Cultura de Vincha

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Cultura vincha
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Concepto:Mapa de Europa con las culturas prehistóricas:
TRB (trichter becher kultur:cultura de los vasos de embudo’) del Neolítico, que se extendió en el norte de Europa entre el 4200 y el 2800 a. n. e.
LBK (linear band keramik:cultura de la cerámica de bandas’), horizonte arqueológico del Neolítico europeo. Floreció entre el 5500 y el 4500 a. n. e.
Lengyel, del Neolítico europeo, cultura centrada en el curso medio del río Danubio. Floreció entre el 5000 y el 3400 a. n. e.
Tripolie-Cucuteni fue la fase culminante del Neolítico final y el Calcolítico en Europa. Floreció entre el 4500 y el 3000 a. n. e.
• Cultura iamna (o cultura de los sepulcros) fue una de las últimas culturas de la Edad del Cobre y comienzos de la Edad del Bronce. Floreció entre el 3600 y el 2300 a. n. e.
Vincha fue una de las culturas más tempranas de Europa. Floreció entre el 6000 y el 3000 a. n. e.

La cultura vincha o cultura de Vinča es una de las culturas más tempranas de Europa (entre el VI y el III milenio a. n. e.).

Se encontraba a lo largo del río Danubio en lo que hoy son los países de Serbia, Rumania, Bulgaria y Macedonia, aunque sus huellas se pueden encontrar en todos los Balcanes, varias partes de Europa Central y Asia Menor.[1]

Descubrimiento

La enigmática cultura vincha, nacida junto al río Danubio, pudo ser tan civilizada como la sumeria. Evidencias arqueológicas apuntarían en este sentido.[2]

Obtuvo su nombre de la localidad de Vinča (pronunciado [bíncha]), ubicada en las orillas del río Danubio (en el km 1145 del río), apenas a 18 km al sureste del centro de Belgrado (capital de Serbia). Este fue el primer lugar donde se encontraron restos de uno de los más grandes y más importantes asentamientos del Neolítico en Europa del Este, descubierto en 1908 por el equipo arqueológico de Miloje Vasić (1869-1956), el primer arqueólogo de Serbia.[1]

Tras un siglo de excavaciones en el yacimiento neolítico de la cultura vincha, la primera cultura prehistórica de Europa, no se han obtenido aún respuestas a muchos enigmas de hace más de 7000 años. Un argumento a favor de dicha datación es que las minas de cobre de Rudna Glava, situadas 205 km al sureste de Belgrado, tienen precisamente 7000 años de antigüedad, y que en Serbia se han encontrado hornos para la fundición de metales de esta época (los vinchas elaboraban cuencos y joyas de bronce), lo que vendría a indicar que esta cultura es tan ancestral como parece.[2]

Entre los años 1908 y 1934, Miloie Vasich y su equipo excavaron la parte central y al mismo tiempo la parte más importante del Vincha prehistórico. Esta labor fue interrumpida varias veces por las guerras ―como la Primera Guerra Mundial (1914-1918)― y los problemas económicos, pero Vasich fue ayudado por el Instituto Arqueológico de Rusia Imperial, así como por el arqueólogo y aristócrata británico sir Charles Hyde (1876-1942), propietario del diario Birmingham Post and Mail.[3]

La primera excavación arqueológica en Vincha fue realizada por Miloje M. Vasic en 1908 en unos 400 m² (como un rectángulo de 40 × 10 m).[4]

Los trabajos continuaron, salvo pequeñas interrupciones, hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Se reanudaron en 1924, pero durante un tiempo, ya que el Estado empobrecido por la guerra no tenía más que una modesta capacidad de financiación.[4]

Una afortunada coincidencia, que suscitó esperanzas, fue un anuncio en el diario londinense The Times publicado por sir Charles Hyde, en el que este ofrecía ayuda financiera para la “excavación de restos arqueológicos”, que llegó a manos de Vasich a través de Alec Brown, escritor y camarada de guerra de John Linton Myres, en ese entonces profesor de la Universidad de Oxford.[4]

Con la buena recomendación de las excavaciones pasadas en Vincha y la ayuda de amigos británicos, llegó una financiación considerable que permitió reanudar los trabajos a gran escala. La prensa británica se hizo eco de este sitio (el Birmingham Post, el Illustrated London News, el Man, etc.). Así, Vincha pasó a ser el centro de atención de la ciencia arqueológica entre 1929 y 1931, siendo el yacimiento visitado por conocidas personalidades de la ciencia y la cultura de Europa y del país:

  • el historiador serbio Veselin Chaikanovich (1881-1946),
  • el catedrático serbio Bogdan Popovich (1863-1944).
  • el arqueólogo e historiador británico John L. Myres (1869-1954),
  • el arqueólogo australiano Gordon Childe (1892-1957)
  • W. A. Hurtley
  • Charles Hyde[4]

Vasich excavó una colección enorme de los objetos de arte prehistórico que hoy en día se encuentran en poder de museos y universidades de todo el mundo.

Introducción

Esculturas vinchas, y algunos caracteres de la escritura vincha.

Por aquel tiempo, tanto los arqueólogos yugoslavos como los italianoss creían que la cultura vincha habría surgido alrededor del 2700 a. n. e. Sin embargo, la datación por radiocarbono determinó la fecha de aparición de esta cultura antes del 4000 a. n. e.[2]

Nuevos trabajos, bajo los auspicios de la Academia Serbia de Ciencias, comenzaron en 1978, dirigidos por Nikola Tasic, Gordana Vujovic, Milutin Garasanin y Dragoslav Srejovic.

En el VI milenio a. n. e., la cultura vincha cubría el área de los Balcanes centrales, limitando con los montes Cárpatos en el norte, con Bosnia en el oeste, la llanura de Sofia (Bulgaria) en el este y el valle del río Vardar (donde se encuentra la ciudad macedonia de Skopie) en el sur.

Los elementos más característicos de la cultura de Vinča son las cerámicas oscuras, con decoración acanalada en relieve, así como sus idolillos de barro y piedra con cabezas y rostros extraños, esculpidos tomando como referentes a sus dioses y que poseen caras alargadas, narices aguileñas, ojos oblicuos y bocas pequeñas. Hembras antropomórficas con pequeños pechos y caderas prominentes, ojos de ave, con forma de almendra, son características típicas de la cultura vincha. También lleva adornos que representan ropa -desde el cuello y falda larga decorada con líneas incisas.[2]

La cultura más antigua de Europa

La antigua cultura vincha debió de ser una de las culturas más tempranas europeas (surgida entre el VI y III milenio a. C.) y su población se asentaba a lo largo de la cuenca del Danubio en lo que hoy son Serbia, [[[Bosnia]], Kosovo, Rumania, Bulgaria y Macedonia. Aunque también es cierto que han aparecido huellas de esta cultura en Los Balcanes, varias zonas de Europa Central y Asia Menor.

Hay agrupaciones de casas de barro y madera rectangular con varias habitaciones, una de las cuales, la central, suele contar con un horno para el pan.

El punto de partida de Vinča, o fase A, puede considerarse Neolítico, una variante de la cultura de Starcevo-Körös.

Las etapas B y C son calcolíticas (de la Edad del Cobre), la etapa D corresponde al horizonte de Vinča-Plocnik, que toma ese nombre de un escondrijo de objetos metálicos, y coincide con la Edad del Bronce.

Durante la fase Vinča-Plocnik se explotó la mina de cobre de Rudna Glâva; cuenta con varios pozos verticales y otros secundarios que se ramifican lateralmente siguiendo las vetas de malaquita.

Los testimonios arqueológicos, como las herramientas de asta y más de un centenar de martillos sobre guijarros con estrangulamiento central para el enmangue, se mantienen tal como fueron abandonados por los mineros calcolíticos, lo que permite conocer cómo se realizó la explotación del mineral.

La roca que contenía los minerales se calentaba mediante hogueras para ser después regada sobre la marcha con agua almacenada en tinajas, lo que provocaba la aparición de grietas. A continuación, se clavaban en estas grietas ciertos picos de asta de ciervo con los que se desgajaban los bloques, que eran trasladados a la superficie. Una vez allí, mediante martillos de minero se desgajaba la parte sin valor del mineral, desmenuzándose este último mediante morteros.

La escritura vincha

Tablillas descubiertas en Tordos (Rumania), que tienen inscripciones con escritura Vincha-Tordos.

Algunos de sus elementos más característicos son las cerámicas oscuras, con decoración acanalada en relieve, así como sus idolillos de barro y piedra con rostros de cabezas extrañas. Pero es que, además, el sistema de signos de su escritura es, para algunos autores, la más antigua forma de escritura (o protoescritura) conocida, anticipándose en siglos a la grafía cuneiforme mesopotámica.

En 1875, las excavaciones arqueológicas de Zsófia Torma (1840-1899) en Turdaş (Tordos), en Transilvania (región de la actual Rumania), descubrieron un grupo de objetos con inscripciones de símbolos desconocidos. Objetos similares se encontraron durante las excavaciones de 1908 en Vinča, un suburbio de la ciudad de Belgrado (capital de Serbia), a 335 km de al suroeste de Tordos. Más tarde, aparecieron objetos en la aldea de Banjica, 7 km al sur del centro de Belgrado. La cultura fue nombrada Vincha-Tordos, y las inscripciones, escritura Vincha-Tordos.

En 1961, Nicolae Vlassa (1934-1984)[5] ―arqueólogo del Museo de Cluj (Rumania)― descubrió tres tablillas en el pueblo de Tărtăria (Rumania), a 30 km aproximadamente de la localidad de Alba Iulia, en la región de Transilvania (Rumania), 355 km al noroeste de Bucarest (capital de Rumania).

Vlassa consideró las inscripciones como pictogramas, y la datación por carbono de los objetos entre el 5300 y el 3800 a. n. e. lo convertía en el primer sistema de escritura.

Muestran una serie de símbolos grabados que han sido objeto de considerable controversia entre los arqueólogos, en tanto que según algunas opiniones podrían ser una de las primeras formas de escritura del mundo.

Eran tres tablillas con 26 símbolos, junto con un brazalete y varios restos de huesos humanos. Dos de las tablas son rectangulares y la tercera es circular. En las tres, solo presenta símbolos una de las caras. Símbolos similares se han hallado en utensilios localizados en las excavaciones de la aldea de Vinča (en Serbia) y otros lugares del sur de los Balcanes, por lo que podrían estar relacionados.

Como la mayoría de los sistemas de escritura que aún no han sido descifrados del todo, la escritura vincha ha atraído la atención de muchos estudiosos. En 2001, el arqueólogo serbio Radivoje Pešic propuso que todos los símbolos etruscos se encuentran en la escritura vincha, intentando explicar con ello que es anterior a la escritura cuneiforme sumeria y que, de alguna forma, fue imitada por el resto de culturas florecientes. Una visión que, por otro lado, no es aceptada por la mayoría de sus colegas arqueólogos.

El enclave de Vinča disponía de muchísimas circunstancias para lograr que una ciudad perdurara, destacando entre ellas su ubicación geográfica, que hacía posible un control excelente del río Danubio y sus orillas: estando en el centro de los Balcanes podían desarrollarse el comercio y las comunicaciones. Además, el suelo era muy fértil, rico en materias primas y en abundante flora y fauna, lo que facilitaba la producción de alimentos, la cacería y el desarrollo de una vida bastante cómoda.

Buscando la respuesta a la pregunta de qué era lo que contribuía a la riqueza material de este pueblo, que vivía en unas poblaciones organizadas como ciudadelas, los científicos concluyeron que su secreto radicaba en la cinabrita, un pigmento obtenido gracias a la minería y cuyo yacimiento se encontraba en el cercano monte de Avala. Los habitantes de Vinča comerciaban con este pigmento, de importante uso medicinal y utilizado además para la producción de tintes.

Estatuilla de una mujer vincha sosteniendo un recipiente.

La cultura vincha dominaba conocimientos relativos al procesamiento de metales en una época conocida en el Próximo Oriente como el período que culminó con el tratamiento de los metales. Según informó un equipo de arqueólogos de Reino Unido, Alemania y Serbia en un congreso celebrado en Vancouver (Canadá), se trataba de la cultura más avanzada de Europa por aquel entonces. Por último, lo más curioso de los habitantes de la llamada cultura vincha es que nunca hicieron la guerra entre sí, ni contra otros.

Y ese es solo el comienzo de los enigmas de la cultura vincha: la desaparición de su metrópolis principal es notoriamente misteriosa, dado que los arqueólogos han encontrado restos de un gran incendio, pero lo extraño es que luego de este los ciudadanos desaparecieron por completo, en lugar de permanecer en la zona para reconstruir la ciudad, como indicaría la lógica histórica.[6][7]

Fuentes