Ferrocarril en Cárdenas

Ferrocarril de Cárdenas
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Linea ferrea de Cárdenas, Matanzas, Bandera de Cuba Cuba
Locom Cardenas.jpg
Locomotora circulando por las calles de Cárdenas en dirección al puerto.
TipoLinea ferrea

Ferrocarril de Cárdenas. Segundo de Ferrocarril de Cuba, quedo inaugurado con el tramo en la ciudad de Cárdenas y el poblado de Contreras. Más tarde se seguirían extendiendo los rieles por las ventajas económicas para la transportación de la azúcar y otros productos. También determino toda una industria a su alrededor como la Cárdenas Iron Works, y las estaciones de Pezuela y de San Martín. Además tuvo cierto papel durante las Guerras de Independencia.

Antecedentes

Cuba se convirtió en el Séptimo país del mundo, el Primero de Iberoamérica y del Caribe y el Segundo de América en poseer ferrocarril. Pero si estos no fueran pocos títulos para tan solo 17 millas de vías, también éste fue el Primer ferrocarril construido en una colonia y principalmente por dedicarse a la industria azucarera.

Si bien, la fundación del poblado de San Juan de Dios de Cárdenas en 1828 es el resultado de la gestión de un grupo de personalidades asentadas en la región o con intereses en la zona; es también, consecuencia directa de un proceso económico que desemboca en el interés de los hacendados comarcanos de poseer un puerto seguro para comerciar los productos cosechados. Así, el trinomio perfecto que se forma en este período (puerto – azúcar - ferrocarril) no puede generar otra cosa que no sea desarrollo económico. Un desarrollo que pasa por diferentes etapas, pero que está caracterizado por su impetuosidad, adjetivo que define con claridad la estructura socioeconómica del período que estudiamos.

Finalmente el 5 de mayo de 1840 llega el ferrocarril a Cárdenas, medio de transporte que la convierte en La Perla del Norte, por lo que llega el esplendor durante el siglo XIX. Los primeros vecinos, quienes a tan sólo diez años y nueve meses de la fundación de la ciudad se iniciaban en la construcción de su primer ferrocarril, que sería el segundo de Cuba y en los dominios de España, que en menos de cincuenta años convirtió a Cárdenas en una de las ciudades más prósperas del país.

Industria azucarera

Planos de las líneas de ferrocarril llegando hasta Soledad de Bemba, hoy Jovellanos.

En el territorio cardenense se van asentando ricos propietarios criollos y extranjeros, fundamentalmente franceses, desde finales del siglo XVIII y durante el primer cuarto del siglo XIX, lo cual determina la instalación, entre 1810 y 1837, de varios ingenios que, si bien eran trapiches, contribuyeron a que Cárdenas despuntara a partir de 1840 como una de las zonas azucareras más importantes de la isla. En 1817 sólo Camarioca contaba con tres ingenios. Unos años más tarde, se van emplazando otros, como el “Industria” (1822), el “Triunfo" (1830), el "Merced " (1832), "Pura y Limpia", "Dos Rosas" y "La Esperanza". Este último, llegó a producir, en 1833, 3000 cajas de azúcar con trapiches de bueyes.

Si bien en las dos primeras décadas del siglo XIX, la industria azucarera carece de significación en el territorio matancero, ya hacia 1827 se producía en él el 25 % del azúcar cubana, cifra en la cual se incluía la elaborada en Cárdenas, cuya producción se registraba por Matanzas, debido a que aún su puerto no estaba habilitado para el comercio exterior.

Hacia 1836 las plantaciones de caña aumentan en la región considerablemente. En ese mismo año existen ya, en toda la comarca que comprende Cárdenas, 56 Ingenios desde donde son exportados, según los asientos existentes en los almacenes de recibos, 11000 bocoyes de miel de pulga, 1220 de azúcar mascabado, 1050 pipas de aguardiente y 23609 cajas de azúcar. Los datos anteriores evidencian el desarrollo adquirido por la región en este renglón económico, lo cual hace que en 1837 se le considere ya una zona azucarera importante.

Las necesidades de desarrollo de la industria azucarera requería por entonces de medios de transporte más eficientes y baratos puesto que el azúcar, que se envasaba en cajas de 16@, constituía un producto voluminoso, difícil y costoso de transportar en carretas. Además, en la medida que se expande esta industria por el interior del país, con la instalación de nuevos ingenios, la mercancía tarda más en llegar a su destino.

La necesidad

Ante esta situación muy pronto los hacendados azucareros comprendieron la necesidad de establecer el ferrocarril en la Isla cuanto antes para resolver los problemas que le ocasionaba el transporte del dulce producto, desde el ingenio y hacia los puntos de embarque. Así, en 1837, se inaugura la primera línea férrea que existió en Cuba, la cual comunicaba a La Habana con Güines.

El éxito del ferrocarril habanero aceleró el entusiasmo de los propietarios cardenenses, quienes decidieron construir uno que facilitara el traslado del azúcar hacia la costa. El 30 de julio de 1836 un grupo de habaneros, casi todos con intereses en la zona, se reunieron en la casa de Juan Montalvo y O´Farrill para acordar solicitar al gobierno varias demandas, incluida la aprobación de un ferrocarril que enlazara al poblado de Cárdenas, fundado el 8 de marzo de 1828, con el de Soledad de Bemba (Jovellanos). La idea, que reportaría grandes ventajas a la agricultura de la región, fue muy pronto convertida en proyecto por el ingeniero Manuel J. Carrerá y presentada al gobierno por Antonio Gutiérrez, quien entregó la Memoria del proyecto, en el propio año 1836, al Capitán General de la Isla Miguel Tacón. El 23 de marzo de 1837 fue aprobada la nueva Empresa en calidad de Sociedad por Acciones.

En la primera sesión de Junta de Accionistas de la Compañía del Ferrocarril de Cárdenas a Jovellanos, celebrada el 26 de abril de 1837, quedó constituida dicha Sociedad con un capital equivalente a un millón de pesos fuertes, divididos en diez mil acciones de cien pesos fuertes cada una. La obra se comenzó el 17 de diciembre de 1838. Más de 200 operarios, a las órdenes del ingeniero Manuel J. Carrerá, iniciaron este día la construcción de los terraplenes y las vías. En un año y cinco meses fue construida la primera parte del proyecto y poco después, el 5 de mayo de 1840, de inauguró el tramo entre Cárdenas y Contreras.

Contradicciones

La construcción del camino de hierro ocasionó contradicciones con los comerciantes y hacendados matanceros quienes controlaban hasta ese momento todo el comercio de la región cardenense, por lo cual solicitaron que las líneas llegaran hasta el Río Canímar.

Con la construcción del ferrocarril y como consecuencia directa del auge que va adquiriendo la industria azucarera en el territorio, Cárdenas pasa a ser, muy pronto, un punto importante de la economía colonial, por la variedad y calidad de sus producciones agrícolas y por lo fácil que resultaba el traslado de los mismas.

Ya en la década de 1930 del siglo XIX las plantaciones de caña eran numerosas. Con la existencia de 56 Ingenios de donde son exportados según asientos, 11 mil bocoyes de miel de purga, más de mil de azúcar mascabado, y pipas de aguardiente, alrededor de 23 mil cajas de azúcar. Lo evidencia el desarrollo adquirido por la región en este rubro económico, lo cual hace una importante zona azucarera. Las necesidades del desarrollo industrial requieren de medios de transporte más eficientes y baratos. El azúcar en cajas de 16 @ era un producto voluminoso, difícil y costoso de transportar con animales. Además con la expansión de la industria por el interior con nuevos ingenios, la mercancía tarda más en llegar a su destino.

Crisis y unión

Con la inauguración del ferrocarril Cardenense se abre una nueva etapa de desarrollo económico y social para la región, al incorporar nuevos ingenios a la actividad portuaria como centro importante de embarque comercial. El nuevo medio de transporte reporta sustanciales ganancias al ser más rápidos y eficientes que las antiguas carretas tiradas por bueyes, reduce al mínimo las perdidas en productos y gastos de transporte, e incorpora nuevas regiones a la actividad económica.

Por todas estas ventajas que reporta, y el éxito obtenido por el ferrocarril Cardenense, otros hacendados de la región se dan a la tarea de llevar, el camino de hierro hacia sus tierras al este de la comarca con el propósito de enlazar el embarcadero de Júcaro con los territorios de Bangüises, para fomentar el desarrollo azucarero en los partidos más occidentales, que no poseían una salida natural de sus productos.

Vista del Central Flor de Cuba en Bangüises.

En 1857 el ferrocarril sufre los embates de la crisis económica que repercute negativamente en la industria azucarera al bajar los precios de la azúcar y disminuir las exportaciones. A esto se suma también la baja producción cafetalera que venía desde años anteriores en progresiva reducción. Ante el pánico financiero y para enfrentar la situación adversa, ambas compañías deciden unir sus capitales bajo un mismo interés, para formar una sociedad anónima.

La directiva de la nueva compañía quedo integrada por elementos de ambas empresas domiciliadas en la Habana con la administración y dirección en Cárdenas. Como administrador fue nombrado Antonio X. de San Martín y presidente Don Cecilio Ayllón marques de Villalba quien presidiera el ferrocarril del Júcaro.

El 29 de septiembre de 1859 la empresa unida Cárdenas y Júcaro conectan sus líneas por medio de un ramal que bordea la bahía y posibilita el transporte directo hacia el puerto de Cárdenas. Otro ferrocarril menor se proyecta en la localidad, el 9 de octubre de 1858 por la sociedad comanditaria denominada Fortún Villegas y Cía, con un capital de 200 000 pesos, cuyo objetivo era acarrear azucares, mieles, frutas, agua potable, materiales de las canteras, además de pasajeros.

Estación de trenes

Estación de San Martín con el tranvía por delante.

Sternnhagen o Stemberger, Ernesto Salomón. Ingeniero civil alemán. Se estableció en Cárdenas en la década de 1960 del siglo XIX. Bajo su dirección se concluyeron en 1875 en Cárdenas las obras de la Estación de Ferrocarriles de San Martín, las cuales se habían paralizado por un tiempo, en 1873, debido al suicidio de su principal impulsor y ejecutor, el ingeniero Antonio Xénez de San Martín, Administrador de la Empresa del Ferrocarril de Cárdenas a Júcaro. El edificio, considerado uno de los mejores de su tipo levantados en la Isla durante el transcurso del siglo XIX, se inauguró el 1ro de mayo de 1875. Entre 1880 y 1890 fungió en Cárdenas como Apoderado General del comerciante cardenense Carlos la Rosa, quien llegó a ser más tarde Vicepresidente de la República de Cuba. Hacia 1881 era propietario en la Península de Hicacos de una finca conocida como Varadero.

Véase también

Fuentes

  • Bueno Castán, Roberto.: Los Tres Ferrocarriles De Cárdenas. Premio Nacional Museo del Ferrocarril, Ciudad de La Habana, 2001 (Inédito).
  • Clark Betancourt, María Teresa y Equipo Investigadores CM PCC. "Cronología Local – 2007". Manuscrito digital.
  • Colectivo de autores: Versión Publicable de la Historia del Municipio. 2007 (inédito).
  • Hellberg, Carlos. Historia estadística de Cárdenas – 1893. Edición del Comité Pro Calles. 1957.