Portal:Ciencia/Formación tecnológica

Formacioncientifica.jpg
Un primer obstáculo, el analfabetismo, fue vencido en 1961 mediante una Campaña Nacional de Alfabetización y sucesivas transformaciones en el campo de la educación abrieron grandes posibilidades a la formación de recursos humanos, pero de haberse seguido el curso normal de los ingresos y egresos a la enseñanza superior la explosión científica en el país habría demorado muchísimos años.

"Un país de hombres de ciencia", célebre frase de Fidel Castro pronunciada el 15 de enero de 1960, en La Habana, en el contexto de su discurso conmemorativo del XX Aniversario de la Sociedad Espeleológica de Cuba, marcó los derroteros seguidos desde entonces. Por encima de una aspiración teórica, sirvió de base a la concepción cubana de la estrategia para el desarrollo y por ello marca la celebración en esa fecha del Día de la Ciencia.

Se dio prioridad a la Medicina y carreras afines y en la propia década de 1960-1970 hubo más de 4 800 estudiantes graduados de Ciencias médicas.

Con los recursos disponibles bien utilizados, en las décadas de 1960-1970 y 1970-1980 nacieron varios centros científicos cubanos, fragua al desarrollo posterior de nuevas instituciones y formación de especialistas en numerosas ramas.

Desde 1967 se puso en marcha la estrategia de capacitación integral de los primeros recursos humanos para la ciencia. Un grupo de jóvenes médicos recién graduados recibió con ese fin preparación de postgrado en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC).

El potencial científico nacional se elevó al punto de dar lugar durante los años 1980-1990 y parte de los 1990-2000 a la creación de una red de centros de investigación en biomedicina y especialidades afines, los cuales han hecho importantes aportes al desarrollo de la Industria Médico Farmacéutica y beneficiado la salud pública.

Esta significativa explosión científico-técnica tuvo sus precedentes en la tradición de las investigaciones biomédicas y farmacéuticas, en la creación de capacidades profesionales con la formación de cuadros para la investigación científica, lo cual permitió a su vez el fomento de la infraestructura de investigación y desarrollo necesaria en éstas y otras ramas.

Por esta vía ocurrió la inserción de Cuba en la revolución de la Biotecnología y un desarrollo autóctono en los campos de la Biomedicina y la Industria Médico Farmacéutica.

En ese momento el país disponía de una masa capaz de lograr resultados originales y relevantes, incluso de generar alta tecnología y medicamentos, algunos únicos en el mundo. Todo ello respondió a un intenso proceso de asimilación de fuentes internas de investigación y de transferencia desde el exterior.

La detonación estuvo marcada por el giro de aceleración dado a las investigaciones con la elaboración de programas científico-técnicos (PCT), el establecimiento del concepto de resultado y el comienzo de su planificación a ciclo completo, es decir, hasta su introducción en la práctica económico-social.

Unido a ello estuvo la definición de líneas y proyecciones, y la creación de áreas de investigación-desarrollo, en particular en la industria, vinculándose directamente con la producción.

Una nueva estructuración organizativa de las investigaciones implicó desde mediados de la década de 1980-1990 (además de la ejecución de proyectos ramales) el estrechamiento paulatino de la cooperación de instituciones científicas en determinados resultados de interés nacional, como ocurrió en los llamados frentes: Biológico, Bioindustrial y Bioagrícola.

Los campos de la Biotecnología para Cuba tienen amplios horizontes en el siglo XXI tras un desarrollo acelerado en las últimas dos décadas de la centuria anterior y por poder contar con un potencial científico formado a partir de 1960 gracias a la prioridad dada por la Revolución a esa batalla.

Más de 150 laboratorios en alrededor de 30 instituciones en todo el país laboran cada día en la materialización de los estudios de los investigadores en busca de nuevos medicamentos de origen natural u otros productos para la salud, entre ellos antibióticos de primera línea para enfrentar gérmenes muy resistentes, o en el desarrollo de bioestimulantes y bioplaguicidas.

El sistema de categorización científica establecido en la República de Cuba abarca más de 20 ramas, entre ellas: Ciencias Naturales, Técnicas, Biomédicas, Agropecuarias, Sociales y Humanísticas, Pedagógicas y Económicas. Estas esferas, a su vez, contienen más de 140 especialidades. Treinta y seis instituciones cubanas están autorizadas en la actualidad a otorgar niveles científicos de Primer o Segundo grados y de Doctor en Ciencias.

El Decreto Ley 133, de agosto de1992, designó a la Comisión de Grado Científico para la regulación nacional del sistema de otorgamiento de las categorías científicas que pueden obtener cubanos o extranjeros en las entidades autorizadas.

Al inicio de 1996 Cuba contaba entre sus profesionales con 4 842 Doctores en Ciencia de Primer Grado y con 223 Doctores en Ciencia de Segundo Grado. Más del 50 por ciento del total en el Sistema de Enseñanza Superior y la generalidad de ellos ubicados en los centros más importantes, donde se realizan labores investigativas, científicas y docentes. Esta preparación, además, capacita a los profesionales cubanos para la participación en proyectos y programas nacionales e internacionales que exigen esta calificación.

Cuba traspasó las puertas del siglo XXI con más de 220 instituciones de investigaciones y servicios científico-técnicos dotados de unos 10 mil profesionales universitarios, 16 mil técnicos y alrededor de siete mil empleados de infraestructura administrativa en prácticamente todos los Ministerios.

La mayor parte de los más de 20 mil profesores universitarios del país realizan investigación científica como parte de su preparación profesional y la de sus educandos. Son más de 5 000 los investigadores categorizados para la investigación; casi 5 000 Doctores en Ciencia de Primer Grado y más de 200 Doctores en Ciencia de Segundo Grado, cuyas categorías son otorgadas por las instituciones nacionales.

Más de un millón de personas -integrantes de las Brigadas Técnicas Juveniles, obreros, técnicos, profesionales y amas de casa- están involucradas en un Forum de Ciencia y Técnica en el cual anualmente se canaliza y reconoce el talento de creadores e innovadores.