Ventosa obstétrica

Ventosa Obstétrica
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La ventosa obstétrica es un sistema diseñado para la extracción del feto.


La ventosa obstétrica es un sistema diseñado para la extracción del feto, basado en la aplicación de una copa o campana que se fija a la presentación fetal mediante presión negativa, haciendo una presa firme. Se pretende ayudar a los mecanismos fisiológicos del parto vaginal, con tracciones que acompañan a las contracciones. Su acción fundamental es tractora, no siendo considerado un instrumento rotador, no obstante puede inducir a la autorrotación de la presentación al facilitar el mecanismo del parto.

Instrumental

El elemento fundamental es la campana que se aplica a la presentación, existiendo modelos metálicos y copas blandas o flexibles, en ambos casos unidas a un sistema de succión y un elemento tractor.

La inserción del tubo de vacío en la copa metálica puede ser central o no. En los modelos flexibles, el tubo de vacío y el tractor quedan integrados centralmente en la copa.

Las campanas flexibles causan menos abrasión pero también permiten ejercer menos tracción por lo que se producen más desprendimientos de la campana y más fracasos de parto vaginal que con las copas rígidas especialmente en posiciones posteriores, transversas, con caput marcado o con cierto grado de deflexión.

El elemento de tracción tiene como función transmitir a la cazoleta la fuerza tractora. En las campanas tipo Malström, la cadena, incluida centralmente en el tubo de vacío, se une a la copa mediante una placa metálica que queda introducida en su interior. En el modelo de Bird la cadena tractora se fija a la superficie externa de la campana de forma independiente al sistema de vacío.

El tubo de vacío une la campana con el sistema de succión, que en cualquier caso estará dotado de un manómetro para permitir el control continuo de la presión realizada.

Condiciones para la aplicación

  • Membranas rotas.
  • Presentación cefálica.
  • Punto guía en III plano de Hodge.
  • Disponibilidad para la realización de una cesárea urgente.
  • Dilatación cervical completa o casi completa.

Indicaciones

Se considera que las indicaciones para el parto operatorio vaginal mediante ventosa obstétrica son similares a las del fórceps.

  • Segunda fase del parto prolongada.
  • Acortar la segunda fase del parto en presencia de enfermedad materna que contraindique los esfuerzos del expulsivo.
  • Patología neuromuscular que imposibilite la práctica de pujos.
  • Esfuerzos voluntarios inadecuados o agotamiento materno.
  • Riesgo de pérdida del bienestar fetal.

Contraindicaciones

Absolutas

  • Desproporción céfalo-pélvica.
  • Trastorno de la coagulación fetal, activo o sospechado.

Relativas

  • Prematuridad, especialmente cuando la edad gestacional es <34 semanas.
  • Traumatismos previos en el cuero cabelludo fetal (tomas de muestras sanguíneas o colocación de electrodos), que podrían producir sangrado fetal. Aunque clásicamente se consideran estos traumatismos como una contraindicación, en la práctica clínica, la aplicación de la ventosa en dichas circunstancias no ha demostrado aumentar las complicaciones neonatales.
  • Sospecha de macrosomía. Esta sospecha no contraindica el parto operatorio vaginal, no obstante condiciona un aumento del riesgo de distocia de hombros lo que debe obligar a aumentar la cautela.

Técnica

A diferencia de otros instrumentos obstétricos, la aplicación de la ventosa se puede hacer sin anestesiar a la gestante, pues su efecto se ve facilitado por la acción sinérgica de los pujos maternos.

Una vez vaciada la vejiga, realizada la asepsia y puestas las tallas en el campo, se coloca la cazoleta de mayor tamaño posible. Con una mano se deprime la horquilla vulvar, mientras que con la otra, la campana se introduce en sentido oblicuo hasta alcanzar el polo cefálico. En este momento se gira para apoyarla sobre la presentación fetal.

En la presentación occipitopúbica se aplica la copa en la sutura sagital, tan cerca del occipucio como sea posible, para facilitar la flexión de la columna cervical fetal. Seguidamente se comprueba la ausencia de interposición de tejidos blandos y se fija la campana con un vacío de 0,2 Kg/cm2 y se vuelve a revisar cuidadosamente la aplicación para descartar atrapamiento de tejidos maternos.

A partir de este momento se procede a aumentar el vacío, lo que se llevará a cabo a un ritmo de 0,1 Kg/cm2 cada 1-2 minutos, aunque si se requiere puede hacerse de forma más rápida.

La eficacia de la acción tractora depende del grado de adherencia de la campana al cuero cabelludo, lo que se logra mediante la creación de un tumor de parto artificial que rellena la cazoleta al producirse la presión negativa en ésta. Por lo tanto, la fuerza de tracción es proporcional al grado de vacío, no siendo eficaz hasta alcanzar 0,6 Kg/cm2, debiendo situarse en 0,7±1 Kg/cm2 y en cualquier caso no debe sobrepasar los 0,8 Kg/cm2, para evitar traumatismos fetales.

Alcanzado el vacío necesario, se procede a realizar tracciones simultáneas con las contracciones o los pujos maternos, efectuándose éstas perpendicularmente a la superficie de la copa y siguiendo la dirección del eje del canal del parto y en dirección de la fontanela mayor para facilitar la flexión de la cabeza fetal. La fuerza se ejerce por la mano asida al mango de tracción, mientras que la mano opuesta apoyada sobre el borde de la cazoleta, puede disminuir los desplazamientos de la misma y controlar continuamente su posición y el descenso de la presentación.

Entre contracciones puede interrumpirse la tracción o mantenerse sostenidamente. Igualmente se propone la disminución del vacío en el período intercontráctil, para aumentar nuevamente la presión negativa en el momento de reiniciar la tracción. No existe evidencia de que alguno de estos procedimientos disminuya la morbilidad materna o fetal.

Cuando la presentación alcanza a dilatar la vulva, se cambia la dirección de tracción, inicialmente hacia la horizontal y posteriormente dirigiendo el eje de tracción hacia arriba con lo que se consigue la deflexión de la cabeza y su desprendimiento. Una vez conseguido éste, se retira la cazoleta tras reducir el vacío lentamente.

Se recomienda abandonar el procedimiento:

  • si no se resuelve el parto en 15-20 minutos.
  • si no se consigue el desprendimiento del polo cefálico tras 7-8 tracciones.
  • si han ocurrido dos deslizamientos de la campana.

En cualquier caso, la falta de pruebas rápidas y tempranas de mejoría eficaz en la evolución del parto debe dar lugar a la elección de un método alternativo para el nacimiento.

Fracasos de la aplicación

En la mayoría de las ocasiones el fracaso de la aplicación se produce como consecuencia de:

  • Defectos en el aparato.
  • Defectos en su montaje.
  • Realización de una técnica incorrecta, habitualmente por:

1. realización de un vacío inadecuadamente bajo o demasiado rápido. 2. interposición de partes blandas. 3. tracción no axial. 4. tracción demasiado fuerte. 5. indicación errónea.

Complicaciones maternas

La aplicación de la ventosa obstétrica produce complicaciones maternas con poca frecuencia. Da lugar a menos laceraciones vaginales y perineales que el fórceps.

La frecuencia de complicaciones maternas con dicho instrumento es similar a la de los partos espontáneos, se han descrito alteraciones del esfínter anal y desgarros vaginales o cervicales secundarios al desarrollo del parto o al atrapamiento de partes blandas con la campana.

Complicaciones fetales-neonatales

El hecho de que diversas complicaciones descritas con el uso de la ventosa se presenten también en el parto espontáneo, hace difícil deslindar la relación causal.

No obstante, la morbimortalidad perinatal por el uso de la ventosa obstétrica va a estar directamente relacionada con las condiciones en las que se aplique, siendo el factor más directamente relacionado con la morbilidad, la duración de la tracción.

Se han asociado al uso de la ventosa obstétrica las siguientes complicaciones:

  • Lesiones del cuero cabelludo.
  • Hemorragia retiniana.
  • Cefalohematoma.
  • Hemorragia subgaleal.
  • Hemorragia intracraneal.
  • Hiperbilirrubinemia

La utilización de la ventosa obstétrica aumenta la morbilidad materna y fetal en comparación con el parto no instrumental, no es menos cierto, que dichos riesgos son mínimos cuando se usa de forma ponderada. En cualquier caso la utilización juiciosa dará lugar a un claro predominio de los beneficios sobre los riesgos.

Fuente

  • ACOG Practice Bulletin, number 17. Operative vaginal delivery. Obstet Gynecol 2000; 95: 1-8.
  • Chamberlain G, Steer P. ABC of labour care. Operative delivery. Br Med J 1999; 318: 1260-4.
  • Johanson R, Menon V. Soft versus rigid vacuum extractor cups for assisted vaginal delivery (Cochrane Review). In: The Cochrane Library, 4, 2001. Oxford: Update Software.
  • Gallo M, Vicente S, Sánchez JJ. Ventosa obstétrica. En: Manual de Asistencia al Parto y Puerperio Patológico. Fabre E (ed). Zaragoza. 1999. Cap 15: 249-73.
  • Lucas MJ. The role of vacuum extraction in modern obstetrics. Clin Obstet Gynecol 1994; 37: 794-805.