Sérvulo Gutiérrez Alarcón

Sérvulo Gutiérrez
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NombreSérvulo Gutiérrez Alarcón
Nacimiento20 de febrero de 1914
Ica, Perú
Fallecimiento21 de julio de 1961
Lima, Perú
NacionalidadPeruano
OcupaciónDeportista calificado, pintor y poeta
CónyugeClaudine Fitte
PadresDaniel Gutiérrez Fernández y Lucila Alarcón Valverde.
Obras destacadasLos Andes y Cristo de Luren

Sérvulo Gutiérrez Alarcón, Artista de compleja personalidad, cultivó un expresionismo con tanta fuerza, destreza y singularidad, que es considerado el pintor peruano más representativo de su generación.

Síntesis biográfica

Nació en la ciudad de Ica en 1914. Hijo de Daniel Gutiérrez Fernández y Lucila Alarcón Valverde, su familia era numerosa con 16 hermanos y estaba dedicada tradicionalmente a la artesanía y la restauración artística.

Ante el fallecimiento de su madre, se traslada a la casa de su hermano mayor ubicada en el jirón Trujillo 228 en el distrito del Rímac, en Lima. Desde temprana edad trabajó en diversos oficios, como, por ejemplo, mozo de restaurante y peón en la construcción de la carretera Pisco-Castrovirreyna. Se dedicó también a fabricar huacos, con tal habilidad y maestría que muchos expertos llegaron a considerarlos auténticos. Ante la confusión, el propio Sérvulo declararía públicamente su autoría.

También actuó en el boxeo, llegando a ser campeón nacional de peso gallo. Incluido en el equipo peruano de este deporte. En 1935 participó en el campeonato sudamericano efectuado en Córdoba, Argentina y resultó subcampeón en su categoría.

Atraído ya por la pintura y con el deseo de perfeccionar sus conocimientos, permaneció en Buenos Aires y trabajó durante varios años al lado de Emilio Pettoruti. En Buenos Aires se casó con Zulema Palomieri y tuvo una hija, Lucy.

Luego se dirigió a París desde 1938 a 1940, donde estudió libremente pintura y escultura. Al estallar la Segunda Guerra Mundial, volvió a Buenos Aires, repatriado. Fue entonces cuando conoció a Claudine Fitte, uno de sus grandes amores. Con ella retornó –vía terrestre– a Lima a fines de 1940, donde continuó dedicado al arte y también a la bohemia.

Con motivo de celebrarse el cuarto centenario del descubrimiento del río Amazonas se realizó, en 1942, una exposición amazónica en la que obtuvo el primer premio con unas esculturas que representan a las “amazonas” como arqueras. Ellas se encuentran ahora en el Museo de Historia Natural Javier Prado, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Por ese tiempo pintó su famoso cuadro “Los Andes”, para muchos su obra maestra. Posteriormente, expuso varias escenas de la naturaleza iqueña en la entonces Galería de Lima. Aparecen en sus paisajes, el desierto de Ica con sus lagunas, pantanos y huarangos. Como pintor rechazó las pautas académicas y las modas informalistas.

En sus últimos años destacan sus cuadros sobre el Cristo de Luren y Santa Rosa de Lima. Una de las variantes de su pintura dedicada a la santa limeña la realizó en el muro de un bar. Falleció de una afección hepática en 1961, en Lima.

Sérvulo Gutiérrez, también cultivó la poesía ocasionalmente; muchos de sus poemas están dedicados a Ica, su tierra natal.

Trayectoria Artística

De 1942 a 1946, tras retornar de París, realizó una pintura expresionista monumental, caracterizada por un limpio y preciso delineado de figuras recias de gran volumen, con ciertos toques de tipo indigenista, sin duda inspirado en el amor a su patria a la que retornaba tras larga ausencia, así como influenciado por la corriente entonces en boga, el indigenismo.

Entre los años 1946 a 1954, su pintura se tornó más violenta. Se expresa con gruesos y arrebatados trazos, en rojo, verde, azul y negro, en solitarios y cálidos paisajes donde el guarango iqueño es el protagonista central. Se muestra así como un precursor de la estética libre y fuerte, no tan conocida por entonces en nuestro medio.

De 1955 hasta su muerte, su pintura se tornó mística, como presintiendo su final. El rostro ensangrentado del Señor de Luren, así como algunas imágenes de Santa Rosa de Lima son muestras representativas de esta temática. Su forma expresiva progresó en libertad, en soltura, en subjetividad y en fuerza.

Fallecimiento

El 21 de julio de 1961, la muerte lo sorprendió tras contraer una infección hepática. Tenía tan solo 47 años. Se fue en la flor de la vida con todavía mucho por ofrecer como artista. Y es que así son las estrellas fugaces. Llegan, impresionan a todos y se van tan rápido como vinieron. Solo para seguir viviendo en el recuerdo de su obra extraordinaria.

Fuentes