Diferencia entre revisiones de «Teatro cubano»

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Debe destacarse que en este período se van a poner en Cuba las obras de los más importantes reformadores del teatro y sus seguidores. Las dos terceras partes de las obras puestas corresponden a dramaturgos que comenzaron su producción a partir de los años 20 y, en no pocos casos, el montaje cubano es de los primeros de estos autores fuera de su medio de origen.  
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Debe destacarse que en este período se van a poner en Cuba las obras de los más importantes reformadores del teatro y sus seguidores. Las dos terceras partes de las obras puestas corresponden a dramaturgos que comenzaron su producción a partir de los años 20 y en no pocos casos, el montaje cubano es de los primeros de estos autores fuera de su medio de origen.  
  
En relación con la dramaturgia, se verá que en ella se hace presente la impronta de este panorama del teatro universal, a la vez que una continuidad de preocupaciones y formas de hacer que constituían la tradición cubana. Se conocerá la obra de Virgilio Piñera, Carlos Felipe, Rolando Ferrer y Paco Alfonso.  
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En relación con la dramaturgia, se verá que en ella se hace presente la impronta de este panorama del teatro universal, a la vez que una continuidad de preocupaciones y formas de hacer que constituían la tradición cubana. Se conocerá la obra de [[Virgilio Piñera]], [[Carlos Felipe]], [[Rolando Ferrer]] y [[Paco Alfonso]].  
  
 
La dramaturgia de Felipe, Ferrer y Piñera presenta el mundo teatral de la pequeña burguesía, fundamentalmente el de la familia pequeño-burguesa, con análisis sicologistas de los conflictos dentro de un mundo sin salida, asfixiante, enajenado.  
 
La dramaturgia de Felipe, Ferrer y Piñera presenta el mundo teatral de la pequeña burguesía, fundamentalmente el de la familia pequeño-burguesa, con análisis sicologistas de los conflictos dentro de un mundo sin salida, asfixiante, enajenado.  
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Debe subrayarse que todos estos avances se producen en pleno enfrentamiento con dos contrincantes que le habían aparecido al teatro y que constituían un verdadero reto para él en su competencia por el logro de un público: Desde los primeros años del Siglo el cine había desplazado los escenarios de muchos locales que se convirtieron en salas de proyección cinematográfica, y en la década del 50 la televisión agravaría la competencia con su capacidad de buscar al público en sus hogares.  
 
Debe subrayarse que todos estos avances se producen en pleno enfrentamiento con dos contrincantes que le habían aparecido al teatro y que constituían un verdadero reto para él en su competencia por el logro de un público: Desde los primeros años del Siglo el cine había desplazado los escenarios de muchos locales que se convirtieron en salas de proyección cinematográfica, y en la década del 50 la televisión agravaría la competencia con su capacidad de buscar al público en sus hogares.  
  
La falta de financiamiento más la carestía de dotar de condiciones a los locales, hacía del teatro una actividad que, no solo no se sostenía por sí misma, sino que demandaba de los teatristas solventarlo, muchas veces, con el producto de sus ingresos personales, ganados en las más disímiles labores.  
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La falta de financiamiento más la carestía de dotar de condiciones a los locales, hacía del teatro una actividad que, no solo no se sostenía por sí misma, sino que demandaba de los teatristas solventarlo, muchas veces, con el producto de sus ingresos personales, ganados en las más disímiles labores.
  
 
== El teatro cubano a partir del triunfo revolucionario.  ==
 
== El teatro cubano a partir del triunfo revolucionario.  ==

Revisión del 13:48 12 oct 2010

El teatro cubano
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Género:
teatro
País:
Cuba

El teatro cubano.Tiene como perspectiva la búsqueda de nuevas posibilidades . La  experimentación hacia conceptos de espectáculos escénicos con mezcla de géneros diversos: ballet-teatro; teatro danza, revistas musicales. Esfuerzos por consolidar el teatro lírico- .Impulso a los grupos humorísticos que ya tienen hasta un festival anual, proyectos teatrales que montan nuevas versiones de las grandes obras clásicas del teatro universal,más la utilización como fuente textual de obras literarias de otros géneros, docudramas.

Generalidades

El teatro puede desempeñar un inmenso papel en la transformación de todo cuanto existe, pues está formado por el conjunto de creaciones de los pueblos, nacidos en un país o en la literatura, el mismo suministra la interrelación entre arte, la expresión, la tradición, la dramaturgia, la literatura y la actuación. El teatro tiene un valor y una fecundidad que lo hacen ser el crisol de las artes.

Justamente el propio desarrollo social, fue generando que el teatro reflejara segmentos de la sociedad cada vez más diferenciados, y es que a partir del triunfo revolucionario se abre una nueva vida para el teatro cubano, como para la cultura cubana en general: el alborozo se convierte en posibilidades y compromisos para los teatristas: trabajar para la patria y para el teatro.

Por primera vez, ambas causas eran una sola, hacer del teatro un arma eficaz al servicio del desarrollo de la Revolución, lo que significaba que el teatro debía expresar las necesidades del proceso revolucionario y colaborar con su transformación.

Hoy que ha transcurrido ya medio siglo de cultura revolucionaria, se hace imprescindible conocer mas acerca del Teatro Cubano, por lo que es necesario establecer y enmarcar las principales etapas, sus manifestaciones, autores y obras significativas que permita un acercamiento más eficaz al desarrollo de la actividad teatral cubana.

Concepto

Teatro: Conjunto de artes escénicas (obras teatrales, ópera, opereta, ballet): también edificio donde se realizan dichas representaciones. Según el tipo de espectáculo, cabe distinguir entre teatro de opera, dramático, de cámara, cabaret, etc.

El funcionamiento del teatro está bajo la jurisdicción de un director, de un programador o de una comisión; en las cuestiones artísticas, el director está asistido por el director artístico, el escenógrafo el asesor literario o dramaturgo, etc.

¿Qué es teatro? Pueden darse diversas respuestas. Un arte milenario, una forma de representación, un lugar de encuentro entre los actores y el público. Podríamos citar otras tantas respuestas. Sin embargo, ¿qué diferencia el teatro de otras artes también antiguas u otras formas de representación? En principio, se dice que el teatro desciende del rito.

Pero los antiguos rituales, en todas las culturas, son formas de representación que integran, como mínimo, la danza, el canto, la pantomima y la narración de sucesos vinculados a la vida de una comunidad.

Pueden ser hechos históricos: enfrentamientos bélicos, conflictos entre grupos o individuos, las acciones de un guerrero; o, muy especialmente, la representación de actividades relacionadas con la sobre vivencia: la siembra, la caza, la recolección, la necesidad de la lluvia, el fuego o el temor a los elementos (la sequía, el viento, las tormentas) y lo desconocido.

En fin, todo lo que pudiera alterar este sentido de sobrevivencia y renovación de la vida natural. Eso explica que a pesar de las diferencias entre culturas, e incluso en épocas distintas, algunos rasgos sean comunes e inseparables de la naturaleza del rito. Al menos tres: el carácter histérico, catártico y propiciatorio de la acción ritual.

De hecho, aún cuando el teatro tal como se conoce, como expresión contemporánea, se diferencia sustancialmente de los antiguos rituales (en general ya no se trata de la reproducción de las acciones propias de la siembra o de la invocación de la lluvia o de los cultos de fertilidad), aún persevera--incluso en las formas tan distanciadas-- rasgos vinculados a su origen.

Historia del Teatro en Cuba.

Paralelo a las festividades del Corpus Christi –denominadas fiestas de carros-, enCuba darán comienzos las primeras manifestaciones teatrales de la cultura negra, aunque con objetivo ceremonial. Las mismas eran organizadas por los cabildos de nación en la isla caribeña; representaciones de autos profanos evidenciaban la fuerza de las culturas que trajeron los negros de África, convertidos en esclavos.

Hasta la primera mitad del Siglo XVIII se realizaban comedias de las iglesias y continuaban los autos profanos y religiosos pues no sería hasta 1775 que se abre el primer teatro nombrado Coliseo. Las obras respondían a versiones de las españolas o producto de la mitología afrocubana donde forman parte los diablitos, personajes que responden a una cultura esclavista.

El negrito visto por los blancos, será otro ingrediente en la conformación del teatro. Este personaje permanecerá hasta la primera mitad del Siglo XX. Es a partir de 1812 cuando el célebre actor cubano Francisco Covarrubias, representa un diálogo entre blancos pintados de negro.

Los mismos actuaban para un público blanco empleando el lenguaje español o el bozal (idioma parodiado) y sirvieron como fuente de burla en estos primeros 30 años del Siglo XIX.Covarrubias se convierte en el decano de los actores por haber sentado las bases del género vernáculo 4. Trasplantó a la realidad cubana el sainete- pieza dramática breve y jocosa de carácter popular-, transformando personajes populares en criollo y dando continuidad al choteo.

A finales de la década de 1830 se inicia el teatro romántico con la primera obra correspondiente al matancero José Jacinto Milanés. Así “El Conde Alarcos” representó al monarca cruel, el clásico tirano del teatro romántico latinoamericano, de esta forma la obra se convierte en una denuncia del despotismo español que padeció también la isla de Cuba, en aquella época en que se manifestaron las diversas corrientes del pensamiento político cubano.

Con la presencia de Tacón en el Gobierno de la isla se prohíben tanto en la prensa, la literatura y el teatro los temas políticos, religiosos, filosóficos y sociales, por lo que la obra de Milanés fue censurada.

Otra figura que se destaca en esta corriente teatral es Gertrudis Gómez de Avellaneda, quien se inicia en 1840 con el drama “Leoncia”. Dentro de sus comedias se encuentran: “La hija de las flores,” “Tres amores”, “Oráculos de Talía o los duendes en Palacio”, “El millonario y la maleta”, etc. Pero los mayores aciertos de la Avellaneda fueron las piezas trágicas: “Munio Alfonso”, “El príncipe de Viana”, “Baltasar”, entre otras. Esta última fue la más notable.

Entre los años 1838 y 1868 se iría desarrollando una tendencia a la formación de los hábitos y costumbres de las diversas capas sociales. Se generalizan elementos de la tradición criolla, adaptados a los nuevos cambios que se han ido gestando. Lo cubano se manifiesta de modos diversos en relación con las culturas de clases.

Este comediante firmaba sus sainetes con el seudónimo de Creto Ganga y pese a su origen español criticaba al colonialismo en Cuba. Estudió junto a José de la Luz y Caballero.El Siglo XIX contó también con una abundante producción teatral de carácter costumbrista.

Entre ellos, Milanés se destacó en sus cuadros de “El Mirón Cubano”, mientras Federico Milanés obtuvo éxito con la obra cómica “Un baile de ponina”. José Victoriano Betancourt fue aplaudido en los escenarios con la obra “Las apariencias engañosas”.

Otra corriente que se manifiesta en el período anterior a la guerra del 68 es el melodrama o drama serio. Pero a diferencia de países como Francia o Inglaterra, en Cuba no alcanzó éxito.

El melodrama cubano nace con la aparición en 1864 de la obra “Con amor y pobreza” de Alfredo Torroella. La puesta se caracterizó por la carga sentimental y final sorpresivo. En la obra se habla por primera vez de ricos y pobres, explotados y explotadores y de términos económicos. Torroella estrenará en el año 1870 en México el melodrama “El mulato”, obra que irá en busca de realismo.

Entre 1790 y 1830 se marcará el aumento de la actividad teatral, la capital como plaza importante para la presentación de compañías extranjeras, fundamentalmente italianas y españolas, la construcción de locales para teatros y los primeros intentos nacionalizadores de la escena con la labor, como actor y autor, deFrancisco Covarrubias quien es reconocido como "el padre del teatro cubano".

Aunque los textos de sus obras están casi totalmente desaparecidos, el mérito de Covarrubias está en la desespañolización del sainete a partir de tomar como temas las costumbres de su contemporaneidad cubana, la inclusión de música popular y, sobre todo, la utilización del lenguaje coloquial de los tipos populares que constituían sus personajes.

Se señalarán las principales obras escritas por José Jacinto Milanés, Gertrudis Gómez de Avellaneda, Joaquín Lorenzo Luaces. Se hará un somero análisis de El Conde Alarcos, Baltasar y El becerro de oro, de Milanés, La Avellaneda y Luaces respectivamente, y se destacarán sus principales características y, además, la connotación que tomó El Conde Alarcos por la vehemencia con que el público recibió la caracterización de sus personajes monárquicos y el enfrentamiento del Conde a sus mandatos, la personificación de Baltasar como criatura con un hastío de vida que lo convierte en un gran "antihéroe" atormentado, y en el caso de El becerro... entender cómo la obra dramatúrgica de Luaces, en lo referido a las comedias, fue desdeñada en su época y revalorizada solo a partir de la década de L960...

En relación con el surgimiento de la comedia debe hacerse hincapié en el papel que la misma tiene para la representación de los personajes comunes y de menor categoría en la estratificación social de su época (Recuérdese que comedia viene de come: pueblo y de ode: canto según la explicación de Dante sobre su Divina Comedia).

Se destacarán los principales autores que van auspiciando el desarrollo de la comedia y los aportes que hacen a la integración de un teatro que se va estableciendo como teatro vernáculo cubano: Los más importantes para ser distinguidos son los casos de Bartolomé Crespo y Borbón, conocido como Creto Gangá por el personaje que creó: un negro de nación que todavía se expresaba en lenguaje bozal, y la utilización de su música.

Antonio Enrique Zafra que introdujo el terminar la obra con "una pieza cantada y bailada por todo el grupo artístico". También se destacará cómo en la comedia irán apareciendo temas que buscan reflejar los conflictos sociales en el teatro, aunque sea de modo aun epidérmico, en este sentido debe hacerse énfasis en la obra teatral de Alfredo Torroella.

En este tema deberá establecerse la definición de actividad teatral dentro de la Isla y dramaturgia de la emigración durante el período de 1868 a 1878. En la actividad teatral que se lleva a cabo en el territorio cubano se distinguirá la que se realizaba en los campamentos mambises y la que se producía en La Habana.

Debe subrayarse la importancia del teatro de relaciones que se produce en el territorio liberado, del que ha llegado noticias a través del testimonio de James O'Kelly en La tierra del mambí en el que relata su permanencia en el campamento de Carlos Manuel de Céspedes y las representaciones que allí pudo disfrutar.

Se atenderá a la significación que tuvo la temporada de "Los Bufos cubanos" y cómo a través de estas presentaciones se iba consolidando un teatro vernáculo cubano. Debe hacerse énfasis en el papel que desempeñó este teatro en los incidentes del Teatro Villanueva y la repercusión de los mismos en la política colonial española.

Se atenderá a la dramaturgia que se realiza en la emigración y se valorará los resultados de la misma, si no en un ascenso de la calidad teatral, sí en el inicio de una tradición de teatro comprometido con la nacionalidad. Para esta etapa será de gran utilidad la consulta de la antología publicada por Rine Leal bajo el título de Teatro mambí. Dentro de este teatro en la emigración se dará una especial atención al teatro de Martí: Abdala, Amor con amor se paga, y Patria y Libertad.

Se establecerá la importancia que el teatro, que se llamará bufo a partir de la etapa de entreguerras, tendrá en un incremento de la preocupación formal en la dramaturgia. En un enmascaramiento de los temas que pudieran tener alguna connotación política, y en el aumento de las características espectaculares con música y baile que lo van acercando a la comedia musical. Se pondrán ejemplos de este teatro y para ello puede utilizarse la obra de Raimundo Cabrera que aparece en la antología que se señala en la bibliografía básica.

La etapa entre l902 y 1935 comienza con estado de crisis teatral determinada por la frustración revolucionaria y nacional, la intervención, la hecatombe económica y la politiquería. A esto va a oponerse la voluntad de crear fórmulas que permitieran el avance del teatro cubano: Sociedad de Fomento del Teatro (1910), Sociedad de Teatro cubano (1915), Revista Teatro (1919) Instituto cubano Pro Arte Dramático (1927) Pero falta, fundamentalmente la actividad escénica que pudiera lograr el avance deseado.

Un solo escenario será el que mantenga la presentación sistemática de obras teatrales, en una temporada que se extenderá desde 1900 a 1935: El Teatro Alhambra. Deberá destacarse la relación que existe entre el teatro que se pone en el Alhambra y los elementos que se habían sistematizado durante el Siglo XIX en el llamado teatro bufo: pintura de costumbres, tipos populares, lenguaje cotidiano coloquial, utilización del humor, presencia privilegiada de elementos música y danza imbricado en la trama, lo paródico, etc.

Se establecerá la contradicción de juicios sobre este tipo de teatro dentro de la sociedad de la época, algunos de ellos cargado de una mirada altamente peyorativa. Entre ellos, cabe destacar las opiniones de Julio Antonio Mella quien en el artículo: Machado, Mussolini tropical, en 1925 dijo:

El teatro cubano en vísperas de la Revolución

Debe destacarse que en este período se van a poner en Cuba las obras de los más importantes reformadores del teatro y sus seguidores. Las dos terceras partes de las obras puestas corresponden a dramaturgos que comenzaron su producción a partir de los años 20 y en no pocos casos, el montaje cubano es de los primeros de estos autores fuera de su medio de origen.

En relación con la dramaturgia, se verá que en ella se hace presente la impronta de este panorama del teatro universal, a la vez que una continuidad de preocupaciones y formas de hacer que constituían la tradición cubana. Se conocerá la obra de Virgilio Piñera, Carlos Felipe, Rolando Ferrer y Paco Alfonso.

La dramaturgia de Felipe, Ferrer y Piñera presenta el mundo teatral de la pequeña burguesía, fundamentalmente el de la familia pequeño-burguesa, con análisis sicologistas de los conflictos dentro de un mundo sin salida, asfixiante, enajenado.

Teatro profundamente individualista por sus presupuestos y soluciones, es, desde el punto de vista dramatúrgico un indiscutible progreso ya que elevó el lenguaje teatral por encima de lo hecho anteriormente y se separa de las limitaciones del teatro vernáculo sin renunciar a la búsqueda de elementos esenciales a la cubanía.

Actualiza además la escena nacional con la utilización de las técnicas más contemporáneas del teatro universal. Para conocer la obra de estos autores se utilizarán las Antologías de estos dramaturgos que han sido publicadas. Se recomienda el análisis de las obras de Virgilio Piñera Electra Garrigó y Aire frío.

Para este fin puede contarse con el Tomo 3 de la colección Letras, cultura en Cuba preparado por Ana Cairo, en el que se seleccionaron tres obras fundamentales de Piñera. Ambas obras recomendadas han sido puestas en pantalla por la televisión cubana, además de montadas por diferentes grupos teatrales, por lo que se puede contar con esas referencias.

Debe subrayarse que todos estos avances se producen en pleno enfrentamiento con dos contrincantes que le habían aparecido al teatro y que constituían un verdadero reto para él en su competencia por el logro de un público: Desde los primeros años del Siglo el cine había desplazado los escenarios de muchos locales que se convirtieron en salas de proyección cinematográfica, y en la década del 50 la televisión agravaría la competencia con su capacidad de buscar al público en sus hogares.

La falta de financiamiento más la carestía de dotar de condiciones a los locales, hacía del teatro una actividad que, no solo no se sostenía por sí misma, sino que demandaba de los teatristas solventarlo, muchas veces, con el producto de sus ingresos personales, ganados en las más disímiles labores.

El teatro cubano a partir del triunfo revolucionario.

A partir del triunfo revolucionario se abre una nueva vida para el teatro cubano, como para la cultura cubana en general: el alborozo se convierte en posibilidades y compromisos para los teatristas: trabajar para la patria y para el teatro. Por primera vez, ambas causas eran una sola.

Transcurrido ya casi medio siglo de cultura revolucionaria se hace imprescindible establecer una periodización que permita un acercamiento más eficaz al desarrollo de la actividad teatral cubana: Hay una primera etapa, fácilmente distinguible, que se inicia con la toma del poder por la Revolución y se extiende hasta 1967, año en que se realiza el Primer Seminario Nacional de Teatro.

La segunda etapa estará comprendida entre 1968 y 1978. La tercera se abriría en los años 80 y ya habría que pensar si los años noventa constituyen el inicio de la etapa que está transcurriendo.

Como toda periodización tiene las limitantes de que nunca se cierra ni se abre una etapa definitivamente, por lo que no hay líneas divisorias absolutas, con esta relatividad hay que tomar estas fechas de inicio y fin; pero sí hay determinadas características que le dan unidad interna a la creación realizada en un determinado lapso. Eso es lo que nos permite proponer esta periodización.

Autores y Obras Significativas.

La posibilidad de estrenos, la actividad profesional en distintos grupos teatrales y la labor del Seminario de Dramaturgia del Teatro Nacional estimularon el surgimiento de un grupo numeroso de autores, entre los cuales señalaremos a los que han desempeñado una más sostenida labor:

Abelardo Estorino: Es, sin dudas, el más importante dramaturgo vivo de la cultura cubana. En 1985 ganó el Premio de la crítica con su libro Teatro en el que recogió sus obras más destacadas hasta esa fecha y es Premio Nacional de Literatura por su labor como teatrista.

José Triana:
Presentará una serie de obras: Medea en el espejo (1960), El parque de la Fraternidad y La visita del ángel y La muerte del ñeque (1963), hasta que en 1965 obtiene el Premio Casa de las Américas con una de las obras que resultará más premiada y atendida por la crítica cubana e internacional: La noche de los asesinos, que presentada en el Festival de Teatro Latinoamericano de La Habana alcanzó el primer premio.

Antón Arrufat: Ya se había distinguido por sus afanes experimentalistas antes de 1959 con obras como El caso se investiga, estrenado en 1957. En esta primera etapa presentará sus obras: El vivo al pollo (1961), Los días llenos (1962), La repetición (1963), El último tren (1963), Todos los domingos (1966) y Los siete contra Tebas, Premio UNEAC 1968.

Como escritor ha continuando una intensa actividad literaria en la que ha producido poesías, novelas y piezas teatrales. Se le ha reconocido como Premio Nacional de Literatura.

Eugenio Hernández: También uno de los integrantes del Seminario de Dramaturgia del Teatro Nacional, escribe obras de preocupación social con calidad como El sacrificio.

En 1967 entrega una de las obras fundamentales de la dramaturgia cubana María Antonia en la que se eleva al rango de lo mítico el universo del solar habanero y presenta los componentes de las culturas de origen africano a través de sus ceremoniales y liturgias. Continúa en la actualidad una excelente labor dramatúrgica en la que se presenta con autenticidad y hondura la marginalidad social

Del 14 al 20 de diciembre de 1967 se realiza en La Habana el Primer Seminario Nacional de Teatro. En el mismo funcionaron cuatro comisiones con los siguientes temas para el análisis: Función social del teatro, Teatro y cultura nacional, Papel del teatro nacional y Situación actual del teatro.

El objetivo de esta reunión de teatristas era resolver la situación de estancamiento en que había caído el teatro y convertir la Isla en una inmensa plaza teatral.

La idea de alcanzar un teatro para el pueblo se centró en conseguir un público masivo y a que el teatro pudiera cumplir su cometido en la formación integral del "nuevo espectador" en equivalencia a "hombre nuevo". En su Declaración final se expresaba entre otras ideas:

El teatro es hoy parte de la realidad misma, es centro de gravedad, está dentro de la sociedad. El teatro es ahora una forma dialéctica y viva de comunicación que trata de establecer la responsabilidad histórica del individuo dentro de la sociedad.

Este congreso, sus debates, encuentros y desencuentros, cerraban la primera etapa del teatro cubano en la Revolución y sentaba las bases de los que serían posteriormente elementos caracterizadores de la siguiente.

Otros autores significativos de este período son Ignacio Gutiérrez, Antón Arrufat, José Milián, Matías Montes Huidobro, Manuel Reguera Saumell, Maité Vera, Raúl González de Cascorro, Rómulo Loredo, Fermín Borges y René Ariza.

Etapa Actual. Autores y Títulos más Significativos.

En relación con estas temáticas señaladas debemos insistir en que la idea de nada humano me es ajeno, sería lo más definidor para referirnos a la diversidad de problemas que se tematizan en la etapa actual, aunque en los años más recientes se advierte una utilización de recursos alegóricos para encarar los conflictos más cercanos en el tiempo.

Abilio Estévez:
La verdadera culpa de Juan Clemente Zenea. Premio UNEAC, 1986.

Un sueño feliz, 1991; Perla Marina, 1993. Reinaldo Montero:
Fabriles, 1988; Memorias de las lluvias, 1989; Aquiles y la tortuga, 1989, La noche del Pinto, 1991; Concierto barroco, 1992; Los equívocos morales, 1993; Medea, 1996. Alberto Pedro:
Tema para Verónica, 1981; Finita Pantalones y Comunicado con el grupo Cubana de Acero en la etapa de los años 70, El que sube para el Teatro Político Bertolt Brecht; Weekend en Bahía, 1987; Pasión Malinche, 1989; Desamparado, 1991 -versión de El Maestro y Margarita de Bulgakov; Manteca, 1993; Delirio habanero, 1995.

Víctor Varela:
Los gatos, 1986; La cuarta pared, 1988; Godot, 1989; Artaud, 1990; Opera ciega, 1991; Monograma Cuarta pared 2, 1992; Segismundo ex marqués, 1993.
Joel Cano:
Fábulas del insomnio; Fábulas de un país de cera; Timeball; Los aretes que le faltan a la luna; María Antonieta´s head; Fábula verde.
De estas obras la única que tengo el dato de aparición es de Timeball que se escribió en 1990, se publicó en España en 1992 y se estrenó en 1993 bajo su propia dirección.

Perspectivas de Desarrollo

Perspectivas que se advierten en el Teatro Nacional: la búsqueda de nuevas posibilidades para el gran teatro. Experimentación hacia conceptos de espectáculos escénicos con mezcla de géneros diversos: ballet-teatro; teatro danza, revistas musicales.

Esfuerzos por consolidar el teatro lírico- del cual no nos hemos ocupado pero que forma parte de las artes escénicas cubanas, impulso a los grupos humorísticos que ya tienen hasta un festival anual, proyectos teatrales que montan nuevas versiones de las grandes obras clásicas del teatro universal, utilización como fuente textual de obras literarias de otros géneros, docudramas.

Versiones actualizadas, muchas veces adaptadas y dirigidas por sus autores, de obras ya sancionadas por el tiempo, textos teatrales que pasan a los medios masivos lo que divulga y gana público para la actividad teatral; un festival de teatro que ha ido imponiéndose como cita importante para los teatristas cubanos y que ya va obteniendo reconocimiento como espacio de encuentro de personalidades de otros países.

Hay una tradición teatral fuerte pero aún no suficientemente extendida. Aunque no es posible soñar que alcance el impacto del cine si es deseable que logre una mayor expansión por lo que significa para la cultura integral deseada.

Fuentes

  • Agüero Torres, MSC. María Teresa: “La Metodología de la Investigación”: Una Herramienta para el ejecutivo moderno:
  • Albisa Giraud, Heriberta y Félix de la Paz Pelletier. (1980). Historia del teatro: Guía de estudios. Ciudad de la Habana. Editorial Pueblo y Educación. Ministerio de Cultura. 322 p.
  • Alonso, Margarita e Hilda Saladrigas. (2002). Para investigar en comunicación social. Guía didáctica. La Habana. Editorial “Félix Varela”.
  • Artiles, Fredy. (s.a.) La maravillosa Historia del Teatro Universal. La Habana: “Editorial Gente Nueva”, 193 p.
  • Castell, M: El desafío tecnológico. España y las nuevas tecnologías. Madrid, Alianza Editorial, (1986).
  • Castells, Manuel (2001). "Internet y la sociedad en red". En Lección inaugural del programa de doctorado sobre la sociedad de la información y el conocimiento. Barcelona: UOC

Enlaces Externos