosas de portar peste o cólera, procedentes de África u Oriente en los navíos que llegaba a Marsella. Así fue el caso del Fort Ratonneau, utilizado por tropas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial, y el Hospital Caroline construido entre 1823 y 1828 por el arquitecto Michel-Robert Penchaud, ubicado al otro lado de una pequeña bahía. Este lazareto, fue construido con un estilo neoclásico del complejo arquitectónico incluyó una capilla en la plaza central con forma de templo griego del cual todavía hoy se mantienen en pie unas cuantas columnas y el frontón. El mismo estuvo en funcionamiento hasta 1941, pero en 1944 fue casi destruido por los bombardeos aliados que liberaron finalmente Marsella de la ocupación nazi. Actualmente está considerado monumento histórico y se está trabajando en su conservación.

En el año 1846, fue levantada sobre una colina, la Torre de Poméguet, con un gran parecido a las construcciones medievales. Desde esta magnífica torre se ve la ciudad de Marsella con su Puerto Viejo en la base y la Basílica de Nôtre Dame de la Garde encaramada sobre la montaña. Es pequeña, cuadrada como un cubo y con anchas almenas de un blanco que se confunde con la piedra sobre la que está construido el castillo. Igualmente desde allí se observa el tráfico continuo de grandes barcos y ferris, procedentes de Italia o del Norte de África. Desde dicha torre también podremos distinguir el antiguo semáforo de Pomègues, que desde 1906 hasta 1999 sirvió para poder enviar mensajes visuales a lo largo de la costa. Llegando casi al final de la isla, se encuentran los restos de los búnkers, nidos de ametralladora y cañones que los alemanes instalaron aquí para proteger a Marsella de una invasión aliada.

Fue en la ensenada de la isla de Ratonneau que en el año 49 a.C. recaló la flota romana que rodeó la ciudad. No lejos de la isla, en Grand Congloué, el comandante Jacques Yves Cousteau encontró en 1952 el mayor cargamento de ánforas y vajilla en un barco romano hundido frente a la costa en el siglo II a.C., lo que demuestra el excesivo tráfico comercial marítimo que desde la antigüedad pasa por estas aguas.

El pequeño pueblo de Port Frioul en 1974 se estableció como base para explorar la flora, la fauna, las playas y las aguas cristalinas de las islas, y para el 1975, el ejército cedió finalmente las islas a la ciudad y, las cuales fueron convertidas en un Parque Natural Marítimo, son hoy en día una de las principales atracciones para sus habitantes.

Características de la zona

El recorrido por Îles du Frioul, es a través del Puerto Viejo de Marsella, y el destino de estas embarcaciones turísticas es el gran puerto de Frioul, en la isla de Ratonneau, desde donde salen barcos varias veces al día, con distintos itinerarios por toda la zona. Desde el pueblo de Ratonneau puede cruzarse a la isla de Pomègues, por el dique de piedra que desde 1822 une a las dos islas, y en esta última no vive nadie. Algunas embarcaciones ofrecen visitar las cuatro islas, con el tiempo suficiente para conocer cada una y disfrutarlas. Otros solo se enfocan en realizar solo recorridos de idas y vueltas en una misma isla, aunque mucha gente de la ciudad sale con su barco el domingo a hacer un picnic en este archipiélago, permitiéndose el relax que brindan las caletas aisladas, las bonitas playas con el agua más pura que en las playas de la mismísima Marsella.

Como vecinos del puerto se encuentra un centenar de habitantes del archipiélago, que habitan en un pequeño grupo de casas y en los bajos de los edificios se encuentran algunas tiendas de artículos de playa y algunos restaurantes para dar servicio a los miles de turistas que visitan cada año las islas. Varios son los senderos que parten de la pequeña villa y se adentran en la isla, permitiendo disfrutar de las calas escondidas y los cabos rocosos en que la blanca piedra calcárea se alza, en pequeños acantilados, sobre el azul intenso del mar.

Flora y Fauna

Muchas son las aves que se refugian en estas islas. Las aves marinas y las plantas raras prosperan aquí. Específicamente en la isla de Ratonneau, solamente la vida vegetal y animal están presentes entre las viejas ruinas militares diseminadas por la isla y accesibles por una buena red de senderos. Junto a estos caminos se pueden observar algunas de las 350 especies de plantas que habitan en el archipiélago, 14 de ellas son raras y están protegidas, como el astrágalo de Marsella (Astragalus massiliensis), una planta leguminosa adaptada al ambiente salino próximo al mar. Nos encantarán las frágiles azucenas de mar (Pancratium maritimum), de un blanco puro, o las pequeñas siemprevivas (Limonium minutum) que crecen entre las rocas.

Entre las cuarteles en ruinas es muy fácil ver algunos polluelos de gaviota patiamarilla (Larus michahellis), con plumaje que parece de algodón. Son los pájaros más comunes del archipiélago, y los más agresivos e intentarán golpear la cabeza con sus fuertes picos amarillos con vuelos rasantes, si se acercan a sus polluelos o a una puesta de huevos camuflada entre las piedras. Otros pájaro que a veces sobrevuela las islas es el halcón peregrino (Falco peregrinus) o el azulado roquero solitario (Monticola solitarius), que salta por entre las rocas buscando alimento. Igualmente en ocasiones se puede vislumbrar el dragoncillo (Euleptes europaea), un pequeño reptil autóctono que, como las lagartijas, se alimenta de pequeños insectos y vive en las oquedades de las rocas.

Las calas

Cercano al puerto se encuentran las calas de Saint-Estève y de Morgiret, que permiten tomar el sol y bañarse en un agua clara y poco profunda. Luego está la cala de Ratonneau, aunque esta es de difícil acceso, es más tranquila y el disfrute desde allí brinda un punto de vista excepcional de la rada marsellesa. La cala de Crine, es descrita como la más bella de las islas de Frioul, por lo que ya tiene como sobrenombre favorecedor: la pequeña Tahití. De hecho, las aguas son de tal azul turquesa que deja atónitos a todos sus visitantes. Con respecto al turismo que se genera en las mismas, se acercan vendedores a diario ofreciendo bebidas y comida a los turistas que disfrutan de este pequeño paraíso natural en que se han convertido dichas islas en la actualidad.

Novela: El Conde de Montecristo

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Alejandro Dumas, escritor francés, de la mundialmente reconocida novela de aventuras clásica El Conde de Montecristo, (en francés, Le comte de Montecristo). La misma trata sobre todo temas asociados a la justicia, la venganza, la piedad y el perdón, donde se autor encontró perfecta para su descripción el Château d’If; como la prisión apartada para que su personaje Edmont Dantès le fuera imposible salir de allí.

  • Sinopsis

Edmond Dantés, es un joven marinero, honrado y tranquilo. Quien quiere casarse con la hermosa Mercedes, pero su vida se verá arruinada cuando su mejor amigo, Ferdinand, deseoso de conquistar a su prometida, le traicione vilmente. Aquí se narra la venganza de Edmundo, contra quienes arruinaron su vida, condenándole a prisión en la Isla de If. Novela desarrollada en la fortaleza medieval ubicada en una pequeñísima isla delante de Marsella. Pero en el relato de la obra el personaje principal logra escapar de la prisión, aunque en la realidad, ningún prisionero en su momento, logró evadir el recinto ni salir de la isla.

Lugares de interés

  • La fortaleza del Castillo de If, monumento nacional mundialmente conocido por la novela de aventuras de Alejandro Dumas.
  • El Parque Marítimo de las Islas del Frioul permite preservar el patrimonio excepcional del archipiélago.
  • Puerto Viejo de Marsella, puerta de entrada principal de estas islas salvajes de magníficos paisajes.
  • El Dique de Berry que conecta las dos grandes islas. Lugar emblemático de la ciudad focense, el archipiélago del Frioul presenta un carácter realmente exótico y ofrece una verdadera bocanada de oxígeno y de tranquilidad.

Como parte de su interesante historia artística, se puede añadir que en dichas islas se han grabado varias películas y clips de música, que la graban en la memoria de todos aquellos que desean visitarlas para identificarse con esos momentos. Hoy en día es un punto de parada obligatoria para los barcos llenos de turistas que parten del Puerto Viejo de Marsella y recorren todo el archipiélago.

Véase también

Fuentes