Batalla de Maffo (Contramaestre, 10 de diciembre de 1958)

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Batalla de Maffo (Contramaestre, 10 de diciembre de 1958)
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Batalla de Maffo está inscripta entre las grandes hazañas rebeldes, fue uno de los hechos determinantes, en el triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959. A la importancia material que tuvo por la cantidad de armas y recursos de guerra que le arrebataron al enemigo, hay que sumarle que abrió la posibilidad de avanzar sobre Santiago de Cuba, segundo Bastión militar de la tiranía. Constituyó un golpe psicológico de gran envergadura para el adversario que pudo conocer los datos exactos de la rendición del reducto que más había resistido el ataque rebelde. Este hecho corroboró la gran capacidad política y militar del alto mando rebelde y todas las fuerzas capaces de desarrollar una batalla de posiciones contra el enemigo sitiado y el ataque de la aviación en una zona llana.

Ubicación

El poblado de Maffo (Contramaestre) se encuentra a 1.8km de Contramaestre.Limita al norte con el Consejo Popular Frank País, al este con La presa Carlos Manuel de Céspedes y el Consejo Popular América, al sur con el municipio Tercer Frente Oriental y al oeste con Consejo Popular Los Negros y Pueblo Nuevo.

Inicio

Al iniciarse el mes de diciembre de 1958 se producen una serie de acontecimientos que indican la estrategia a seguir por las fuerzas rebeldes del territorio comprendido entre Santiago de Cuba y Bayamo.
La estrategia del ejército rebelde consistía en liberar los pueblos de Jiguaní, Baire y Maffo para obtener su dominio pleno en el territorio de la carretera central, pero además cayendo Palma Soriano, prácticamente quedarían libres las ciudades de Santiago de Cuba y Bayamo, todo esto teniendo como base el triunfo en Guisa.
El trabajo de convencimiento y acercamiento a los jefes militares que operaban en la Sierra Maestra fue valioso pues permitió facilitar la victoria de la guerra. Muchos jefes militares y sus tropas se sumaron al Ejército Rebelde.
La tiranía al percatarse de las posibilidades de triunfo de las fuerzas rebeldes que presionen el territorio comprendido entre Bayamo, y Palma Soriano, deciden abandonar los poblados que están protegidos por pequeños cuarteles, para reforzar las ciudades teniendo mayor concentración de fuerza. Es por ello que las unidades de [[Santa Rita, Baire y el Puesto rural del Central América son retirados inmediatamente. Santa Rita y Baire se concentran en Jiguaní el 9 de diciembre de 1958 y la policía de Contramaestre, el puesto del Central América y el de Maffo el día  10 de diciembre de 1958 en horas de la mañana se trasladan para el BANFAIC, iniciándose en horas de la tarde la histórica Batalla de Maffo que tuvo 20 días de duración, dirigida personalmente por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. Su duración es algo que la destaca por si sola y puede conducir a cualquier historiador al error de resaltar la moral del adversario, eventualidad que obliga a hacer referencia al escenario de acción.

Objetivos

Los objetivos fundamentales de este combate, eran ocupar el cuartel rural de este poblado pero este estaba abandonado, todas las fuerzas vivas del enemigo en la localidad se habían acuartelado en el BANFAIC.Obviamente, se avecinaba una batalla de posiciones en la que se pretendía cercar y aniquilar al enemigo. Así como batir los refuerzos que pudieran llegar en auxilio. Otro de los objetivos era el de atraer fuerzas enemigas para batirlos.Este tipo de acción combativa, constituyó una forma genial de obligar al enemigo a combatir en el escenario previamente escogido por los rebeldes, por tanto aprovechar las ventajas del terreno y en fin extender a un estadio superior de la guerra el método guerrillero perfectamente dominado por los revolucionarios.

Conformación de las tropas.

La tropa comandada por Reynaldo Mora Pérez, la primera en llegar al escenario de acción, ocupó el naranjal de los Cámaras y otro grupo de estas fuerzas dirigida por Arsenio Peña Mora ocupó el frente del BANFAIC.
Las fuerzas de la retaguardia dirigida por el comandante Rafael Verdecia Benítez ocuparon un cocal que estaba cerca del liceo, la zona del parque y parte del naranjal de Paco Cámara.
El cerco se completaba, con el pelotón de Leopoldo Cintra Fría que se situó a la derecha de las fuerzas de Reynaldo Mora, le seguía el pelotón de Rubén Fonseca cuya defensa llegaba hasta el puesto médico de la farmacia de Luzón, Luego las fuerzas señaladas del comandante Rafael Verdecia y las de Paco Cabrera que se enlazaban con las de Arsenio Peña.
Así quedó conformada la primera línea de fuego o el anillo interior del asedio a la fortaleza. Algunas de estas posiciones fueron ocupadas en pleno combate con las tropas enemigas.

Acciones combativas

Los días 10 y 11 de diciembre de 1958, primeros de la acción hubo un gran volumen de fuego, ambos bandos sabían que se disputaba en aquellos instantes lo que podía ser el enlace de la acción, los rebeldes conscientes que el estrechamiento del cerco era la garantía de la victoria, pues lo convertían en invulnerables para los sitiados, pero algo más importante era la única defensa efectiva que podían conseguir en una zona llana y de poca vegetación.
Completado el sitio del reducto, los atacantes dejaron dejaban salir todas las personas que pretendían abandonar el poblado y cuando estuvieron seguros de la invulnerabilidad de sus líneas, irrumpieron los primeros disparos el día10 de Diciembre, a las 10.00 Pm unos 300 rebeldes, daban inicio a un hecho memorable en la historia nacional, comenzaba la batalla de más larga duración que ha tenido lugar en el cielo patrio.
El armamento de las fuerzas rebeldes era de buena calidad en este período, eran ametralladoras 30, fusiles M-I y M-II, ametralladoras Braulio,, San Cristóbal, Esprienfids Thonson, mortero 81, un tanque T-17, escopetas y otros.
En esta batalla como en muchas otras no estuvo ausente la representación de lo más avanzado y resuelto de la mujer cubana, allí combatió con singular heroísmo el pelotón de las Marianas, Flor Pérez, Angelina Antollín, Bella Acosta… combatieron con igual arrojo que el resto de las tropas, pero constituye en cualquier circunstancia un estímulo moral muy grande para cualquier combatiente en el cumplimiento de su deber.

El día 11 habían ocupado el parque de Maffo sin tener que lamentar una sola baja, lo cual permitió utilizar algunas casas como refugio, puntos médicos y alojamiento donde protegen los equipos transmisores que portaban los trabajadores de radio rebelde, la casa de vivienda de Carlos Luzón resultó ser escogida para estos fines.
La ocupación del pueblo posibilitó además contar con el apoyo económico que resueltamente brindan sus habitantes, en especial los dueños de los establecimientos comerciales que lo ponen a disposición de los rebeldes, algunos porque simpatizaron con la causa, y otros porque se pusieron al lado de los vencedores.

En el transcurso de la batalla fue jugando un papel ascendente la lucha política, que se va a convertir en esta fase final de la guerra en un factor tan importante, como las armas de fuego, era algo así como la materialización de la máxima martiana. Las armas de las ideas que pueden más que las otras. Con la salvedad que ya las otras se habían impuesto al enemigo, al cual se había derrotado militarmente, lo que no impedía la eliminación por completo de su capacidad de resistencia, lograr esto último fue el objetivo trazado por el alto mando rebelde y con esta modalidad lucharon.

Las fuerzas rebeldes aprovecharon su cercanía al enemigo, se apoderaron de varios ayuntamientos enviados por aire y centraron sus ataques durantes varios días en destruir el tanque de agua, e impedir que el preciado líquido les llegara. Sin embargo el enemigo defendía con tesón este objetivo, en una ocasión los disparos le perforaron la cantimplora a Julio Prado que se empeñaba en cumplir con esta importante misión. Finalmente se cumplió el anclado objetivo pero, en realidad, al enemigo nunca les faltó, pues una de sus trincheras llegaba hasta un pozo de la familia Fuentes Fría frente al BANFAIC.

Se produjeron muchos ataques aéreos de forma indiscriminada y sus blancos en la mayoría de los casos fueron objetivos civiles, en una ocasión después de una tregua, el Comandante Rafael Verdecia Benítez y Guillermo García Peláez salían del Liceo de Maffo, donde habían estado tocando el piano y en ese instante cayó una bomba en el local que destruyó el instrumento musical. Las casas y los edificios de Maffo quedaron virtualmente arrasados por estos ataques.

Alrededor del día 20 de diciembre el propio comandante Rafael Verdecia (Pungo) en compañía del comandante Paco Cabrera y el teniente Julio Heredia iban en un jeep para el central América y al cruzar el río un avión los ametrallo y le partió el volante del vehículo, pero los tripulantes salieron ilesos.

Una de estas bombas arrojadas en la localidad le ocasionó la muerte a dos niños en el lugar conocido como Cruce de Macario, uno de ellos se llamaba Sarreris Féros Fonseca de 13 años de edad, hijo del soldado de la tiranía Pitágoras Féros y de la ciudadana Celeste Fonseca, el otro niño se nombraba Ángel Gill allí acudieron una gran cantidad de combatientes a presenciar un nuevo crimen de la inmunda tiranía, aún cuando se acercaba al colapso final se despedía con un baño de sangre.

Estos hechos acrecentaban la moral combativa del Ejército Rebelde y ocasionaban un sentimiento de repudio de la población al régimen tiránico, favoreciendo el apoyo a la vanguardia armada de la revolución.

En la medida en que transcurrían los días de intenso combate se fueron destacando hechos, por la temeridad que encierran y que demostraban a toda luz la alta moral combativa de las tropas rebeldes, sus soldados disfrutaban del arrojo de sus compañeros de lucha, según testimonio del comandante Reynaldo Mora Pérez, uno de sus combatientes que se portó con gran arrojo fue un combatiente conocido por “ Pintura”, el cual llegó a una casa, cogió un camión y lo trajo lleno de naranjas, luego se subió a una mata de coco en plena acción y ofendió a un guardia que le nombraban Peluquita, para ver si salía del cuartel. Esto le hizo pasar un buen rato en medio de la lucha, asevera Mora.

En otro instante, después de caer una potente bomba frente al BANFAIC, el combatiente Arsenio Peña tomó una guitarra y frente al enemigo se puso a tocar y ellos disparaban, así era para esta fecha la tropa rebelde experimentada, fogueada en el combate y de una temeraria espartana, capaz de divertirse con el arrojo de sus propios soldados.

En el marco de la batalla se produjo un hecho que pudo ser muy lamentable, pero se repitió algo así como el milagro del Uvero, por su interés lo transcribimos de boca de uno de sus protagonistas, el combatiente Pablo Naranjo:
“Si, pasé un momento muy difícil creía que me iban a fusilar, yo era un combatiente fogueado, había peleado en muchas batallas (…). El día 12 llegó Juan Almeida Bosque, iba para La Rinconada para hablar con Fidel, allí le informa a Mora delante de mi que había que estar muy pendientes, que se peleaba duro en Maffo y no podía pasar nadie por allí de ninguna manera, ni un gato. Almeida se va y a las 2.00 Pm regresa y yo que estaba de guardia en la primera parte de la emboscada, le doy el alto, pero en ese momento me recuerdo de la orden de Juan Almeida Bosque y mando un fogonazo para matar al chofer y lo que hago es romper el parabrisas, por una pulgadita no maté al comandante Juan Almeida Bosque que tuvo que volver al jeep para salvarse.”

En el lugar conocido por La Ratonera estaba Fidel Castro con su Estado Mayor, el comandante Guillermo García Frías estaba a su lado, cuando llegó la noticia que fuerzas procedentes de Holguín avanzaban a campo traviesa en dirección a Maffo. En esta nueva circunstancia el jefe supremo de las Fuerzas Rebeldes, después de conocer el resultado de una exploración, escogió las fuerzas que irían a cortarle el paso al enemigo.
En la madrugada del 14 de diciembre de 1958 en Anacahuita, Fidel reunido con los jefes encargados de cumplir la importante misión trazó la táctica militar a emplear, la orden había sido precisa, impedir que el enemigo se abriera paso rumbo a Baire, Jiguaní, y mucho menos al BANFAIC.

Antes del día 24 se le permitió a los casquitos cenar con sus familiares, con los últimos se había trabajado a fin que lo convencieran para que depusieran las armas, lo cual resulta infructuoso.

El empleo de los altoparlantes se multiplicó en la medida que transcurría el tiempo, según testimonia Oreste Valera, a través de ellos se le informaba al enemigo su situación militar y el estado de la guerra en general, la inmoralidad de las personas del régimen, se les decía del trato justo que recibirían si se rendían, que serían entregados a la Cruz Roja Internacional. Otra función de este medio fue el de impedir que el enemigo descansara, para ello se emplearon música e Himnos, las transmisiones comenzaban a las 10 de la noche y duraban de 10 a 12 horas.

El día 27 con el fin de vulnerar las naves el Comandante Fidel Castro Ruz daba órdenes a Pedro Miret Prieto, que se dirigía a Palma Soriano, que virara y hostilizara el BANFAIC, este aguerrido y experimentado combatiente lleno de entusiasmo se lanzó al ataque, sin una previa exploración de la vía, el tanque quedó paralizado frente a un hueco delante de las naves, rememorando estos sucesos el Jefe Supremo de la Revolución hizo un relato:
“Le digo a un compañero avísenle rápido al tanque, alcáncelo que no continúe (…) algunos compañeros que fueron detrás del tanque murieron porque llegaron cuando por suerte el tanque descubrió el hueco (…) y tiene que detenerse.”

Horas antes de estos trágicos sucesos había llegado el estado mayor de las Fuerzas Revolucionarias encabezadas por Fidel Castro Ruz, a la casa de Eduardo Sorribe, esta vivienda fue utilizada como puesto de mando durante la batalla, a pesar de que la comandancia radicó desde el 9 de diciembre hasta el 19 en la Rinconada y luego en la casa de Ramón Fong (traidor) en el central América. El edificio Rodríguez, Anacahuita, y la mencionada vivienda fueron los puntos que con más frecuencia fueron sedes de la alta dirección este último ofrecía la ventaja de estar casi en el corazón mismo donde se desarrollaban las operaciones, a solo 300 m.
A pesar del enfurecido ataque rebelde y la lucha política el enemigo seguía resistiendo, a la seguridad que le ofrecía las naves se sumó la enorme defensa organizada alrededor de ella, sobre lo cual relatara Fidel:
“Se atrincheraron en el BANFAIC los soldados de la tiranía, abrieron túneles debajo del hormigón, rodearon aquello de sacos de arena de todo tipo”

Para el 27 de diciembre fecha de la rendición de Palma Soriano ya han transcurrido 17 días de heroicos combates en el escenario de Maffo, los ataques de la aviación, los franco tiradores enemigos que situados en los puntos altos del BANFAIC controlaban buena parte del área de operaciones y el empleo de los morteros han originado ciertos números de heridos y muertos en las tropas rebeldes.

El 29 de diciembre tuvieron lugar dos conferencias con el teniente Regueira, el parque de Maffo fue el escenario de la primera, donde participan los comerciantes de Maffo, con resultados infructuosos; la otra se efectuó en el edificio Rodríguez, según el comandante Rafael Verdecia, quien junto a Reynaldo Mora y Antonio Lilibre fueron los que concertaron casi todas las entrevistas entre Regueira y Fidel, el jefe tiránico se empecinaba en su retirada con las armas y todas sus fuerzas hacia Bayamo, que a él no le interesaba Batista, a que había jurado a la bandera. Esta actitud del jefe enemigo que obedecía, como afirmó el comandante Reynaldo Mora, al móvil de proteger a los chivatos, manferreristas y policías que se le habían unido a su compañía, tenía desesperado a las tropas rebeldes que estaba presta para tomar las naves por asalto.

El teniente Regueira prometió rendirse al día siguiente, en esta coyuntura vino Raúl Castro Ruz con su Estado Mayor y trajeron un plan genial y sencillo, mojar el BANFAIC de gasolina utilizando el camión bombero que había capturado en Palma Soriano.

Esta arma se convirtió en la estocada final que puso fin a aquella absurda resistencia, al referirse a este particular Fidel Castro señala:
“(…) ya estábamos tan fastidiados, que nosotros estábamos casi prefiriendo que no se rindieran para aplicarles la receta de la gasolina.”
Luego nuestro comandante en jefe apunta que en realidad aquella receta no fue aplicada, que el ejército rebelde no tenía ese espíritu destructor, ni vengativo, que lo que le interesaba eran las vidas que se hubiesen perdido con el fuego.
Durante la Batalla de Maffo se reflejó con más nitidez la capacidad militar y política del jefe de la Revolución, al unísono con la dirección de esta batalla, compleja por ser de posiciones, en una zona llana y sin protección de la vegetación, bajo un intenso bombardeo enemigo, dirigía la ofensiva final en la isla, al mismo tiempo que supo aprovechar todas las fisuras del enemigo y debilitarlo con la guerra psicológica.
La victoria rebelde de aquel día, más que sobre una guarnición enemiga, lo fue sobre las injusticias sociales que sumían a Maffo, como a toda Cuba, en la miseria y el abandono. Cada disparo sirvió para cercenar las causas que identificaban a éste como un poblado pobre, sin centros importantes de trabajo, con obreros de empleo cíclico, viviendas precarias, la mayoría sin electricidad.
Ausencia de acueducto. Una sola calle asfaltada, sin infraestructura sanitaria, sin telefonía, con una pequeña e insuficiente escuelita primaria y una institución cultural (el Liceo) vetada para negros y pobres.
Ahora Maffo es distinto, transformado por la obra de la Revolución que aquí tuvo una de sus más difíciles y decisivas batallas liberadoras. En el antiguo BANFAIC, se levanta un Combinado de beneficio de café, puntal de la exportación cubana de este grano.

Fuentes

  • Verdecia Benítez Rafael (Pungo). Comandante. Entrevista realizada en diciembre de 1990. Arch. Casa Memorial Orlando Pantoja Tamayo.-Maffo.
  • Pérez Fajardo Joaquín. Combatiente. Entrevista realizada en julio de 1998. Arch. Museo de Jiguaní.
  • Pardo Guerra Yoel: Entrevista realizada en diciembre de 1990 en el Reparto Managua La Habana. Arch. Casa Memorial Orlando Pantoja Tamayo. Maffo.
  • Mora Reinaldo: Comandante .Entrevista realizada en El Chico La Habana diciembre de 1990. Arch. Casa Memorial Orlando Pantoja Tamayo. Maffo.
  • García Frías Guillermo. El último Combate. Editorial Pueblo de Torriente. Ciudad de La Habana, 1996.
  • Sánchez del Toro, Luis: Baire en el tiempo y en la historia. Bastión (SPI). Archivo Casa Memorial Orlando Pantoja Tamayo.

Enlaces externos