Madianitas

Madianitas
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La matanza del pueblo madianita
por parte de los hebreos.
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Principales ciudadesCanaán

Los madianitas. Los madianitas fueron un antiguo pueblo originario de Canaán, cuya historia se menciona en la Biblia hebrea (en los libros del Génesis, Éxodo, Números y Jueces. Se les describe como un pueblo de comerciantes nómadas, habituados al uso del camello y el dromedario y en constante conflicto con los israelitas.

Ubicación geográfica

En la época de los jueces (un período en que los israelitas no fueron gobernados por un rey sino por un juez, de menor poder absoluto), los escritores de la Biblia querían dejar en claro que el pueblo hebreo era el único privilegiado por el dios Iawé. Para explicar el origen de los madianitas, inventaron un antepasado llamado Madián, que habría sido un hebreo e incluso hijo bastardo del propio Abraham (el primer hebreo). Los madianitas vivían en tierras de Moab y mantenían comercio y pactos de paz con sus habitantes. Cada tanto incursionaban para realizar pillaje en las tierras de Canaán (ocupadas por los hebreos, que a su vez realizaban pillaje en las tierras de los demás), en la época de los jueces.

En el Libro del Génesis se menciona que el malvado patriarca hebreo Abraham no quería a los hijos que había tenido con sus amantes, y solo prefería a Isaac, su único hijo «legal». Entonces castigó con el destierro a todos sus bastardos ―entre ellos a Madián―, con la intención de que se mantuviesen alejados de la herencia de su hijo Isaac.

5 Y Abraham le dio a Isaac todo lo que poseía.
6 Y a los hijos de sus concubinas Abraham les dio regalos y los mandó lejos de Isaac al oriente.
Libro del génesis capítulo 25

A pesar de las intenciones de Abraham, los descendientes de Madián se establecieron en tierras de Moab y pactaron con sus habitantes, a la vez que incursionaron en la tierra de Canaán para realizar pillaje.

La única indicación bíblica un poco precisa localiza el país de Madián al nordeste del Sinaí, en la ruta de Edom a Egipto, muy cerca del desierto de Parán, donde habitaban los ismaelitas.

Y levantáronse de Madián, y fueron a Parán, y tomaron a algunos hombres con ellos de Parán, y vinieron a Egipto.
Primer libro de los reyes (capítulo 11, versículo 18)

Por su parte, el Libro de Habacuc (capítulo 3, versículo 7) los menciona junto a las tierras de Kusán.

En el Libro de Isaías (capítulo 60, versículo 6) se dice que los madianitas vivían en la ruta comercial de una región llamada Efá.

En el relato del Libro del Éxodo (capítulo 2) acerca de la huida de Moisés desde Egipto podemos formular la hipótesis que Madián se encontraba a trescientos veinte kilómetros al sudeste de Gosen, que representa la distancia más corta que Moisés pudo recorrer para encontrarse fuera de las fronteras del Imperio Egipcio.

Según tradiciones extra bíblicas, como Ptolomeo[1] se suele ubicar a los madianitas entre el sur de Canaán y el norte de Arabia, separados del Sinaí por un estrecho brazo del mar Rojo al este del golfo de Ácaba.

El Corán (libro sagrado de los musulmanes) indica que Madián sufrió un fuerte sismo como castigo porque sus habitantes no aceptaron el monoteísmo hebreo; esta historia se nos presenta en el marco de las predicaciones en Madián de un profeta de nombre Suayb, al que tradiciones heterodoxas dentro del islamismo suelen venerar como al suegro de Moisés.[2]

Origen de los madianitas

Los madianitas fueron un pueblo semita descendientes directos de Abraham por línea de su hijo Madián, cuarto hijo concebido por el patriarca con Cetura (Génesis XXV:2). La genealogía directa de Madián también se puede encontrar en I Crónicas I: 33

Génesis XXV: 4 Y los hijos de Madián fueron Efa, Éfer, Janoc, Abida, y Eldá. Todos ellos nietos de Keturá

Haciendo un paralelo con la descendencia de Abrahám a través de Isaac se puede inferir que entre los hijos de Madián, y Yetró, suegro de Moisés, madianita, se interponen dos o tres generaciones, siendo posiblemente Yetró miembro de la cuarta o quinta generación de Madián, quinta o sexta de Abraham. Posiblemente el padre de Yetró llevó por nombre Cení o Kení, de ahí el apelativo del suegro de Moisés: Yetró el Ceneo, apelativo que posteriormente será usado para determinar una rama escindida de los madianitas que fundaría un nuevo linaje.

Fuera de Yetró, otros madianitas son mencionados con nombres propio en la Biblia, monarcas en constante conflicto contra los Israelitas, de dichos reyes se desconoce su genealogía más allá de su pertenecía al clan de Madián.

Historia junto a los israelitas

En Números se establece que los hebreos entraron en violento conflicto con los madianitas, pero que fueron derrotados. Por orden de Moisés sus ciudades fueron quemadas, sus objetos de valor y ganado confiscados, los hombres, niños y mujeres no vírgenes asesinadas y las mujeres y niñas vírgenes repartidas entre los hombres de forma similar al resto del botín, en el cual correspondía a los sacerdotes un porcentaje. Aunque en principio dejaron vivas a las mujeres casadas, esto enfurece a Moisés quien ordena darles muerte y dejar sólo vivas a las niñas vírgenes para ser repartidas entre la población masculina.

El capítulo 31 del Libro de los números narra la venganza de Moisés contra los madianitas:

1 Moisés dijo que el dios Iewé le había dicho:

2 «Haz la venganza de los hijos de Israel contra los madianitas; después serás recogido a tu pueblo».
3 Entonces Moisés habló al pueblo, diciendo: «Ármense algunos de ustedes para la guerra, y vayan contra los madianitas, y hagan la venganza del dios Iewé en Madián.
4 »Envíen a la guerra a mil varones de cada tribu de todas las tribus de los hijos de Israel».
5 Así fueron dados de los millares de Israel, mil por cada tribu, doce mil en pie de guerra.
6 Y Moisés los envió a la guerra; mil de cada tribu envió; y Finees ―hijo del sacerdote Eleazar― fue a la guerra con los vasos del santuario, y con las trompetas en la mano para tocar.
7 Y pelearon contra Madián, como el dios Iewé lo mandó a Moisés, y mataron a todo varón.
8 Mataron también, entre los muertos de ellos, a los reyes de Madián, Evi, Requem, Zur, Hur y Reba, cinco reyes de Madián; también a Balaam, hijo de Beor, lo mataron a espada.
9 Y los hijos de Israel llevaron cautivas a las mujeres de los madianitas, a sus niños, y todas sus bestias y todos sus ganados; y arrebataron todos sus bienes,
10 e incendiaron todas sus ciudades, aldeas y habitaciones.
11 Y tomaron todo el despojo, y todo el botín, así de hombres como de bestias.
12 Y trajeron a Moisés y al sacerdote Eleazar, y a la congregación de los hijos de Israel, los cautivos y el botín y los despojos al campamento, en los llanos de Moab, que están junto al Jordán frente a Jericó.
13 Y salieron Moisés y el sacerdote Eleazar, y todos los príncipes de la congregación, a recibirlos fuera del campamento.
14 Y se enojó Moisés contra los capitanes del ejército, contra los jefes de millares y de centenas que volvían de la guerra,
15 y les dijo Moisés: «¿Por qué dejaron con vida a todas las mujeres?
16 »Por consejo de Balaam, ellas fueron causa de que los hijos de Israel dejasen de creer en Iewé, dios de la matanza, y prefirieron a Baal, y por eso el celoso dios Iewé envió mortandad en nuestra congregación.
17»Así que maten a todos los niños; y maten también a toda niña y mujer que haya tenido relaciones sexuales.
18»Pero a las niñas más pequeñas, que aún no sepan hablar, y que no hayan conocido varón, las dejaréis con vida. Repartición del «botín»
25 Y Moisés dijo que el dios Iewé le había dicho:
26 «Toma la cuenta del botín que se ha hecho, así de las personas como de las bestias, tú y el sacerdote Eleazar, y los jefes de los padres de la congregación;
27 »y partirás por mitades el botín entre los que pelearon, los que salieron a la guerra, y toda la congregación.
28 »Y apartarás para Iewé el tributo de los hombres de guerra que salieron a la guerra; de quinientos, uno, así de las personas como de los bueyes, de los asnos y de las ovejas.
29 »De la mitad de ellos lo tomarás; y darás al sacerdote Eleazar la ofrenda del dios Iewé.
30 »Y de la mitad perteneciente a los hijos de Israel tomarás uno de cada cincuenta de las personas, de los bueyes, de los asnos, de las ovejas y de todo animal, y los darás a los levitas, que tienen la guarda del tabernáculo del dios Iewé.
35 »En cuanto a personas, de mujeres que no habían conocido varón, eran por todas treinta y dos mil.
40 »Y de las personas, dieciséis mil; y de ellas el tributo para el dios Iewé, treinta y dos personas».
41 Y dio Moisés el tributo, para ofrenda elevada al dios Iewé, al sacerdote Eleazar, como Iewé lo mandó a Moisés.
42 Y de la mitad para los hijos de Israel, que apartó Moisés de los hombres que habían ido a la guerra
43 la mitad para la congregación fue: de las ovejas, trescientas treinta y siete mil quinientas;
44 de los bueyes, treinta y seis mil;
45 de los asnos, treinta mil quinientos;
46 y de las personas, dieciséis mil);
53 Los hombres del ejército habían tomado botín cada uno para sí.

54 Recibieron, pues, Moisés y el sacerdote Eleazar el oro de los jefes de millares y de centenas, y lo trajeron al tabernáculo de reunión, por memoria de los hijos de Israel delante del dios Iewé.
Libro de los números, capítulo 31

El primer episodio en que interactúan israelitas y madianitas es en una transacción comercial efectuada entre quienes serían las cabezas de parte de las futuras doce tribus de Israel y comerciantes de Madián, cuando por celos los hijos de Jacob venden como esclavo a su hermano José, a su vez los madianitas vendieron a José a unos ismaelitas por veinte monedas de plata, y estos últimos terminan negociándolo con el egipcio Potifar, capitán de la guardia del faraón (Libro del génesis, 37.28).

Luego del episodio de José los madianitas aparecen años después cuando confluyen la historia de Moisés y Yetró. Moisés defiende a las hijas de Yetró de otros pastores en un abrevadero. Por esta acción Moisés es gratificado por Yetró permitiéndole vivir junto a ellos apacentando su rebaño y le regala a una de sus siete hijas como esposa (Libro del éxodo, 2.15-22).

Con la salida de los israelitas de Egipto y el inicio de su camino rumbo a la Tierra Prometida las relaciones entre israelitas y madianitas dejan de ser de convivencia y se tornan violentas. Temeroso por el poder de la avanzada de los israelitas, quienes ya habían derrotado a los amorreos, Balac, rey de los Moabitas cierra una alianza con los ancianos de Madián. Madianitas y moabitas reúnen dinero y regalos para pagar a Balaam por maldecir a los israelitas, obra que por acción del dios Iewé fracasa ostensiblemente, incluso obteniendo resultados contrarios (Libro de los números, 22.1-7).

Pero lo que no consiguieron los moabitas y madianitas por medio de el sacerdote Balaam lo logran a través de sus mujeres, las cuales seducen a los israelitas y les inducen al culto del falso dios Baal. A raíz de la idolatría, se aviene sobre los israelitas una plaga, que según relata la Biblia siega la vida de 24 000 personas. Además de los muertos por la ira del dios Iawé, otros mas perecen a raíz de la purga iniciada por Moisés en contra de los que se consagraron a Baal, el clímax de la historia acontece cuando Fíneas (Pinjas), lleno de la furia del dios Iawé arremete contra un israelita que estaba protegiendo a una niña madianita, y los atraviesa a ambos con su lanza (Libro de los números, 25.1-9).

La corrupción en torno a las mujeres de Moab y Madián pasará entonces a ser un recordatorio constante para los hijos de Israel, estos acontecimientos son rememorados en otra ocasión como prueba de la debilidad moral de parte del pueblo de Israel, y de su poca fidelidad hacia el dios Iewé. El recuerdo de este incidente reforzó la postura de los yahvistas posteriores, mas intransigentes contra el matrimonio con mujeres extranjeras (Deuteronomio, 4.3-4).

Pero el incidente con las mujeres de Moab y Madián no culmina con la muerte de los apóstatas al interior de Israel, posteriormente el dios Iewé reclamara venganza por los hijos de Israel que sucumbieron por la seducción de las medianitas. Atendiendo el mandato del dios Iewé, Moisés se apresta para la guerra contra Madián al mando de doce mil hombres. La guerra concluye con la muerte de los cinco reyes de Madián, la muerte de Balaam, las ciudades madianitas quemadas, sus objetos de valor y ganado confiscados, los varones, niños y mujeres no vírgenes degollados, y las mujeres y niñas vírgenes repartidas entre los varones de manera similar al resto del botín, en el cual correspondía a los sacerdotes un porcentaje. Aunque en principio dejaron vivas a las mujeres casadas, esto enfureció a Moisés quien ordenó degollarlas y dejar sólo vivas a las niñas vírgenes para ser repartidas entre la población masculina (Libro de los números, capítulo 31).

La última aparición de los madianitas como protagonistas en la historia de Israel ocurrirá cuando los israelitas ya han tomado posesión de Canaán, en el periodo de los jueces. Moisés había convertido al pueblo madianita en unas pocas bandas nómadas de merodeadores, quienes acometen con éxito durante siete años contra el «pueblo elegido», obligando a que se refugiasen en ciudades fortificadas o en las cavernas en lo alto de las montañas. Tras el clamor israelita, el dios Iewé, por medio de un profeta, anuncia la llegada de Gedeón como caudillo que liberará a Israel de los asaltos de los madianitas. Gedeón decía estar inspirado directamente por el dios Iewé, inicia la matanza de madianitas, primero atacando la religión de Baal, destruyendo sus altares, por lo que recibe el apodo de Gedeón Jerobaal (quien combate a Baal). Finalmente Yahveh permite que Gedeón derrote a las familias madianitas sobrevivientes con un destacamento de 300 hombres en la matanza del valle de Moré. A partir de la victoria inician los israelitas la persecución de los madianitas, asesinando a 120 000 hombres, mujeres y niños, entre ellos cuatro reyes madianitas (Libro de los jueces, capítulos 6, 7, y 8.1-21).[3]

Religión de los madianitas

Los madianitas adoraban al dios Baal, al cual la Biblia, en relación a Madián, refiere con el apelativo de Baalpeor, la palabra Peor probablemente se refiera al lugar principal donde se le rendía culto a este dios. Para los israelitas, Baal y todos los dioses de los pueblos que les rodeaban eran ídolos y dioses falsos.

Nombres madianitas

En la Biblia se conservaron algunos nombres madianitas:

Nombres masculinos
  • Abida (Avida) 
  • Efa
  • Éfer
  • Eldá (Eldaa) 
  • Eví
  • Jení (Qení) 
  • Madián (Mid´yán) 
  • Oreb (Orev) 
  • Rékem
  • Reva
  • Yanoc (Janoj) 
  • Yur
  • Zalmuná (Tzalmuná) 
  • Zeb (Tzeev) 
  • Zeba (Tzévaj) 
  • Zur (Tzur) 
Nombres femeninos
  • Cozbi

Fuentes

Fuentes

  • La Biblia hebreo-español. Versión castellana conforme a la tradición judía. Traducida por Moisés Katnelson. Tel Aviv (Israel): Editorial Sinaí, 1991.
  • «Madianitas», artículo del sitio web Wikipedia.