Museo del Prado
Museo del Prado | |
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Presenta una colección intensa y distinguida | |
| Información geográfica | |
| País | |
| Ciudad | Madrid |
| Información general | |
| Inauguración | 1800 |
| Sitio web | Museo del Prado |
Sumario
Orígenes
Al igual que otros grandes museos, como el Louvre de Paris y los Uffizi de Florencia, el Prado debe su origen a la afición coleccionista de las dinastías gobernantes. En este caso, el Prado refleja los gustos personales de los reyes españoles, sus alianzas y enemistades, insuperable en determinados artistas y estilos.
Ubicación
Se encuentra ubicado en el centro de Madrid, próximo al Paseo de la Castellana, España.
Historia
El 19 de noviembre de 1819 se inauguró el Museo Real de Pinturas, primer nombre que recibió el actual Museo del Prado, llamado así porque su creación se debía a la iniciativa y estaba bajo el patrocinio del rey Fernando VII. Su objetivo era hacer público los tesoros artísticos que hasta ese momento solo disfrutaban la realeza, la aristocracia o la Iglesia.Aunque desde comienzos del siglo XIX había surgido la idea de crear en la corte un museo que reuniese las obras más importantes existentes en el país, no es hasta 1809 que, con la invasión napoleónica, José Bonaparte promulga un decreto por el que se creaba en Madrid un museo de pintura que se denominaría Museo Josefino.
En 1811 se decide emplazar el museo en el edificio que originalmente había sido construido para Gabinete de Historia Natural y Academia de las Ciencias, sin llegar a practicar nunca dicho propósito. Este inmueble, que había sido promovido en 1785 por el conde de Floridablanca, político ilustrado y primer secretario de Estado de Carlos III, se convierte así en la sede del Museo del Prado, nombre que con el tiempo recibe la institución por el paraje donde se encuentra: el Prado de San Jerónimo.
En los meses siguientes al retorno de Fernando VII, luego del fin de la guerra de independencia española, se dispuso la culminación del proyecto del museo. Los fondos del Museo del Prado se constituyeron con las obras artísticas de la Colección Real. Al abrir sus puertas exhibía 311 obras, todas de artistas españoles. Según el inventario de 1827, en esta fecha ya el museo contaba con más de 4 000 cuadros.
De acuerdo con su carácter real, los primeros directores del Museo fueron miembros de la alta nobleza vinculados al ámbito palaciego. El primer director fue el marqués de Santa Cruz, mayordomo mayor de palacio y consiliario de la Real Academia de Bellas Artes, quien contó con la colaboración de pintores de palacio que ocuparon los puestos de asesor artístico y conserje mayor. En 1838 el Museo Real tuvo por vez primera a un pintor como director, José Madrazo, lo cual abrió una etapa de directores artistas que duraría hasta 1960.
Aunque abierto al público, el Museo era una posesión real, específicamente propiedad personal del monarca. Esto suscitó un problema a la muerte de Fernando VII en 1833, puesto que su testamento consideraba la libre disposición de todos sus bienes muebles, entre los que se incluían las colecciones del Museo. Para evitar la división del patrimonio artístico, se le propuso a la reina Isabel II que comprara a su hermana, la infanta María Luisa Fernanda, la parte que le correspondía por herencia de su padre. Y además, para evitar situaciones similares futuras, que el Museo del Prado se incorporara a la Corona y dejara de ser propiedad personal del monarca, lo que finalmente se llevó a cabo en 1865.
En 1872, destronada y exiliada Isabel II, el Museo pasó a ser propiedad nacional. En este mismo año, se unieron al Museo del Prado, los fondos del Museo Nacional de Pintura y Escultura, conocido como de la Trinidad, que había sido creado en 1837 con carácter nacional para conservar y exhibir las obras de arte procedentes de las desamortizaciones de los bienes eclesiásticos y las contemporáneas adquiridas por el Estado, en su mayor parte obras premiadas en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes.
Los problemas de espacio, presentes prácticamente desde la apertura de la institución, se intensificaron con la disolución del Museo de la Trinidad y su unificación con el Prado, por lo que además de plantearse una vez más la necesidad de ampliar la sede, se inició una política de depósitos de obra de arte por diferentes lugares.
En 1876 el nuevo reglamento del museo establecería que para asumir el cargo de director del Museo era necesario ser pintor, miembro de la Academia de San Fernando y haber obtenido medalla en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes.
En 1894 se creó el Museo de Arte Contemporáneo, al que se destinaron la mayor parte de las obras del siglo XIX que conservaba el Museo del Prado.
En 1902 se realizó la primera exposición temporal del Museo con obras del Greco.
En 1912 se creó el Real Patronato, con el propósito de mejorar la gestión del Museo, otorgarle un carácter más científico y ponerlo en contacto con la sociedad.
Entre 1914 y 1923 se llevó a cabo la primera de las ampliaciones del edificio de Villanueva.
El 30 de agosto de 1936 el Prado cerró sus puertas debido a la Guerra Civil. El 20 de septiembre de ese mismo año el gobierno republicano nombró a Pablo Picasso director de la institución.
En 1939 se creó el Comité Internacional para el Salvamento de los Tesoros de Arte Españoles, con el objetivo de evacuar las obras a Ginebra, bajo la protección de la Sociedad de Naciones. Esto ocurrió en febrero, y en mayo del mismo año, tras el final de la guerra, las obras comenzaron a regresar a Madrid y el Museo volvió a abrir el 7 de julio.
De 1954 a 1956 y de 1964 a 1968, se realizaron dos nuevas ampliaciones en el edificio de Villanueva.
A partir de 1971, un proyecto de modernización del Museo se replanteó la instalación de las colecciones, la remodelación de los edificios y la conservación de las obras. A partir de este momento el Prado fue adecuándose a las nuevas exigencias museísticas y al aumento de público surgido con el auge del turismo y el creciente interés por el arte. Se intensificaron las exposiciones temporales, se mejoró la conservación de las obras y su restauración, y se desarrolló su faceta investigadora, además de ir paulatinamente mejorando los servicios al público. Para aumentar el espacio expositivo, se adscribió al Prado el Casón del Buen Retiro, antiguo salón de baile del palacio del mismo nombre.
A partir de la década del 90, un nuevo status administrativo otorgó mayor autonomía al Museo, se amplió el personal, se rehabilitó el Casón del Buen Retiro y un ambicioso proyecto de ampliación, del arquitecto Rafael Moneo, incorporó en el 2007 el solar del claustro del antiguo convento de Los Jerónimos.
Procedencia de sus colecciones
Durante casi cinco siglos, la Casa Real de España ha auspiciado y promovido las colecciones de arte, principalmente de pintura y escultura.
Puede decirse que el Prado es una colección intensa y distinguida, procedente de la Casa Real y de afortunados donativos y legados. Posee también una importante colección de arte decorativo y una destacada colección de esculturas grecoromanas.
Esta área se enriquece con otras instituciones cercanas como el Museo Reina Sofía, el Museo Arqueológico Nacional España, el Museo Nacional de Artes Decorativas , la Real Academia de Bellas Artes y otros pequeños centros de arte.
Entre las colecciones en exibición, se incluye, el legado Thyssen-Bornemisza, donado por la viuda del magnate alemán. Esta política es única en el mundo y se concentra en la salvaguarda y protección de famosos pintores como Velázquez y Goya.
Se destaca también por la muestra de una amplia colección de Tiziano y otros destacados conjuntos de El Greco, Murillo, Ribera, Zurbarán, Rafael, Veronese, Tintoretto, Van Dyck y El Bosco.
Colecciones relevantes
Ningún museo o colección en el mundo supera al Museo del Prado en la representación de algunas figuras históricas como:
- El Greco, 36 obras y dos esculturas.
- Velázquez, 48 óleos de poco más de 120 catalogadas, casi todas obras capitales del rango de Las Meninas.
- Goya, , 133 pinturas, incluidos casi todos los cartones para tapices; es el artista que posee mayor número de obras.
- Tiziano, 40 pinturas.
- El Bosco, 10 obras
- Rubens, 100.
El museo tiene también el cuadro titulado La Gloria, pintado por Tiziano para Carlos V, el cual le acompañaría durante su retiro en el Monasterio de Yuste.
En este grupo figura también el retrato ecuestre de la Reina Margarita, por Velázquez, mostrando dos de las joyas más famosas de la Corona de España; la perla llamada Peregrina, la cual se cree en poder de Elizabeth Taylor. La otra es el diamante llamado El Estanque, tallado por el famoso Niccolo de Trezzo.
Consecuencias de la invasión napoleónica
Lo mismo que pasó en Italia y los Países Bajos, lainvasión napoleónica fue un terrible desastre para el patrimonio histórico y artístico español, del que no se libró ni la colección real.En su huida José Bonaparte se apoderó de un enorme conjunto de obras de pequeño y mediano formato escogidas por su calidad. Dicho cargamento fue interceptado por las tropas del Duque de Wellington tras la Batalla de Vitoria. En definitiva el valioso tesoro fue a parar al patrimonio británico.
Dichas obras incluían clásicos como El Aguador de Sevilla, de Velázquez; el Matrimonio Arnolfini, de Van Van Eyck.
La mayor parte pasó a manos de Wellington y aún hoy se encuentran en su casa residencial en Londres.
Curiosidad
La permanente limitación de espacio explica que el museo exhiba sólo una reducida selección de sus obras, unas 900, de su inventario de 8 000. Esto hace que el Museo sea considerado como la mayor concentración de obras maestras por metro cuadrado del mundo.

