Napoleón Bonaparte

Ana Fidelia Quirot
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NombreAna Fidelia Quirot Moret
Nacimiento23 de marzo de 1963
Palma Soriano, Santiago de Cuba, Bandera de Cuba Cuba
Otros nombresLa Tormenta del Caribe
OcupaciónDeportista cubana (atletismo)
PremiosSub Campeona Olímpica, Panamericana, Centroamericana y Mundial

Ana Fidelia Quirot Moret, también conocida en el mundo del atletismo deportivo como "La Tormenta del Caribe" es una corredora cubana. Se le considera como una gloria deportiva y es ejemplo de valor y entrega incondicional al deporte. Su desempeño deportivo le hizo acreedora de lauros y condecoraciones, siendo cinco veces campeona del Gran Prix desde 1987 hasta 1991, siendo además seleccionada como la atleta más destacada de Cuba en los años 1987, 1988, 1989, 1990 y 1991.

Actualmente se encuentra retirada del deporte activo, pero continúa trabajando en función de desarrollar el atletismo cubano. Participa en eventos de veteranos y glorias del deporte, además en relaciones públicas en el centro de la Federación Internacional de Atletismo Amateur (IAAF) con sede en Cuba.

Síntesis biográfica

Primeros Años

Nace el 23 de marzo de 1963 en Palma Soriano, unos de los municipios de la provincia de Santiago de Cuba, en la región oriental de Cuba. Se desarrolló como atleta en las disciplinas de campo y pista.

Trayectoria deportiva

Comienza sus entrenamientos a los 12 años y en 1983 se incorpora a la selección nacional cubana de alto rendimiento. Desde ese momento comienza a obtener importantes reconocimientos nacionales e internacionales. Desde sus inicios en el deporte, se caracterizó por su disciplina en los entrenamientos y clases técnicas de alto rendimiento, por lo que pronto sus entrenadores vislumbraron un futuro que prometía triunfos, debido a sus condiciones físicas, tenacidad y perseverancia.

Una de las primeras experiencias fuera de Cuba fueron los XIII Juegos Centroamericanos y del Caribe, efectuados en Medellín, Colombia, en 1978, cuando solo tenía 15 años, donde conquistó la medalla de oro en la modalidad del relevo de cuatro por 400.

Con veintitrés años, en septiembre de 1986, se convirtió en la reina de los II Campeonatos Iberoamericanos de Atletismo, celebrados en La Habana, en que consiguió las medallas de oro en los 400 y 800. No participó en los Juegos Olímpicos de Seúl de 1988 debido a que Cuba no asistió en solidaridad con Corea del Norte. Sin embargo, en las distintas reuniones internacionales venció a todas las participantes de la final de los 400 metros.

Durante el año 1989 logró dos títulos en la Copa del Mundo en 400 y 800 metros, por lo que fue galardonada como mejor atleta femenina a nivel mundial. Además obtuvo medallas en cinco Grand Prix de atletismo, en 800 metros: 1987 (1:58,80); 1989 (1:59,02) y 1991 (2:00,17); así como otras dos en 400: 1988 (50,27) y 1990 (50,31). Ganó treinta y nueve carreras consecutivas de 800 metros entre 1987 y 1990, y 15 consecutivas de 400 metros en 1990.

En 1991 lideró en la vuelta al óvalo en los Juegos Panamericanos de La Habana, fue segunda en los 800m en el campeonato efectuado en Tokio y medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 con un tiempo de 1 minuto, 56 segundos y 80 centésimas. En este evento formó parte del cuarteto cubano del relevo 4 x 400 que fue eliminado en semifinales.

Accidente doméstico

El 22 de enero de 1993, sufrió un trágico accidente doméstico que la puso en peligro de muerte. Como resultado sufrió quemaduras de 2do y 3er grado en un gran por ciento de su cuerpo. Fue atendida en el hospital Hermanos Ameijeiras y recibió una visita que, según sus propias palabras fue como experimentar un canto a la vida, era el presidente cubano Fidel Castro Ruz, quien, preocupado por su estado de salud le manifestó:
En estos momentos, no importa que vuelvas a la alta competición, lo que realmente interesa es que te recuperes.

Fidel estuvo en la cabecera de su cama para brindarle todo el aliento que necesitaba para luchar por la vida. También contó con el apoyo profesional del personal médico y además, no le faltó durante este duro proceso de lucha, la constante preocupación y mensajes de aliento de todo el pueblo cubano que siguió paso a paso toda la etapa de convalecencia, factores determinantes para su recuperación.

Pero la lucha apenas comenzaba pues debía enfrentarse a otro proceso, la fase de cirugías reconstructivas, la que se compuso de 21 intervenciones quirúrgicas que le permitieron ganar movilidad en las partes dañadas de su cuerpo. Luego le continuaron secciones muy duras de entrenamiento, pero una vez más demostró la tenacidad y entereza de una campeona, tenía que cumplir con el compromiso de volver a las pistas del mundo y ubicarse entre las mejores corredoras de 800 metros planos.

Regreso a las pistas

Ana Fidelia vistiendo el uniforme del equipo cubano de atletismo.

Este compromiso no tarda en cumplirse y con la movilidad de un brazo todavía limitada, participó en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Ponce, en Puerto Rico en noviembre de 1993 donde logró la medalla de plata en 800, pero lo más importante fue la ovación del público que le obligó a dar una vuelta triunfal a la pista. Durante los primeros meses de 1994 se sometió a varias operaciones en brazos, cuello y axilas, para conseguir la elasticidad necesaria en sus extremidades. Posteriormente, en 1995, se presentó en el Campeonato Mundial de Atletismo en Gotemburgo, Suecia y gana la medalla de oro, proclamándose campeona en los 800 metros planos con un tiempo de un minuto 56.11 segundos, la mejor marca personal y récord de Cuba, hazaña que repitió en Atenas, Grecia, en 1997.

En las Olimpíadas de Atlanta clasificó en segundo lugar, ganando una medalla de plata olímpica, esta actuación sensibilizó al Comandante en Jefe Fidel Castro, el cual expresó,
(...) porque vimos en ella la culminación de una batalla heroica de años. Por eso, cuando un periodista me preguntó, yo le dije que ella no había ganado medalla de oro, pero sí había ganado medalla de diamante.

Por su actitud el líder histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro le impuso a Ana Fidelia la Medalla de la dignidad, en la que aparece grabada la imagen de la bandera cubana.

Por cuatro veces, obtuvo el premio otorgado anualmente por los medios de prensa especializados a la mejor deportista de Latinoamérica y el Caribe, éstos le fueron otorgados en 1989, 1991, 1995 y 1997.

Actualidad

En el año 2003 fue registrada en el Salón de la Fama del Atletismo de Centroamérica y el Caribe y en el 2010, Blas Beato, su entrenador.

En la actualidad está retirada de la alta competición, pero aún participa en eventos de veteranos y para ayudar a desarrollar el atletismo en Cuba. Además es madre de dos pequeños Carla Fidelia de la Caridad y Alberto Alejandro, quien asegura son sus más grandes tesoros.

Resultados

Atesoró muchos lauros en su larga carrera deportiva, como el trofeo de la Comunidad Iberoamericana, entregado por los Reyes de España como la Mejor Deportista del Área, en 1988, obtuvo el galardón como la Mejor Deportista del Mundo de su disciplina, que tuvo lugar en Mónaco.

Resultados más significativos:
Año Lugar Campeonato
1978 RecOro.png Medalla de Oro XIII Juegos Centroamericanos y del Caribe, Medellín, Bandera de Colombia Colombia
1979 RecOro.png Medalla de Oro VIII Juegos Panamericanos, en San Juan, Bandera de Puerto Rico Puerto Rico
1981 RecOro.png Medalla de Oro Campeonato Centroamericano de Atletismo, en Santo Domingo, Bandera de la República Dominicana República Dominicana
1982 RecOro.png Medalla de Oro XIV Juegos Centroamericanos y del Caribe, en La Habana, Bandera de Cuba Cuba
1983 Medalla de Oro
Medalla de Oro
Medalla de Plata
Medalla de Bronce
Campeonato Internacional de Atletismo, en Barcelona, Bandera de España España
Campeonato Centroamericano de Atletismo, en La Habana, Bandera de Cuba Cuba
Juegos Panamericanos, en Caracas, Bandera de la República Bolivariana de Venezuela Venezuela
Juegos Panamericanos, en Caracas, Bandera de la República Bolivariana de Venezuela Venezuela
1985 RecOro.png Medalla de Oro Campeonato Centroamericano y del Caribe, en San Juan, Bandera de Puerto Rico Puerto Rico.
1986 Medalla de Oro
Medalla de Oro
Medalla de Oro
Campeonato Centroamericano y del Caribe, en Bandera de los Estados Unidos Mexicanos México
Campeonato Internacional de Atletismo, en Bandera de los Estados Unidos Mexicanos México
Campeonato Internacional de Atletismo, en La Habana, Bandera de Cuba Cuba
1987 RecOro.png Medalla de Oro X Juegos Panamericanos, en Indianápolis, Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
1988 Trofeo Comunidad Iberoamericana Entregado por los Reyes de España como la Mejor Deportista del Área, Bandera de España España
1989 Medalla de Oro
Medalla de Oro
Triple campeona
Campeonato Internacional de Atletismo, en Barcelona, Bandera de España España
Universidad de Duisburgo, Bandera de Alemania Alemania
Copa del Mundo, en Barcelona, Bandera de España España
1990 Medalla de Plata Campeonato Centroamericano de Atletismo, Santo Domingo, Bandera de la República Dominicana República Dominicana
1991 Medalla de Oro
Medalla de Plata
Medalla de Plata
XI Juegos Panamericanos, en La Habana, Bandera de Cuba Cuba
XI Juegos Panamericanos, en La Habana, Bandera de Cuba Cuba
Campeonato Mundial de Tokio, Bandera de Japón Japón
1992: Medalla de Bronce Juegos Olímpicos de Barcelona, Bandera de España España
1993 Medalla de Plata Juegos Centroamericanos y del Caribe, en Ponce, Bandera de Puerto Rico Puerto Rico
1995 RecOro.png Medalla de Oro Campeonato Mundial, Gotemburgo, Bandera de Suecia Suecia
1996 Medalla de Plata Juegos Olímpicos de Atlanta, Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
1997 RecOro.png Medalla de Oro Campeonato Mundial, en Atenas, Bandera de Grecia Grecia

Condecoración Orden al Mérito Deportivo

La presencia del Comandante Fidel Castro en el deporte cubano se puso de manifiesto nuevamente el 13 de septiembre de 1995, en el Acto de condecoración a Ana Fidelia con la Orden al Mérito Deportivo, donde expresó:
Para salvar a Ana Fidelia Quirot se juntaron dos cosas: un milagro de la ciencia y la técnica con un milagro de la voluntad humana (...) No me viene a la mente ningún otro ejemplo igual a la decisión, la voluntad y la consagración de Ana Fidelia de regresar a las pistas y volver a obtener los laureles que obtuvo (...) Admirábamos a Ana Fidelia por su voluntad de hierro y el colosal esfuerzo para obtener el título de campeona mundial de 800 metros, que viene a ser un premio merecido a uno de los actos de solidaridad, a la más grande hazaña deportiva que hemos realizado, y a uno de los esfuerzos más grandes que se hayan hecho en el deporte jamás. La historia del deporte se lo agradecerá (...) Hemos obtenido muchas victorias deportivas, pero no creo que haya ocurrido nunca algo tan emocionante, que estremeciera, que sacudiera todas las fibras del alma y del cuerpo, como la noticia de esa victoria, de esa hazaña, de esa proeza sin precedentes, de ese ejemplo que nos dio a todos, de esa enseñanza tan necesaria hoy más que nunca, de no declararnos jamás vencidos, de no considerar que haya algo imposible. Ana Fidelia, la historia recordará siempre tú proeza (...) No hacían falta los laureles de las medallas de oro para admirar el colosal esfuerzo de voluntad que ella hizo y el esfuerzo de todos los demás (...) También estaban los entrenadores, los instructores, quienes participaron con el equipo médico como parte de la rehabilitación, para devolverle la salud lo mejor posible (...) Ana Fidelia: este símbolo (la medalla de oro), estará siempre unido a tu hazaña y a tu nombre (...) Algo puedo decir puesto que viví muy cerca esta historia desde los primeros momentos, cuando llegaron las noticias realmente dolorosas, dramáticas, de la situación en que se encontraba Ana Fidelia, y donde lo que se discutía en esos momentos era si podía salvársele la vida o no. Así que en aquel momento la lucha era por la vida de Ana Fidelia, no se podía pensar en otra cosa, y su estado era muy delicado (...) Realmente he visto pocos casos. Ahí se inicia la historia de la lucha por la vida, en que los médicos realizaron una gran proeza y lo hicieron con enorme cariño, con una voluntad y decisión tremendas de alcanzar los objetivos (...) Preservaron la vida de Ana Fidelia. Fue realmente un triunfo de la medicina; pero triunfos de la medicina los tenemos todos los días. Es precisamente lo que ocurre después lo que convierte ese triunfo en un triunfo excepcional (...) Por fin se comenzó a apreciar que se había logrado algo más que salvarle la vida, salvar, incluso, las condiciones físicas de Ana Fidelia (...) Viene la historia posterior en que ya comienza una rehabilitación más amplia y se lucha por rehabilitar como atleta a Ana Fidelia (...) Sin lo que hicieron los médicos, habría sido imposible que ella pudiera volver a actuar como atleta; ahora, sin lo que ella hizo después, aquella victoria médica, de los entrenadores y de todo el mundo, no tendría el valor que tiene (...) Considero que esa es la más grande hazaña deportiva que hemos realizado. Y si podemos hablar de hazaña médica, lo que potenció esa hazaña médica, técnica, y el trabajo de todos los demás, fue el esfuerzo que ella hizo, la voluntad de hierro que demostró, la energía, el tesón, la decisión de vencer, la decisión de realizar lo imposible.

Véase también

Fuentes