Olmeca (etnia)

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Cultura olmecas
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Olmeca Cabeza.jpg
Concepto:La cultura mesoamericana olmeca se considera la madre de las culturas maya y azteca.

Los olmecas fueron los miembros de una de las primeras culturas mesoamericanas. Considerada por muchos como la cultura madre de la región de Mesoamérica, se desarrolló en el área de los actuales estados de Veracruz y Tabasco, en el istmo de Tehuantepec (México).

A los olmecas se deben las principales invenciones que después desarrollarían las otras culturas como los mayas y los aztecas.

La cultura olmeca tuvo una muy amplia influencia ya que sus obras de arte de esta civilización también se encuentran en El Salvador. Los olmecas se desarrollaron entre el 1200 a. n. e. hasta el 400 a. n. e. aproximadamente.

Ubicación geográfica

El territorio olmeco se caracteriza por ricas llanuras aluviales y crestas de colinas bajas con volcanes. Las montañas de Tuxtla se encuentran al norte, a lo largo de la Bahía de Campeche. Y fue en México que los olmecas construyeron alrededor de 3 centros ceremoniales,San Lorenzo Tenochtitlán, la Venta y Tres Zapotes, pero también se realizaban actos ceremoniales en Laguna de los Cerros y La Mojarra. Su influencia se extiende desde las tierras altas mexicanas actualmente hasta la costa del Pacífico, cerca de la Guatemala de hoy.

Origen

Cabeza olmeca.

La cultura olmeca fue una antigua civilización precolombina que habitó en las tierras bajas del centro-sur de México, durante el período preclásico medio mesoamericano, entre el 2500 a. n. e. y el 200 n. e. Aunque se han encontrado indicios de su presencia en amplias zonas de esta área cultural, se considera que el área nuclear olmeca ―o zona metropolitana― abarca la parte sureste del estado de Veracruz y el oeste de Tabasco.

Se desconoce a ciencia cierta la filiación étnica ―esto es, quiénes son los descendientes de este pueblo―, aunque hay numerosas hipótesis que han intentado resolver la incógnita de la identidad de los olmecas.

Etimología

La palabra «olmeca» significa ‘habitantes [de la región] del hule’ en idioma náhuatl. Ese nombre fue utilizado por los mexicas para nombrar a varios pueblos, étnica y lingüísticamente diversos, que ocuparon la región de Veracruz y Tabasco a través de los siglos. Se desconoce el nombre que se daban a sí mismos a quienes llamamos olmecas. En ese sentido, es necesario hacer la aclaración de que el etnónimo olmeca les fue impuesto por los arqueólogos del siglo XX, y no deben ser confundidos con los olmeca-xicalancas, que fueron un grupo que floreció en el Epiclásico en sitios del centro de México, como Cacaxtla.

De hecho, en estas zonas se extraía el látex de los arboles Castilla elástica (un tipo de caucho). No se está seguro si se pueda definir el término olmeca. Los estudiosos están de acuerdo en casi en su totalidad en el hecho de que la olmecas hablaron un idioma perteneciente a la familia mixe-zoque:

  • Mixe (que incluye las lenguas mixes de Oaxaca y las lenguas popoluca en el estado de Veracruz).
  • Zoque (que incluye las lenguas que se han llamado zoque en Chiapas, Oaxaca y Tabasco).

Se considera que los hablantes de mixe y zoque actuales en Oaxaca y Chiapas son descendientes de la civilización olmeca. Aunque las pruebas sobre su lengua todavía son limitadas.

La cultura olmeca tuvo una difusión que alcanzó la mayor parte de Mesoamérica ―excepto en la región de Occidente, que siguió un desarrollo cultural más o menos autónomo hasta finales del Preclásico―, una de las regiones donde se han encontrado las evidencias más claras de la presencia de esta cultura es la parte sur de la Llanura Costera del Golfo, comprendida entre los ríos Papaloapan y Grijalva, que corresponde a la mitad norte del Istmo de Tehuantepec. Actualmente, esta zona corresponde al sureste del estado de Veracruz y el poniente de Tabasco. Se trata de una zona de un clima cálido y muy húmedo, condiciones climatológicas que seguramente poseyó también en la antigüedad precolombina.

La región posee suelos ricos en humus y de espesores considerables. El petróleo crudo brota a flor de suelo entre la vegetación. Sin embargo, carece de muchos de los materiales que son característicos de los objetos de estilo olmeca encontrados en esta zona y en otras partes de Mesoamérica. Entre ellos se incluye la obsidiana, el jade, la serpentina y el cinabrio. Para obtener piedra sólida para sus materiales, los habitantes de esta región recurrieron a las canteras de la Sierra de los Tuxtlas ―conocida también como sierra de Santa Martha o de San Andrés―, que les proveyeron de basalto y otras rocas volcánicas que emplearon en la construcción y en la escultura. Sin embargo, estas fuentes de materiales pétreos se encuentran a más de cien kilómetros de distancia respecto a sitios como San Lorenzo y La Venta, lo que puede dar una idea del nivel de organización que se requirió para trasladar ―sin animales de carga y sobre un suelo cenagoso― esos monolitos que se pesan en decenas de toneladas, hasta los centros políticos de la cultura olmeca.

El estilo olmeca puede verse plasmado en peñas, cuevas, esculturas grandes y chicas y objetos de barro que se encuentran diseminados por todo Mesoamérica. De Jalisco a Costa Rica, pasando por Guerrero, Chiapas, Oaxaca, el altiplano central y la costa del golfo de México, se han encontrado imágenes de niños-jaguares y otros rasgos propios del arte olmeca. Se cree que la dispersión de este estilo artístico se debe a que los pueblos del golfo crearon una amplia red de intercambios con otras poblaciones lejanas. De este modo, los símbolos y formas olmecas se integraron a las expresiones artísticas de otras zonas mesoamericanas.

Periodos de la historia olmeca

Escultura olmeca.

La historia de los olmecas se divide en tres periodos principales que abarcan un total de diez siglos. Aunque algunos de los estudiosos consideran que en realidad los olmecas perduraron en el área 24 siglos (desde el 2500 al 100 a. n. e.), pero los restos arqueológicos indican la primera acepción. A cada uno de estos periodos se les ha asignado el nombre del lugar de mayor predominancia a pesar de que su influencia cultural por el intercambio comercial alcanzó el área de la actual Guatemala.

San Lorenzo

La cultura de San Lorenzo Tenochtitlán, del 1200 al 900 a. n. e.: fue de esta área donde comenzó a surgir las características de esta civilización, cuyo ascenso fue probablemente ayudado por la zona de llanuras aluviales que favorecía una alta producción de Maíz (situación, por lo tanto, similar de que vivió en Egipto y Mesopotamia). Situado en la cuenca del río Coatzacoalcos, en el estado de Veracruz. El inicio del florecimiento de la cultura olmeca en este sitio comenzó alrededor del año 1150 a. n. e., época de la que datan la mayor parte de las esculturas y elementos arquitectónicos que caracterizan a la cultura olmeca, muchos de los cuales se conservan en el sitio. San Lorenzo fue saqueado en el año 900 a. n. e., y las esculturas monumentales sufrieron un intento de destrucción; algunas se enterraron, y otras fueron trasladadas al centro ceremonial La Venta. Hablando acerca de si la alta concentración de población en San Lorenzo y el desarrollo de elite que finalmente condujo a los olmecas a dominar y fue la base para el desarrollo de una refinada cultura mesoamericana.

La Venta

La cultura de La Venta de 900 al 400 a. n. e.: San Lorenzo fue abandonado alrededor del año 900 a. n. e. aproximadamente, en ese período se volvió importante el centro ceremonial de La Venta. Este movimiento migratorio podría haber sido por cambios ambientales que llevó incluso a cambiar el curso de algunos ríos importantes. La destrucción de los monumentos San Lorenzo alrededor de 950 a. n. e. podría explicarse por una rebelión interna o invasión desde el exterior. Sin embargo, La Venta fue un centro olmeca importante hasta los años 400 a. n. e.

Aproximadamente en el año 800 a. n. e., los olmecas comenzaron la construcción de las pirámides mesoamericanas, las que en los siglos siguientes alcanzaron el período de mayor esplendor, con la construcción de la Gran Pirámide y otros monumentos ceremoniales complejos en este centro. Aunque alrededor de los años 400 a. n. e. el centro ceremonial La Venta había agotado su papel importante como centro olmeca.

Tumba olmeca.

La Venta es el centro ceremonial más grande y más importante de la cultura olmeca, localizado en el actual municipio de Huimanguillo, en Tabasco, se ubica en un islote rodeado por ríos y zonas pantanosas, y está trazado sobre un eje Norte-Sur. En La Venta se han encontrado un gran número de tumbas con ajuares muy ricos, con cerámica y figurillas de piedra. También se han encontrado cabezas colosales y tronos, con lo cual se ha definido como el centro de máximo esplendor de esa cultura. Se cree que pudo llegar a albergar hasta a 18 000 habitantes.

Tres Zapotes

La Cultura de Tres Zapotes del 400 al 200 a. n. e.: Tres Zapotes se refiere a la tercera capital principal de los olmecas. Su ocupación fue aproximadamente al mismo tiempo que en La Venta, pero tuvo incluso población después de los olmecas. Aunque la fase Tres Zapotes olmeca constituye solo una parte de la historia del lugar, que continuó a través de la cultura Epiolmeca (posolmeca) y la cultura clásica de Veracruz. El centro ceremonial de Tres Zapotes fue el último en desarrollarse. Es el más conocido porque fue el que sobrevivió hasta una época más cercana, pero la civilización olmeca que se desarrolló aquí fue una cultura ya en decadencia, no el esplendor que vivió en los centros ceremoniales anteriores.

Estos centros ceremoniales tenían función de ciudades, y en ellos se construyeron edificaciones de tierra y adobe, por lo cual han perdurado pocos restos. Se construyeron montículos con templos en la parte superior, lo que se podía considerar como un precursor de las pirámides mesoamericanas. También construyeron edificaciones en torno a patios centrales, característicos de las civilizaciones posteriores en la zona. Desde el 900 a. n. e. existen pruebas de bruscos cambios políticos; como muestra, el intento de destrucción de algunas de las cabezas olmecas.

Investigaciones sobre los olmecas

La cultura olmeca fue descubierta en la segunda mitad del siglo XIX. En 1862, el viajero mexicano José María Melgar y Serrano descubrió, fortuitamente, en Hueyapan de Mimendi (Santiago Tuxtla, Veracruz), el primer monumento olmeca: una cabeza colosal. En los años 1920, Frans Blom de la universidad de Tulane descubre el sito arqueológico de La Venta, en el estado de Tabasco, pero erróneamente asigna las ruinas a los mayas. Al final de los años treinta, el arqueólogo estadounidense Matthew Stirling, del instituto Smithsoniano de Washington, lleva las primeras excavaciones detalladas de algunos sitios olmecas de la costa del Golfo como La Venta, Tres Zapotes y San Lorenzo. Durante los años cuarenta, Miguel Covarrubias y Alfonso Caso afirman que la cultura olmeca es antigua y constituye la cultura madre de Mesoamérica. A partir de los años 1950, la antigüedad de los olmecas es confirmada por métodos de carbono 14.

Si para la mayoría de los especialistas como Michael D. Coe o Richard Diehl, la cultura olmeca es originaria de la costa del Golfo (ZMO: zona metropolitana olmeca), para la escuela francesa promovida por Christine Niederberger[1] y desarrollada en particular por en: Caterina Magni,[2] la cultura olmeca aparece como un conjunto multiétnico y plurilingüístico que se extiende sobre la mayor parte de Mesoamérica desde el 1200 hasta 500 a. n. e.

La presencia olmeca se certifica en México (costa del Golfo, costa del Pacífico y altiplano central), principalmente en la zona costera del Golfo de México entre los ríos Papaloapan y Grijalva, pero también en lugares como Chalcatzingo (Morelos), Teopantecuanitlán (Guerrero). Más allá de las fronteras mexicanas, vestigios de una presencia olmeca se encuentran en Guatemala (Takalik Abaj), Belice, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica.

Cultura

Como la primera de las civilizaciones de Mesoamérica, a los olmecas se les atribuye y acredita la invención de muchas creaciones y tradiciones, incluyendo el juego de pelota mesoamericana (juego de bola con fines religiosos), sacrificios humanos, escritura y epigrafía, y la invención del cero y del calendario mesoamericano. Su organización política estuvo basada en reinos de ciudades-estado fuertemente jerarquizadas, que fue imitado por practicamente todas las civilizaciones mexicanas y centroamericanas que le siguieron. algunos como el historiador de arte Miguel Covarrubias, postula incluso que los olmecas habrían creado a los precursores de muchas de las divinidades o dioses mesoamericanos posteriores, es por eso que se considera a la cultura olmeca como la cultura madre de las sociedades mesoamericanas.

Manifestaciones artísticas

Pintura mural.

De las realizaciones artísticas olmecas, lo más destacable es, sin duda, la escultura y el relieve. A pesar de no existir una cantera de piedra cercana, se cree que las transportaban de la provincia de Tuxtlas y de las laderas de la sierra de Chiapas, realizaron enormes monumentos de piedra y esculpieron colosales figuras.

Trabajaron con piedras volcánicas, así como con piedras duras y semipreciosas, principalmente con jadeítas traslúcidas de color verde esmeralda, azul verdoso o grisáceo y, en menor escala, la serpentina, la hematita y hasta se han encontrado en La Venta cuentas de amatista y de cristal roca.

Su esmerada factura, así como su perfección no fue alcanzada por ningún pueblo civilizado del Nuevo Mundo en el tratamiento de las piedras duras como lo hicieron los olmecas. Fueron ellos los primeros en posicionar las jadeitas por encima de metales tan preciados como el oro o la plata. Esto se perpetuó en toda la Mesoamérica, desde los mayas hasta los aztecas.

La búsqueda de esas piedras a las cuales atribuían valor supremo, llevó a los olmecas a emprender expediciones y tal vez, a crear colonias a grandes distancias de su centro principal, en dos direcciones: hacia el oeste y el norte, a través del Altiplano Central, hacia las serpentinas de Puebla y los jades de Guerrero; hacia el sur y el este, a través de Oaxaca y el Istmo de Tehuantepec, a lo largo de las costas de Chiapas y de Guatemala, hasta El Salvador y Costa Rica. Esto se debe a que los yacimientos de jade que los olmecas pudieron explotar se encuentran situados muy lejos de su territorio: sin duda a una centena de kilómetros al oeste de Taxco, en las montañas de rocas metamórficas de Guerrero, en la cuenca del Balsas. En cuanto a la serpentina, fue en el actual Estado de Puebla donde casi con toda seguridad pudiero hallarla. La magnetita de que se sirvieron para producir sus extraordinarios espejos provenía, sin duda, de yacimientos situados al sur de la zona olmeca ‘metropolitana’, en Oaxaca y en la extremidad meridional del Istmo de Tehuantepec. En cuanto a la producción de obras escultóricas que se han hallado en los principales focos olmecas, se pueden dividir en cuatro apartados:

  • Cabezas monumentales: han sido descubiertas en los yacimientos de La Venta, San Lorenzo, Tres Zapotes, Nestepe y Cerro Vigía.

La primera de ellas fue descubierta en 1862 en Tres Zapotes. Sin embargo, San Lorenzo fue un centro de poder territorial importante y por ello es este lugar donde se han encontrado el mayor número de cabezas colosales.

Son monolíticas, suelen medir entre 1’60 y 3 metros de altura; su peso oscila entre 6 y 25 toneladas (aunque hay excepciones como la cabeza de Cobata, hallada en Tres Zapotes que posee 65 toneladas). Posee unas características físicas que recuerdan a la raza negroide: nariz ancha, labios gruesos y ojos abotagados, que se cubren con un casquete ajustado que cae por los lados. Cada una de ellas muestra rasgos faciales distintos, como si fueran retratos. Pudieron haber sido reyes o sacerdotes. También se ha especulado con la posibilidad de que fueran jugadores de pelota porque el tocado que llevan, ya que podría tratarse del casco de protección para este juego ritual. Otros sostienen que podrían ser ‘cabezas de linaje’, es decir que serían un monumento de culto a los muertos. Su significado, al igual que casi todo lo que rodea a esta cultura tampoco está claro, lo que sí se sabe es que las cabezas estaban totalmente pintadas porque la mayoría presentan restos de pintura.

  • Altares pétreos: encontrados en los yacimientos de La Venta, San Lorenzo y La Laguna de los Cerros. Estos altares se caracterizan por ser piedras monolíticas de forma prismática y con un tamaño aproximado de 2’50 x 1’60 cm. Poseen una decoración, tanto en bajo como en alto relieve, de escenas que sorprenden por sus volumetrías, aunque no se desmarcan del marco arquitectónico del que emergen. En numerosos altares se representa una figura sedente, emergente de una cueva u hornacina que se interpreta como la boca de un dragón, que podría representar al dios o diosa del Inframundo.
  • Hachas ceremoniales: otra de las representaciones típicas de los olmecas. Su tamaño es bastante reducido, a pena superan los 30 centímetros de alto. Se decoran en la parte frontal con la figura de un extraño personaje, una mezcla entre real y fantástico. Para realizarlas utilizaron materiales de gran dureza como el jade o similares. Consiguieron un alto nivel de expresividad y una técnica de pulimentado muy perfeccionado.

Se cree que tuvieron un simbolismo religioso-ceremonial, ya que según aparecen en las ilustraciones del Códice Trocortesiano del Museo de América de Madrid, los dioses se valían de ellas para golpear las nubes para hacer que lloviera. Esta teoría cobra mayor fuerza teniendo en cuenta el lugar donde han sido halladas, cerca que construcciones ceremoniales.

  • Figuras humanas de bulto redondo: son muy abundantes y poseen unas características muy avanzadas para la época, el escultor olmeca no se conformó con copiar meramente la realidad, sino que optó por la simetría y la monumentalidad de las formas.
  • Pintura mural, aunque fuera del área central. En las cuevas de Oxtotitlán y Juxtlahuaca (Guerrero). Existen escenas que representan posibles ceremonias elitistas con simbología olmeca.

En cuanto a sus edificaciones, estaban construidas con materiales perecederos, como son el adobe, el barro y la paja. Sus calles estaban dispuestas de norte a sur, sus edificios más importantes se situaban en torno a grandes espacios abiertos, y el resto de edificios se disponían en torno al centro ceremonial.

Escritura

Los olmecas pudieron haber sido la primera civilización del hemisferio oocidental que desarrollo un sistema de escritura. Símbolos descubiertos en el año 2002 y 2006 fueron datados hacia los años 650 a. C. y 900 a. C. respectivamente, es decir, anteriores a las primeras escrituras zapotecas (cultura Zapoteca) datadas en los 500 a. C.

El descubrimiento del año 2002 en el sitio arqueológico, San Andres de Tabasco, muestra un ave, glifos similares a los Jeroglificos mayas posteriores.

Conocida como el Bloque de Cascajal, fuedescubierta en el año 2006, cerca a el sitio de San Lorenzo, muestra un conjunto de 62 símbolos, 28 de los cuales son únicos, gravados en un bloque de serpentina. Un gran numero de prominentes arqueologos consideraron que este descubrimiento sería "La mas antigua escritura precolombina". Otros permanecen escepticos por la causa de la singularidad de esta piedra, que esta, de hecho, apartada de este contexto arqueológico ya que no tiene ninguna semejanza aparente a cualquier otro sistema de escritura mesoamericana.

Existen también glifos más tardíos de los olmecas, bien estudiados, conocidos como glifos epiolmecas, a pesar de algunos arqueólogos creen que la escritura epiolmeca podría representar una escritura de tránsito entre la escritura olmeca más antigua y la escritura maya, esta conclusión no es consensual.

Astrología

Los olmecas poseían un conocimiento riguroso de la astrología, vital para la dirección de la agricultura. Los olmecas fueron muy inteligentes y cultos, aprendieron a observar el cielo y con ello lograron establecer un calendario muy preciso que contemplaba la duración del año, el mes lunar, el ciclo agrícola y las fechas de las ceremonias religiosas que realizaban.

Arquitectura

En Mesoamérica, la mayoría de los muros, y principalmente en el Golfo, consistían en un núcleo de fragmentos de piedra o rellenos rodeados por un muro de contención. Gruesas capas de estuco generalmente cubrían estos muros, que además eran decorados por pinturas, esculturas o estuco modelado.

La mayor parte de la arquitectura mesoamericana está concebida como telón de fondo para ritos y estaba ricamente ornamentada. En contraste, los bien construidos muros incaicos son dejados al desnudo. La mayoría de los centros ceremoniales mesoamericanos fueron trazados donde podían dominar las procesiones y representaciones dramático religiosas, con pirámides, plataformas para la danza y canchas de juego de pelota como focos principales.

Religión

Dios olmeca.

La religión mitológica del pueblo olmeca de Mesoamérica influyó significativamente en el desarrollo social y la visión del mundo. La cultura olmeca es a menudo considerada una "cultura madre o matriz" para posteriores de las culturas mesoamericanas.

Los olmecas consideraban inclusive a todo lo que los rodeaba cómo seres vivos desde cuevas, barrancas, manatiales, árboles y montañas, estas estaban llenas de espíritus demasiado importantes para los olmecas. Las montañas para los olmecas son el vínculo entre el cielo con la tierra y el inframundo y también eran el lugar donde están los ancestros y los espíritus de la tierra, la lluvia y el inframundo.

Su religión desarrolló todos los temas importantes encontrados en los cultos posteriores. Tenían una religión politeísta, gran número de sus dioses eran relacionados con la agricultura y otros elementos como el sol, el agua, los volcanes, etc. No hay referencia directa superviviente de creencias religiosas de los olmecas, a diferencia de los mayas, con sus Popol Vuh, o de los aztecas, con sus muchos códices y crónicas de los conquistadores.

Los arqueólogos, por lo tanto, han tenido que depender de otras técnicas para reconstruir las creencias religiosas de los olmecas, principalmente: tipológica análisis de iconografía olmeca y arte. Los olmecas consideraban inclusive a todo lo que los rodeaba cómo seres vivos desde cuevas, barrancas, manantiales, árboles y montañas, estas estaban llenas de espíritus demasiado importantes para los olmecas. Las montañas para los olmecas son el vínculo entre el cielo con la tierra y el inframundo y también eran el lugar donde están los ancestros y los espíritus de la tierra, la lluvia y el inframundo.

El centro de su religión es el culto al jaguar, y aparece representado en la iconografía olmeca. Se le representaba con la característica «boca olmeca», de forma trapezoidal, con las comisuras hacia abajo y el labio superior muy engrosado. En muchos casos con colmillos muy pronunciados, adornos supraciliares y el cráneo hendido. Siempre aparece representado de la misma manera. No se sabe qué tipo de dios pudo ser. Se cree que pudo ser el origen del dios de la lluvia, que se desarrollará posteriormente en muchos puntos de Mesoamérica.

Hay muchos animales considerados dioses, como el caimán, sapos, reptiles, todos animales de la zona. Normalmente, aparecen mezclados entre ellos, cabezas de unos y cuerpos de otros, creando seres mitológicos. En ocasiones para sus representaciones religiosas tienden a la abstracción, con lo cual no se sabe exactamente qué pudo significar. Se cree que pudo ser una religión dinástica, sus dioses estarían relacionados directamente con los gobernantes, con los señores de los centros ceremoniales, gobernantes con poderes sobrenaturales, descendientes directos de las divinidades.

Es una religión compleja, que no se ha conseguido descifrar aún. Pero se cree que pudo tener toda una doctrina aceptada por el pueblo, para justificar, explicar y legitimar a los linajes gobernantes, las desigualdades sociales, las fuerzas sobrenaturales y establecer vínculos entre estas y los gobernantes. La religión estaría institucionalizada, con un cuerpo doctrinal y su panteón. De esta forma también los líderes gubernamentales utilizaban un símbolo de una figura de animal para identificarse.

Cultura

Ya que la cultura olmeca fue la primera civilización en Mesoamérica, se afirma o se especula que muchos logros mesoamericanos tuvieron lugar por primera vez en el seno de su cultura. Entre otras cosas, se acredita a los olmecas el desarrollo del calendario, la escritura y la epigrafía. Se considera que los calendarios azteca y el calendario maya son descendientes de ellos, pero sobre todo el fechado de la cuenta larga maya.

Se cree que los olmecas fueron los primeros en desarrollar una escritura jeroglífica para su lenguaje, en 2002 se descubrió un caso que data del 650 a. n. e., y en 2007 otro del 900 a. n. e., lo cual supera en antigüedad a la escritura zapoteca, y convierte a la escritura olmeca en la más antigua del hemisferio occidental. Se han encontrado ciertas representaciones en algunas estelas que podrían ser petroglifos, y según algunos historiadores cuenta la vida de un gobernante, pero todavía no tiene la unanimidad de la comunidad internacional.

Símbolos descubiertos en el año 2002 y 2006 fueron datados entre los años 650 y 900 a. n. e. respectivamente, es decir, anteriores a las primeras escrituras zapotecas (cultura zapoteca) datadas en el 500 a. n. e.

En 2002, en el sitio arqueológico San Andrés de Tabasco se descubrieron glifos similares a los jeroglíficos mayas posteriores, que muestran un ave.

Conocida como el Bloque de Cascajal, fue descubierta en 2006, cerca del sitio de San Lorenzo, muestra un conjunto de 62 símbolos, 28 de los cuales son únicos, gravados en un bloque de serpentina. Un gran número de prominentes arqueólogos consideraron que este descubrimiento sería «la más antigua escritura precolombina». Otros permanecen escépticos por la causa de la singularidad de esta piedra, que esta, de hecho, apartada de este contexto arqueológico ya que no tiene ninguna semejanza aparente a cualquier otro sistema de escritura mesoamericana.

Existen también glifos más tardíos de los olmecas, bien estudiados, conocidos como glifos epi-olmecas, a pesar de algunos arqueólogos creen que la escritura epiolmeca podría representar una escritura de transito entre la escritura olmeca más antigua y la escritura maya, esta conclusión no es consensual.

Arte olmeca

El arte olmeca era muy complejo, tiene muchos elementos que aún se están investigando. Los más importantes y conocidos son posiblemente las cabezas colosales olmecas, que son un ejemplo de escultura monumental y una de sus mejores representaciones artísticas. Se cree que pueden representar a guerreros o a jefes. Se conocen 17 ejemplares, la mayoría de ellos repartidos entre el Museo de Antropología de Xalapa y el Parque Museo La Venta.

Una característica llamativa de estas cabezas colosales es la marcada apariencia negroide, lo que ha llevado a diferentes conjeturas. Se han lanzado hipótesis, después rechazadas, que sugieren algunos contactos interoceánicos en tiempos antiguos. Las nueve primeras cabezas que se encontraron, estaban primero en San Lorenzo, y se trasladaron a La Venta, donde fueron enterradas. Se cree que podrían representar cabezas de enemigos, de ahí el enterramiento; o de jefes, y se enterraron cuando estos murieron. Se cree que podrían tener rasgos idealizados, felinos, y de ahí ese aspecto. También se cree que son guerreros y no dioses, por los cascos que llevan. Fueron construidas con basalto traído desde grandes distancias. Pesan varias toneladas, y miden hasta tres y cuatro metros de altura.

1. Sitio arqueológico San Lorenzo: 10 cabezas colosales

2. Sitio arqueológico La Venta: 4 cabezas colosales

3. Sitio arqueológico Tres Zapotes: 2 cabezas colosales

4. Sitio arqueológico Rancho La Corbata: 1 cabeza colosal

En los lugares donde se establecieron los olmecas había muchos animales y plantas que les sirvieron para alimentación, pero también aprendieron a cultivar maíz, fríjol y calabaza que aseguraban comida para todos y ya no había necesidad de ir de un lugar a otro. Entre las plantas que consumían se encuentran numerosos árboles frutales como la guayaba y el zapote. Entre los animales que les servían para alimento estaban los tlacuaches, monos, guajolotes, venados, tapires, pavos silvestres, peces, mariscos y aves acuáticas. Es probable que también criaran abejas para obtener miel.

Los olmecas realizaron más esculturas de este tipo, como El luchador olmeca, que muestra un personaje barbado, con brazos y piernas doblados, lo que le da un aspecto realista único en todo el arte prehispánico. También hay otras obras importantes como El enano de jadeíta o El señor de las limas. Esta última escultura lleva entre los brazos a un niño, que en realidad se cree que es una divinidad, con rasgos propios del hombre-jaguar, al que se ha llamado erróneamente «baby-face» (‘cara de niño’), y probablemente representa el nacimiento del dios jaguar.

Hay otro tipo de escultura, los altares, que son bloques trapezoidales, con representaciones religiosas esculpidas en los laterales, y tienen un agujero del que sale un personaje, que tiene la forma de una boca de dragón o jaguar, que probablemente represente el nacimiento de un dios desde el inframundo. Se han encontrado en esa misma zona elementos de alfarería, figurillas y fragmentos cerámica que corresponden al periodo de crecimiento entre el 1500 y el 1150 a. n. e.

La cerámica es lo más pobre de la cultura, normalmente monocroma, y sin una gran variedad de tipología. De color negro y sin decoración elaborada. El uso del basalto y de la obsidiana comenzó a destacarse en esa época. Se constata el uso de cuarzo, piritas y todas las piedras duras. También se usaron otro tipo de piedras, como el jade, para realizar máscaras funerarias.

Referencias

Bibliografía

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Fuentes

Enlaces externos