Inglaterra

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Inglaterra (en inglés: England) es el más grande y más densamente poblado de los países constituyentes del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Ocupa las dos terceras partes de la isla de Gran Bretaña y limita al norte con Escocia y al oeste con Gales.

Es muy frecuente el uso erróneo de Inglaterra como sinónimo de Gran Bretaña o del Reino Unido, opción que puede resultar ofensiva para escoceses, galeses, y norirlandeses.

El nombre

Al terminar el mandato romano sobre Britania (la parte sur de Gran Bretaña), la isla fue invadida tanto por pueblos celtas procedentes de Escocia e Irlanda como por tribus gérmanicas venidas de los actuales Países Bajos, Alemania, y Dinamarca, principalmente anglos, sajones y jutos. Estas tribus acabaron fusionándose entre sí y, en cierta forma, con la población local, principalmente los Britones, fundando una serie de reinos en el sureste de Britania. A esta zona le dieron los francos el nombre latino Anglae terra ("Tierra de los anglos"), que más tarde pasó a utilizarse en la mayor parte de Europa. Posteriormente los propios ingleses tradujeron este nombre como England.

Historia

Prehistoria

El continente europeo tiene, al noroeste, un conjunto de islas conocidas antiguamente como las Bretañas, siendo la Gran Bretaña la más importante por su tamaño, lo que le da nombre. La isla era relativamente insignificante en la historia de la civilización occidental. Se conservan pocos indicios del idioma o civilización de los primeros habitantes, tan sólo monumentos megalíticos, tales como Stonehenge, que datan de la edad del bronce (hacia el 2300 a. n.e.).

Los celtas llegaron a las Islas Británicas hacia el siglo V a.n.e., procedentes del continente europeo. Los primeros exploradores extranjeros que alcanzaron el archipiélago fueron griegos procedentes de Massilia (hoy Marsella), hacia el 330 a.n.e. Antes de la llegada de los romanos, la totalidad de los pueblos de las islas Británicas eran de lengua celta.

Britania romana

Tras la conquista de la Galia, el general romano Julio César decidió hacer en el 55 a.n.e. una expedición de reconocimiento a la isla, que llamó Britannia. Al año siguiente volvió a Inglaterra con un ejército más importante y, tras derrotar a una confederación de tribus del sureste del país, sometió a parte de Inglaterra a reconocer la supremacía de Roma, pagando algunos tributos y acercándola a la órbita de influencia romana. Sin embargo, no fue hasta el año 43, bajo el reino del emperador Claudio, que los romanos hicieron el movimiento decisivo de reducir Britannia a una provincia romana.

Los habitantes de Britania apenas tuvieron participación en la vida política de Roma. Por otro lado ni el trigo que producían ni los minerales que ofrecían sus minas cubrían los enormes costos debidos a la ocupación. Hubo en Britania una notable romanización a tener en cuenta, especialmente en las ciudades, pero no llegó a ser nunca como la de Hispania o la Galia.

Edad Media

Los normandos, vikingos asentados en Normandía (Francia) y que habían adoptado el francés como lengua, conquistaron Inglaterra en 1066. Guillermo el Conquistador, que tenía derechos sobre el trono inglés, venció al rey sajón Harold en la batalla de Hastings y fue coronado rey. La dinastía normanda duraría hasta 1189, en que fueron sucedidos por los Plantagenet.

Durante los últimos años del siglo XII ocupa el trono de Inglaterra Ricardo I Corazón de León. Este es un periodo de inestabilidad política. Ricardo I Corazón de León marcha a combatir en la Tercera Cruzada, y cae prisionero del duque de Austria en 1192. Pese a esto, el proceso de centralización del poder prosiguió. En 1199 sube al trono Juan Sin Tierra. Juan había usurpado el trono durante el cautiverio de Ricardo I Corazón de León y contaba con la animadversión de la nobleza inglesa. No era un buen guerrero y perdió los dominios franceses de la corona ante Felipe II Augusto.

En 1216 muere Juan Sin Tierra y sube al trono su hijo Enrique III, menor de edad, y se restaura la Carta Magna.

Enrique III trató de anular los acuerdos con la ayuda del papa y de san Luis, pero no fue capaz de someter a la nobleza, lo que condujo a una guerra civil. En 1264 Simón de Monfort hace prisionero a Enrique III y se entrega el poder a tres electores y nueve consejeros reales. El poder quedó, de hecho, en manos de Monfort, que ejerció una dura dictadura, como senescal de Inglaterra. En 1265 reunió a un nuevo parlamento, en el que convocó a la nobleza, al clero y a los condados, Londres y puertos; con lo que el tercer estado entraba en el Parlamento. Pero en 1265, Monfort fue derrotado y muerto por el príncipe heredero Eduardo. Enrique III es restaurado y anula el Parlamento.

Guerra de los Cien Años

Fuentes