Supremo Consejo del Grado 33 para España

Supremo Consejo del Grado 33 para España
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Institución con sede en España Bandera de España
SUPREMO ESPAÑA.jpg
Fundación:4 de julio de 1811.
País:España Bandera de España
Sede:Madrid
Publicación:Zenit. (Revista digital)
Sitio web
http://www.scg33esp.org/

Supremo Consejo del Grado 33 y último del Rito Escocés Antoguo y Aceptado para España. Institución fraternal constituida en Madrid. Es una asociación sin ánimo de lucro. Está debidamente registrada en el Registro de Asociaciones del Ministerio del Interior con el número 63.387.

Historia

A principios de 1811, el Marqués de Clermont-Tonnerre, como miembro del Supremo Consejo de Francia, formó en España cuerpos filosóficos que trabajaron hasta el grado 33 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. El 4 de julio de 1811, con patentes expedidas al efecto por el Supremo Consejo de Charleston, del que había sido fundador, el Conde de Grasse-Tilly constituyó regularmente el Supremo Consejo del Grado 33 para España y sus dependencias, siendo nombrado Miguel José de Azanza Soberano Gran Comendador.

Los miembros del Supremo Consejo durante la primera reacción absolutista de Fernando VII no interrumpieron los trabajos masónicos en España, reuniéndose clandestinamente y poniendo su empeño en la reconquista de las libertades.

La rebelión militar que se inicio en Cabezas de San Juan obligó al Monarca a restablecer la Constitución de 1812.

Con tal motivo la Masonería entró en una era de tranquilidad que favoreció su libre desenvolvimiento. El Soberano Gran Comendador Agustín Argüelles, que también desempeñaba la Gran Maestría del Gran Oriente de España, abdicó del cargo y fue sustituido por Antonio Pérez de Tudela.

Tras la invasión de la Península Ibérica por los ejércitos franceses en virtud de los acuerdos de la Santa Alianza, sobrevino una nueva reacción absolutista en 1823, teniendo que refugiarse en Soberano Gran Comendador y algunos otros miembros del Supremo Consejo en Inglaterra, donde hallaron la generosa hospitalidad de la Masonería inglesa. La represión de Fernando VII alcanzó terribles caracteres pues la Real Célula dictada en Sacedón en 1824 consideraba como delito de lesa majestad ser masón. La real orden de 9 de octubre de 1824 condenó a pena de muerte a todo el que fuese reconocido como masón o comunero. Entre las víctimas de la cruel represión que se contaron por millares perecieron se cuenta, entre otros, el general Juan Martín.

A finales de 1829 cesaron algo las persecuciones y el Soberano Gran Comendador, el infante Francisco de Paula de Borbón, reagrupó sus logias de perfección y capítulos. En 1833, tras la muerte de Fernando VII, la reina doña María Cristina empezó a actuar como reina gobernadora, pudiendo regresar a España muchos de los miembros del Supremo Consejo.

Por fin en 1843, después de tantas persecuciones pudo reorganizarse la Masonería española llegando a existir más de 300 logias. En 1846 el infante Francisco tuvo que expatriarse para librarse de las persecuciones de que lo hacían objeto el general Narváez y la reacción clerical. A partir de 1856 fue de nuevo perseguida la Masonería española que se vio obligada a actuar clandestinamente. Ni el Supremo Consejo, ni el Gran Oriente podían desarrollar sus trabajos y las islas Filipinas se llenaron de masones desterrados por Narváez.

La revolución de 1868 que destronó a la reina Isabel II, permitió a la Masonería española y al Supremo Consejo, presidido por Carlos Celestino Mañan y Clark, reanudar sus actividades. En los cuerpos filosóficos figuraban personalidades tan prominentes como los generales: Serrano, Prim, Duque de la Torre, Conde de Reus; y los políticos Manuel Becerra, Praxedes Mateo Sagasta, Nicolás María Rivero y Juan Moreno que fueron varias veces diputados y aun ministros.

En el mes de octubre de 1868, el Supremo Consejo presentó al Gobierno provisional un programa legislativo de inspiración masónica, formado por catorce proposiciones, que entre otras reformas incluía las siguientes: libertad de cultos, supresión de las ordenes religiosas, secularización de los cementerios, sujeción del clero al servicio militar, matrimonio civil, entre otras. El programa mereció ser atendido por el Gobierno.

Poco antes de la monarquía saboyana y aprovechando la ausencia temporal del Soberano Gran Comendador Mañan, varios miembros del Supremo Consejo eligieron como Soberano Gran Comendador a Manuel Ruiz Zorrilla. La escisión producida dentro del Supremo Consejo como consecuencia de estos hechos, originó gran confusión en la Masonería española. Para remediarla se apeló al alto espíritu masónico de Mañan y Zorrilla quienes respondieron en términos fraternales al requerimiento. El último renunció a todos sus cargos masónicos en septiembre de 1873.

El 18 de septiembre de 1873 se celebraron elecciones generales resultando elegido como Soberano Gran Comendador José de Carvajal, distinguido abogado y ministro de la República Española. Se procedió entonces a una completa reorganización de los cuerpos filosóficos y simbólicos.

Al restaurarse la monarquía borbónica en la persona de Alfonso XII, cundió de nuevo la desunión en la familia masónica española, existiendo, además del Supremo Consejo regular, dos Supremos Consejos irregulares. Tan confusa situación dio lugar a que ninguna representación española pudiese asistir a la reunión internacional de Supremos Consejos celebrada en Lausana en 1875.

En 1881, Antonio Romero Ortiz quedó como único Soberano Gran Comendador legitimo y regular, siendo reconocido en tal carácter en 1882 por el Albert Pike Soberano Gran Comendador de la Jurisdicción Sur de los Estados Unidos y sucesivamente por los Supremos Consejos de Escocia, Irlanda, Grecia, entre otros.

El 20 de enero de 1884 murió Antonio Romero Ortiz. Entonces, por primera y única vez en la historia del Supremo Consejo, para proveer el cargo de Soberano Gran Comendador que, en aquella época, llevaba aneja la Gran Maestría del Gran Oriente simbólico, se convocó a elección directa por el pueblo masónico. La elección tuvo lugar el 15 de agosto de 1884 y su resultado, dio como favorito a Manuel Becerra. Al dimitir, en 1889, Manuel Becerra a favor de Ignacio Rosas, se produjo una nueva era de confusión al quererse arrebatar su autonomía al Simbolismo. El 8 de febrero de 1889 se acordó refundir las dos obediencias simbólicas Gran Oriente de España y Gran Oriente Nacional. Así nació el Gran Oriente Español bajo la dirección de Miguel Morayta Sagrario que fue nombrado también Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo en sustitución de Manuel Becerra.

Al advenimiento de la dictadura del general Primo de Rivera (13 de septiembre de 1923), la Masonería Española se encontró de nuevo en una difícil situación. Sus logias tuvieron que acentuar la clandestinidad. El día 1 de abril de 1924 se convino, mediante un pacto solemne y escrito, que estipularon entre sí el Gran Consejo Federal Simbólico del Grande Oriente Español y el Supremo Consejo de España, reformar los Estatutos del Supremo Consejo para que quedase reconocida en ellos la independencia del simbolismo; declarar subsistentes los acuerdos de 1922 relativos a la autonomía de las Grandes Logias Regionales y reconocerse respectivamente su autoridad, en forma mutua, del Grande Oriente Español sobre los tres primeros grados simbólicos y del Supremo Consejo de España sobre los grados denominados filosóficos, es decir desde el 4 al 33.

El 14 de abril de 1931 fue derrocada la monarquía y establecida la II República. La implantación de un régimen liberal y tolerante permitió a la masonería española trabajar con mayor seguridad y eficacia. Eran miembros activos del Supremo Consejo, en dicha época, Augusto Barcia, Diego Martínez Barrio, Angel Rizo, Demófilo de Buen, Fermín Zayas, José Boch, Evelio Torent, José Estruch, Manuel Nieto, Antonio Montaner, Manuel Portela Valladares, Francisco Soto Mas, Juan Manuel Iniesta, Isidro Sánchez Martínez, Miguel de Benavides, Pedro Las Heras y Julio Hernández.

El 18 de julio de 1936 se produjo la sublevación de varios generales que se alzaron en armas contra el régimen democrático de la II República. En la zona de [[España dominada por los sublevados se practicó una sistemática matanza no sólo de masones sino de muchos liberales moderados que parecieron sospechosos de pertenecer o haber pertenecido a la Masonería.

La [[masonería española que nunca había intervenido en los azares de la vida política, no podía permanecer neutral ante una sublevación militar que atentaba contra sus propios ideales liberales y democráticos y que le hacían objeto de persecución tan injusta. En la lucha por la libertad que se desarrolló en España desde 1936 a 1939, la masonería española desempeñó un importante papel en defensa de aquella tierra y del derecho.

Durante el transcurso de la Guerra Civil Española y posteriormente se acentuó, por parte de los militares rebeldes, contra la [[Masonería, llegando a darle forma legislativa. Así dictaron el 1 de marzo de 1940 la llamada ley de represión de la masonería y el comunismo, en la que se equiparan arbitrariamente, a efectos represivos, dos ideologías que no tienen entre sí ninguna relación de afinidad filosófica u orgánica. La Guerra Civil Española y la feroz persecución a los masones españoles por parte de la dictadura de Francisco Franco, obligó a muchos de ellos a abandonar España.

El Supremo Consejo de Méjico, al conceder Asilo Fraternal al de España, estableció, junto con el de Inglaterra, en el siglo XIX, un precedente de jurisprudencia masónica inspirado en el más elevado sentido de la Fraternidad. La concesión del Asilo al Supremo Consejo de España, fue aprobada en Sesión General Extraordinaria del Supremo Consejo de Méjico, celebrada el día 3 de Febrero de 1943.

En abril de 1961, fue publicado en Méjico D.F. una “Historia del Supremo Consejo del Grado 33 para España y sus dependencias y de la Masonería Española”. Este trabajo, realizado por el Supremo Consejo de España en el exilio, es una guía excelente para conocer nuestra Historia y los nombres de los Hermanos que la forjaron. Mayor mérito cabe a los autores de este esfuerzo, sí tenemos en cuenta que los archivos del Supremo Consejo se perdieron o fueran destruidos voluntariamente, para evitar que la dictadura del Francisco Franco se apoderase de ellos, con las consecuencias presumibles. Parte de los archivos fueron trasladados a París y posteriormente otra vez destruidos.

Declaración de Principios

El Supremo Consejo del Grado 33 y último del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para España se estableció bajo el imperio de los Reglamentos y Constituciones dictados en Burdeos, Francia, en el año 1762, y por las Grandes Constituciones del Grado 33 promulgadas en Berlín en 1786, las cuales fueron revisadas por la Convención Universal de los Supremos Consejos reunida en Lausana, Suiza del 5 al 22 de Septiembre de 1875.

Los principios Masónicos fundamentales del Supremo Consejo son los siguientes:

  • Es una asociación voluntaria de hombres, cuyo origen se pierde en la antigüedad, y que actualmente agrupa a millones de miembros.
  • Es una sociedad fraternal, que admite a todo hombre libre y de buena reputación, sin distinción de raza, religión, ideario político o posición social, exigiendo únicamente que posea un espíritu filantrópico y el firme propósito de tratar siempre de ir en busca de la perfección individual.
  • La Masonería tiene prohibido expresar opinión alguna dentro de sus Logias, sobre temas políticos o religiosos y gracias a ello, ha podido superar el constante cambio de doctrinas y sistemas del mundo.
  • No es solamente una asociación benéfica, aunque considere esta práctica como un deber.
  • No es una religión, ya que no impone a sus miembros una creencia religiosa determinada. Los masones pueden practicar la religión de su preferencia, con tal de que respeten las opiniones de los demás.
  • No es una organización política, ya que sus miembros pueden optar libremente por el sistema político de su preferencia.
  • No es una asociación para obtener beneficios personales ya que no procura a sus adheridos, ventajas en los negocios o en la política.
  • No es un forum para discutir asuntos personales.
  • No es una sociedad secreta, ya que no niega su existencia y cuáles son sus propósitos y finalidades y está inscrita en el Ministerio del Interior, en el Registro de Asociaciones, con los nombres y apellidos de sus dirigentes y la presentación de sus Estatutos.
  • No es una escuela filosófica, ya que el trabajo en sus Logias es fundamentalmente ritualístico.

Organización territorial

El Supremo Consejo de España está organizado en seis Delegaciones Territoriales: Castilla, Cataluña, Andalucía, Baleares, Levante y Canarias. Al frente de cada Delegación, hay un Representante del Soberano Gran Comendador, que coordina los Cuerpos Jurisdíccionados que tienen su sede en el territorio.

Hoy están activos 43 Cuerpos Jurisdiccionados al Supremo Consejo:

1. Delegación Territorial de Castilla.

  • Soberano Consistorio del Grado 32º “Dr. Luis Simarro nº 101”. Madrid
  • Soberano Consejo de Caballeros Kadosch “Miguel Morayta nº 201”. Madrid
  • Soberano Capítulo Rosa Cruz “Iberia nº 11”. Peninsula Ibérica
  • Soberano Capítulo Rosa Cruz “In Memoriam nº 300”. Madrid
  • Soberano Capítulo Rosa Cruz “Madrid nº 301”. Madrid
  • Soberano Capítulo Rosa Cruz “Luz del Norte nº 308”. Bilbao
  • Soberano Capítulo Rosa Cruz “Francisco Espinar nº 312”. Zaragoza
  • Soberano Capítulo Rosa Cruz “Antonio Romero Ortiz nº 317”. A Coruña
  • Soberano Capítulo Rosa Cruz “Agustín Argüelles nº 320”. Gijón
  • Sublime Logia Capitular de Perfección “Fraternidad Matritense nº 404”. Madrid
  • Sublime Logia Capitular de Perfección“Fraternidad Aragonesa nº 405”. Zaragoza
  • Sublime Logia Capitular de Perfección“Caballeros de la Fraternidad Galaíca nº 414”. La Coruña.


2. Delegación Territorial de Cataluña.

  • Soberano Consistorio del Grado 32º “Conde Alexandre Grasse Tilly nº 102”. Barcelona
  • Soberano Consejo de Caballeros Kadosch “Unión Fraterna nº 202”. Barcelona
  • Soberano Consejo de Caballeros Kadosch “Terraferma nº 205”. Lleida
  • Soberano Capítulo Rosa Cruz “Despertar nº 303”. Barcelona
  • Soberano Capítulo Rosa Cruz “Mendez Núñez nº 307”. Lleida
  • Soberano Capítulo Rosa Cruz “La Força Vella nº 314”. Girona
  • Soberano Capítulo Rosa Cruz “Maat nº 316”. Mora d’Ebre (Tarragona)
  • Soberano Capítulo Rosa Cruz “Harmonía nº 319”. Granollers (Barcelona)
  • Sublime Logia Capitular de Perfección "Fraternidad de Barcelona nº 403”. Barcelona
  • Sublime Logia Capitular de Perfección “La Unió nº411”. Girona


3. Delegación Territorial de Baleares.

  • Soberano Consejo de Caballeros Kadosch “Balearium Areopagus nº206”. Palma de Mallorca
  • Soberano Capítulo Rosa Cruz “Mare Nostrum nº 306”. Mallorca
  • Soberano Capítulo Rosa Cruz “Ibiza nº 318”. Ibiza
  • Sublime Logia Capitular de Perfección “Fraternidad Mallorquina nº 401”. Mallorca
  • Sublime Logia Capitular de Perfección “Fraternidad Pitiusa nº 410”. Ibiza
  • Sublime Logia Capitular de Perfección “Fraternidad Menorquina Lux Agora nº 415”. Menorca


4. Delegación Territorial de Levante.

  • Soberano Consejo de Caballeros Kadosch “Luz de Levante nº 203”. Alicante
  • Soberano Capítulo Rosa Cruz “Conde de Floridablanca nº 304”. Alicante
  • Soberano Capítulo Rosa Cruz “Aurora nº 313”. Cartagena
  • Soberano Capítulo Rosa Cruz “Dr. Peset Aleixandre nº 315”. Valencia
  • Sublime Logias Capitular de Perfección “Alberto Martínez- Lacaci nº 412”. Cartagena
  • Sublime Logias Capitular de Perfección “Phoenix nº 413”. Valencia


5. Delegación Territorial de Andalucía.

  • Soberano Capítulo Rosa Cruz “Adytum Illuminatio nº 309” Málaga
  • Sublime Logia Capitular de Perfección “Patricia Corduba nº 416 ” Córdoba


6. Delegación Territorial de las Islas Canarias.

  • Soberano Consistorio del Grado 32º “Augusto Barcia nº 103”. Tenerife
  • Soberano Consejo de Caballeros Kadosch “Canarias nº 204”. Tenerife
  • Soberano Capítulo Rosa Cruz “Artemi Semidán nº 305”. Gran Canaria
  • Soberano Capítulo Rosa Cruz “Teide nº 310 “. Tenerife
  • Soberano Capítulo Rosa Cruz “Timanfaya nº 311”. Lanzarote
  • Sublime Logia Capitular de Perfección “Fraternidad Tinerfeña nº 402”. Tenerife
  • Sublime Logia Capitular de Perfección “Fraternidad Gran Canaria nº 407”. Gran Canaria

Fuentes