Freddy

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Fredelina García Herrera
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Freddy publicada en la Revista Bohemia , 1960
NombreFredelina García Herrera
Nacimiento11 de noviembre de 1934
La Habana, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento31 de julio de 1961[1]
San Juan de Puerto Rico,Bandera de Puerto Rico Puerto Rico
Causa de la muerteInsuficiencia cardíaca congestiva, hipertensión y obesidad
Nacionalidadcubana
Otros nombresFreddy
OcupaciónCantante, empleada doméstica y cocinera
HijosHija
PadresJusto García y Manuela Herrera

Fredelina García Herrera o Freddy. Fue el seudónimo artístico de la cantante afrocubana, sus interpretaciones, con un estilo tan original, tan único, tan distinto, que su poder creador permitió a todos vaticinarle un porvenir triunfal y un futuro sin inquietudes.

Síntesis biográfica

Nació en La HabanaCuba el 11 de noviembre de 1934. Sus padres Justo García y Manuela Herrera. Trabajo como doméstica, que al parecer era el único destino al que podía aspirar.

Probablemente, nunca pretendió mucho más con su voz de contralto increíble, que cantar como confesión catártica a los trasnochadores que quisieran escucharle en aquel bar, convertido sin permiso de nadie en su refugio personal; o quizás cantar sólo para conjurar, desde la más auténtica humildad, los temores y los dolores que, parece ser, nunca la abandonarían.

Trayectoria artística

Hacia finales de los años cincuenta, Freddy terminaba sus labores como criada en la mansión de Arturo Bengochea (presidente de la Liga Profesional Cubana de Baseball), en el Vedado.[2]. Iba al bar Celeste ―en las calles Humboldt e Infanta― a cantar, a capella, canciones y boleros con un estilo muy personal y profunda voz de contralto. A este bar acudían también músicos, arreglistas y cantantes, pues estaba muy cerca de la emisora Radio Progreso que, noche tras noche, presentaba programas en vivo, ante el público, de orquestas y cantantes de moda (Benny Moré, la Sonora Matancera, la Orquesta Aragón), además de que varias empresas discográficas utilizaban sus estudios para realizar sus grabaciones. Así, se dio a conocer a la bohemia de la ciudad.

En 1959, por mediación de un periodista, el cabaret del hotel Capri la hizo debutar en su show y la dio a conocer al público, lo cual la convirtió en “la revelación del año”, tal y como la bautizó la prensa.

Freddy con Humberto Suárez, en 1960
Quiero convertirme en una estrella del cabaret, ganar mucho dinero y recorrer el mundo llena de joyas y lentejuelas.
La Freddy[3]

.Error que aparece en varios artículos en la prensa de la época. Según consta en su pasaporte, documento oficial que utilizó para su viaje al exterior, su nombre no era Fredesvinda sino Fredelina.

Aunque su físico no era el propio de los cánones de la época para una artista (llegó a pesar 305 libras), su voz cautivó enseguida por su singularidad y sensibilidad interpretativa.[4]

Senobio Faget cuenta que en junio de 1959, Freddy estaba cantando «Cada vez más» (de René Touzet) a dúo con la victrola, cuando apareció, escoltado por una bailarina del cabaret Tropicana, Carlos M. Palma, alias Palmita, abogado, criminalista, promotor artístico y director de la revista Show ―famosa por descubrir talentos nuevos―.[3]

Para complacer al doctor Palma, Freddy cantó «Bésame mucho» (de Consuelo Velázquez), «Tengo» (de Martha Valdés), y «Debí llorar» (de Piloto y Vera), acompañada por el cuarteto Los Riveros. En la semana siguiente, Palmita escribió en su revista Show, en julio de 1959: «Del servicio doméstico surge una bolerista que ha de ser célebre (...) Sus días como cocinera están contados, porque cuando cualquier empresa la lance, habrá enseguida que programarla en televisión; la radio la hará su cantante favorita». Hay que destacar que el bolero interpretado por mujeres estaba en pleno auge con Elena Burke, Berta Dupuy y Olga Guillot, entre otras.[3]

Uno de los productores del salón Capri fue a comprobar lo que se había escrito sobre ella. La contrató y la hizo debutar en el propio Capri, en la revista musical Pimienta y Sal, junto a Rolo Martínez, el Cuarteto Los Faxas y otros. Freddy solo necesitó dos canciones para meterse el público en el bolsillo: «El hombre que yo amé» (de George Gershwin), y «Noche de ronda» (de Agustín Lara).[3]

En 1960 apareció en el programa del circuito CMQ del Canal 6 de televisión, Jueves de Partagás. Cantó junto a Benny Moré y Celia Cruz. Al terminar, Moré la felicitó y la Freddy gritó: «¡Ay, Dios mío, perdóname, pero ya puede darme otro infarto! Ahora sí voy a morirme tranquila».[5]

En 1960 grabó el que sería su único disco de larga duración (Noche y día, LP Puchito 552) con dirección y arreglos orquestales de Humberto Suárez, y en el cual combinó piezas sentimentales de autores cubanos y mexicanos, y estándares estadounidenses de jazz, como “The man I love”, de George Gershwin, y “Night and day”, de Cole Porter, adaptados al ritmo del bolero con letra en español. Más tarde inició una gira por México, Venezuela y Puerto Rico, donde encontró la muerte en 1961.

Freddy se puso de moda y todos querían escucharla, los compositores le entregaban sus canciones y, por suerte, los estudios de grabación se pusieron a sus pies. Y como si se repitiera la historia siempre que tenía un tiempo Pepé Delgado le acompañaba al piano; lo mismo que más de un escritor famoso de aquellos años le dedicó alguno de sus poemas.

A pesar de su meteórica trayectoria (1959-1961), aparece a menudo en compilaciones antológicas de música popular cubana y sus grabaciones han sido reeditadas en varias ocasiones en diversos países. En ella se inspiró el escritor Guillermo Cabrera Infante para el personaje de La Estrella en la novela Tres tristes tigres. Los capítulos en los cuales aparece La Estrella fueron recogidos más tarde por Cabrera Infante en un libro titulado Ella cantaba boleros.

A finales de septiembre de 1960 Freddy sale a cumplir su primer contrato internacional con el empresario Hugo Romani, que la lleva a presentarse en Venezuela, en programas de Radio Caracas, en Coney Island y en el cabaret Pasapoga, junto a otros artistas cubanos en el espectáculo Carnaval Carioca, producido por el coreógrafo cubano Gustavo Roig, y donde, sin dudas, fue también la sensación del momento.

Freddy cantando con los ojos cerrados.[6]

A pesar del éxito en La Habana, Freddy ―al igual que la Lupe― se perdió en el laberinto de la emigración y terminaría muriendo pobre en Puerto Rico.

Marchó a México junto a los integrantes del espectáculo de Tropicana abandonan México y ponen rumbo a Miami, pero Freddy está breve tiempo en esa ciudad. Sin muchos más datos, ni otras fuentes de información, que lo publicado por Carlos Manuel Palma en su revista Show, se sabe que la compañía lidereada por Rodney “…se desintegró en México, al fracasar Carlos Amador con un espectáculo importado de La Habana, le entregaron al excoreógrafo de Tropicana las riendas del cabaret El Señorial, pero con material humano de cubanos que ya estaban radicados en el país. Los artistas que en su origen había llevado Rodney en su compañía, quedaron varados en Miami, disgregándose el nutrido grupo tomando cada uno rumbos diferentes. Freddy no tuvo medios de defenderse en Miami (…) viéndose en la necesidad de dirigirse a Puerto Rico.”

Muerte

En San Juan (Puerto Rico), donde tuvo un infarto de miocardio y falleció a los 25 años de edad, el 31 de julio de 1961.

Certificado de defunción

El Certificado de Defunción emitido por el Dpto. de Salud del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, que por una serie de coincidencia se puede asegurar que está referido a Freddy. El documento aporta datos de importancia sobre la cantante, si se tiene en cuenta que hasta ahora, al parecer, no ha sido localizado ningún documento que los proporcione: su nombre verdadero se indica como FREDELINA GARCIA. Según el mismo documento, nació en La Habana el 11 de noviembre de 1934 y sus padres fueron Justo García y Manuela Herrera, ambos de La Habana, Cuba. Consigna como su oficio «TEATRO». La hora del fallecimiento se indica a las 4pm y las causas del deceso, insuficiencia cardíaca congestiva, hipertensión y obesidad. El documento también indica que hacía un mes que residía en Puerto Rico, que fue atendida en el Hospital de Mujeres de Santurce y su cadáver fue enterrado en el Cementerio de la Capital. Se consigna como Informante a Eugenio M. Portilla, y en la casilla «Relación con el fallecido» se indica «FUND/DIR» (probablemente Director de Funeraria, que debió ser, según el mismo documento, el Puerto Rico Memorial, de Santurce. El Certificado de Defunción está fechado un día después de su fallecimiento, el 1 de agosto de 1961, con el número 1131, registro 64.

opia fascimilar


Murió en la pobreza.[2]

Cuentan que músicos cubanos y puertorriqueños tuvieron que hacer una colecta para pagar sus funerales.[2]

Su tumba se encuentra en el Cementerio Santa María Magdalena de Pazzis (en el Viejo San Juan) franqueada por la de Tite Curet y la de Daniel Santos, El Jefe.

Discografía

Su único álbum es conocido también como "La voz del sentimiento" o "Ella cantaba boleros". Fue grabado en 1960 para el sello Puchito, con la referencia: Puchito MLP 552.

Humberto Suárez hizo los arreglos musicales y dirigió la orquesta.

La canción «Freddy»

Freddy canta de pie junto al pianista Rafael Somavilla ―de espaldas a la cámara y tocando un piano de cola― y otros tres músicos. Detrás del piano se ve un contrabajo y una batería.[6]

Letra de la canción «Freddy», especialmente escrita para ella por Ela O'Farril.

Soy una mujer que canta
para mitigar las penas
de las horas vividas y perdidas.
Me queda solo esto:
decirle a la noche,
todo lo que yo siento;
cantando canciones
despierto ilusiones
dormidas en mí.
Muchos me vieron
caminando a solas
bajo las luces
desiertas y azules de mi soledad.
¿Qué fue mi vida desde siempre?
Solo trabajo y miseria,
por eso cantaba a las estrellas
y quizás me oyó hasta Dios.
Soy una mujer que canta
para mitigar las penas.
no era nada ni nadie, y ahora
dicen que soy una estrella,
que me convertí en una de ellas
para brillar en la eterna noche.
Soy una mujer que canta
para mitigar las penas.
no era nada ni nadie, y ahora
dicen que soy una estrella,
que me convertí en una de ellas
para brillar en la eterna noche.

Homenaje

Freddy apoyada en el mostrador de Discos Puchito’s (calle Cuba entre Muralla y Sol, en La Habana Vieja), la empresa discográfica que publicó el único álbum que grabó Freddy en su corta vida.[7]

Su voz se sigue escuchando esporádicamente en la radio cubana, como un recuerdo de sus admiradores del bar Celeste.

En 2010, la compañía de teatro Danza Voluminosa, acompañada de Danza Espiral, presentó la obra Freddy, una mujer que canta, basada en recuerdos de la cantante.[4]

Fuentes

Notas