Restavek

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Concepto:Sistema de trabajo infantil mediante el cual los niños haitianos de áreas más pobres y rurales son enviados a familias ricas para ayudar en las tareas domésticas.

Restavek. En Haití se llama restavek a un niño criado como esclavo en una familia adoptiva. Implica una forma culturalmente aceptada de esclavitud infantil.

El término proviene del francés rest avec (literalmente traducido como ‘quedarse con’).

Uno de cada diez niños haitianos es explotado bajo este sistema y su práctica generalizada ubica a Haití en el segundo puesto del listado de esta medición global de esclavitud moderna.

Orígenes

La práctica nació como un mecanismo cultural, en donde las familias pobres enviaban a sus hijos a parientes ricos en zonas urbanas, para que ayudasen en las tareas domésticas, supuestamente a cambio de educación y una mejor calidad de vida para los niños.

Conceptualmente, la idea del restavek no es necesariamente siniestra y puede catalogarse hasta como una muestra de solidaridad familiar. Algunas de las familias que envían a sus hijos a ser restavek, lo hacen bajo la creencia de que en otra familia de más ingresos y con mayor acceso a educación, sus hijos tendrán mejores oportunidades de estudiar y salir adelante. Otras lo hacen a cambio de dinero.

Las familias que envían a sus hijos se encuentran mayoritariamente en el campo y comúnmente son familias muy numerosas de bajos ingresos. Muchas personas en zonas rurales ganan salarios por debajo de lo necesario para sostener a sus familias, dado a que la agricultura en Haití se ha degradado por la entrada de productos internacionales subsidiados a menor precio que el haitiano, que han devaluando la producción local. La degradación del medio ambiente y la deforestación también han tenido un impacto grave en la producción agrícola. Además, en las comunidades rurales hay pocas escuelas, factor por el cual las familias consideran mejor opción enviar a sus hijos al casco urbano donde se ve mayor acceso a la educación.

Dada la gran necesidad que existe por ambos lados de las familias que entregan y reciben niños y niñas, muchas personas en Haití consideran inevitable el que existan restavek, a pesar de que exista la consciencia del maltrato que pueda existir hacia los niños.

Los reclutadores intermediarios, conocidos en creole como koutchye, con frecuencia reciben dinero para encontrar restaveks para las familias que los hospedan.

Abuso disfrazado

Entre las tareas habituales de un niño restavek está vaciar orinales, barrer y trapear pisos, acarrear pesadas cubetas de agua y preparar comida. Manipulan utensilios que en muchas otras partes del mundo estarían prohibidos para niños de 5 o 7 años, como aceite caliente, cuchillos afilados o llaves de gas.

Las condiciones reales que enfrentan muchos de estos niños son de abuso, carencia y abandono, pues deben trabajar largas horas todos los días. A pesar de que son responsables de la preparación de las comidas del hogar, los restaveks por lo general son alimentados con las sobras. Como resultado de la malnutrición, el restavek promedio de 15 años es 4 centímetros más bajo y pesa 20 kilos menos que el promedio de los niños haitianos.

Estadísticas

Según datos de la Fundación de Desarrollo Panamericano publicados en 2009, existen alrededor de 225.000 niños entre 5 y 17 años que viven bajo este régimen. Dos tercios de ellos son niñas. El informe de Walk Free sube la cifra a entre 300.000 y 500.000 menores.

El 80% de los niños haitianos que caen en este régimen sufren de abusos físicos graves y el 30% son víctimas de abusos sexuales, dice el informe de la Organización Internacional de Migración (IOM) citada por la investigación de Walk Free. Se estima que sólo a un 20% de los restavek su familia receptora les permite ir al colegio. Y el número se reduce a 1% en la escuela secundaria, dice el informe de Walk Free.

Prevalencia de la esclavitud moderna

La esclavitud moderna incluye tanto la esclavitud, como prácticas asociadas a esta (esclavitud por adeudamiento, matrimonio forzado y venta o explotación de niños), tráfico humano y trabajo forzado.

Walk Free es una organización sin ánimos de lucro, creada por el magnate australiano Andrew Forrest para denunciar y evitar los nuevos sistemas de esclavitud del mundo moderno.

En su cruzada, construyó un índice global que por primera vez arrojó cifras sobre el problema. El índice se construyó sobre la base de tres factores: la prevalencia estimada de esclavitud moderna según población, una medición de matrimonio infantil y una medición de tráfico humano.

El resultado de la mezcla de esos tres factores dio un número de 1 a 100 para cada país, que colocó a Haití en el segundo puesto de la lista. En un índice de 1 a 100, fue calificado con una prevalencia de 52,26 y un riesgo de 66,08 de esclavitud. El principal problema que catapultó a Haití al segundo puesto del índice es la esclavitud infantil disfrazada de restavek.

La lista de los primeros 10 países con prevalencia de esclavitud moderna incluye a:

  1. Mauritania
  2. Haití
  3. Pakistán
  4. India
  5. Nepal
  6. Moldavia
  7. Benín
  8. Costa de Marfil
  9. Gambia
  10. Gabón

Conciencia global

En los últimos años el tema restavek ha salido a la luz a nivel mundial y han surgido varias campañas enfocadas en sensibilizar a la población en torno a la problemática. Un aspecto importante del trabajo de sensibilización, incluye transformar la mirada de las familias que se ven obligadas a enviar a sus hijos lejos para que encuentren otras formas más comunitarias de enfrentar sus problemas económicos. También cobra importancia luchar por mejorar las condiciones económicas de las familias de las poblaciones rurales.

La lucha contra este sistema ha sido una de las prioridades del plan programático 2013-2016 elaborado por Unicef para Haití. En términos legales, Haití ha logrado varios avances en la última década. En 2007 ratificó el Convenio sobre la Prohibición de las Peores Formas de Trabajo Infantil de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y en 2009, el Convenio sobre la Edad Mínima, los que prohíben la esclavitud infantil y defienden el derecho de los niños a tener libre acceso a la educación. Sin embargo, la falta de un marco regulatorio local que sustente las ratificaciones internacionales deja al país en un limbo legal a la hora de fiscalizar los restaveks.

Conocer las historias de miles de niños restaveks que viven día a día en estas condiciones sin reconocimiento y sin protección real, es tomar consciencia de que hoy día, en el siglo XXI, todavía se ejerce la esclavitud en el continente americano. Es esencial que a nivel continental se genere una consciencia de que superar la pobreza, implica reconocer el trabajo infantil, que ocurre en otros países de maneras similares. Ponerle el fin radica en ejercer los derechos de los niños y en generar apoyos económicos para que ninguna familia se vea obligada a someter a sus hijos a trabajo forzado.

Fuentes

Consultadas en diciembre de 2015.