Parque Nacional de Timanfaya

Parque Nacional de Timanfaya
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Parque Nacional de España
Ubicación del parque
Ubicación del parque
Coordenadas: [1]
EntidadParque Nacional
 • PaísBandera de España España
 • IslaLanzarote
 • Comunidad autónomaIslas Canarias
Superficie 
 • Total51,07 km²
Sitio web oficial
Lanzarote-timanfaya-panoramica.jpg
Vista del parque

Parque Nacional de Timanfaya. Parque ubicado en la isla de Lanarote, Islas Canarias. Es el segundo más visitado de toda la Red de Parques de Islas Canarias. En 1996 el número estimado de visitantes que accedieron al Parque Nacional constituye el 97,6% del total de visitantes que llegaron a Lanzarote. Por ello, la presión turística sobre este territorio depende del desarrollo turístico de la isla de Lanzarote.

Historia

Diferentes erupciones volcánicas y actividad magmática a lo largo de la historia, convirtieron estas tierras en lo que son hoy. Desde el mirador natural de Montaña Rajada se puede contemplar un inmenso mar de lava que llega hasta el mismo litoral marino. Es realmente impresionante: ondulaciones, formas estridentes creadas por la lava. Desde entonces sus habitantes han tenido que aprender a convivir con este insólito y hermoso paisaje hasta conseguir cultivar en secano melones, cebollas, tomates e incluso viñas en la zona de La Geria.

La conquista de Lanzarote, según las crónicas comienza con el desembarco del normando Jean de Bethencourten en la costa del Rubicón, al sur de la isla en el año 1402. Hasta los años 60 del siglo XX, los medios de vida de los lanzaroteños se han basado en la agricultura, la pesca y la ganadería caprina. Fue a partir de este momento cuando surgió una nueva fuente de ingresos: el turismo.

Con la mejora de los medios de comunicación y gracias a las condiciones climáticas de la isla, se ha producido un boom turístico que ha sido uno de los principales factores de alteración del paisaje, ya que esta masificación de visitantes originó un incremento del desarrollo urbanístico y de las infraestructuras en detrimento de los recursos tradicionales. Lanzarote ofrecía al visitante un clima suave, playas, servicios de calidad y un patrimonio natural insólito. El máximo exponente de este extraordinario paisaje volcánico lo constituían las "Montañas del Fuego", donde la administración insular consciente de que era uno de los lugares mas atrayentes de la isla realizó una adecuación encaminada a su conservación y explotación turística.

La necesidad de proteger un área de características paisajísticas y ecológicas de valor tan excepcional llevó a declarar Timanfaya como Parque Nacional mediante Decreto el 9 de agosto de 1974 y fue reclasificado por Ley en 1981. Posteriormente, la administración autonómica ante una situación que exigía unas medidas que garantizaran la conservación del medio natural, inició una política proteccionista que llevó a la declaración en 1987 de la Ley de Espacios Naturales Protegidos que fue complementada en 1994 por la Ley de Espacios Naturales de Canarias. Este marco jurídico establece un régimen de protección a los espacios naturales más sobresalientes que han sido clasificados en diferentes categorías de protección.

Como órgano colaborador en la gestión se creó el Patronato del Parque en el que están representados todos los sectores involucrados (Administración General del Estado, Cabildo, Comunidad Autónoma, Ayuntamientos, Universidades, y Asociaciones conservacionistas, etc.).

Fue declarado por el Decreto 2615/1974, de 9 de agosto, por el que se crea el Parque Nacional de Timanfaya. Y por la Ley 6/81, de 25 de marzo, sobre régimen jurídico del Parque Nacional de Timanfaya, se reclasifica en cumplimiento de lo dispuesto en la Ley 15/1975, de 2 de mayo y, en aplicación de la Ley 4/1989, de 27 de marzo, de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres, queda integrado en la Red de Parques Nacionales del Estado.

Otras protecciones: este espacio es por definición área de sensibilidad ecológica, a efectos de lo indicado en la Ley 11/1990, del 13 de julio, de Prevención de Impacto Ecológico.

Características

Representa la mejor muestra de hábitat volcánico apenas colonizado por la vegetación, donde las peculiares especies que en él habitan lo hacen a expensas de la materia orgánica transportada por el viento (hábitat eólico). Se trata de un hábitat donde la presencia humana ha sido prácticamente nula siendo un auténtico laboratorio de investigación para procesos de colonización (fauna y flora), en él abundan variados elementos de interés científico, geológico y geomorfológicos de gran singularidad como hornitos, cuevas, malpaíses, entre otros, y de belleza paisajística.

Está completamente rodeado, excepto por el oeste que mira al mar, por el Parque Natural de Los Volcanes.

Geología

El hecho que destaca históricamente es el de las erupciones acaecidas entre los años 1730 y 1736, que afectaron a una cuarta parte de la superficie de la Isla. Existen numerosos documentos históricos que cuentan los procesos eruptivos y que dieron lugar a lo que actualmente conocemos como Parque Nacional de Timanfaya. El más conocido es el manuscrito del cura Párroco de Yaiza, Don Andrés Lorenzo Curbelo, que relata los acontecimientos desde el comienzo de la erupción hasta que la población de la zona emigró entre 1731 y 1732, ante los continuados procesos volcánicos que se sucedieron.

"El 1º de Septiembre (de 1730) entre las nueve y diez de la noche la tierra se abrió de pronto cerca de Timanfaya a dos leguas de Yaiza. En la primera noche una enorme montaña se elevó del seno de la tierra y del ápice se escapaban llamas que continuaron ardiendo durante diez y nueve días. Pocos días después un nuevo abismo se formó y un torrente de lava se precipitó sobre Timanfaya, sobre Rodeo y sobre una parte de Mancha Blanca. La lava se extendió sobre los lugares hacia el Norte, al principio con tanta rapidez como el agua, pero bien pronto su velocidad se aminoró y no corría más que como la miel. Pero el 7 de septiembre una roca considerable se levantó del seno de la tierra con un ruido parecido al del trueno, y por su presión forzó la lava, que desde el principio se dirigía hacia el Norte a cambiar de camino y dirigirse hacia el NW y WNW. La masa de lava llegó y destruyó en un instante los lugares de Maretas y de Santa Catalina, situados en el Valle. El 11 de Septiembre la erupción se renovó con más fuerza, y la lava comenzó a correr. De Santa Catalina se precipitó sobre Mazo, incendió y cubrió toda esta aldea y siguió su camino hasta el mar, corriendo seis días seguidos con un ruido espantoso y formando verdaderas cataratas. Una gran cantidad de peces muertos sobrenadaban en la superficie del mar, viniendo a morir a la orilla. Bien pronto todo se calmó, y la erupción pareció haber cesado completamente.


El 18 de Octubre tres nuevas aberturas se formaron inmediatamente encima de Santa Catalina, que arden todavía y de sus orificios se escapan masas de humo espeso que se extienden por toda la isla, acompañado de una gran cantidad de escorias, arenas, cenizas que se reparten todo alrededor, viéndose caer de todos los puntos gotas de agua en forma de lluvia. Los truenos y las explosiones que acompañaron a estos fenómenos, la obscuridad producida por la masa de cenizas y el humo que recubre la isla forzaron más de una vez a los habitantes de Yaiza a tomar la huida, volviendo bien pronto, porque estas detonaciones no aparecieron acompañadas de otro fenómeno de devastación" .

El relato continúa con la descripción de la catástrofe. Los científicos han estimado que el volumen de lava pudo alcanzar un 1 km3 (=1000 millones de m3) y modificó por completo la antigua morfología de la isla.

En el siglo XIX se producen nuevas erupciones, de las que también existen documentos escritos de testigos presenciales. Entre ellas destaca la del cura de San Bartolomé, don Baltasar Perdomo, en el que explica la actividad de los tres volcanes que surgieron: Tao, Volcán Nuevo del Fuego y Tinguatón. Los procesos eruptivos comenzaron el 31 de julio de 1824, en el volcán de Tao. Le siguió el volcán Nuevo del Fuego (también llamado Chinero), el único representante de esta fase eruptiva situado dentro de lo que hoy es el Parque Nacional de Timanfaya, con una erupción al parecer muy violenta. Por último, el volcán de Tinguatón hizo erupción un anochecer. La actividad volcánica cesó hacia el 25 de octubre de ese mismo año.

Después de todos estos sucesos, los volcanes de Lanzarote han entrado en un período de calma, dejando su huella e impidiendo la habitabilidad de toda esta zona.

Flora

Debido a su origen volcánico, la flora es muy limitada. Además las lluvias son muy escasas, la precipitación media no supera los 125 mm de lluvia.

No hay árboles. El paisaje se ve enriquecido gracias a los líquenes, capaces de aguantar entornos díficiles. También existe el salado blanco, endémico de la isla de Lanzarote.

Fauna

Sólo habitan en el Parque Nacional tres especies de mamíferos: la rata negra, la musaraña canaria y el conejo, y dos reptiles:

  • El lagarto de Haría: considerado reliquia faunística, que ha sabido adaptarse exitosamente a las condiciones del entorno volcánico. Las hembras realizan cada año una o dos puestas de uno a tres huevos cada una. esto, unido a que prácticamente carece de enemigos naturales, hace que su número sea realmente abundante dentro de los límites del Parque. De color negruzco o gris uniforme, se alimenta de insectos y de la escasa materia vegetal que encuentra.
  • El perenquén rugoso o salamanquesa.

Entre las aves destacan la pardela cenicienta, el cernícalo vulgar y la tórtola común. Timanfaya presenta, además, una gran riqueza en fauna invertebrada, con más de 120 especies.

Patrimonio cultural

El espectacular y sobrecogedor paisaje ha condicionado la vida del ser humano en sus alrededores. Uno de los elementos culturales más interesantes, perfectamente explicados en los Centros de Visitantes, es la relación de los habitantes de la región con su particular entorno natural a lo largo de la historia.

Cuenta con un importante recurso cultural como son los cultivos agrícolas tradicionales, entre los que merece especial atención el cultivo de la higuera. Estos cultivos se asientan sobre propiedades particulares incluidas dentro del ámbito geográfico del Parque Nacional, y disponen de muros de piedra volcánica a modo de zocos que las protegen de los fuertes vientos dominantes. La importancia de estos cultivos radica, por una parte, en el enorme valor histórico y cultural que este particular tipo de cultivo tiene, y por otra desde un punto de vista faunístico, por constituir el hábitat idóneo de diversas especies que casi exclusivamente se asocian con él, especialmente de la avifauna del Parque.

Actividad turística

Uno de los objetivos del Parque es facilitar el conocimiento y el disfrute público de los valores del Parque, siempre que sea compatible con su conservación, fomentando la sensibilidad y el respeto hacia el medio. Se trata pues, no tanto de promover el desarrollo turístico existente, sino realizar un eficaz manejo de este flujo de visitantes para que, sin disminuir el disfrute y uso público del Parque, se logren preservar los recursos naturales, culturales y paisajísticos que motivaron su declaración.

Curiosidades

  • En algunas zonas del parque la tierra aún quema y se puede encender un fuego con sólo introducir unas hojas secas en un agujero excavado en la lava.
  • Existe un restaurante llamado "El Diablo" donde las carnes se preparan en una gran parrilla que funciona con el calor intenso que emana del propio volcán.

Imágenes

Fuentes