Taiga

Taiga
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Características
Ecozona:Neártico - Paleártico
Clima:Continental, desde
Localización
Continente(s):Norteamérica, Europa y Asia
Reparto geográfico
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Taiga

La taiga . Es el bosque que se desarrolla al Sur de la tundra. En ella abundan las coníferas (Picea, abetos, alerces y pinos) que son árboles que soportan las condiciones de vida -relativamente frías y extremas- de esas latitudes y altitudes, mejor que los árboles caducifolios. El suelo típico de la taiga es el podsol.

Ocupa una franja de más de 1500 km de anchura a lo largo de todo el hemisferio Norte, a través de América del Norte, Europa y Asia. También hay parcelas más pequeñas de este tipo de bosque en las zonas montañosas.

Ecosistema

El ecosistema de la taiga está condicionado por dos factores:

  1. Las bajas temperaturas durante la mayor parte del año. Se alcanzan temperaturas inferiores a - 40ºC en el invierno, y el periodo vegetativo, en el que las plantas pueden crecer, sólo dura unos tres o cuatro meses;
  2. La escasez de agua. No llueve mucho -entre 250 y 500 mm anuales-, y además el agua permanece helada muchos meses, por lo que no está disponible para las plantas.

Carácterísticas geográficas

Clima

El Clima de la taiga es de tipo subártico y continental y se caracteriza por largos inviernos con muy bajas temperaturas (hasta seis meses con temperaturas medias inferiores a los 0º C) y por cortos y moderadamente cálidos veranos, que ya permiten el desarrollo de la vegetación boscosa. El límite entre la desarbolada tundra y la boscosa taiga coincide aproximadamente con la isoterma de los 10 ºC en verano. Las precipitaciones no son muy abundantes (entre los 250 y 700 mm anuales), aunque las bajas temperaturas hacen que la evaporación sea escasa.

En gran parte de su área el clima es muy continental, con grandes diferencias de temperatura entre el verano y el invierno (en Siberia se alcanzan normalmente temperaturas inferiores a los 40ºC en invierno y superiores a los 15 ºC en verano). Esta continentalidad se suaviza en la zona occidental de los continentes (Escandinavia y Alaska), donde el clima no es tan riguroso. En la mayor parte de la taiga la duración de la estación de crecimiento de la vegetación alcanza los 3 o 4 meses anuales.

Fauna

Los animales que viven en la taiga tienen que estar adaptados a las duras condiciones invernales. Las adaptaciones de la fauna a este clima tan riguroso comprenden: migraciones (muchas aves), hibernación (algunos mamíferos como el oso), pelaje blanco invernal (zorro, lobo, liebre, buho,..), almacenamiento de semillas para el invierno (ciertas aves, ardillas,..) y desarrollo de pelajes invernales con un gran aislamiento térmico (marta, armiño,..). (Estas pieles han sido muy cotizadas por la peletería y ya en el siglo XVIII comenzó la exploración de estas regiones por los tramperos para la explotación de las pieles con fines comerciales, lo que diezmó la fauna).

Flora

La vegetación dominante en la taiga es el bosque de coníferas (Picea, abetos, alerces y pinos) que durante la mayor parte del año se encuentran cubiertos de nieve. Las hojas en forma de aguja de las coníferas les permiten soportar bien las heladas y perder poca agua. Además, el ser de hoja perenne les facilita el que cuando llega el buen tiempo pueden empezar inmediatamente a hacer fotosíntesis, sin tener que esperar a formar la hoja. En las zonas de clima mas suave el bosque es mixto de coníferas y árboles de hoja caduca (chopos, álamos, abedules, sauces, etc.) Las coníferas que forman estos bosques boreales pertenecen a unos pocos géneros como son las piceas (Picea), los abetos (Abies) y los pinos (Pinus) que predominan en las regiones septentrionales de Norteamérica, Europa y oeste de Asia, mientras que los alerces (Larix) predominan en el este de Asia (Siberia central y oriental). Los alerces no son perennifolios, sino que pierden las hojas en invierno (algo muy poco común en las coníferas), siendo característicos de las zonas de clima más continental de la taiga, donde el permafrost es más continuo, y el clima es demasiado frío y seco para que sobrevivan las especies perennifolias.

Además de las coníferas en estos bosques también viven árboles de hoja ancha caducifolios como álamos (Populus) y abedules (Betula), que suelen ocupar las zonas incendiadas, los claros de los bosques y las márgenes de los ríos. Otros árboles y arbustos presentes en estos bosques, siempre con poca diversidad de especies, son los sauces, los alisos, los rosales, las zarzamoras y los arándonos. Entre las plantas herbáceas son frecuentes las perennes, mientras que son muy escasas las anuales. Los que si llegan a ser muy abundantes en este bioma son los musgos y los líquenes. Aunque en los bosques boreales podemos encontrar distintas comunidades vegetales, su aspecto es muy homogéneo debido a la dominancia de pocas especies de coníferas en grandes áreas geográficas. A pesar de la gran extensión que ocupa, su biodiversidad es baja en comparación con los biomas de climas más templados y tropicales.

Suelo de la Taiga

Las zonas actualmente ocupadas por la taiga se encontraban ocupadas por los hielos de la última glaciación hace unos pocos miles de años (hace 18000 años del último máximo glaciar), por lo que la geomorfología de los terrenos ocupados por este bioma es típicamente glacial. Extensas áreas de la taiga más septentrional se encuentran ocupadas por el Permafrost o capa de suelo permanentemente helada en profundidad (en gran medida herencia de la última glaciación). Este permafrost no es continuo ni tan profundo como el existente en la tundra. En la taiga normalmente se encuentran libres de hielo las laderas orientadas al sur y las llanuras de inundación de los ríos. Conforme nos dirigimos hacia el sur este permafrost se va haciendo más discontinuo y esporádico.

La superficie del suelo sí se encuentra helada gran parte del año, pero en verano se deshiela hasta una profundidad mayor que lo que ocurría en la tundra, lo que permite que los sistemas radiculares de las plantas alcancen mayor profundidad. En las zonas donde existe capa de permafrost que impide el drenaje en profundidad son frecuentes las zonas encharcadas y suelos muy húmedos. Debido también a la baja evaporación y a la geomorfología glaciar son frecuentes los lagos, las turberas y las zonas pantanosas.

Estos bosques de coníferas se encuentran frecuentemente asociados con suelos de tipo podsol ( o spodosoles), de carácter ácido y pobres en nutrientes. Los procesos de podsolización (lavado del hierro y del aluminio junto a compuestos orgánicos solubles desde los horizontes superficiales hasta los horizontes más profundos) llevan a la aparición de horizontes subsuperficiales (horizonte A2) muy lavados, de color claro (podsol o podzol significa suelo ceniciento en ruso) y horizontes de acumulación en profundidad (horizontes Bh y Bs). En el horizonte más superficial (horizonte A0) se acumula la hojarasca de las coníferas y la materia orgánica poco transformada (humus tipo mor). Esta acumulación es debida a las bajas temperaturas que dificultan su descomposición por los microorganismos. Todos estos procesos llevan a la acidificación del suelo y a los bajos niveles de calcio, nitrógeno y otros nutrientes que caracterizan estos suelos.

Fuentes