Elena Poniatowska

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Elena Poniatowska
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Nacimiento19 de mayo 1939
París Bandera de Francia Francia
OcupaciónPeriodista, cineasta y narradora
PremiosRómulo Gallegos, Mazatlán de literatura, Premio Nacional de Periodismo en México, Premio Cervantes 2013.
Elena Poniatowska. París, 1939. Bastan algunas veces unas horas, para entender o acercarse a la raíz de un escritor. Entendiendo como raíz todo aquello que late subterráneo y puede absorber y conducir preciosas sustancias. Así sucede con esa gran intelectual. Más allá de la lectura de Hasta no verte, Jesús mío y La noche de Tlatelolco, entre otras obras maestras de la literatura latinoamericana y universal, estar delante de la esencia viva de esta mujer constituye una lección inigualable de humildad y firmeza intelectual y humana

Síntesis biográfica

Infancia y juventud

Nació en París, en 1939. Hija de un príncipe polaco, llegó a México junto a su madre en 1942, durante la II Guerra Mundial. Esta escritora que se ha interesado por figuras femeninas en varias de sus obras, ha dicho en alguna ocasión:
creo que uno debe ser generoso con los escritores así como ellos lo son con nosotros, porque escribir es una empresa endemoniada, y que es doblemente endemoniada si quien escribe es mujer.

Primeros años

Los primeros años de la vida de esta mujer de tiempo indefinido y sangre azul transcurrieron marcados por la convicción absoluta de que las soluciones caen del cielo. Así lo creía firmemente su madre, la mexicana Paula Amor, cuya presencia magnífica mantuvo a Elena y a su hermana cautivas y aleladas durante su infancia en París. A la sombra de esta certeza, apenas avizoraban un problema, ellas se quedaban mirando hacia lo alto como los lirios del valle.

Antes de que la adolescencia se asomase a la vida amable de Elena Poniatowska, ya se habían agudizado sus sospechas de que en el mundo la felicidad estaba mal distribuida. Tomando el toro por las astas, a los 9 años, hizo su Victory Garden (jardín de la victoria), como lo pedían los aliados en la Segunda Guerra Mundial y confiesa que sólo se le dieron unas cuantas zanahorias en un cajón de tierra en la azotea. Militó disciplinadamente en los Scouts y salió a la calle a alfabetizar:
"anduve con un cuaderno y un lápiz espantando gente".

Vida privada

Viuda de un astrónomo, madre de tres hijos y abuela, ha vivido más de 40 años entregada al periodismo y la literatura. Desde que, en 1953 hizo su primera entrevista para el diario Excelsior, su pluma no se ha detenido, perseverando en la denuncia de injusticias y miserias.

La Poniatowska ha brillado como pocos personajes en el México contemporáneo y su trabajo ha recogido como nadie el sentir de la gente. Es famosa por sus novelas, cuentos, testimonios, crónicas y entrevistas impertinentes en periódicos y revistas. Y sólo la lectura de Tinísima, la historia de la historia de la fotógrafa Tina Modotti, basta para tener una síntesis magistral de la vida cultural mexicana en la primera mitad del pasado siglo.

Elena Poniatowska describe su vida como
"una naranja de gajos pulposos" que no cambiaría por ninguna otra.
Sin embargo, se lamenta por algunas cosas que no ha hecho:
"No he tenido una vida académica, no he tenido un manager en mi vida, no he viajado lo suficiente, no he escrito lo suficiente…".
Nacida bajo el signo de Tauro, reconoce este ascendiente
"en mi increíble obstinación y mi apego a la tierra".
Se declara admiradora fanática de Ana Karenina, "un personaje capaz de matarse por amor". Cuenta que desde chica en la literatura se sintió atraída por los personajes muy carismáticos, los Rasputines y confiesa su pasión tormentosa por D. H. Lawrence:
"Si pudiera escribir una página como él, moriría tranquila".

En este oficio de preguntar ha hecho más de mil entrevistas. Y no por nada su madre recuerda que desde que Elena era chiquita, cuando le contaba un cuento, después del "y fueron felices y tuvieron muchos hijos", ella insistía: "Y después"

Labor periodística

La magnífica carrera de Elena Poniatowska abarca casi cincuenta años de producción e innovación continúa. Comenzó en el periodismo a los veintiún años y a los veintidós había publicado su primer libro: Lilus Kikus (cuentos). Cientos de entrevistas y artículos suyos han aparecido en casi todas las publicaciones de México y es fundadora del importante periódico La Jornada. En 1978 fue la primera mujer en recibir el Premio Nacional de Periodismo en México. Sobre ella escribió Octavio Paz:
“...Elena es eso, un pájaro en la literatura mexicana”.
Poniatowska trabajó durante años como periodista escribiendo para excelsior y novedades:
“soy de la idea de que por haberme iniciado como periodista, voy a ser periodista hasta que me muera. Y debo decirle que para mí la decisión de dar el paso del periodismo a la literatura fue algo aterrador. ¡Cómo saltar encima de un precipicio y llegar al otro lado!”

Este espíritu heredado del periodismo lo mantiene la autora además no sólo en Querido Diego, te abraza Quiela, sino en varias de su obras, por ejemplo en Hasta no verte Jesús mío (1969, premio Mazatlán de literatura) que parte de las entrevistas a Jesusa Palancares, una lavandera heroína veterana de la Revolución Mexicana, y en Tinísima (1992, premio Mazatlán de literatura) una vasta investigación novelada sobre la fotógrafa Tina Modotti donde la experiencia periodística se convierte en sustento de la experiencia literaria.

Secretos y mentiras

Su trayectoria está marcada por un compromiso radical:
Desde muy joven me he involucrado con las causas más difíciles de este país.
La noche de Tlatelolco da cuenta de masacre de los estudiantes el 2 de octubre de 1968. Realizó también un libro, Fuerte es el silencio, sobre la gente que nunca llega a los periódicos, los que casi no tienen nombre. Escribió sobre el terremoto de 1985 y he trabajado con campesinos y costureras. Ha sido tesorera de muchísimas asociaciones y he militado en el feminismo.

Actitud política

Hay escritoras ligadas al poder que son amigas de los presidentes de la República, que incluso viajan con ellos. Y yo nunca he sido una mujer ligada al poder. Siempre he sido una contestataria, una opositora al gobernante. Claro, no sistemática, y no por ser opositora, pero soy una mujer a la que nunca se le darían puestos políticos como se le podrían dar a esas otras escritoras vinculadas al poder.

Publicaciones

Fuentes