Federico Rubio y Galí

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Federico Rubio y Galí
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Destacado médico, cirujano y político
Fecha de nacimiento30 de agosto de 1827
Lugar de nacimientoBandera de España España
Fecha de fallecimiento31 de agosto de 1902.
Lugar de fallecimientoMadrid, Bandera de España España

Federico Rubio y Galí: Médico, cirujano y político. “Príncipe de la cirugía”, y la Urología en la Sevilla del siglo XIX.

Síntesis Biográfica

Nació en la localidad gaditana de El Puerto de Santa María (Cádiz), España, el 30 de agosto de 1827. Estudió medicina en la Facultad de Cádiz, donde obtuvo el título de licenciado en 1850. Tuvo entre sus maestros a Manuel José de Porto y a José de Gardoqui, en unos años en los que había comenzado ya a declinar la importante escuela anatomoclínica gaditana, encabezada durante las décadas anteriores por Francisco Javier Laso de la Vega. Fue un alumno brillante, que ganó la plaza de ayudante disector en 1845 e incluso publicó un Manual de Clínica Quirúrgica (1849) antes de graduarse.

Etapas importantes de su vida

Terminados sus estudios se asentó en Sevilla, ciudad en la que no tardó en adquirir un gran prestigio como cirujano. Al mismo tiempo se relacionó con sus ambientes intelectuales y políticos más progresistas. Desde el punto de vista filosófico, resultó principalmente influido por Federico de Castro Fernández, discípulo del krausista Julián Sanz del Río y catedrático de metafísica de la Universidad de Sevilla. Dicho influjo se refleja en El libro chico (1863), folleto que Rubio dedicó a resumir sus ideas filosóficas y psicológicas, que desarrolló después en un volumen de casi trescientas páginas, titulado El Ferrando (1864), publicado para defenderse de una crítica adversa.

Como político

Seguidor de ideas políticas radicales desde su época de estudiante, se adhirió al republicanismo federal de Francisco Pi y Margall a partir de la revolución de 1854. Las medidas represivas de los gobiernos derechistas le obligaron a ausentarse de España en 1860 y 1864. Supo, sin embargo, convertir su exilio político en ocasión de completar su formación científica. En la primera de las fechas citadas, trabajó en Londres como cirujano junto a William Fergusson. En la segunda, tras una breve temporada en Montpellier, residió en París, donde completó su preparación quirúrgica en los servicios hospitalarios de figuras como Alfred Velpeau, Pierre Paul Broca y Auguste Nelaton. También asistió allí a los cursos de microscopia del venezolano Eloy Carlos Ordóñez, discípulo de Charles Robin, que fue asimismo maestro de Aureliano Maestre de San Juan.

Labor desempeñada

La revolución de 1868 favoreció, tras su regreso a Sevilla, el desarrollo de sus proyectos científicos y políticos. A petición suya, la junta revolucionaria local fundó, en octubre de dicho año, la Escuela Libre de Medicina y Cirugía de Sevilla, que fue la primera en España que contó con cátedras destinadas a las especialidades y a disciplinas básicas como la histología. Rubio se encargó en ella de la enseñanza de la clínica quirúrgica. Por otra parte, fue elegido, en enero de 1869, para representar a Sevilla en las Cortes constituyentes, como cabeza de la candidatura republicana. Volvió a ser elegido diputado en 1871 y, al año siguiente, senador. La República lo nombró en 1873 embajador en Londres pero, como el Gobierno británico no llegó a reconocer al nuevo régimen español, volvió a aprovechar su estancia allí desde el punto de vista científico. También realizó el mismo año un viaje a los Estados Unidos, donde visitó las principales instituciones de Nueva York, Filadelfia y Chicago relacionadas con la cirugía.

A su regreso fijó su residencia en Madrid, adonde prácticamente se había trasladado desde comienzos de 1870. Lo mismo que en Sevilla, consiguió un gran éxito profesional como cirujano. Apartado de la política activa a partir de 1875, continuó, sin embargo, relacionado con los ambientes intelectuales más abiertos, en especial con el que rodeaba a Francisco Giner de los Ríos y la Institución Libre de Enseñanza.

Su actividad científica

Desarrolló una gran labor en la formación de graduados, convirtiéndose, sobre todo, en el auténtico núcleo de cristalización en España del moderno especialismo quirúrgico, gracias a figuras como Rafael Ariza, Enrique Suénder, etc. Su actividad científica se difundió, primero, gracias a sus Reseñas anuales (1881-1885) y, a partir de 1899, a través de la Revista Iberoamericana de Ciencias Médicas.

En 1896 el Instituto se trasladó desde sus locales en el Hospital de la Princesa a un edificio de nueva planta construido en la Moncloa con fondos procedentes, en su mayor parte, de una suscripción pública. El año anterior, Rubio había fundado en su seno la Escuela de Enfermeras de Santa Isabel de Hungría, que inició la moderna enfermería en España. Aparte de su papel de promotor de instituciones renovadoras, es de subrayar la importancia de la labor de Federico Rubio como cirujano práctico. Fue la más brillante de las figuras que, a lo largo del período 1860-1880, introdujeron en España las arriesgadas intervenciones que permitió la revolución quirúrgica. En 1860 practicó su primera ovariotomía, dos años después de que iniciara su serie Thomas Spencer Wells; en 1861, su primera histerectomía; en 1874, su primera nefrectomía; y en 1878, la primera extirpación total de la laringe, cinco años después de la efectuada por Theodor Billroth.

Hay que destacar, que Rubio fue uno de los primeros médicos que llegó a formular de modo preciso lo que hoy llamamos patología social, principalmente en su discurso La Socio-patología (1890), así como en el libro titulado La Felicidad. Primeros ensayos de patología y de terapéutica social (1894), que publicó firmado con el seudónimo de «Doctor Ruderico».

Muerte

Muere en Madrid, el 31 de agosto de 1902.

Fuentes